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Amor Yaoi
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Destino Sellado por Bellatrix

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Notas del fanfic:

"Y me da igual que digan que hice bien o mal porque l día en que vuelva a nacer...a las andadas volveré, a las andadas volvere"

Pues eso hago, vuelvo a las andadas, vuelvo a mi querido Amor Yaoi, y aunque tarde mucho en subir o en actualizar si tengo algun fic, al menos estoy aqui...¡Ya tengo portatil! XD

Gracias a todos por todo y como no a M. Kishimoto, creador de la serie que me ilumina en multitud de ideas extranas...

Notas del capitulo: Quiero dedicarle este fic a mi autor favorito, Haruki Murakami. Sé que es una gilipollez, pero si no fuera por él y su manera de escribir, nunca escribiría como lo hago ni sentiría como siento...
 

Se encontraba en el centro, como intermediario de los dos bandos, frontera ilegítima entre el bien y el mal. Estaba allí, parado, mirando en un sentido y en otro, en aquel lugar donde había estado tantas otras veces, donde yacían eternamente gran parte de sus seres queridos: el cementerio de Konoha. Las reacciones de ambas partes eran bien distintas, observando por un lado el increíble respeto que denotaban los ninjas de la Hoja, y la desfachatez de los enemigos. Ellos, dirigidos por las seis inconfundibles partes de Pain, caminaban entre las tumbas, riéndose de los del otro mundo, escupiendo en sus lápidas o apoyándose en ellas. La tensión por demás era insoportable, mucho más para él que recibía y le golpeaban las tensiones de los dos bandos.

_ ¿Para qué nos has citado aquí?_ murmuró en una voz semejante a un susurro el líder de Akatsuki.

Todo el sector de su gente le miró con cara de sorpresa, eso era algo parecido a un suicidio, no sólo suyo, sino de toda la Hoja. ¿No era él el aspirante a siguiente Hokage? ¿No debería velar por la seguridad de todos los que le rodeaban? Un encolerizado Sai rompió las filas, aproximándose hasta él, quedando a escasos centímetros de su rostro.

_ ¿Se puede saber que cojones estás...?

Pero no pudo terminar la frase. El golpe estratégicamente dado en su nuca por el rubio se lo impidió. Su mirada se perdió entre sus párpados y cayó en un golpe sordo al suelo, boca abajo. La incertidumbre aumentó.

_ Yo, Uzumaki Naruto, ninja de Konoha y Jinchuriki del demonio de nueve colas, el Kyubi, me entrego sin reservas a la organización terrorista Akatsuki. A cambio, pido la seguridad de mi villa y de todos los que habitan en ella.

_ ¡Naruto!_ le llamó a gritos Sakura aproximándose también_ ¿No te das cuenta de que son hombres sin palabra? Te matarán y luego arrasarán con todo lo que un día amaste.

_ Eso os dará tiempo..._ le susurró el rubio

_ No necesitamos tiempo...te necesitamos a ti...

_ Aceptamos_ dijo una voz a sus espaldas.

Era el inconfundible Sasuke Uchiha, traidor a la villa, renegado de Konoha, nuevo miembro de Akatsuki tras la muerte de su hermano mayor. Su aire altanero era asfixiante, fluyendo desde cada poro de su nívea e inmaculada piel. Estaba a un par de pasos de su espalda, alejado de todo su grupo, quedando los componentes del equipo siete, incluyendo al inconsciente Sai, en el centro, siendo observados por el resto de las personas y otras que no podrían calificarse como tales, como si de una obra teatral se tratara.

_ No lo permitas Sasuke..._ amenazó más que pidió la pelirrosa

_ No he sido yo el que ha solicitado que se produzca tal "reunión"_ murmuró el moreno

Naruto miró por encima de su hombro, cruzando la mirada con el Uchiha, de cuyos ojos se desprendía un fulgor de tal calibre que los inexpertos hubieran catalogado como precursor del sharingan. Pero él sabía que eso era un pensamiento errado. Porque él identificó de inmediato esa luz resplandeciente en los pozos negros del otro y supo que tenía que finalizar lo que casi inconscientemente se había atrevido a comenzar. Giró sobre sus talones, dispuesto a partir junto al de los ojos azabaches, pero una mano femenina, no por ello menos poderosa, le cogió de la pechera y le volvió a girar.

