Era un día lluvioso, pero salir al parque siempre hacia que su estrés desapareciera, aun en esas circunstancias, con la lluvia y el viento azotando contra su sombrilla, cierto rubio se encontraba paseando esa noche por ese lugar.
El parque estaba solo, pues ya era tarde, y seguramente toda la gente se encontraba refugiada en sus respectivas casas, secos y calientitos.
Eso hacia que para el rubio fuera mas fácil pasear por el lugar, sin chiquillos chocando contra el, y sin gritos a su alrededor.
Estaba relajado, disponiéndose a sacar un cigarrillo para disfrutarlo tranquilamente, pero en ese momento a lo lejos, pudo vislumbra lo que le parecian las siluetas de un grupo de gente, con curiosidad se fue hacercando cada vez mas para comprovar que efectivamente habia dos hombres, altos y de mirada maliciosa que se encontraban alrrededor de uno mas pequeño que se cubria la cabeza con temor, Yuki se quedo unos cuantos metros observando tal escena, desde hay podia escuchar muy bien lo que los otros decian.
--vamos lindura, divertamonos un rato -- decia uno de los hombres al menor que parecia estar temblando.
--dejenme porfavor -- decia mientras mostraba miedo en su rostro, que el rubio no podia distinguir bien a acusa de la lluvia.
--estas solito, y nosotros queremos hacerte.....compañia -- dijo otro mientras se relamia los labios pervertidamente.
--se los ruego, dejenme ir -- sollozaba el pequeño entre los dos altos hombres, uno de ellos lo sujetaba de uno de sus brazos.
--vamos, no seas timido -- sonreia el malvado hombre.
--por favor.... -- trataba de escapar, mientras forcejeaba para que lo soltaran.
--si no lo haces por las buenas, entonces lo haras por las malas -- respondio el hombre tomandolo de los dos brazos mientras el otro aprovechaba y metia una de sus manos entre la playera del menor .
--¡NOO! ¡DETENGANSE; DEJENME SE LOS SUPLICO! -- gritaba y trabada de escapar mientras los otros dos se relamian y toqueteaban su pequeño cuerpo.
--pero si eres una belleza, seria un desperdicio que te dejaramos ir --
--dejenlo -- dijo una voz fria detras de ellos, haciedo que dejaran un momento de tratar de aprovecharse del menor y dirigieran su mirada hacia el lugar de donde provino la voz.
Un rubio los miraba con unos ojos frios y calculadores mientras se mostraba tranquilo y sin ningun sentimiento reflejado en su rostro.
--escuchame, tonto, no te metas con nosotros o te ira muy mal -- respondio uno de los abusadores.
--he dicho que suelten a ese chico, y eso es lo que van a hacer -- se mantenia con esa expresion fria y sin retrocerder.
--eres idiota o que -- comento el otro abusador -- no te convine meterte con nosot... --
-- a los unicos que no les conviene son a ustedes, asi que larguense -- lo dijo con la voz mas fria que hubieran escuchado antes, mientras les dirigia una mirada amenazante, una mirada extraña plagada de odio, como la de un asesino.
--esta bien amigo -- retrocediendo con temor los tipos soltaron al pequeño y en un momento salieron huyendo a todo lo que podian.
En ese momento el chico cayo sentado al mojado piso, con la respiracion agitada a causa del susto y sin decir o hacer nada mas solo con la mirada perdida y demostrando temor y miedo, mojándose bajo la lluvia sin nada que lo protegiera.
Con cierta curiosidad , Yuki se acercó hacia él, vislumbrando a un chiquillo de que se encontraba empapado por la lluvia mientras mantenía el rostro cabizbajo y sin darse cuenta de que lo observaban.
El rubio se sorprendió al mirar que el pequeño tenía el cabello de un color rosa intenso que las gotas de la lluvia recorian sin parar, así que con más curiosidad se decidió a hablarle.
--oye, tu – le dijo con su típica voz fría – a cazo piensas quedarte hay mojándote toda la noche –
El otro, sobresaltándose dio tal respingo del susto, pues no se había enterado de la presencia del otro, así que recuperándose levanto su vista, exhibiendo ante el rubio unos hermosos ojos de un color amatista, pero que demostraban una profunda tristeza y miedo en ellos, y dejando al otro sorprendido ante tal belleza, pero disimulándolo muy bien.
--perdón…..señor, ¿me decía algo? – pregunto con la miraba perdida.
*pero si es casi un niño* pensaba el rubio mirándolo fijamente – es demaciado peligroso que un chiquillo como tu ande solo por este lugar tan noche, hay sujetos como aquellos que podrian queres propasarte contigo....... estas perdido, nunca te había visto por aquí– le respondió mientras sacaba su cigarrillo y lo encendía despreocupadamente.
--ha…no, es que no acostumbro a venir aquí pero….pero…. – gruesas lagrimas salían de esos bellos ojos, mezclándose con las gotas de lluvia que se deslizaban por sus mejillas, sin poder continuar ablando, se cubrió el rostro con ambas manos mientras lloraba inconsolablemente.
Yuki simplemente lo observaba, realmente ese chiquillo era lindo físicamente pero no le interesaba en absoluto, de echo ni siquiera le importaba dejarlo hay bajo el frio y la lluvia.
--veo que te encuentras solo –dijo al fin -- ¿Dónde están tus padres? – le pregunto sin importarle la respuesta, pero el otro solo se limitaba a seguir llorando tristemente.
