Fui abriendo los ojos lentamente para bostezar y sonrer felizmente. Un nuevo da empieza y otra vez volv a soar contigo, con esos hermosos ojos que me atraparon hace dos semanas. Hoy sin duda conseguira ver tu rostro, fuera como fuera. As que me levant para empezar a vestirme y encaminarme a la sala de entrenamiento, que al llegar solo te vi a ti, con una gran hacha entre tus manos.
Me escond en una esquina que haba y me dediqu a observarte detenidamente. Entrenabas duramente moviendo velozmente el hacha, no poda dudar que eras la mejor de los caballeros, podas con un ejrcito tu sola, o por lo menos eso era una de las maravillas que me haban contado.
Mi corazn lata feliz cada vez que te observaba, cada vez que recordaba tus bellos ojos, pero lata de nervios en cuanto me preguntaba como sera tu rostro. Llev mis manos hacia mi pecho para cerrar mis ojos nerviosa, estaba decidida a ir para hablar contigo, pero en cuanto escuch los pasos metlicos de los caballeros, me fui corriendo de all sin que nadie me viera, o eso me pens, ya que sent como alguien clavaba sus ojos sobre m.
Cuando sal de la sala de entrenamiento di un gran suspiro de alivio pero a la vez frunc el ceo por no haberme acercado hacia ella. Me resign y empec a caminar hacia el trono de mi padre, hasta que mi cabeza me dio una idea, as que corr buscando a mi padre, cosa que no tard mucho ya que estaba sentado en su trono mirando unas hojas.
-Pap! –Exclam acercndome a l feliz.
-Qu ocurre hija ma? –Me pregunt mientras apartaba sus hojas.
-Puedo ir al pueblo? Ir con un caballero! –Dije esperanzada de que me enviara a la ojiazul.
-Pero… Para que quieres ir al pueblo? –Me pregunt interesado.
-Quiero tomar algo de aire –Me rasqu la nuca inocentemente.- Sabes que a mi edad somos muy movidos
-De acuerdo… -Dio un gran suspiro de cansancio.- Te enviar al caballero flameante, el solo podr defenderte bien si ocurre algo
-Gracias Pap! –Agradec abrazndole felizmente.
Mi padre ri por lo bajo para enviar a un guardia para que llamara al caballero flameante, quien en un momento estuvo ah con su tpica y molesta armadura.
-Ocurre algo majestad? –Pregunt mientras se arrodillaba.
-Mi hija quiere ir al pueblo y t le hars de guardaespaldas –Le explic.
La ojiazul levant la mirada sorprendida, pude notar como me miraba confusa, as que intent no rerme.
-Es una orden –Se levant para mirarla de arriba abajo.- Tendrs que cambiarte de ropa para que no sospechen –Me mir.- Te digo lo mismo Hayate, id con las caras tapadas
-De acuerdo –Asentimos ambas para dirigirnos a nuestras habitaciones para ir lo ms normal posible.
Cog un pauelo azul y me tape media cara y sal de mi habitacin para sorprenderme, ya que vi a alguien bajito con el cabello largo recogido en una trenza de color rojizo y de hermosos ojos azules. Al ver esos hermosos ojos pude saber que era el caballero flameante, pero frunc el ceo al ver que ella iba tapada con un pauelo negro cubrindole media cara, igual que yo.
Di un gran suspiro y empec a salir del reino, seguida de la silenciosa chica. Nos habamos adentrado en un mercadillo, as que me fui parando en escaparates que me interesaban, mientras que ella solo se paraba y cruzaba de brazos. La mir de reojo y empec a pensar en su sobrenombre. El caballero flameante, segua sin entenderlo… Su manera de luchar era ms bien veloz, sus ojos son azules as que creo que es por el extrao color de su cabello. Ahora si que le encajaba el sobrenombre, aunque creo que su cabello rojizo es un hermoso color para ella.
Seguamos caminando y el silencio an estaba presente, cosa que me pona nerviosa as que me par en frente de ella, viendo como abra los ojos sorprendida.
-Vit… -Not como me tapaba la boca con su mano mientras que con la otra me haca el signo del silencio.
-No digas mi nombre –Me dijo para empezar a caminar.
Me sonroj levemente al sentir su mano tapando mi boca, pero al ver que se alejaba de m fui corriendo a su lado para llevar mis manos hacia atrs mientras miraba al cielo pensativa. No conoca muy bien el pueblo, pero si mi memoria no me falla, me recuerdo que cuando era pequea mi madre me llevaba a un lugar hermoso y tranquilo.
A medida que caminbamos yo intentaba recordar ese lugar tan pacfico. Cerr los ojos y frunc el ceo mientras me cruzaba de brazos. Pude notar como me miraba curiosa, pero yo no hice caso, ya que segua intentando recordar ese lugar, hasta que pasemos por una calle y pude recordar.
-Vamos! –Exclam cogindole de la mano y tirndola para que corriera conmigo.
La pobre no entendera nada, pero pronto vera ese hermoso lugar conmigo, solamente conmigo y a solas. Sonre satisfecha hasta que llegamos. El lugar era un gran campo de bellas rosas rojas, mir con ojos brillantes a la pelirroja para ver su reaccin. Pude ver que miraba indiferente el lugar pero no poda esconder un cierto brillo en sus ojos. Sonre feliz por ese gesto, pude saber que le gust el lugar, aunque demostrarlo es otra cosa…
-Te gusta? –Le pregunt para estar segura mientras me acercaba a ella.
