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“Mi Faraón...Mi Salvación” por YuMiKo HaTaKe

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Notas del capitulo:

Konnichiwa!!

Este es un universo alterno, situado en Egipto, espero que sea de su agrado, y quiero dedicarlo a la persona que prácticamente me ayudo a escribirlo y me dio la idea muchas gracias Hitomi-Onee san, nunca se me ocurrió una idea como esta para escribir un fic de estos 2, pero igual como lo dije antes espero que sea del agrado de todas ustedes y si no saben q son bien recibidas sugerencias y todo lo que gusten decirme para poder mejorar este fic y otras historias q haga en un futuro.Sin mas que decir, espero que les guste este primer capitulo, ya saben q lo hago sin ningún fin de lucro, solo para divertirme yo y ustedes q lo leen.Naruto no me pertenece todo se lo debemos al gran Kishimoto-Sempai.

 

“Mi Faraón y Mi Salvación”  

Cáp. I El Esclavo  

 

“Puede un esclavo y un gran faraón enamorarse, esto dicho en palabras es casi imposible pero que pasara cuando los hechos hablen por si mismos, esta es la historia del faraón Sasuke Uchiha descendiente de una noble familia, envuelto por la venganza y el deber de recuperar el trono que le fue arrebatado a su familia y Naruto Uzumaki un esclavo que es ofrecido como sacrificio al gran dios Seth, su procedencia es todo un misterio al igual que el secreto que lo envuelve, pero que pasara cuando el destino decida juntar sus lazos, acaso abra lugar en sus corazones para el amor…”

  

 

-¡Suéltenme!-gritaba desesperado un chico de cabellos amarillos, mientras forcejeaba con 2 sujetos

 

 

 

-Mierda, estate quieto chiquillo-replicaba molesto uno de ellos, mientras amarraba al chico con unas sogas

 

 

 

-Ahhh-gritaba el rubio por el dolor al que eran sometidas sus muñecas por el ligamento

 

 

 

-Cállate-gritaba el segundo sujeto, mientras lo metía en una habitación oscura y cerraba rápidamente la puerta sin darle tiempo alguno al chico para poder escapar

 

 

 

-No, sáquenme de aquí-gritaba a modo de suplica, mientras se acercaba a la puerta y daba golpes en esta aun estando con las manos atadas 

 

 

 

-Basta, cállate mocoso, y disfruta de tus últimos días de vida jajá-comenzaba a decir uno de los sujetos mirando al rubio desde una pequeña ventana que se encontraba en la puerta.

 

 

 

-Por que me hacen esto, yo no he hecho nada-preguntaba desesperado el rubio a sus captores.

 

 

 

-No tienes por q saberlo mocoso o mejor dicho Kitsune-comentaba uno de los sujetos, lanzándole una mirada de desprecio y odio-Ahora estate quieto y no nos ocasiones ningún problema si no quieres vértelas negras-fue lo ultimo que dijeron antes de abandonar el lugar y dejar totalmente solo al rubio.

 

 

 

Y allí se encontraba solo, de nuevo, como tantas veces lo había estado, a decir verdad estaba tan acostumbrado al desprecio y al odio, inclusive a los malos tratos de la gente que lo rodeaba, el entendía y comprendía aquella aversión de todo el mundo hacia el; y no los culpaba tal vez tenían razón, como algunos dicen a veces el sufrimiento te hace mas fuerte, lo único que podía hacer era esperar en aquella habitación oscura, esperar y aceptar su destino.

 

 

 

-Tal vez en este mundo no haya persona alguna que pueda apreciarme o amarme-pensó tristemente, sentándose en un rincón de aquella sombría habitación, encogiéndose de rodillas y ocultando su rostro entre estas.

 

 

 

Su vida no había sido la mejor del mundo a decir verdad sus ropas y apariencia hablaba por si mismas, nunca había conocido a sus padres y desde muy pequeño tuvo que aprender a cuidarse por si solo, no recordaba mucho de su infancia y tampoco recordaba haberla tenido, y así pensando se quedo dormido esperando que el día siguiente fuera un poco mejor.

 

 

 

Se escucho el rechine de la puerta abriéndose lo cual hizo que sus pequeños y cansado ojos fueran abriéndose lentamente, para después divisar a una chica de cabellos azules y ojos color amarillo(véase mi falta de imaginación), la cual lo miraba fijamente, cerrando la puerta detrás de si y acercándose al muchacho ofreciéndole una charola con algo de comida, por un momento dudo en aceptar dicho alimento, pero su estomago requería ser alimentado y prueba de ello fueron unos extraños sonidos que emergían de su vació vientre.

 

 

 

-Anda, come-comento la chica mientras le mostraba una amplia sonrisa al rubio, lo cual hizo que este tomara el plato de arroz que había en la charola y comenzara a devorar desesperado el sustento.

 

 

 

Cuando hubo terminado dejo el plato en el piso y miro a la chica brindándole una pequeña sonrisa.

 

 

 

-Arigatou-fue lo único que dijo, hubo una pequeña pausa donde reino el silencio, pero que fue roto a causa de un pequeño hilo de voz q provenía de la garganta del rubio-¿Que es lo que harán conmigo?-pregunto de repente, observando el piso como si este fuera a darle alguna respuesta.

 

 

 

-No lo se, Gomen…- añadió la joven, sabiendo que tal vez mentirle al chico, era mejor que decirle la cruel y triste verdad de lo que realmente pasaría con el.

