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Como un Angel por chibiichigo

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Notas del fanfic:

hola!!! este es el primer ItaNaru que hago. espero les guste.

DISCLAIMER: ESTOS PERSOANJES NO SON MIOS

Notas del capitulo: cough... primero que nada aprovecho para pedirle una disculpa a Sakura Hatake poruqe le dije que lo iba a tener para ayer pero pss no se pudo por situaciones felices que no me gustaría relatar pero pss siendo sinceras tampoco puedo callar. Estuve platicando dos horas y media con el niño que ahorita me tiene medio loca y no me dió tiempo ni de hacer la tarea pero en fin... todo sea por bien del amor jaja (pretextos pretextos jaja)

Aveces las cosas pasan de manera extraña. No necesariamente sabemos cómo, pero pareciera que hay un ente gobernando las cosas y que todo lo que nos ocurre es un simple capricho para conocer a alguien que nos necesite.Alguien a quien necesitemos... como a un angel.

Él caminaba distraídamente por la calle cuando lo vio por vez primera. Ese pequeño rubio que tenía una pelea con algunos chicos. No se hubiera inmutado de no ver que ese pequeño sangraba casi inconteniblemente y los demás, pese a que tenían moretones y marcas del pleito, se veían con capacidad para seguir peleando. Sin embargo… ese chico de piel trigueña continuaba dando pelea, y parecía más irritado que los demás.

-Eyyy- dijo soltando su mochila y poniendo sus esfuerzos en separar a esos jóvenes.- paren de una vez.

Mientras intentaba detener la trifulca, fue víctima de un puñetazo perdido. No importó. Cogió por la playera a uno de los jóvenes de la banda y lo lanzó al suelo. Eso, como es de suponerse, había causado que los otros dos se voltearan con la intención de lanzarse a los golpes en su contra, sin embargo se abstuvieron y, en medio de insultos se retiraron.

El rubio estaba tirado en el piso, lleno de tierra y de sangre seca.

-¿Estás bien?- se puso en cuclillas para revisar su nariz y determinar si tenía algún otro problema. Al momento de tocarlo por el hombro para conseguir su atención, el chico volteó molesto.

-Déjame tranquilo- se apartó un poco rápidamente, haciendo todavía más evidente el tono de hostilidad. Sin embargo, algo en los ojos expresivos ojos azules que tenía le hicieron ver que no era una mala persona. Buscó la manera de acercarse a él antes de continuar.

-Por favor. Permíteme ayudarte- hizo un esfuerzo para ver la condición de su nariz y de su, ahora visible, labio partido.

-Te dije que me dejes tranquilo.- se levantó raudamente y se echó a correr, perdiéndose en la multitud,

°oOo°

-¡Dios mío, Itachi! ¿Qué te pasó en la cara?- preguntó su madre alarmada al verlo llegar a la casa con esa nada discreta sombra morada que había marcado el puño de uno de los niños de la banda. El simplemente le restó importancia…

-No es nada mamá. Solamente vi como unos chicos se estaban peleando y entré a detenerlos antes de que se hicieran mucho daño.- intentó continuar con su camino, sin embargo la mirada reprobadora de Mikoto no iba a dejarlo en paz. Aparentemente su madre creía que el pleito había sido causado por él.- En serio…- agregó con una sonrisa tranquilizadora, que mantuvo hasta que la expresión facial de su madre hubo cambiado.

-¿Qué ejemplo le darás a tu hermano?- dijo ligeramente aprehensiva. El chico comprendía que era normal percibir esa angustia en su madre. Sasuke lo tomaba como  ejemplo a seguir desde que su padre había muerto, y ahora, en su pubertad, simplemente se había vuelto rebelde y revoltoso. Siempre dispuesto a enfrentarse  a puños antes de charlar.

-El mismo que le he dado toda la vida mamá. Esto lo hice por evitar que otros se hicieran más daño… simplemente porque intenté que pararan una pelea callejera.

