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Buscame en mi Muerte por my_inner_demons

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  Ciertas historias para creer

 

"Mientras tanto los asientos que fueron señalados se van agotando, poco a poco llegan los minutos para comenzar una línea de intriga y la pronta locura que se desatara al saber la razón.

 

Christine aguardaba nerviosa detrás de una puerta labrada en acero y sujeta a miradas que transitaban cerca de ella.

 

Luego como si hubiera sido dibujado, un silencio se apoderó de la colina, el cual indicaba que Christine tenía que presentarse ante todo el mundo."

 

 

 

Este asiento es realmente cómodo, para lo puede durar mi proceso. Es lo único en lo que estoy pensado en este momento ya que para evitar el nerviosismo tengo que pensar en otras cosas, y tal vez pueda deducir en que tipo de tela estoy sentada.

 

Desde aquí puedo ver mucha gente de la cual no tengo idea ni de su procedencia.

Muy bien recapitulemos rápidamente, estoy aquí porque... ¡estoy muerta! No tengo salida alguna.

 

"El juicio para Christine comienza con la entrada de uno de los personajes menos esperados para una ocasión como esta, era San Pedro un testigo clave pero un juez para esta chica.

 

Él quiso comenzar por decir la razón por el proceso pero esperaba que eso pudiera salir de los labios de Christine.

 

Christine no tiene un abogado defensor, ni siquiera alguno de la fiscalía se atrevía a presentarse y defender a alguien como Christine, y pretender dejarla sin culpa por su asesinato."

 

Un ángel fue elegido para elaborar todo el proceso, sería él quien me preguntaría paso a paso como sucedió el evento.

Se ve como una persona muy amable y fácil de tratar, pero debido a lo que pasó lo dudo mucho.

 

Es alto, cabello largo y negro pero que le deja ver la cara larga que tiene, túnicas que solo vi en algún cuento bíblico o en alguna revista japonesa.

Y mientras revisaba sus documentos me sonrió de un modo "no te preocupes", lo cual me alivió por un momento, pero al cabo de unos segundos volvió a sonreírme pero ya con una "querida lo siento pero estas condenada"... ¡por estas cosas culpo a mi padre por enseñarme de una forma maniática como interpretar gestos!

 

Cómo lo dije antes estoy muerta y no espero una buena respuesta de parte de mi sentencia.

 

 

Y finalmente comenzó lo que para todos era un hecho, ver rodar mi cabeza entre sus piernas y saber que nunca volvería ver la luz, que mi cuerpo se desvaneciera por completo, que mi alma pierda todos los recuerdos y que ni si quiera viaje como cualquier alma en pena... que solo desaparezca y no deje ningún rastro en algún lejano cosmo existente.

 

San Pedro dio inicio a la sesión que acabaría con mi vida y con lo que más quería en esta vida, poder casarme con la persona más maravillosa que he conocido en mi vida, la que eternamente será Soraya, la que me encontró y me domó.

 

Era el momento de decir todo lo que sucedió tan solo hace dos días, el día en que mi muerte no le interesó ni siquiera un poco a Dios.

 

"El Ángel aquí como moderador da inicio a que Christine comparta con el resto que lo que sucedió hace días no solo fue algo del momento, que esto ya tiene un patrón desde que era una joven de 20 años".

 

Por fin ya sé como se llama el ángel que formulara las preguntas, es Desmi  quien acaba de hacerme una pregunta demasiada incomoda para mi gusto.

 

A decir verdad mi primer gran enojo fue directo hacia una mujer que digamos fue mi primer amor en todos sus campos.

 

La relación comenzó con pie derecho, quiero decir que congeniamos desde el primer día, su nombre Iris; piel igual a la leche que tomaba todos los días, de cabellos cortos y demasiados negros, los cuales la hacían ver pálida.

 

Éramos lindas juntas y peleábamos excepto por aquella vez que yo no quería que saliera con unas amistades y entre las cuales estaba un tipo que solía conocerla y que se notaba que gustaba de ella.

 

Iris que siempre estuvo apoyándome en mis estudios, nunca quiso que dejara algo postergado solo para estar con ella, y si estaba ella, solo sería para ayudarme.

 

Al año y medio de relación hubieron ciertos meses en los cuales no nos veíamos mucho por nuestras nuevas ocupaciones y sin darme cuenta nos distanciamos poco a poco.

 

Fue ahí que dejó de enviarme mensajes a mi número, a crear vacíos en nuestras conversaciones y a molestarle cada cosa fastidiosa que yo hacia, y claro también viceversa.

 

Luego conoció a un chico, y al decir "chico" no vayan a pensar que aquel sujeto me la robó para estar con ella haciéndole cambiar su manera de pensar y sentir.

 

Nada de eso, este tipo de familia muy conservadora comenzó a ser el ancla del "hacia el verdadero camino", le decía que lo que estaba haciendo conmigo era uno de los pecados más grande, y que ya no podía ir al paraíso y más porquerías.

