Apenas habían pasado unas horas y ya se empezaba a arrepentir de lo que había hecho. Por culpa de un estúpido capricho había tenido que mentir a sus amigos y los había dejado aun más preocupados de lo que ya estaban. Se dejo caer en la cama boca abajo notando todo el cuerpo dolorido. Nunca mas creería a JaeJoong, dijo que no le dolería y mintió, le dolió mucho, y aunque se lo dijo su única respuesta fue que ya no había marcha atrás, ahora que habían empezado no podía dejarlo así. Tenia razón por lo que no le quedó mas remedio que aguantar el dolor mordiéndose el labio y procurando no quejarse, así terminarían antes. Suspiró buscando la almohada. En teoría todo había terminado ya pero no terminaba de creérselo, aun le dolía y su amigo le había dado una pomada y varios consejos sobre como cuidarse la herida que ahora tenia para que curase mas rápido. No podría darse la pomada el solo pero le daba vergüenza pedirle ayuda a alguno de sus compañeros, pues se darían cuenta de lo que les había ocultado a todos y harían muchas preguntas.
Shindong le zarandeo hasta despertarle y se incorporo bruscamente logrando un pequeño quejido que alerto al menor.
-¿Te encuentras bien?-preguntó Shindong sentándose en el suelo.
-Estoy bien-respondió volviéndose a tumbar.
-No tienes muy buena cara, y tienes fiebre-comentó tocándole la frente con una mano que fue apartada de un brusco manotazo-entraste con los ojos vidriosos y sin decir a nadie donde habías estado toda la mañana y has dormido casi dos horas.
-Me pillaste, no me encuentro bien, solo es un pequeño resfriado, se me pasara con un poco de reposo-mintió abrazando la almohada.
-Tus resfriados no son así, primero estornudas, moqueas y no puedes dormir, el último paso es la fiebre. No te hemos visto estos días con un pañuelo en la nariz.
Yesung maldijo el resfriarse tan a menudo, pues por su culpa no podía usar eso como excusa. Pensaba en si contárselo a Shindong, sabia de sobra que podía confiar en el y no le juzgaría por haber hecho eso, aunque lo que si le molestaría un poco fue que lo mantuviera a escondidas. Seguro insistiría en que podía confiar en ellos, pues eran amigos y nadie le diría nada sobre eso. Con un pequeño suspiro se lo confesó todo y le mostró la pomada con la que necesitaba un poco de ayuda.
-Vamos al baño-dijo Shindong volviendo a ponerse en pie-primero necesitaras lavártelo ¿no?
Yesung le obedeció y se levanto con cuidado de no hacer ningún movimiento brusco que le hiciera aun mas daño. Con una esponja muy suave limpio con delicadeza la zona intentando no hacerle mas daño del que ya había sufrido.
-¿Por qué nos estas ocultando esto?-preguntó Shindong mirando fijamente el secreto de Yesung.
-Me da un poco de vergüenza-reconoció ahogando un pequeño quejido, había presionado con un poco de fuerza mientras secaba con la toalla y le había molestado un poco, aunque no mucho mas de lo que ya le había dolido.
-¿Vergüenza? Somos amigos tuyos, no tendría que darte vergüenza contarnos estas cosas-Yesung sabia que diría eso.
-Es que lo he hecho por alguien del grupo-confeso muerto de vergüenza.
-Lo has hecho para sorprender a Hangeng, ¿verdad?
Yesung miro sorprendido a través del espejo a su compañero, quien parecía muy tranquilo mientras repartía la pomada con suavidad sobre la superficie, en aquel momento en relieve, enrojecida y caliente. Observaba atentamente pero parecía que no estaba tan mal, podía estar mucho peor pero con un poco de cuidado sanaría enseguida, Yesung era fuerte y cicatrizaba rápido por lo que no había de que preocuparse.
-¿Tan predecible soy?-preguntó Yesung apenado.
-Las personas enamoradas tienden a serlo. Aunque no creo que por hacer esto le vayas a gustar mas.
-Por intentarlo no pierdo nada-comentó inclinándose sobre el lavabo para dejarle mejor acceso a toda la piel dañada.
-Si que has perdido, y mucho. Seguro que si le decías que querías hacerlo con él el primero le habría hecho mucha ilusión y te habría mirado con otros ojos.
-No creo, me dolió mucho e incluso lloré-explicó en voz baja-no quiero que Hangeng me vea en ese estado, le daría mucha pena y no es eso lo que quiero despertar en él.
-Sigo pensando que no tendrías que haberlo hecho con JaeJoong sino con él, las primeras veces unen mucho.