_ Si das un solo paso en esa dirección te juro que te parto los huesos, Naruto..._ murmuró Sakura

_ ¿De qué me suena esa frase?_ ironizó Sasuke

El de los ojos mar contempló a ambos, respirando hondo, cavilando por última vez aquella decisión. Y eligió. Acarició el rostro de la muchacha, agarrando su cara entre sus manos. La besó lenta y pausadamente, saboreando lo que por tanto tiempo se preguntó que textura y calidez tendría. Se separaron, dejando a la chica paralizada. Ahora puede que ella también lo supiera, pero poco le importaba.

Se aproximó al moreno, el cual le ocultaba de todos los que ansiaban patear su cuerpo inerte. Volvieron a observarse, ahora más de cerca. Ni siquiera sabía cómo tenía el suficiente aplomó como para no abalanzarse a su cuello y partírselo en dos. Mucho más cuando esa sonrisa ladina y sarcástica afloró en sus labios.

_ No sé porque haces esto, pero la verdad es que no me importa nada en absoluto. Puede que hasta ahora nadie se haya dado cuenta. Posiblemente sea porque nadie conoce el chakra de Naruto tan bien como yo... Pero Pain tiene el Rinnegan y no se cuán grande será su poder. Tengo un plan. No te separes de mi y todo irá bien_ susurró en su oído tras haberse inclinado lo suficiente para quedar a su altura.

Lo último que pudieron percibir sus iris color zafiro fue el volar de la capa de Akatsuki que llevaba Sasuke por encima de su cabeza. Le cubría por entero aquella prenda, que según explicó el Uchiha, era la manera idónea de que el rubio fuera conducido hasta donde quisieran sin que pudiera conocer el camino de vuelta y no  tener la necesidad de portarlo. Así las tumbas que se sucedían a sus pies, atisbo del mundo que en esos momentos era capaz de percibir, fueron sustituidas por los adoquines de las calles de Konoha, para pasar a ser la tierra mojada y las hojas caídas del bosque. Pasó mucho tiempo desde que dirigiera la última mirada hacia su tierra, lo único que podría identificar como hogar y el sitio al que le condujeron, pero a él poco le importaba aquello.

Cuando por fin su cabeza fue liberada de la oscuridad que le imprimía la maldita prenda identificativa de la organización terrorista, descubrió que habían ingresado en algo que podría definirse como amplia gruta. Mucho más fría de lo que había sido cualquiera de las sensaciones de las que le habían abordado por el camino, lo que acentuó mas sus ganas de terminar ya con lo que él identificaba como su destino. Estaba medio ausente, tanto era así que apenas se dio cuenta cuando Sasuke lo dirigió a uno de los aposentos, cerrando la puerta con llave, quedando los dos solos.

Los pasos del moreno se acercaron hacia su cuerpo ahora desocupado por su conciencia, haciéndola volver de pronto por la presión que ejercía el cuerpo de Sasuke tan próximo al suyo.

_ Ha estado muy cerca, ¿sabes? Suerte que he conseguido, gracias a la ayuda de mis chicos y de Kisame que te dejaran a mi cargo. El ritual de liberación del Kyubi se dará mañana por la mañana, así que espero que a pesar de tu consabida incompetencia tengas la decencia de mantener un plan que tú mismo has desarrollado... Sai.

_ Me sorprende que te dieras cuenta tan pronto, bastardo...._ murmuró estrechando aquellos ojos azules que no eran los suyos propios.

_ ¿Acaso crees que no conozco al verdadero Naruto? Sin siquiera utilizar el sharingan puedo identificar al verdadero Naruto entre miles de copias. Bien mirado tú no te pareces tanto... Lo que me sorprende que es que te aguante tanto el chakra para mantener el henge... por lo que veo te he subestimado...