-¿Qué te hiciste?- preguntó una voz desde detrás. Itachi simplemente volteó para encontrarse con la mirada seria de su hermano. Ese día vestía unos pantalones rotos, que tenían la cadena que fungía como llavero en uno de los bolsillos y una playera demasiado holgada para él.

-Nada- dijo extrañado Itachi. – Deberías intentar comprar cosas de tu tamaño… y tirar esos pantalones que están hechos girones.

-Dejame tranquilo- lo empujó un poco con el hombro y se dirigió a la entrada de la casa- ya me voy. No me esperen despiertos…

-Oye no- el de coleta intentó decirle a su hermano, antes de que él lo mirara retador y cerrara la puerta. Eso le daba rabia… pero lo que más lo irritara era que su madre no hiciera nada al respecto. No valía la pena decirle nada.

 

Intentó concentrarse en su tarea. En poco tiempo habría de ir al hospital para las guardias de pasantía y no se podía despegar de esa mirada llena de agradecimiento, odio, hostilidad y a la vez inocencia que le había otorgado ese joven.

No sabía de dónde podía ser ese chico, sin embargo, dada la vestimenta que llevaba, podía asumir que no tenía muchos recursos. Sentía una opresión en el estomago cada vez que pensaba en él. Hubiera querido ayudarle al verlo tirado, sin embargo el le había básicamente volteado la cara.

Cerró los libros, decidiendo que no podía hacer nada y se marchó un poco antes al hospital. Sinceramente, no quería ver a su hermano en esos momentos, claro, si se decidía a poner pié en la casa antes de la mañana siguiente, pero también sabía perfectamente que debía hablar con su hermano al respecto de su actitud. ¿Cómo hacerle ver que era un chico de 16 años y no podía ir y venir según quisiera?

Se despidió de su madre, que se encontraba leyendo un libro en la estancia mientras esperaba que Aorin le informara que la cena estaba servida.

-¿No te quedas a la cena?- preguntó con un tono dolido

-No madre. Debo ir al hospital. Además uno pensaría que Sasuke llegará antes de que salga el sol… deberías decirle que esté aquí para la cena- la miró de reojo mientras se daba la vuelta para saber como había tomado el comentario. Tenía que hacerle ver a Mikoto que ella tenía la autoridad y debía ejercerla, por muy cómodo que resultara sentarse a ver como la vida pasaba…

°oOo°

El hospital era como siempre… lleno de gente, bullicio y ajetreo.  La zona de urgencias, que consistía en el principal aglomerado de pasantes de medicina no conocía el descanso. En ocasiones, a Itachi  le costaba concebir que hubiera tantas personas accidentadas día con día, aun viviendo en un lugar relativamente pequeño.

Llegó una pequeña niña, a la que se dispuso a atender, pero para su sorpresa, en una camilla vio como llegaba ese chico… justo al que había intentado proteger horas antes.

-Doctor…- le llamó una enfermera apresurada- ese chico es de nuevo ingreso. Aparentemente tiene una hemorragia nasal y no le para con nada. Tiene horas así y lo más que ha podido hacer el limitar el flujo… sin embargo su presión está por el suelo. Ha perdido una cantidad considerable.

-Gracias- dijo repasando mentalmente lo que le decía la chica y comparando con los tiempos en que la pelea había tenido lugar. Se acercó al joven y ordenó que lo llevaran a un cubículo.

Se fijó en el expediente medico que la persona que lo había llevado tuvo la gentileza de firmar.

-Nombre: Uzumaki  Naruto  

-edad: 16 años

-Tipo de sangre: AB-

 

Eso era lo único que necesitaba saber. Le costaba creer que ese chico, Naruto, tuviera la misma edad que su hermano. Se veía completamente distinto a Sasuke, como si el menor de los Uchiha fuera muchos años mayor. No necesariamente más maduro, pero físicamente sus rasgos caracterizaban más a un adulto. Bueno… ya habría tiempo para pensar en eso más tarde, lo importante en ese momento era salvar la vida del rubio antes de que perdiera más sangre.

-Buenas tardes- dijo entrando con parsimonia. La bata blanca le confería un aspecto por demás solemne.