-Si… Digo no… Digo… -Not como empezaba a ponerse nerviosa por mi cercana a ella.- Digo… Si a mi princesa le gusta est bien –Me dijo recuperando su postura de caballero, aunque cruzndose de brazos y con un bello rubor en sus mejillas.
-Entonces… -Empec a caminar alrededor de ella para pararme de nuevo en frente suyo.- Te parece bien venir aqu conmigo cada da? –Le pregunt con una gran sonrisa.- O por lo menos cuando puedas –Me rasqu la mejilla al recordar que era un caballero bastante ocupado.
-Si la princesa quiere, estar bien –Me respondi indiferentemente, cosa que me molest bastante.
-No! –Me cruc de brazos.- Siempre lo que la princesa quiera! –La mir con el ceo fruncido.- Quiero que decidas algo por ti mismo, olvdate que soy tu princesa
-Pero… -Le tap la boca con un dedo, cosa que se sonroj levemente.
Dio un gran suspiro para mirarme directamente a los ojos.
-De acuerdo… Quiero acompaarte
-Bien! –Por fin haba elegido algo por ella misma, o eso crea.
La mir por un instante, la volv a ponerla nerviosa, pero no me import. Le baj su pauelo y deposit un beso en su mejilla. En cuanto deposit el beso en su mejilla aprovech para mirar su rostro, pero ella fue ms veloz alejndose de m y tapndose la cara totalmente ruborizada.
-Princesa!
-Qu? Es solo un beso –Le dije infantilmente, para fruncir el ceo y cruzarme de brazos al caer sobre una cosa.- Hayate –Me mir extraada.- Deja de llamarme princesa, me llamo Hayate –Le dije molesta.
-P-Pero…
-Nada de peros, cuando estemos a solas me llamars por mi nombre De cuerdo? –Le gui un ojo para notar como se iba ruborizando an ms.
-De acuerdo… -Asinti entre regaadientes para mirar el cielo y fruncir el ceo.- Vamonos, esta zona se pude volver peligrosa –Me dijo mientras empezaba a caminar.
La mir extraada para empezar a seguirla, miraba todos los lados y las calles empezaban a coger un ambiente peligroso. Not como alguien me coga y me tapaba la boca con una gran y apestosa mano.
-Ms te vale no chillar… -Me susurr una voz masculina a mi odo.
Su aliento ola a carne cruda y me mareaba, as que pude deducir que era un Brbaro. Gente con problemas econmicos y no podan comprar comida para alimentarse, as que no tenan otra que matar a gente y comrsela. He escuchado que algunas mujeres mataban a sus hijos para satisfacer su hambre o que cortaban las intimidades del hombre y a saber que hacan con el… Mir con temor a mi guardaespaldas, ya que se detuvo en cuanto not algo afilado en su costado.
-Crees que su carne estar sabrosa? –Pregunt el que me estaba tapando la boca.
-Sern del castillo –Dijo mientras miraba a Vita.- Dicen que la carne de la caballera son las mejores –Explic mirando ansioso a su compaero.- Es hora de hacer la carnicera hermano
-Que pena que tengamos que matar a una hermosura como t –Me susurr al odo apartndome un poco el pauelo para lamerme el cuello.- Aunque nos podemos divertir con esta chica… -Le aconsej a su compaero.
Ambos me miraron ansiosos y excitados. Empec a notar el miedo en mi cuerpo y las lgrimas caan de desesperacin, peda ayuda mentalmente a Vita, cosa que creo que lo escuch, ya que golpe fuertemente al hombre que le estaba amenazando con el arma, dejndole inconsciente.
-Antes tendris que matarme –Les dijo framente mientras cruja sus dedos.
-Chico valiente –Me empuj para que me golpeara en la pared e irse acercando lentamente a Vita.
El hombre se abalanz sobre ella. Yo solo pude tapar mis ojos para no ver nada macabro, pero al escuchar como algo metlico se clavaba en carne humana, mir temerosa. Fue un gran alivio para m al ver como Vita le haba clavado el cuchillo de su agresor al otro hombre, as cayendo y mirndolo indiferente.
-Ests bien? –Me pregunt acercndose a m y mirndome con cario mientras limpiaba mis lgrimas.
Yo solo asent para ver como una herida se haba abierto en su mejilla derecha, as que cort un lado de mi pauelo y limpi la sangre que caa de esa herida.
-Lo siento…. Soy una despistada –Me disculp apenada y bajando la mirada.
Pero not como unos dedos rozaban mi barbilla y me obligaban a clavar mis ojos a los suyos.
-No pidas disculpas, deb de estar ms atento –Me dijo mientras acariciaba sutilmente mi mejilla.
Al notar su mano en mi mejilla automticamente cerr mis ojos y di un gran suspiro al notar sus dedos sobre mi piel. Cada da robaba ms mi corazn y mis ojos por ella, era un sentimiento que no poda evitar… Pero mi padre y el de Verossa estaban decidiendo ya el da de nuestra unin… O ms bien el de los reinos. No poda amar a ese hombre, solo amaba a una persona, y esa persona era una mujer. Si me llegaran a descubrir me mataran al instante, estn prohibidas las relaciones entre caballeros y princesas… Pero entre gente del mismo sexo era falta de moral como deca mi padre, aunque yo lo vea lo ms normal de mundo.
Mord mi labio inferior y mir de reojo a Vita. Como deseaba abrazarla, besarla y juntar mi vida con la suya… Me mora por ella… Pero tendra que resignarme y juntar la ma con alguien a quien no amaba… Mi corazn se parti en dos cuando empec a pensar como sera mi vida al lado de ese chico. Sera un infierno para m… Vita, no sabes lo tanto que te puedo llegar a amar.
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