Iris era muy supersticiosa y si alguien como aquella rata cerca de ella contándole una y otra vez aquello y vendiéndole un producto de salvación, era de esperar que renunciara a mí, por más que su amor sea grande.

 

Una tarde y la recuerdo bien, ella me invita a su casa. Horneo galletas lo cual fue extraño, porque ella no lo hacía.

Se sentó enfrente mí y tomando mi mano derecha me dijo que lamentaba hacerme daño, pero sarcásticamente le dije que no se preocupara que no comería rápido para indigestarme, pero al ver las lágrimas cayendo de ella y sumergirse en nuestras manos, noté que era algo más que las galletas.

 

Dijo que ya no era posible que siguiera amándome con locura, yo simplemente no podía comprender, como era que esto sucedía, que la persona más sagrada para mí dijera algo como "no podré amarte más", me dijo que no había alguien más, pero que ya no sería lo mismo.

 

Quise golpearme la cabeza contra el suelo, y ver la sangre llegar hacia la pequeña grieta en el parquet de su piso en el cual ella deja sus pies estar.

 

¡Que palabras decir!, Ninguna venía a mi mente, solo escenas de dos segundos en las cuales yo la golpeo contra aquel jarrón.

 

Nos seguíamos viendo en aquella sala, ninguna decía algo, y de un momento a otro mis lágrimas se animaron a salir, y una a una perdía su timidez, cada una de ellas contaba lo mal que me sentía al perderla, otras al saber que ya no tendrían sus labios en los míos, unas más largas gritaban por las sorpresas que me dio, y las que tardaban un poco al salir eran por ya no contar con sus escudos, espadas y alientos para mi persona.

 

Quiso abrazarme, pero me negué, no quería más lágrimas y que ella me dijera que todo estaría bien, porque esa es una gran mentira en todos los idiomas, porque realmente cuando uno pierde algo tan cierto nada estará bien solo por que alguien lo dice.

 

Y por que negarlo ahora, todo el drama estaba ahí, y era perfecto... pero todo tiene un límite.

 

"No me gustaría estar en el infierno" fue lo que dijo la vil perra que una vez me besó.

En ese momento mi cuerpo se detuvo, de un momento a otro sentí que mi boca sé hacia un poco más grande y que los dedos de las manos se separaban y que mis pupilas hacían ver como las de un gato, pero fue solo por segundos.

 

Aquella mañana tuve un examen de historia y no tendría que llevar mi mochila, pero por intuición quise llevar un libro grande para recordar algunos detalles.

No lo llegué a usar, pero lo usé de otra manera, contra la cabeza de Iris, (no la saque de la mochila, solo la levante y fue una mega bofetada.)

 

Debió ser demasiado duro el libro y más la mochila... pues causaron que ella se quede inconsciente por un buen rato, y no supe bajo que efectos ella despertó, pero estoy segura que no le gusto para nada que le cortara el cabello desalineadamente y bueno, también llevarme todas mis cosas, además de rosear las migas y pedazos de galletas dentro de su ropa interior.

 

Luego fui directo a la casa de aquel tipo que le metió ideas a ella.

Gracias a Dios estaba solo en casa, y me recibió con una sonrisa de "maldita sea por que estas aquí"  y asegurándome bien del ambiente, procedí con lo mismo, la mega bofetada en su patético rostro, lo cual como era de esperarse lo dejó inconsciente y listo para adornar su cara con los cabellos de Iris, usando mi envase de pegamento que siempre quise quitar de mi mochila.

 

No era suficiente pero era todo lo que podía hacer para no causar represalias mayores, que solo quedara en cosas de chicos.

 

¡Vaya Desmi, no sabías eso de mí! , (El ángel se quedó sin palabras  y solo se quedaba observándome.).

 

Solo en ocasiones veía a Iris y nos quedábamos sin palabras, a veces reíamos cuando nos chocábamos, solo quedamos como conocidas a distancia.

 

En cuanto a la rata aquella, se fue de la cuidad para no tener que volver a verme.

 

Iris aún quiere ir a cielo haciendo solo cosas buenas. No me agrada mucho pero no puedo impedirlo.

 

Solo espero que lo logre, suena raro de mi parte, ¡pero que diablos!.

 

Esa es la historia de cómo me enoje con ella, y por lo cual empecé a preguntarme como surgió aquella sensación cuando Iris dijo aquella tontería.

 

 

"Desmi se quedó asombrado, por aquel relato, y de inmediato se dirigió ante la concurrencia y explicó que solo aquello fue el inicio de sus locuras.

 

Caminando alrededor de mesa, le preguntó sobre como descubrió que esa sensación se apoderaba de ella cada vez más".

 

A decir verdad mis padres siempre comprendieron mis reacciones, siempre supieron manejarlas.