-¿Tu?- el ojiazul se veía espantado en ese momento. El mismo hombre que había intentado ayudarlo esa tarde era el encargado de cuidar de él en el hospital.

-Así es…-dijo Itachi sin mucha expresividad- te preguntaría como lograste que la nariz te sangrara pero…yo estaba ahí.

El chico simplemente se puso rojo y se metió un poco en las sabanas. Se sentía débil, pero no quería ver a la cara al moreno.

-Vamos…- Itachi tocó su pierna- no te sientas mal. Ahora… necesito revisar tu nariz. Espero que me lo permitas esta ocasión y que no salgas corriendo- se acercó con una sonrisa. Naruto se veía realmente tierno cuando estaba avergonzado.

-Gomen…- dijo en voz baja, para que solo el Uchiha lo escuchara. Como respuesta, simplemente recibió un guiño. Eso sentaba las bases… todo estaba perdonado entre ellos.

Después de un momento de revisión, el Dr. Uchiha emitió su veredicto. Tenía roto el tabique y habría que  reacomodar el hueso. Pero antes había que trasfundir un litro de sangre. Se dirigió a las enfermeras, que corrían como locas por el pasillo y les pidió que llevaran cosas para realizar lo antes dicho.

Regresó con su paciente, ya que la llegada de pacientes le había dado un descanso. Se sentó a su lado mientras el de ojos azules, fijaba toda su atención en ver el liquido rojo pasar a través del tubo directo hacia su cuerpo.

-Dime Naruto…¿ te sientes mejor?- interrogó a manera de romper el hielo.

La epresión del rubio era todo un poema. Abrió los ojos de par en par y después de mucho pensarlo se atrevió a preguntar- ¿Cómo sabes mi nombre?

-Porque lo leí en el expediente- levantó la mano que lo contenía y dedicó una sonrisa triunfal.- Ahora contéstame, ¿te sientes mejor?

-Si, aunque todavía me zumban un poco los oídos.- confesó

-Es normal, perdiste mucha sangre. Es una verdadera suerte que te hayan traído aquí en el momento adecuado.- el menor simplemente asintió con la cabeza- y dime ¿a que te dedicas?

-Por las mañanas voy a la escuela y después me dedico a salir con los chicos. Hacemos de todo un poco…

-Vaya ¿y que hacían hoy antes de traerte?

-Estabamos peleando. – eso sorprendió a su interlocutor ¿Cómo era posible que pelearan por diversión?- tu sabes… así ganamos un poco de dinero. Peleas callejeras… aunque por lo general todos nos llevamos bien.

-¿Peleas callejeras? Eso es peligroso…- lo regañó paternalmente Itachi, luego, continuó- Así que ellos te trajeron aquí…

-Si. Llegué y no me podía mantener bien en pie. Primero pensaron que estaba en verdad ebrio, o que seguía  noqueado por lo de en la tarde, pero uno de los chicos nuevos se dieron cuenta y me trajo al hospital. Dijo que su hermano estaba aquí, y que me traería aunque no quería que lo vieran…

-Vaya…- Itachi estaba fascinado por la conversación del chico. La forma en que movía los brazos o gesticulaba era encantadora. – posiblemente conozca al médico. Aquí habemos nuchos haciendo la pasantía.

-Lo siento… prometí que no le diría a nadie para evitar que él se metiera en problemas.- contestó ligeramente incomodo. Luego, decidió cambiar de tema. Se daba cuenta que no sabía nada de su interlocutor y, si bien sabía que no tenía derecho, quería preguntar.- ¿Por qué eres doctor?

Esa pregunta le sorprendió al de coleta. Nunca le habían hecho esa pregunta, que implicaba mucho dolor contestar. Tragó grueso y decidió responder

-Mi padre murió porque no tuvo asistencia médica oportuna. Me di cuenta que no quería que pasara de nuevo…

-Vaya… eso es muy noble de tu parte.- contestó.