Alcanzó al vuelo un frasquito de cristal que "Naruto" había sacado del bolsillo izquierdo de su pantalón y le había tirado. Lo puso a contraluz para poder diferenciar lo que contenían aquellas paredes de un color sepia. Lo que suponía. Eran píldoras especializadas en mantener formas adoptadas, como un potenciador de chakra. Lo cierto es que pocos ninjas, o al menos pocos que tuvieran dos dedos de frente se tomarían aquello, ya que la alteración genética del chakra podría hacer que la forma adoptara permaneciera para siempre, sustituyendo a la original. Pero bien pensado... tampoco es que a Sai le supusiera un gran trauma quedarse con el cuerpo de Naruto. De todas maneras, lo matarían mañana pensando que era el rubio...

_ Lo que me inquieta es saber cómo conseguiste que Naruto cometiera semejante locura. ¿Qué le dijiste para que las tomara?_ Musitaba como para sí el Uchiha, girando a su alrededor como una ave carroñera anhelante de su putrefacta comida.

_ Fue fácil. Ya sabes lo obsesionado que está el rubio con aprender nuevos jutsus..._ dijo simplemente Sai encogiéndose de hombros, esos que era idénticos a los de el jinchuriki del demonio de nueve colas.

Detrás de su espalda sintió el cálido aire de Sasuke en forma de una pequeña risa. Se sentía incómodo en aquella situación. Sabía que no tenía escapatoria alguna, tampoco es que pudiera hacer mucho si conseguía escapar de aquel cuarto, teniendo en cuenta que en la habitación contigua se encontraban reunidos los asesinos más temidos en el actual mundo ninja. Ni siquiera portaba consigo sus pinceles. Así que permaneció en silencio, erguido todo lo que aquella espalda daba, intentando refrenar sus impulsos de comenzar una pelea a vida o muerte con el Uchiha.

_ ¿Sabes qué? El cuerpo de Naruto me pone caliente en exceso..._ confesó el moreno rodeándole la cintura con el brazo derecho_ Su cintura, su pelo, sus labios...y sobretodo esos ojos azules que dejan en evidencia al mismísimo cielo. No sabes cuánto deseo este cuerpo...

Y sin añadir nada más, una fuerza sobrehumana le agarró de la espalda de la sudadera que portaba, viéndose transportado por los aires hacia atrás, cayendo de manera brusca en el lecho que ocupaba el centro de la sala. Desorientado por el sorpresivo ataque, apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando el de los ojos noche ya se encontraba encima de su cuerpo. Intentó zafarse de su peso, pero lo único que consiguió fue verse inmovilizado mediante una mano enredada en sus cabellos, justo encima de su nuca.

_ ¿Vas a violar a Naruto?_ preguntó mordazmente con un deje de temor en su voz Sai

_ No. Nunca podría hacerle eso al rubio. A pesar de que no lo parezca, lo amo. Nunca le haría algo como eso. Porque si yo pudiera hacerlo con el usuratonkachi le haría sentir todo lo que llevo dentro. Le acariciaría hasta sentirle estremecer, le besaría hasta que perdiera el aliento... En resumidas cuentas: le querría. No obstante, heme aquí con su cuerpo debajo del mío, los labios entreabiertos, la boca jadeante, la respiración agitada...Tienes razón, nunca violaría a Naruto, pero se escapa un pequeño detalle: tú no eres Naruto. Y con lo que respecta a ti inútil bastardo, estoy deseando forzarte. Porque me encantaría ver el miedo en tus ojos, marcar tu piel blanca con mis dedos, maltratarte hasta que ansíes la muerte, aumentando mas mi odio hacia tu repulsiva existencia... Así que, ¿por qué no deshaces el henge para que pueda satisfacerme contigo?

Miró se soslayo aquellos ojos como el carbón y supo que hablaba en serio. Jadeó de dolor debido al tirón que el Uchiha le dio a ese cabello rubio, volviendo hacia un lado su cara, dejando la parte izquierda de su cuello descubierta, totalmente a su merced. Respiró sobre su piel, elevándole el vello de esa zona y muy a duras penas consiguió musitar.