 

Ellos tenían un poder especial sobre mí y cada vez que me enfurecía por cosas que realmente eran estúpidas y no deberían haberse hecho, ellos lograban controlarme.

 

Tuve más interés por saber el origen de mis "espasmos" de furia luego de aquélla discusión con Iris, buscaba eventos que provocaran mi furia.

 

Las primeras cosas en las que quise buscar fueron en la televisión y en la radio, y siempre encontraba cosas sin sentido pero no me enojaba de tal manera.

 

Como lo primero no funcionó, pensé que talvez pudiera suceder sí las discusiones eran delante de mí; pero no sucedió.

 

Odio de por sí el transporte publico, aquel sujeto que recibe los pasajes no quería entrar en razón conmigo, sobre si yo le había pagado ya.

 

Y creo que ya podrán deducir que pasó. Lamento que aquellas personas tuvieran el susto de sus vidas al ver mi cabello levantarse un poco y que las venas en mis manos se hicieran notorias y que destruyera el bus.

 

Tuve que salir corriendo y perderme entre la gente para que no llamara más la atención.

 

No quise alucinarme la de (¡OH! Tengo superpoderes, que debería hacer ahora, luchar por el bien o por el mal.)

 

Solo sabía que fuera lo que tuviera me traería más problemas.

 

Camine por calles en las cuales era una extranjera por unas horas, hasta que repentinamente llegué a casa.

Cuando entré vi a mi madre sentada en la sala con un gato blanco, y se veía muy cariñosa con el animal y me dijo que pensaba consérvalo sin importar las tontas alergias de mi padre.

 

En los siguientes días fui la encargada del gato al cual llamamos Simón.

 

Tengo que mencionar que cuando un día saque a Simón a pasear me topé con un chico que paseaba a su perro y que quiso jugar con mi gato, pero de una manera muy brusca, que retiré a Simón y este chico comenzó a hacerme bromas de que tenia una mascota miedosa y que yo estaba exagerando.

 

Sus risas y comentarios comenzaron a irritarme, y quería golpearlo o talvez solo así canalizar mi ira contra él y ver que sucedía a mí alrededor, pero había un cierto detalle con el cual estropeaba mi plan, era tan solo su perro, y yo no quería que la criatura este involucrada.

 

Fue ahí donde decidí canalizar toda mi ira pero en una alucinación para aquel tipo; ¡y fue impactante!. De pronto su cabeza le daba vueltas y veía que muchos gatos estaban sobre él y trataban de comérselo vivo, comenzó a gritar a caerse y luego a levantarse, para mí todo resultaba ser una delicia ver aquélla escena, además a quien podían culpar, ya que todo sucedía en su cabeza.

 

Un dato que olvidé es que los perros son capaces de lidiar con cosas que los humanos no podemos ver, como fantasmas o sombras; el perro comenzó a ladrarle como quien le dice ¡qué té pasa ya cálmate!  Y dado que aquel tipo no le hacía caso, el perro comenzó a ladrarme, como si en verdad él supiera lo sucedido.

 

El condenado perro continuaba ladrándome y fue ahí donde corrió hacía mí, lo primero que hice fue lanzar a mi gato a un lado y recibir al perro y sus filudos colmillos que pedían mi carme y sangre a gritos.

 

Me lanzó contra los arbustos y terminamos al otro extremo, una gran luz nos envolvía, era como si mi furia se combinaba con la suya, y era claro que no podía controlar mi energía.

 

El perro me sujetaba fuerte el brazo y se empañaba mas en matarme, continuamos así y mientras pensaba que talvez este perro tenga tanta energía mía como vencerme, temía por mi vida, mi corazón no soportaba mucho y por segundos me preguntaba si es que a alguien le importaría mi muerte, acaso alguien tenia algo bueno que decir sobre mi, ya que prácticamente estoy escuchando las noticias sobre mi muerte.

 

No podía dejarlo, así sea que la vida era todo un chiste pero no la coronaré dando mi muerte a un cuadrúpedo que coge mi energía con desfachatez. Así que comencé a levitar con él y como él sujetaba mi brazo derecho fue más fácil lanzarlo con las pocas energías que me quedaban hacia otros arbustos.

 

El "combate" había terminado, mire hacia donde estaba aquel sujeto y parecía que dormía, me acerqué donde el perro y estaba bien, solo cansado e inconsciente.

 

Tomé en mis brazos a Simón y caminamos de regreso a casa.

 

"Apenas Cristine termino de relatar la historia, bajó la cabeza, pero Desmi tenia algo que aclarar en ese instante"

 

" ¡Pero que fue lo que sucedió mientras caminabas!"  Preguntó Desmi.

 

"Cristine dijo en voz fuerte y clara que no había sucedido nada, pero Desmi insistía, cada vez mas hasta que..."

 

¡Esta bien!...  comencé a desaparecer, surgió esa habilidad de desaparecer mientras caminaba, y ya nadie me veía, ni siquiera  a Simón conmigo.

 

 


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