Después de pasar la noche charlando y escuchando las historias que el otor tenía que contar, Naruto fue dado de alta. Itachi también iba de salida, así que se decidió a acompañarlo a casa, sin embargo, el rubio le dijo que no… y tal y como había hecho la tarde anterior, se esfumó.

°oOo°

“Dejame tranquilo, te odio” fue lo primero que escuchó al entrar por el umbral de la casa, seguido por un portazo.

No hubo necesidad de preguntar que había pasado. Ni siquiera le interesaba saber el motivo. Se dirigió a su habitación y se concentró todo lo que pudo en pensar cosas agradables antes de encarar de nuevo a su hermano.

-Sasuke- dijo tocando la puerta y entrando.

-Dejame tranquilo. Quiero dormir…- respondió el de cabellos azulados mientras dirigía una mirada mortal a su hermano, seguido de meter la cabeza entre el colchón y la almohada.

-No. Levántate…es jueves- recordó Itachi.

-¿Y que? Dejame en paz. Igual voy mucho mejor que todos los de mi generación- recalcó enfadado.

-¿A que hora volviste anoche?

-eso no te incumbe. Ahora dejame tranquilo.- le lanzó su sudadera, en vista que no tenía nada más para lanzarla. De ella salió una cajetilla casi vacía de cigarros y una anforita.

-¿Qué es esto?- estaba impresionado. No creía que su hermano menor fuera capaz de hacer esas cosas.

-Adivina… ahora dejame dormir.

Azotó la puerta al salir. Estaba molesto con Sasuke, pero al mismo tiempo sentía uqe había fallado como hermano y como autoridad. Sentía que era su culpa que ahora su hermano estuviera cayendo en el límite de la vagancia.

Salió de la casa nuevamente. No quería ver a su madre, tan culpable de la conducta de su hermano como el mismo. Tenía que pensar claramente en todo antes de tomar medidas.

Anduvo sin rumbo un rato, hasta que se encontró en una zona totalmente desconocida para él. Intentó regresar sus pasos, pero no fue capaz de recordar como había llegado a ese lugar en primer lugar.  Continuó por la misma calle.

De pronto, alcanzó a atisbar una melena desmarañada que caminaba a paso lento por la acera. Le dio alcance.

-Naruto…- saludó amable

-Hola Itachi… ¿cómo estás?- saludó mientras ponía su mano tras su espalda.

-Bien gracias. Parece destino- bromeó- nos hemos encontrado tres veces en dos días…

-Bueno…-se puso las manos tras la nuca.- eso admito que es extraño.

-¿Qué te parece si me dejas invitarte un café a salud del destino?- dijo sintiéndose un poco atrevido.

-Pues… está bien, pero…¿estás bien? Te ves alterado.

-Pasó algo y necesito charlar con alguien, pero no importa…

-Si necesitas charlar sabes que estoy ahí.- dijo feliz, tomando del brazo al más alto y metiéndolo en una cafetería cercana.

Una vez ahí, Itachi comenzó a relatarle como había sido la figura paterna de su hermano desde la muerte de Fugaku, y como desde hacía unos meses, su amado ototo se había comportado como un cretino y un vago de lo peor. Descargó todas sus frustraciones mientras que el chico lo escuchaba atento.

-Yo soy de la idea que el es lo suficientemente grande par a saber que hace y que no. No puedes cargar con todo lo que hace…

-Pero… me duele que tome esa actitud. Se que no terminará bien…

-Si no se lo dices así es difícil que lo comprenda. Si se gritan y pelean todo el tiempo es complicado que te escuche.

-tienes razón- acepto finalmente- ¿tu como lo sabes?- preguntó.

-Pues…-hundió un poco la cabeza- mi familia era así. Todo eran gritos, discusiones… un día decidí que había tenido suficiente y me marché. Es por eso que saco dinero de las peleas… son una buena fuente de ingresos

El de coleta no podía creer lo que escuchaban sus oídos. Sintió pena por Naruto en ese momento, aunque también supo asimilar que esa realidad no estaba tan lejos de la familia Uchiha como se podría pensar.