_ Vas listo si crees que voy a deshacerlo para que te aproveches de mi...

_ Muéstrame tu cuerpo... Sai..._ dijo con su voz ronca en su oído.

Un sonido que pocas veces escapaban de sus labios rompió el aire cuando el moreno mordió el lóbulo de su oreja, que fue seguido por una especie de pequeña explosión, dejándole ver al Uchiha la  imagen de un desorientado Sai cuando desapareció la bola de humo.

_ Tu boca dice una cosa y tu cuerpo otra..._ rió el mayor tirando con dos dedos del labio inferior del pintor.

No recordaba cuánto hacía que no sentía ese pánico inundando su cuerpo. Era sabido por todos, por él antes que por nadie, que no era capaz de identificar sus sentimientos, pero ese estaba seguro que era auténtico pavor. Todo su ser temblaba como en pequeñas convulsiones, mientras que el Uchiha, ignorando el deplorable estado en el que la mente de su víctima se encontraba tironeaba de sus ropas negras. Le mordía con furia el cuello y la clavícula y aunque no le gustaba nada no podía evitar que su cuerpo reaccionara satisfactoriamente, calentando mas al moreno que tenía encima, aumentando su erección.

Giró bruscamente su cuerpo, ya sin la parte de arriba puesta, por lo que dejaba mucha más superficie al portador del sharingan para que pudiera marcar. Era increíble como mordía y laceraba su espalda a la vez que arrancaba literalmente sus pantalones y su ropa interior. De un fuerte tirón sus nalgas fueron separadas, dejando a su virginal entrada al aire, preparada para recibir la furiosa embestida. Sintió la húmeda punta del miembro de Sasuke y todo su ser se tensó inevitablemente. Un líquido salobre comenzó a descender por sus mejillas, de manera copiosa y su respiración se agitó más si era posible.

 

_ ¡Ámame!_ gritó con todas sus fuerzas, parando la increíble estocada que Sasuke iba a darle a su esfínter.

_ ¿Qué has dicho?_ preguntó desconcertado, percibiendo por fin el temblor de todo aquel cuerpo

_ Prepárame, hazme sentir placer...- suplicó cohibido el artista

_ ¿Y porque debería hacer yo eso?

_ Porque no quiero morirme sin saber que es que te quieran como tú quieres a Naruto...

 

Permaneció en silencio observando el desmadejado cuerpo que se tendía bajo el suyo. Podían vislumbrarse claramente las marcas producidas por el filo de sus dientes, por la presión ejercida por sus dedos. No era lástima lo que le producía esa visión, sino culpa. Porque sabía que él era el responsable de que Sai tuviera ese sentimiento. Volteó con delicadeza al más pequeño, que en un acto reflejo se tapó la cara con los brazos, como temiendo un golpe del Uchiha. No le costó mucho apartar las extremidades del otro, consiguiendo vislumbrar aquellos profundos ojos negros semejantes a los suyos.

 

Sostuvo aquel rostro lampiño entre sus fuertes manos, apartando el pelo que se adhería a su rostro, por acción de la humedad de las lágrimas y del sudor. Acarició los entreabiertos labios con la punta de su dedo, posicionando su boca sobre la del otro, del que salió un jadeo de sorpresa.

 

_ ¿Por qué?_ intentó preguntar cuando sus bocas dejaron el contacto.

_ No digas nada...

 

Volvió a besarle, ahora acariciando con su lengua sus jugosos labios pidiéndole permiso para invadir el interior de su boca. Sus lenguas jugaron, la una con la otra, demostrándole a Sasuke que verdaderamente Sai tenía una experiencia nula en eso. Eso le conmovió. El pintor besaba como un niño: de manera tímida, dulce, insegura, pero cálida. Surcó con sus manos el pecho que se le ofrecía sin reparos, topándose con sus erectos pezones los cuales acarició entre las yemas de sus dedos. Las manos de Sai, de largos dedos se cernieron entornos a sus musculados brazos. Cuanto más incitaba a sus puntos erógenos con más fuerza eran rodeados sus bíceps, identificando ese gesto como  una señal de placer. Deslizó las puntas de sus dedos por su vientre, haciendo que intentara hundirse en la cama, para evitar esa caricia que le sacaba de sus casillas, pero las frías manos de Sasuke no perdieron el contacto, intensificándolo mucho más cuando el camino fue reseguido por su lengua.

