Aozora
'Mi desesperación va creciendo... Tengo dentro tantos sentimientos que
no puedo expresar...
Te amo tanto... tanto... que simplemente enfermé, de la peor manera que
podría haber enfermado. Una enfermedad incurable... Un amor rechazado,
que poseo, pero al mismo tiempo no tengo y jamás tendré. Un amor que
no es de nadie.
Mi amor te pertenece... Pero por esa razón no tiene dueño... Es algo
que me pesa intensamente y no puedo quitarme... Ya no puedo caminar
más.
Tú cada vez te alejas más... A paso lento... Es tan, tan lento... ¡Y no
puedo alcanzarte!... Cada vez estas más y más lejos... Y no hay nada
que pueda hacer.
Mi rostro se siente lastimado ya, de las incesantes lágrimas que caen
aun cuando duermo... En mis dolorosos sueños.
No hay momento en que no estés en mi mente. Te has apoderado de todo,
te he entregado todo y ahora tu recuerdo está consumiéndome totalmente
por dentro...
No resisto... No resisto...
Mi locura se ve a simple vista al igual que mi tristeza.
Estoy demasiado triste... Que me mata.
Estoy muriendo, muriendo por algo que no tiene razón, no esta en ningún lado.
Estás a mi lado, estás ahí... Pero al mismo tiempo no... No eres tu, te
trasformas, cambias te vas... Pero solo puedo imaginarte.
Te conozco pero no es verdad...
No hay manera de que pueda parar de sufrir... Parar esta enfermedad que me matará pronto...
El amor...
...¿Cómo es posible que me haya enamorado de alguien que no existe?...
Todo empezó como un juego entre nosotros... Un juego que comenzó desde
que nací, y me atormentó hasta mis últimos segundos.
…ramos mi hermano mayor, Yasu y yo, Shina.
Consistía en un juego de roles. Solo éramos dos, pero creamos y
actuamos todos los personajes de una historia que se iba escribiendo
sola.
Yo era pequeño y no supe inventar otra persona más que yo. En cambio,
Yasu creo miles de personalidades diferentes e impresionantes, y supo
representarlas perfectamente.
Aunque nuestro juego con su historia era muy complejo y complicado,
terminamos centrándonos en dos simples personajes, siendo que solo
actuábamos como ellos al final. Zora y Ao.
Yo debía actuar como yo lo haría, solo cambiando mi nombre a Ao.
…ramos una pareja simplemente perfecta, y Zora era tan admirable e
impresionante...
Jugábamos tanto que hasta se podía llegar a decir que Yasu y Shina
habían dejado de existir.
El juego se fue demasiado lejos y terminamos haciendo el amor
realmente.
Zora se había adentrado en mi corazón, y allí comenzó a devorarme...
Yasu ya se volvía mayor y el juego se detenía cada vez más... Y Zora se iba perdiendo, volviendo a ser Yasu, solo mi hermano mayor.
Aun así seguí insistiendo, por lo que pude mantenerlo cerca mas tiempo.
Pero Yasu no estaba interesado, y Zora se fue.
Podía en ese momento desfallecer... No podía ver en Yasu a alguien más
que a Zora, lo necesitaba, lo llamaba, pero él no estaba ahí.
Seguí insistiendo, deseando... esperando algo que no podía esperar.
Estaba tan enamorado... Mi soledad se me hizo presente.
Sentía que lo extrañaba cada vez más y más.
Hasta que finalmente me di cuenta de que sentía un doloroso amor por
alguien que no existía, alguien que jamás existió, alguien que jamás
existirá...
Fue ahí cuando enfermé.
Las lágrimas eran mi única forma de soltar algo que se apegaba a mí,
cada vez más.
A pesar de saber que Zora no existía, mi amor seguía creciendo con su
recuerdo, con su falsa presencia.
Me sentía enloquecer cada día más... Me moría... En verdad me moría, mi amor consumía mi corazón marchito poco a poco.
La mano que me sostenía de caer en mi precipicio interminable,
desapareció... E inevitablemente, caí.
Que yasu me visitara siempre en mi cuarto me ponía aún peor.
Zora estaba tan cerca... Pero al mismo tiempo tan, tan lejos... Cada vez más... Cada vez más...
Y así como mi vida, en ese momento, desapareció.
Siempre estaré esperando, por algo que jamás llegará.
Y aunque lo sepa, no puedo dejar de hacerlo...
Te amo, Zora, más de lo que cualquier persona podría...
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