-Creo que debería hablar con mi hermano… pero no tengo idea de cómo hacerlo.- dijo pesimista

-Yo te puedo ayudar- se ofreció sinceramente mientras intentaba limpiarse la espuma del café de la comisura de los labios. El moreno no pudo hacer más que agradecer el gesto… en verdad ese chico lo había llenado de emociones puras desde el momento que lo vio en la pelea. Era un ángel caído del cielo para ayudarlo.

Después del café y de otra charla, todavía más agradable que la anterior, Itachi llevó a Naruto a su casa. Un departamento a un par de calles del lugar donde se habían encontrado.

Le sorprendió que hubiera gente que pudiera vivir en esas condiciones. Parecía que vivían 30 personas por metro cuadrado... sin embargo, el lugar exhalaba cierto aire de familiaridad. Todos se conocían entre todos y parecían, para su decepción, más una familia que la suya propia.

Hasta que Naruto selo había evidenciado, prefirió negar que desde que comenzaron los gritos, había perdido a su hermano. No sabía nada de su hermano y las hostilidades eran lo primero que saltaba a la vista cuando llegabas.

-¿quieres algo de tomar?- preguntó desde la cocina. Itachi negó con la cabeza.- espero que  no te moleste haber pasado aquí primero. Lo que ocurre es que desde que salí del hospital tuve que ir a ver unos asuntos para la pelea de hoy y apenas volví. Debo cambiarme de ropa.

-No hay problema, solamente ten cuida…- demasiado tarde, por sacarse el cuello de la playera y caminar al mismo tiempo, había ido a estrellarse de lleno contra una puerta entreabierta y de su nariz brotaban chorros de sangre nuevamente.

-OUCHHHHH- lanzó un alarido de dolor. El de coleta simplemente se acercó a él y revisó. Nada grave.

-Tonto- se rió con dulzura mientras tocaba con su dedo la nariz del ojiazul a modo de juego.- No pasó nada… pero deberías cuidarte.

Naruto volvió a ruborizarse- no me fije…suele pasarme.

-Pues deberías fijarte más- quiso ayudarlo a quitársela, pero él se apartó bruscamente.

-Está bien que seas un doctor… pero yo no soy una chica ni un minusvalido. Puedp vestirme solo…- comenzó obstinado. A Itachi simplemente le dio risa la reacción de Naru. Se veía tan tierno…

 -No te rias del mal ajeno- se seguía quejando.

°oOo°

Itachi se sentía un poco extraño estando con Naruto. Podía dar la apariencia de ser tan frágil y a la vez ser tan increíblemente fuerte. Era sencillamente asombroso.

Ese día decidieron no ir a casa del Uchiha porque, aparte de que Sasuke no se mostraría dispuesto a recibirlos, no quería que algo magullara la felicidad que le imprimía estar con ese chico de sonrisa contagiosa y ojos vivaces. Además, esas pláticas que se extendían durante horas lo cautivaban por completo…

Esa noche, Naruto lo invitó a ver la pelea. Como él decía, no era tan peligrosa como se podía pensar. Nadie usaba cuchillos y el sentido de camaradería que existía ayudaba a que fuera tranquilo.

Su poca disposición para volver a casa lo invitó a asistir. No habría de volver al hospital sino hasta el día siguiente y no tenía nada más atractivo que hacer que pasar una noche con ese cautivador chico. Por algún motivo, al azabache se le hacía chiquito el corazón solo de imaginarse lo que había pasado el chico y le venían unas irrefrenables ganas de cuidar de él, pese a que él evidentemente  se lo impediría.

El lugar donde se llevaban a cabo las peleas no estaba lejos de ahí. Una bodega cerca del muelle, cual película de Hollywood.  Lo más sorprendente para el moreno era la cantidad de personas que veía. Todos tenían aproximadamente la edad de Naruto, e incluso había chicos y chicas menores, así como una minoría de personas que rebasaban los veintidós años aproximadamente.

