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Bienvenido al mundo, Deneb por Hefestion

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Notas Preliminares: Esta serie está tomando mucho más tiempo del que pensé para ‘cuajar', con un capítulo más estaremos, esperanzadamente, a medio camino y será la cuestión cuesta abajo.

Perdonen los errores y la gramática, hago mi mejor esfuerzo para que salga lo mejor posible (en tiempo razonable), es difícil no tener un beta-reader (editor) que le dé a uno una visión objetiva, por lo menos, de la sintaxis.

 

BIENVENIDO AL MUNDO, DENEB

-.-.-.-. Comprando un Deseo .-.-.-.-

 

Los planes de la tarde no salieron cómo Hyoga esperó.

De hecho ninguno de sus planes salió como esperado.

Él había querido ir de norte a sur y de este a oeste para visitar con sus amigos por los menos siete barrios de Los Ángeles. Pero Ikki no estaba de ‘humor' para hacer turismo, aunque dijo que una vez nacida su hija le encantaría visitar Disney con ella.

Aunque muchos de sus planes se aplazaron, probablemente para otro viaje o para nunca, Hyoga consiguió pasarse un par de días en la playa con los muchachos, incluso visitar Anaheim aunque no entraron al ‘Mundo Mágico' y entre otros distritos, finalmente, antes su partida, pudo arrastrarlos hasta Hollywood.

Fue allí donde Hyoga, Seiya y Shiryu dieron testimonio por primera vez de la presencia magnifica de la diosa de la primavera en carne y hueso (o de cualquier cosa de la que estuvieran hecho los dioses).

Ocurrió que, paseando por el barrio chino, (tras haber visitado el teatro Kodak, el paseo de las estrella e incluso el propio cartel fulminante de HOLLYWOOD (que Ikki bautizó vomitando), unos hombres se acercaron a Shun.

Fue algo tonto, Shun tenía la altura de Ikki y la complexión Shiryu, pero había la eterna aura de serenidad y dulzura sobre él que ganaba la admiración y aborrecimiento con la misma facilidad.

"Es una mariquita oriental". Dijo uno en inglés.

"¿No son lindas?, y es tan pálido, ¿eso es natural para los ‘amarillos'?" Contestó otro con despreció.

Shun meramente suspiró con tolerancia y trató de acercarse a sus compañeros. Gracias a Dios Ikki estaba distraído con Hyoga mirando unos escaparates y Seiya y Shiryu estaban comprando unas pacanas.

Uno de los hombres lo sujetó del brazo evitando su progreso. Shun hirvió con enojo inmediatamente. Ikki se había dado cuenta y ya estaba dirigiéndose a ellos, Hyoga a su lado.

Shun gruñó, nadie, nadie mortificaría a Ikki.

Cuando volvió sus ojos a ambos hombres, con ira quemando su cuerpo, oyó ausentemente un jadeo estrangulado de Hyoga y un ‘madre mía' de Seiya. Si hubiera visto la expresión en el rostro de sus amigos en aquel momento probablemente se habría reído, pero apenas tenía tiempo de reaccionar cuando los brazos delgados, morenos rodearon su cuello y el olor de jazmines lleno sus fosas nasales.

Inmediatamente su expresión convergió en la de un cachorro.

El cabello castaño-dorado cayó sobre él cuando Perséphone apoyó la cabeza en su hombro.

"¿Pasa algo con estos ‘señores', cariño?". Su tono era sensual, su pronunciación perfecta. Shun tenía prácticamente un hilo de baba humedeciendo la comisura de sus labios. Tuvo que hacer un esfuerzo consciente para darle un golpecito con su lengua antes de babear su mentón.

Finalmente sonrió volviéndose a Percy. El hombre que lo había detenido estaba mirando fijamente a su esposa con los ojos completamente dilatados, un correspondiente hilo de baba colgando de su boca, cara ruborizada y una consistente gota de sangre en la nariz. Su compañero estaba en una condición similar.

Ausentemente Shun se preguntó por la condición de sus amigos pero sólo tenía ojos para Percy.

Ella había escogido un vestido que habría sido la envidia de Jessica Rabbit, presumió sus pechos pequeños pero voluptuosos, su figura delgada, la burbuja de sus nalgas, las piernas largas y llenas, delicadas y la redondez encantadora de su vientre.

Su rostro no tenía una pizca de maquillaje. Persephone era probablemente la mujer más hermosa que aquella tierra hubiera visto (y eso es mucho decir).

Sonriendo al abrazar con devoción la cintura de su esposa, Shun volvió su atención a los hombres. "No mi amor, no pasa nada".

Ella se rió tontamente (Shun tenía que morder su labio para no estallar en risa. ¡Ikki debería trabajar como actor!... o Percy como actriz. ¿Quién iba a pensar que él se reiría ‘tontamente' alguna vez?). