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Colado. por UminoIrukaKawaii

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Notas del capitulo:

Titulo: Colado.
Parejas:
Kakashi/Iruka.
Género: Romance.
Advertencias: AU, Shota, Non-con, Lemon, SM.
Disclaimer:
Naruto © Masashi Kishimoto.
Tipo:
Mini-short (sólo 2015 palabras).
Summary:
¿Nunca te has colado en una sala de cine?...Oh, pues, yo lo he hecho. Y resulto ser muy gratificante...

Colado.


“Por favor damas y caballeros, las puertas de la sala veinte están abiertas al público. “Noches tropicales” comenzara en breve, muchas gracias por su atención, disfruten de la película”.


La voz de la mujer que anunciaba la obra, parecía que había trastabillado al decir el nombre del film. Claro, a cualquiera le temblaría la garganta y se le enredaría la lengua al anunciar una película porno, ¿no?


Él iba encaminado y con paso ligero hacia la sala veinte, tapándose la cara lo más que podía con su campera negra, obviamente, para que nadie lo reconociera. Había escogido precisamente un domingo a la madrugada, ya que la cantidad de gente que concurría al cine a esas horas era casi nula. Excepto por los ancianos que iban a mirar films antiguos que pasaban gratis en la primera sala.


La película que acababa de ver era buena, una de acción de los años noventa, pero con efectos especiales bastantes pasables. Pero no era lo que él estaba buscando. Se pasó de una sala a la otra sin que nadie lo viera, con el sigilo de un ladrón de media noche.


Perfecto. Ya eran dos en las que se colaba sin problemas. Una mas no le haría daño, ¿verdad?



—Mmm…


La sala de cine estaba completamente vacía, a excepción de él; un adolescente que se encontraba muy entretenido mirando la excitante película. El sonido dolby a todo volumen hacia que las paredes retumbaran. Eso era bueno, así nadie podría escucharlo.


El espectador de ojos cafés miraba embobado como una chica rubia de ojos azules era violentamente penetrada por diferentes hombres en diferentes lugares. Eso era lo que él había estado buscando. Sentía que había ganado la lotería.


Iruka movía su mano por encima de su erecto miembro mientras veía las imágenes de la pantalla grande. Los sonidos, sus movimientos. Húmedo. Caliente. Sus gemidos eran escasos, y casi todos eran acallados por la estridente banda sonora que tenia aquella película. La mejor parte estaba pasando antes sus oscuros ojos, y su mano aumentaba el ritmo. La palma estaba muy mojada y los clinex se le estaban acabando pero, ¿a quién le importaba? Había hecho cosas peores que ensuciar una butaca de cine con semen...Y no seria la primera vez ni la ultima que lo hiciera.


Su mano se deslizaba ya sin control sobre su miembro y el chorro saldría en cualquier instante, su joven cuerpo podía sentirlo. La mente del castaño comenzaba a nublarse de manera deliciosa y el hermoso momento fue arruinado por una pálida y fuerte luz que dio de lleno en sus ojos, encandilándole.


Maldijo a todo al mundo, y sobre todo a aquel idiota que lo había interrumpido en el mejor  momento de su divina recreación.


Miro fastidiado (aún con la mano sobre su pene) a la persona que lo había interrumpido. Sus pozos color caoba se abrieron con sorpresa y miedo al ver que la persona que le había frenado su maravillosa paja, no era nada mas ni nada menos que el cuidador de las salas de cine, quién lo estaba viendo con mirada aburrida y la molesta linternita apuntándole directo a la cara. No debía llevarle más de cuatro años y su cabello era plateado. Uno de sus ojos era azul y otro de un extraño rojo.


—Su entrada por favor.


¡De puta madre! ¡Solo él se encontraba en esa sala y ese gilipollas no tenía nada mejor que hacer que joderle la existencia!...Se subió los pantalones con parsimonia, con un intenso sonrojo provocado por la vergüenza y la rabia en el rostro; se limpio la mano en la butaca del cine, acto que le hizo fruncir el seño con desagrado al peliplata.


—Mire, señor...Yo, le daré mi pasaje cuando termine la película, acaso... ¿No ve que están en la mejor parte? —el quinceañero sonrió con picardía y señaló la pantalla del cine: el clímax estaba a punto de ser alcanzado por los actores. ¡Y me lo estoy perdiendo!


Vio como el cuidador suspiraba.


—Por favor, déme su entrada, o tendrá que salir de la sala —dijo borde y seco, sin importarle en lo más mínimo lo que el castaño había dicho.