-¿Quién peleará hoy?- preguntó en voz baja al notar que los asistentes le veían de forma extraña, evidenciando que él no pertenecía a ese núcleo. Naruto se movía como pez en el agua saludando y bromeando con todo el que se le atravesara. Finalmente, con la misma voz que Itachi se había dirigido a él contestó.

-El chico que me llevó al hospital… es un gran peleador, además de una gran persona. A todos nos ha ayudado mucho. No estoy seguro con quien peleará, pero aparentemente será con “Rojo”. Si me preguntas no creo que esto dure mucho… se que han estado saliendo juntos durante un par de meses. “Rojo” fue quien trajo a este chico… son increíbles ambos como luchadores y como pareja si me lo preguntas.

 -Vaya Naru, se ve que estás bien enterado- comentó Itachi sin malicia alguna.

-Bueno… estos chicos son como mi familia. La familia se cuida- agregó inocente, sin embargo dejó pensando al mayor. “La familia se cuida”

-¿Y como cayó este chico en este lugar? ¿Por qué lo trajo Rojo?

-se conocieron en un bar… Gaara, mejor conocido como “Rojo”  comenzó a charlar con el y con otros chicos y así terminaron aquí. Aunque te diré que “nuevo” es diferente a nosotros. Él tiene mucho dinero, así que cada vez que pelea, se deja ganar, o si llega a ganar le da el dinero a los pequeños. Muchos de nosotros no tenemos familia… él les da esperanzas y un poco de recursos. Es por eso que casi todos están aquí.

-Ya veo…- dijo pensativo el Uchiha. Era increíble que un chico decidiera ayudar a los chicos menos afortunados y se hubiera convertido en esa  luz de esperanza.

Se hizo un silencio de ansiedad en todo el lugar. Aparentemente los que habían sido convocados para la pelea habían aparecido y la chica que fungiría de “referi” estaba dándoles las instrucciones  a ambos.

Itachi no alcanzaba a ver nada. Las cabezas estaban apiñonadas y los gritos a favor o en contra de alguno no se hacían esperar. Se escuchaba perfectamente cómo se agredían verbalmente los dos del centro, y el sonido de los golpes resonaba.  Miraba la cara llena de entusiasmo de Naruto y se encantó al instante. Esa inocencia que destilaba sencillamente no tenía precio… de nuevo ese sentimiento calido llenó su estomago. Casi se sentía con la necesidad de besarlo…

No supo cuando ni en que momento, pero sus labios habían encontrado los  de Naruto, y ésta había devuelto de beso. Ambos correspondían con la misma intensidad al beso del otro, dejando la pelea en segundo plano. Se sentía tan bien, tan lleno de vida, de cariño, con un toque de emoción generada por la ocasión… era perfecto.

No supo cuanto tiempo duraron así, pero al momento de separarse, ninguno de los dos encontró palabras para llenar el silencio incomodo y a la vez familiar que se había hecho.

-Naruto…-Itachi tomó la iniciativa- en verdad lo siento. No supe que me pasó… supongo que simplemente fue…- el índice del rubio se colocó suavemente sobre la boca del otro.

-No te disculpes Itachi…

-Pero… -un discreto rubor se marcó en las mejillas del azabache. Naruto simplemente lo volvió a besar fugazmente y continuó.

-No te habría invitado aquí, ni habría consentido en pasar mi tiempo contigo si no me interesaras.

-Entonces ¿te gusto?

-vaya que eres lento- rodó los ojos con sorna- evidentemente me gustas… simplemente creo que deberíamos darnos tiempo para conocernos mejor- sonrió y volvió a fijar su atención en la pelea. El moreno siguió su ejemplo, haciendo de cuenta que nada había sucedido…

Lo que vio a continuación lo dejó sorprendido. Aquel que peleaba en el centro era nada más y nada menos que su hermano. Sasuke era quien había llevado a Naruto al hospital, quien prácticamente le había salvado la vida. Y ahora estaba peleando a puños contra… ¿Su novio? Esas habían sido las palabras exactas de su querido niño… su ángel.