 

 

 

Lo observo detalladamente por unos minutos y no podía creer lo q todos decían de aquel chico, en sus ojos solo había ternura y bondad, no era aquel demonio cruel y despiadado al que todos temían, la gente hablaba mucho de eso y a causa de ello el siempre había sido perseguido para ser exterminado o simplemente marginado por toda la gente.

 

 

 

-Tengo que irme-explico la chica, mientras recogía el plato y se levantaba para retirarse de aquella habitación pero se detuvo a centímetros de la puerta-Esta tarde vendrán por ti-termino diciendo antes de salir de la estancia cerrando la puerta detrás suya.

 

 

 

El tiempo paso muy lentamente para el rubio, seguro no tardarían en ir a sacarlo de allí como había dicho aquella jovencita, sintió un frió recorrer todo su cuerpo lo cual hizo que se abrazara el mismo, tratando de calentarse un poco.

 

 

 

Al mismo tiempo oyó abrirse de nuevo el portón, en donde aparecieron los mismos hombres de antes.

 

 

 

-Vamos mocoso, es hora de irnos-dijo uno de ellos jalando al chico del brazo y llevándolo fuera de la habitación.

 

 

 

-No, déjenme-luchaba el rubio por liberarse pero era imposible, ellos eran 2 y el solo era un niño para poder el solo, aunque había otra posibilidad pero no podía usar eso, si lo hacia seria mas odiado, había prometido no volver a dejarse tentar y lo cumpliría.

 

 

 

Lo subieron a un carruaje, en donde lo amarraron bien para que no tratara de huir.

 

 

 

-Bien es hora de partir- 

 

 

El carruaje comenzó andar, dejando atrás a la pequeña aldea en donde había estado cautivo esos 2 últimos días, seguramente irían a la plaza mayor en donde se encontraban todas aquellas majestuosas pirámides y templos.

  

 

De vez en cuando el carruaje daba pequeños saltos, haciendo que el rubio se lastimara a causa de los bajones que daba durante los rebotes.

 

 

 

Después de varias horas de camino en las cuales este se había quedo dormido unas voces hicieron que se despertara, y se diera cuenta que ya habían llegado a su destino, el carruaje también paro y escucho los pasos de uno de los sujetos acercándose a la parte posterior del carruaje. 

 

 

 

-Llegamos Kitsune, a tu destino-comento uno de los sujetos en forma de burla, claramente eso era señal de que pronto pasaría algo muy malo.

 

 

 

Comenzó a desatarlo para poder facilitarle el paso, aunque sus muñecas seguían amarradas. Entraron en unos de los grandes templos de la plaza mayor en donde los esperaba un anciano.

 

 

 

-Así que este es el chico- comentaba el anciano, examinando cuidadosamente al pequeño rubio.

 

 

-Si, gran sacerdote-  

 

-Esta bien, esto servirá para calmar al gran dios Seth-

 

 

-¿Calmar?-preguntaba curiosamente el rubio, mirando al anciano, no entendía muy bien eso de calmar, acaso era lo que pensaba, no podía ser eso, sus ojos se llenaron de dudas, que tal vez pronto serian resuelta.

 

 

 

Hubo un corto silencio antes de que alguien decidiera comenzar la conversación.

 

 

 

-Así es chico, tu será el sacrificio para el gran dios Seth, con eso podremos calmar su furia, la cual ha caído sobre nosotros-respondió el viejo

 

 

 

El rubio abrió los ojos, pero prefirió no decir palabra alguna, solo bajo la cabeza demostrando así, que aceptaba su destino si eso era lo que le deparaba lo aceptaría.

 

 

 

-Bien llévenselo-ordeno el gran sacerdote mirando con algo de tristeza al rubio, mientras este se alejaba en manos de 2 guardias del templo.

 

 

 

La ceremonia para el gran sacrificio comenzaría en unas cuantas horas; ya estaba todo preparado pero lo más importante ya estaba el sacrificio.

 

 

 

La gente comenzó a acumularse en uno de los templos mas celebres, dedicado al dios Seth, con una arquitectura maravillosa y muy bella sin duda un templo digno de un dios.

 

 

 

La gente murmuraba sobre el suceso, pensaban que tal vez ese sacrificio calmaría al gran dios enfurecido y con eso llegarían días de paz y prosperidad, todos guardaron silencio al ver al gran sacerdote saliendo de lo más alto del templo.

 

 

 

-Querido Egipto, esta noche daremos un sacrificio ala gran deidad Seth y con ello daremos paso a un nuevo mundo lleno de prosperidad y paz- 

 

 

Al lado del anciano apareció el rubio siendo escoltado por

dos guardias, la multitud quedo petrificada al ver al “sacrificio” pero nadie dijo absolutamente nada, solo guardaron silencio.

 

 

 

Los guardias condujeron al rubio a la puerta principal de la pirámide, en donde le indicaron introducirse, este obedeció sin resistencia mientras la puerta se cerraba detrás de el, aquella habitación estaba muy oscura a pesar de que era alumbrada por unas cuantas velas, en el centro se encontraba una gran mesa con diversas comidas, pero dejo de admirar todo aquello al escuchar ruidos en una de las esquinas de la gran estancia, el miedo no se hizo esperar, prueba de ello eran los temblores en su cuerpo.

 

 

 

La cabeza comenzó a dolerle demasiado, llevando sus pequeñas manos a esta, todo daba vueltas y lo último que logro divisar  antes de desmayarse, fueron unos ojos rojos, pensó tal vez que eso era lo último que vería.

 

                                       

 

 

::::::::::::::::::::Continuara::::::::::::::::::

Notas finales:

Bien...que les parecio, sin mas que decir me despido de ustedes y hasta la proxima.

Espero sus comentario...


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