—Vamos tío, no me puedes arruinar así la salida... —imploró (ése era su último recurso y casi siempre era efectivo). Unió sus manos y miró suplicante. Leyó su nombre en la tarjeta de identificación que se encontraba sujeta a su pecho. Sonrió —. Kakashi-kun, siéntate aquí conmigo y veamos la película juntos ¿vale?, tengo palomitas y refres-


—Niño, no me hagas perder el tiempo. Si no tienes pasaje retírate de la sala...No me obligues a sacarte a patadas. No es mi estilo —habló firmemente y sin dejar de mirar de forma aburrida al moreno.


Iruka infló sus mejillas sonrosadas con apatía. Además de inoportuno ese tío era soberbio. Comenzaba a molestarle de verdad. Pero no por eso dejó de pedirle que lo dejara quedarse en el cine al menos, hasta solucionara cierto asuntillo.


Y mientras hablaba, la mirada dispar repasó enteramente su cuerpo. Kakashi pensó que debía tener quince años, y su contextura era menuda, pero en buena forma. Tenía un bonito rostro...Y esa cicatriz encima de la nariz le daba un toque de sensualidad y rebeldía que de verdad le ponían. Piel bronceada y ojos tan oscuros como el café puro. El hombre de cabellos plateados se relamió los labios y sonrió de medio lado. No estaría mal darle una lección al muchacho de lo que no debía hacer.


—Anda, no me hagas esto, por fav-


Basta.


Una cachetada dio de lleno en su mejilla derecha. No le había dado tiempo a reaccionar. Iruka llevo su mano morena al inflamado y herido cachete, para luego mirar con enfado al hombre. Una cosa era darle una patada en el trasero y echarlo (como le habían hecho otras veces...). Pero esto, esto era ilegal, y el no dejaría que ningún estúpido le faltara el respeto.


— ¿Quién te crees infeliz? —gritó furioso, sintiendo como su mejilla palpitaba. Rabioso, se acercó  al peliplata y lo agarró por el borde de la camisa negra. Lo cual dejo al moreno en ridículo, ya que el cuidador le llevaba casi dos cabezas y media de alto. Frunció el ceño y apretó los dientes.


¡Mierda!


—Niñato tonto... —le oyó decir con suavidad, acompañado de una risita socarrona. Y dos manos excesivamente pálidas se apoderaron de un fino cuello moreno. Apretaron ligera, pero duramente, sacándole el aire por un momento. De inmediato Iruka soltó a Hatake, y trato inútilmente de librarse del agarre del mayor—. Aprenderás a hacerle caso a tus mayores —le dijo con un deje sensual en el oído, y lo aventó contra una de las butacas con violencia. Golpeando la cabeza del Umino golpeando contra el filo de las escaleras al caer, dejándolo aturdido y mareado.


Iruka se quejó por lo bajo debido al agudo dolor, acariciándose el chichón ahora latiente en su cien derecha. El cuidador se abalanzó contra Iruka, sujetándole las manos sobre la cabeza con una de las suyas, y con la otra acariciaba la espalda del moreno por debajo de la chaqueta, deleitándose con la suavidad de la tersa piel dorada.


Todo pasaba demasiado rápido. Kakashi era mucho más fuerte que él y lograba dominarlo sin problemas. El miedo comenzaba a aflorar en su interior, y de su frente resbalaba un tajo de cálido líquido escarlata provocado por la caída.


El cuidador se desabrochó la bragueta de su pantalón con rapidez, y apoyó con urgencia y sin pudor alguno sus caderas en el trasero cubierto del castaño. Bajo de golpe los pantalones junto con la ropa interior del muchacho, dejando las firmes nalgas a su merced. Admiró la anatomía exquisitamente bronceada y apetecible, mientras saboreaba con glotonería sus labios. Le parecía simplemente perfecto. El menor tembló de terror al verse en esa situación, creando en su mente imágenes de lo que sucedería a continuación.


La película seguía a sus espaldas, la cuarta o quinta follada de la protagonista era tomada en primer plano, y los potentes gemidos bloqueaban sus sentidos. El de cabello plateado ya tenía a su amigo el calvo en su máximo esplendor así que, necesitado y con una impaciencia irreal, impropia de su carácter flojo y tranquilo, escupió su mano e introdujo dos dedos por el ano de Iruka.