Entre gemidos, Sai, se atrevió a mirar hacia abajo, encontrándose de frente con aquellos ojos negros, que a pesar de ser de la misma tonalidad que la suya, los consideraba mucho más atractivos, misterioso, tan especiales que te hacían desear una mirada suya. Y él era el dueño momentáneo de esa mirada, de esos ojos. Solo lo observaban a él y eso le hijo gemir con mucha más fuerza que antes.

Llegó a la zona pélvica del artista, contemplando la magnificencia con la que se erguía su miembro, provocándole, deseoso de ser catado. Apenas le rozó con la punta de su lengua y ya tenía los dedos del anbu entremezclados en sus cabellos, no sabía bien si era para frenarle o para que siguiera adelante. Cuando comenzó a introducirlo dentro de sí no tuvo duda alguna: seguramente, debido a la inexperiencia y por lo tanto a la vergüenza que le producía esa situación, Sai intentaba apartarlo de su miembro, gimiendo con pucheros, susurrándole que parara. Pero quería hacérselo. Tenía la necesidad que hacer que el pintor alcanza el clímax a través de sus manos, de su boca, de su cuerpo. Así que, agarró las manos de Sai, entrelazando sus dedos con los suyos y besó juguetón su ombligo, pidiendo así permiso a continuar con lo que estaba haciendo.

Inició el movimiento que transportaría a la locura a Sai, incrementando la presión que los dedos del moreno ejercían entorno a los suyos. Admirado notó como esa sensación totalmente nueva para el chaval le hacía excitarse con menos en mucho más tiempo, por lo que tuvo que apartarse de aquella zona, intentando evitar que Sai llegara al orgasmo antes de que invadiera su interior.

Se dispuso a prepararlo. Lo hizo todo lo despacio que pudo hacerlo, tanteando su interior de manera delicada, susurrándole palabras en el oído, ya que percibió el aspecto sedante que su voz tenía en el cuerpo del de los ojos negros. Y llegó el momento, la parte en la que sus cuerpos se fusionarían, en el que Sai guardaría la esencia la Sasuke dentro de él por siempre. Se colocó entre sus piernas, mirando a esos ojos noche, semejantes a los suyos y volvió a percibir el mismo miedo anterior.

 

_ Te quiero Sai_ murmuró apoyado en su hombro, justo en el momento en el que se introdujo totalmente en él.

 

Muy lejos de dolerle como él pensaba que lo haría, Sasuke había tocado un punto dentro de él que había hecho que su columna recibiera una descarga eléctrica. Deseoso de más contacto movió con timidez su pelvis hacia el Uchiha que comenzó el movimiento, sacando jadeos, ahora, de la boca de ambos. Continuaron así, gimiendo, besándose, acariciándose, hasta que los cuerpos de ambos no pudieron más, haciéndoles llegar al orgasmo.

 

Permaneció en su interior hasta que se vació por completo, saliendo posteriormente con la  misma delicadeza que había estado presente en todo el acto. Se levantó, yendo hacia el armario, mientras Sai hacía lo imposible por recuperar la respiración que el placer se había llevado. Extrajo del mueble dos yukatas cómodas para dormir aquella noche, una se la puso él y otra se la tiró al artista.

 

_ Vístete y haz de nuevo el henge antes de que alguien te descubra_ dijo de nuevo con la voz dura el Uchiha

_ Sasuke..._ llamó en un susurro

_ No me interesa lo que algo como tú me tenga que decir...

