Las nubes en el cielo se disipan y la luna azul sale...
He estado intentando convencerme de que este mundo ha sido creado con amor y bondad si pueden existir cosas tan hermosas como aquellas.
Negar que tras los muros oscuros y los rincones se esconde una conspiración real para borrar todo lo que es verdadero, lo que tiene significado...
Para suplantarlo por gritos sin fin dados al vacío... por la soledad perpetua...
De esos abismos... de donde salía la mirada de Evan Miller...
Me tenía suspendido en el aire, esa mañana de fría niebla, con ese magnetismo sobrenatural.
Ya ni siquiera pude gritar.
Sentía el sonido de una larga tela de aire rasgada flotando sobre un acantilado, la sensación de caída era interminable.
Un coro de voces espectrales empezó el canto que me adentró en el horror de tal modo que rogaba morir en ese mismo instante para que terminase.
Murmullos atronadores se elevaban desde el más allá y cada toque de los macabros instrumentos vocales desconocidos me hacía derramar lágrimas de desesperación.
Algo en esa babilonia perdida se dirigía exclusivamente a mí, sus ojos se hallaban en complacencia atrapand mi figura y sentía los alfilerazos de su mirada clavados en mi espina dorsal sin piedad alguna.
Cerca... en las lindes de mi oído... murmuraba, glogloteaba, preguntaba y yo sabía que no había cosa que no le respondiese, EL simplemente lo sabía, nada podía ocultarle, inútil era intentar hacerlo...
Kadath... Kadath... Kadath... era lo único que yo comprendía.
Era una región fría dentro de un horroroso mundo flotante lleno de monstruos.
- ¡Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh!
Lancé un grito de humanidad en medio de aquella visión sólo para saber que aún dentro del tiempo y el espacio había una conciencia con mi nombre capaz de identificarse como yo.
Abrí los ojos de pie exactamente en la entrada.
Cansado, incrédulo, mareado.
En qué momento...
Los muchachos despreocupados caminaban al filo de las veredas y el run-run de sus zapatos sobre el pavimento se elevaba como todas las mañanas. Pasaban por la puerta riendo y gesticulando, los maestros iban graves y ceñudos con sus libros de texto bajo el brazo.
¿Cómo había llegado allí? ¿dónde estaba Evan Miller? ¿Por qué nadie parecía notar nada extraño?
- Así que esa es la expresión que tiene alguien que ha regresado de un largo paseo por las sombras.
Giré asustado.
Era Dan Laurie.
- No llames demasiado la atención - dijo colocando su mano sobre mi hombro - ... sino Aquel que te ha visto puede pensar que estás ansioso por unírtele.
- ... aquel...
- Le he dicho que es demasiado para ti... la primera vez que me llevó a ese lugar, yo sabía de qué se trataba, tenía una vaga idea de los horrores que iba a enfrentar... pero tú... eso ha sido...
Continuaba hablando como para sí mismo perdido en sus reflexiones.
- ... entonces qué es lo que espera... ha visto algo diferente... o tal vez...
- ... de qué hablas... quién quiere algo de mí... por favor dime algo... yo...
Temblaba y si me tenía en pie era por que el joven sostenía fuertemente mi brazo con indiferencia no prestaba atención a mis súplicas y avanzaba hacia la entrada.
- ... o ha querido asesinarte... como sacrificio... sólo eso lo explicaría todo.
Alcé mis ojos hacia él y noté el resplandor extraño de los suyos.
- ... quién... qué... Kadath...
- ¡No repitas eso aquí! -fue la primera vez que vi a Dan Laurie salir de su pasmosa tranquilidad. Luego de un hondo respiro retornó - ...esta tarde... en las coordenadas del criptograma... vendras con nosotros pues para ti no hay camino de retorno.
Y se alejó tan rápida e intempestivamente como vino.
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