Estiro los brazos arqueando la espalda alegrándose de no notar ningún tirón doloroso en la zona dañada. Ya había pasado una semana pero no lo había pasado tan mal como JaeJoong le contó, apenas había notado dolor, excepto el primer día, y Shindong le estuvo ayudando todo el tiempo por lo que curaba perfectamente. El único problema era que empezaba a pensar que sus compañeros sospechaban algo, pues mas de uno les había encontrado saliendo o entrando juntos al baño y no había pasado desapercibido que ambos muchachos desaparecían juntos tres veces al día y volvían juntos siempre. Ninguno le había comentado nada así que quizás no se habían dado cuenta. Heechul se acerco hasta el y se sentó a su lado en el sofá, miro alrededor para comprobar que estaban solo y le hablo al oído.
-¿Qué pasa entre Shindong y tu?-Heechul nunca había aprendido el significado de sutileza ni indirectas, en las películas de poli bueno poli malo el nunca sabría hacer el bueno, era demasiado directo.
-¿Por qué lo preguntas? ¿Qué piensas que ocurre?-preguntó con mucha curiosidad por saber que era lo que pasaba por la mente del pelirrojo en un momento como ese.
-A mi me parece que estáis liados-confesó seriamente.
-¿Liados?-aunque el había usado esa expresión en multitud de ocasiones no lograba darle el sentido adecuado en la frase del mayor.
-Si, liados, enrollados, en definitiva, que estáis saliendo-explicó logrando que se ruborizase notablemente.
-¿Por qué piensas eso?
-No lo pienso yo, lo piensa Hangeng. Os ha visto muchas veces salir del baño por la noche cuando todos duermen y dice que salían unos ruidos muy raros del baño cuando estabais los dos dentro.
Aquella era la peor noticia que podía darle. No quería que pensase que tenia una relación seria con nadie, y menos con Shindong, pues así lo único que lograría seria que no quisiera saber nada de el, después de todo lo que estaba haciendo para llamar su atención lo iba a perder por unos despistes tontos.
-¿Cómo se ha tomado eso?-preguntó con curiosidad, aunque no le hacia mucha gracia que fuese precisamente el chino quien sospechase eso pero quería aprovecharlo.
-Pues seria mejor que se lo preguntases tu, yo no voy a decirte nada.
-No seas cínico, tu nunca has sabido guardar un secreto y tampoco sabes ser discreto. Cuéntamelo-ordenó muy serio.
-Esta enfadado...y algo celoso-admitió sin necesidad de ser torturado-al parecer le gustas un poco.
Yesung se alegro de oír aquello, al principio no le había hecho mucha gracia que Heechul supiese de sus sentimientos hacia el chino pero ahora se alegraba de que lo supiera, pues nunca se habría enterado por si mismo de lo que Hangeng sospechaba de no ser por el entrometido pelirrojo, aquel que había insistido en que hiciese aquello con JaeJoong para llamar la atención de su compañero. Finalmente había logrado la atención de Hangeng, habría que convencerle que no había nada con Shindong.
-Esta solo en su dormitorio, aprovecha que su compañero de habitación esta viendo la tele-dijo Heechul encendiendo la televisión y acomodándose en el sofá.
Se levantó de un salto, pero cuando llego a la puerta se quedo allí parado sin saber que hacer, estaba muy seguro de que tendría que convencerle que no había nada con Shindong pero no sabia que palabras usar para que no pareciese que todo lo estaba haciendo por el, no creía que aquella idea tan romántica le gustase mucho a su compañero. Entró cogiendo aire y cerro la puerta mirando al asombrado chino sentado en el suelo, quien no esperaba esa visita tan inesperada a aquella hora, pues casi todos dormían ya.
-¿Qué haces?-preguntó Yesung acercándose, se había olvidado por completo de lo que había ido a hacer cuando le vio sentado en el suelo.
-Nada-contestó rápidamente incorporándose y escondiendo algo tras su espalda-Heechul esta viendo la televisión.
-Eso ya lo se, venia a verte a ti-un color rojo escarlata inundo sus mejillas al recordar a que había entrado. Hangeng estaba callado esperando a que el otro dijese lo que quería y Yesung se ponía nervioso ante aquella mirada tan directa-veras...yo quería explicarte una cosa...
-¿Qué cosa?
-Yo...yo no estoy saliendo con Shindong-dijo de carrerilla atragantándose al principio.
-¿Shindong? ¿Por qué me cuentas eso? Ya sabia que no salías con Shindong-contestó frunciendo el ceño ante las extrañas palabras del moreno.
-Pero Heechul me dijo...-se quedo con la boca abierta dándose cuenta de que el mayor le había dado aquel empujón para que se declarase de una vez por todas pero ahora que tenia al chino delante y había creado la situación no encontraba el valor para decírselo.