Esperaron a que la pelea tocara su fin. No fue muy larga, así que el corazón del mayor de los Uchiha no dejó de latir por mucho tiempo. Sin embargo, aunque lo veía no podía creer nada de eso.

-Itachi… ¿estas bien?- los ojos de Naruto lo examinaban inquietos, intentando ver que era lo que ocurría.

-Naru… ese es mi hermano- dijo tan pronto como juntó las palabras. Naruto no podía dar crédito a lo que escuchaba. Era difícil de creer que Itachi fuera hermano de Sasuke…

-¿Cómo es posible?

-no tengo la menor idea yo tampoco- aseguró. De la parte delantera, un par de hombros saludaron al ojiazul. Itachi, de espaldas como se encontraba, no alcanzó a ver de quien se trataba. Simplemente observaba el vacío dejado por los peleadores.

-Que coincidencia- sonrió hábilmente Naruto, mientras tomaba por la mano a Itachi y lo volteaba. –Les quiero presentar a una persona…

-¿Itachi?- la cara de su ototo estaba totalmente desencajada. Si algo le quedaba claro con eso era uqe Sasuke, menos que nadie tenía idea de la reunión que de propiciaría.-¿Qué haces aquí?

-Lo mismo preguntaría… pero te ví- dijo acido. Por muy buenas que fueran las intenciones de su hermano, no consentiría que se pasara las noches peleando. El menor simplemente rodó los ojos y miró fieramente a Naruto.

-¿Por qué lo trajiste?- reclamó

-Verás teme… yo no tenía la menor idea que Itachi era tu hermano. Si me lo hubieras dicho antes no lo hubiera invitado.- dijo con una sonrisita zorruna que lo único que lograron fue sacar de sus casillas al menor. Le soltó un derechazo  rápidamente, pero Naruto logró esquivarlo.

-Vamos… calmate de una vez Sasuke- Gaara se encontraba agarrándolo por los brazos. De a poco, el menor fue recobrando la conciencia de sus actos.

-Lo siento…-dijo seco, mirando todavía con recelo a su hermano, que finalmente habló.

-¿Por qué vienes?- preguntó. Recordaba lo que había hablado con su ahora angel de la guarda acerca de las peleas y el poco dialogo. No quería que su hermano terminara con el mismo destino.

-Porque es divertido…- dijo el menor con una sonrisa soberbia- además de que a ellos los ayudo- señaló a los niños pequeños, que comenzaban a dispersarse.

-Eso es… increíble, pero me lo hubieras dicho. Eres mi hermano y siempre te daré mi apoyo… aunque últimamente hayamos tenido malos ratos. Lo siento mucho- dijo finalmente. Ahora comprendía que lo que su hermano hacía, aunque no era el método más adecuado, lo hacía feliz y le permitía ayudar a los demás.

-Gracias… por cierto, él es Gaara… mi novio- dijo un poco abochornado. No se imaginaba que el momento de presentar a su pareja fuera así.

-Mucho gusto- saludó Itachi cordial. Naruto simplemente sonreía… finalmente había ayudado a Itachi a solucionar las cosas con su hermano.

Itachi sonrió ante ese pequeño. Le estaba increíblemente agradecido… sin quererlo, en tan solo dos días, ya le había proporcionado los mejores momentos de su vida. Le había recordado que era humano y que tenía derecho a enamorarse. Había salvado su relación con su hermano, a quien ya consideraba imposible y sobretodo, le había regalado su compañía, su comprensión y el beso más dulce del mundo.

Naruto Uzumaki se había vuelto su ángel personal…  le había regresado la felicidad, misma que no se alejaría mientras estuviera a su lado.

 

 

 

Notas finales:

bueno... cough cough...espero que les haya gustado. Yo se, sinceramente hablando, que no es una buena historia pero no tenía mucha idea de como abordarlo. Espero les haya gustado.

Me gustaría saber si les gustaría que siguiera con esta pareja o si lo dejo por la paz... bueno besos y recuerden

Sonreir no cuesta nada... dejar un review tampoco


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