--en fin – dijo nuevamente – no es algo que me importe mucho – le dirigió una ultima mirada que el otro ni siquiera noto pues ahora miraba perdidamente hacia la nada con la lagrimas fluyendo de sus ojos.
El rubio comenzó a caminar, alejándose del pequeño y siguiendo su camino hacia su departamento –tal vez sea un psicópata loco – se dijo para si mismo – aunque con esa cara no lo parece – recordado aquel bello rostro y esos hermosos pero tristes ojos, así que se detuvo aun pensando – si ese chiquillo muere bajo esta tormenta, o si alguien lo viola, mi conciencia no me va a dejar en paz – pensaba fastidiado y dudando – va, que molesto es esto, mejor voy por el….yo y mis obras caritativas – se reprimía a si mismo mientras con cierto enojo regresaba hacia donde momentos antes estaba el pelirosa, encontrándolo aun hay y en la misma posición en la que lo dejo.
--oye tu – le dijo acercándose a él – no pienso dejarte aquí a que te mueras, ya hay suficiente basura en este parque como para que haya mas – le dijo llamando la atención del otro que lo miro sin expresión alguna.
--te vienes con migo – y dicho eso, lo tomo de un brazo tratándolo de levantarlo, el otro asustado se levanto con rapidez y comenzó a querer zafarse --¡nooo, déjeme, no me haga nada! – gritaba desesperado.
--¡no seas estúpido, no voy a hacerte nada¡ --
--¡suelteme! – gritaba y se resistía con mas lagrimas brotando de sus ojos.
--¡mocoso del demonio no grites que haces que me duela la cabeza!-- *esto me saco por andar de buena gente* pensaba.
--¡no me lastime por favor!—gritaba llorando.
--¡¿lastimarte?! yo quería ayudarte, pero si tu te quieres morir aquí pues muérete! – le grito mientras lo soltaba.
El otro seguía llorando desconsoladamente, mientras se quedaba de pie.
--tu decides, o vienes con migo, o te mueres aquí – le dijo fríamente mientras lo fulminaba con la mirada, dándose media vuelta y comenzando a caminar sin siquiera mirar hacia a tras, pero después de un rato, oyó que el pequeño lo seguía sin pronuncia palabra.
Después de un rato de caminar en silencio y con el pequeño detras, llegaron al departamento del rubio, el cual le indico que lo esperara en uno de los sillones de la sala, a lo que el pelirosa obedeció, no había dicho ni una sola palabra durante el recorrido hasta hay.
Yuki llego con un par de toallas y le ofreció una para que se secara mientras lo observaba detenidamente, tenia ante sus ojos un pequeño y esbelto cuerpo bien formado…muy bien formado, notando como a este toda la ropa mojada se le pegaba gracias a la lluvia.
--gracias—dijo tímidamente mientras se secaba la cara, no podía creer lo wapo y atractivo que era ese hombre rubio, pero tampoco entendía el motivo de porque lo había rescatado – mi nombre es Shuichi Shindou, y estoy muy agradecido con usted – dijo haciendo una especie de reverencia hacia el mayor, el cual lo miraba desconcertado.
--quítate la ropa – le ordeno sin inmutarse.
--¿he? – ante tal comentario el pequeño retrocedió asustado.
--quiero decir que esa ropa que traes esta muy mojada, y si te quedas con ella podrías resfriarte, ten ponte esto – le lanzó una de sus camisas – hay esta el baño para que te vayas a cambiar – le ordeno
--si, señor – sonrojándose comenzó a caminar.
--ha, y deja de llamarme “señor” haces que me sienta viejo, mi nombre es Eiri pero casi todos me dicen Yuki – ordeno nuevamente.
Pasado un rato, Shuichi salió del baño con solo la camisa de Yuki puesta encima, la cual le llegaba a mitad de los muslos, dejando al descubierto casi todas sus bellas piernas, con las mejillas sonrojadas, se acercó al rubio el cual se encontraba en la sala y se quedo mirándolo de arriba hacia abajo en cuanto el pequeño entro, sin duda alguna pensó Yuki, ese niño se veía sumamente exquisito.
--ya estoy cambiado…..seño…..Yuki – dijo sin poder disimular el sonrojo en sus bronceadas mejillas.
--bien – respondió sin quitarle la vista de encima – me imagino que has de tener hambre –
El pequeño asintió afirmativamente.
--ven – se levanto del sillón y dicho eso, se dirigió hacia la cocina – ¿hay alguna comida en especial que te guste? – * porque me molesto en ser amable con este niño*
--lo que usted quiera, eso comeré yo – respondió apenado el otro.
--veo que aun desconfías de mi verdad –pregunto malhumorado – escucha, no soy un asesino (bueno....tal vez si) , ni tampoco un violador de menores….. –
-- de eso no puedo estar muy seguro – dijo de pronto el pelirosa, temeroso.
--¡mocoso como te atreves a llamarme violador! ¡agradece que te salve de esos que querian abusar de ti, y que te traje hasta mi departamento para que no mureras bajo el frio y la lluvia! – grito furioso el rubio haciendo que el otro retrocediera.
--¡pero me trajo mas a la fuerza que nada! – replico el pequeño.
--¡tu fuiste el que decidió seguirme, pero si quieres que me porte como un violador, entonces me portare como uno! – y dicho eso tomó al menor de las muñecas sacándolo de la cocina y tirándolo en el piso de la sala mientras se le ponía encima.
--¡NO déjeme! – gritaba el pelirosa comenzando a llorar y forcejeando sintiendo al rubio encima --¡suélteme por favor! –
Continuara…………….