-¿Te ha vuelto a engañar?-preguntó con una tierna sonrisa dejando la libreta que había guardado tras su espalda encima de su cama y acercándose a su amigo-últimamente nos gasta muchas bromas de este estilo.
Ambos se ruborizaron al enterarse de que había sido otra vez aquel maldito entrometido. Desde que se entero de lo que sentía por Hangeng les mentía a los dos para juntarles en alguna habitación a solas, si no mentía a uno mentía al otro de una forma tan descarada que aun se preguntaba el porque continuaba creyéndole. Al parecer el chino también se sentía incomodo con aquellas encerronas, pues siempre se ruborizaba e intentaba salir de allí corriendo. Era ese el principal motivo de que pensase que nunca tendría una oportunidad con el y por el que estaba haciendo aquellas estupideces una y otra vez.
-Es verdad que Shindong y tu estáis un poco raros pero nunca pensaría que sois novios. En realidad me asustaba pensando en que broma estabais planeando los dos solos-dijo Hangeng sin borrar aquella tierna sonrisa.
-Yo nunca saldría con el...-dijo con un hilo de voz bajando la cabeza-porque me gustas tu
La adrenalina recorría su cuerpo haciéndole sentir eufórico y asustado al mismo tiempo, sus piernas necesitaban moverse y caminar de un lado a otro pero el miedo a ser rechazado las paralizaba. La frustración de no ser capaz de controlar su cuerpo le aterraba, sentía un intenso calor en el rostro pero un escalofrío recorría su cuerpo al sentir la fija mirada de Hangeng, empezaba a sudar y no se atrevía a hablar por miedo a que sus cuerdas vocales le traicionasen.
-Yo... ¿Te gusto?-pregunto Hangeng incrédulo.
-Si...mucho-admitió tras tragar saliva y respirar profundamente-Incluso he hecho una cosa por ti.
Se quito la camiseta dándose la vuelta, ya que lo había dicho era mejor contárselo todo hasta el final. Se dio la vuelta mostrándole el tatuaje tribal que ahora cubría parte de su espalda y por el que JaeJoong se había burlado. Sintió las calidas manos de Hangeng acariciar con suavidad las perfectas líneas de tatuaje, estaba situado en una zona extraña, entre los omoplatos y la zona lumbar. En ese sitio pocas veces se le vería, a no ser que estuviese sin camiseta, como en aquel instante.
-¿Por qué te has hecho el tatuaje?
-Heechul me dijo que te gustaban mucho los tatuajes-admitió avergonzado.
Al sentir las manos de su compañero separarse de su piel se giro esperando una respuesta, la respuesta fue que el chino también se quito la camiseta mostrando el mismo tatuaje en el mismo sitio y con la misma gama de color que el de Yesung.
-A mi también me dijo que te gustaban mucho.
Se miraron a los ojos comprendiendo de pronto el juego en el que el mayor les había estado metiendo.
-Nos engaño a los dos-dijo con una sonrisa amarga, odiaba ser manipulado de aquella manera.
-Míralo por el lado bueno, tenemos algo que nos une-comentó Hangeng sujetando con fuerza la camiseta que tenia en las manos.
-Heechul no tendría que enterarse de los sentimientos de otras personas. Se empeña en hacer de casamentera...
-Y lo hace bien-terminó Hangeng la frase, aunque no era ese el final que tenia pensado para aquella frase no le puso ninguna pega.
Se quedaron en silencio mirándose a los ojos y acercando lentamente sus rostros. Con un pequeño roce que le produjo un nudo en el estomago sus parpados cayeron dejando a sus ojos en una completa oscuridad y permitiéndole sentir los labios de Hangeng con mayor intensidad.
-Yo me lo hice hace una semana-confesó Yesung tras separarse del dulce y suave beso que le había parecido eterno-el jueves.
-Yo el lunes.
Ambos rieron sintiéndose unos idiotas influenciables y predecibles pero felices. Se abrazaron besándose con pasión y sintiendo la piel desnuda de su compañero quemándoles la suya. Aun no llegaban a odiar al falso, entrometido y manipulador que miraba la televisión tranquilamente. Yesung separó sus labios y se acerco hasta la puerta, a la que puso el seguro antes de volver en busca de los labios del chino.
-Hoy Heechul duerme en el sofá-sentenció Yesung tumbándose sobre la cama del chino.
-O en tu cama-completó Hangeng depositando húmedos besos en el cuello de Yesung mientras acariciaba la piel que Yesung tenia al descubierto.
-Eso si es listo y recuerda que la mía esta vacía.
Fin