_ Ahora creo que entiendo lo que Naruto siente por ti_ continuó ignorando el comentario hiriente del otro_ Sé porqué te busca. Es porque sabe que aunque aparentemente seas alguien despreciable, un traidor, aunque lo hayas intentado matar en infinidad de ocasiones... tu corazón no es malo. Y nadie mejor que Naruto conoce tu corazón.

 

Observó como Sasuke tomaba asiento a los pies de la cama, reflexionando sobre sus palabras. Mantenía la vista clavada en el suelo, las manos entrelazadas, a la altura de su cara, con los codos apoyados en las rodillas. Sasuke respiró un par de veces para recuperar la compostura y se levantó de nuevo, dispuesto a compartir el catre con el muchacho.

 

_ Sasuke..._ volvió a llamar Sai cuando la luz se hubo apagado, recibiendo un gruñido como señal para que prosiguiera_ Mañana cuando descubran que no son Naruto me matarán. Quiero que seas tú el que lo haga. ¿De acuerdo?

_ Así será

_ Gracias...por todo

 

Se giró quedando mirando a la pared, en una posición que le recordó a la primera vez que vio al moreno que descansaba en su espalda, en la guarida de Orochimaru. Ambos sabían que el otro no estaba dormido, pero aun así mantenían un silencio absoluto, sólo roto por la entrada y salida del aire en su cuerpo. La cama crujió cuando el cuerpo del Uchiha volteó hacia él, pero no perdió la compostura, ya con el cuerpo de Naruto ocupando el espacio.

 

_ Me siento muy orgulloso de haber sido tu primera vez...Sai

 

Y con su nombre susurrado por esos labios que apenas unos minutos antes le habían llevado al paraíso se quedó durmiendo, esperando a un mañana donde su futuro era parte de un destino que para él hacía mucho tiempo que estaba sellado.

 

 

Tenía a toda la organización de Akatsuki delante de sus ojos, ahora negros, debido a la desaparición de los efectos de las píldoras por su gasto de chakra al pasar la fuerza que arrancaba a un demonio que no contenía su interior. Su mirada se cruzó con la de todos y cada uno de los que ocupaban la sala, yendo por último lugar a parar a la oscuridad encerrada en los de Sasuke. Fue apenas un soplo de viento lo que duró ese contacto, pero fue la confirmación de que el Uchiha mantendría la promesa de la pasada noche.

El moreno mayor soltó unos cuantos improperios, tomó su katana y se aproximó a él. Fue apenas un segundo lo que tardó en entrar y salir el filo de la hoja del arma blanca de su cuerpo, por lo que apenas sintió el desgarro de sus músculos y órganos, cercanos al corazón. La sangre comenzó a salir a borbotones, pero no se asustó. Sabía que moriría ese día y sabía de igual modo que nadie más debía acabar con ella que Sasuke.

El último descendiente de su linaje ninja le rodeó la cintura y la nuca con sus brazos, haciendo que descansara en el suelo delicadamente, al igual que lo había hecho esa noche. Volvieron sus cabellos a ser apartados por esos dedos fuertes, pero gráciles, y una vez más acariciaron sus labios.

 

_ Me muero Sasuke..._ murmuró  Sai, remarcando la evidencia

_ No estás muriendo Sai... Porque tu formas parte de muchas personas, personas que te quieren. Formas parte de Naruto, de Sakura, de Ino, de Kakashi... de mí. Vivirás dentro de todas las personas que te quisieron, formando parte de sus vidas y sus recuerdos. Descansa en paz, pequeño Sai.

 

Se encontraba en el centro, como intermediario de dos bandos, frontera ilegítima entre la vida y la muerte. Estaba allí, parado, mirando en un sentido y en otro, en aquel lugar donde sólo estaba él y una increíble, absorbente y pavorosa oscuridad. Y se sintió feliz. Porque había logrado comprender el sentido de la vida: había sido amado con toda el alma y se iba con el consuelo de que a alguien le importaría su partida.

Notas finales:

Espero que os haya gustado mi regreso, al igual que espero rr aunque no se cuando podré contestarlo ^///^U

Os quiero a todos.


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