En el instante en el que su interior fue invadido gritó de manera desgarradora. Los dígitos eran gruesos y largos y se movían con rapidez y saña dentro de su cuerpo. El moreno se quejaba de dolor, mientras que rogaba con la voz quebrada al cuidador que lo soltara. Un tercero se coló y sintió como su pene se irguió solo un poco. Gimió. Los dedos fueron retirados, siendo suplantados por algo de mayor tamaño...


Todo tan oscuro, tan excitante.


—Te va a gustar mucho, mi peque...


No podía correr riesgos (cualquiera podría pasar y ver lo que le estaba haciendo al chico) así que juntando fuerzas, impulsó sus caderas con vigor y su miembro, endurecido y chorreante, entró por completo y de una sola estocada en el virgen orificio de Iruka. Las primeras envestidas fueron algo lentas, demasiado apretadas, para después tomar más velocidad e intensidad. Por suerte la sangre hacia que el enorme pene del cuidador se deslizara con más facilidad por el asfixiante interior del castaño.


Iruka no podía creerlo. Ese tío lo estaba violando, y el no podía hacer nada más que gemir y retorcerse bajo el peso de su cuerpo mientras lo humillaba de la forma más cruda y deshonrosa que jamás hubiera imaginado. Sintió como unas frías manos tomaban su cintura con solidez y entraba, una y otra vez, en su organismo.


Dolor, confusión y, en una medida baja pero muy presente, placer.


—Eres...Genial —le dijo, haciendo chocar su ardiente aliento contra la cándida oreja. Los gemidos y quejidos de dolor eran dulces sonidos que hacían al cuidador arremeter con más fuerza dentro del caliente y estrecho interior.


Embistió sin compasión al moreno infinidad de veces, sintiendo con cada penetración más placer que la vez anterior. Era sublime. Una de sus manos había bajado y masturbaba con energía el erecto y chorreante pene del menor. "Este chico esta buenísimo...", pensó el de blanca piel, mordiendo el menudo cuello bronceado, no dejando de penetrar fieramente el cuerpo del moreno.


En un momento, la mano del cuidador se empapo con el blanco y viscoso líquido que el castaño había dejado salir con estrépito, y los movimientos del peliplata cesaron al fin, seguidos de unas deliciosas e intensas sacudidas. El semen del mayor cayó en abundancia por los muslos de Iruka. Besó la cabellera café casi con cariño, con una ternura contenida. Un sollozo. 


El húmedo pene salió, y Kakashi se acomodo la ropa apresurado. Pasó la mano por su frente, sacándose la transpiración que caía espesa y fría, y se levanto de repente. Tomo a Iruka por la chaqueta y lo hizo levantar también, el menor estaba en shock, temblando, llorando y respirando entrecortadamente, con los ojos semi-cerrados, brillosos; aún estaba sintiendo los últimos deliciosos espasmos de su reciente orgasmo.


Levantó las ropas de Iruka y lo adecento un poco, sintiéndolo débil y jadeante. Seco las lagrimas con rapidez, sonriendo, y lo beso otra vez, pero lo hizo fugazmente en la rojísima mejilla. El peliplata agarro el brazo del moreno y lo guió hacia la salida de emergencia que tenia la sala de cine, entre quejidos de dolor por parte del menor y quejas y puteadas. Una vez fuera, ambos se miraron.


—Nos veremos peque... —unió sonriente sus labios, y le revolvió sus cabellos marrones, terminando de deshacer su coleta, ocasionando que la cascada chocolate cayera por su rostro.


Iruka se había quedado solo, sorprendido, confundido, y extasiado...


Camino con pasos lentos unos metros, alejándose del complejo de cines. Se sentía húmedo, algo sucio, con una incomodidad extrañamente placentera en su parte baja. Acarició su cachete, el que el peliplata había golpeado, y enjuagó la última lágrima que cayó de una de sus orbes oscuras. Sonrió de lado.


Definitivamente, el próximo domingo, volvería a ese cine.


 


¿Fin?

Notas finales:

Corto, feo, y sin sentido. Peor imposible, ¿ne? Idea random que tenía en mi cabeza y no pude estar tranquila conmigo misma hasta que la escribí… ¡Ah! ¿A Iruka le gustó? Niño promiscuo xD. Trate de ser lo mas sutil posible, esto de escribir lemons/violaciones no es lo mío. Y menos el SM. Espero que les haya gustado, y si no es mucha molestia, contéstenme esta pregunta...


¿Les gustaría un epilogo, en donde Iru-chan se vengue de Kakashi? –rapefaceplz.


Nos vemos, y muchas gracias por leer ;).


[Edit]


Ahora sin tantos errores ortográficos y demases :'3.


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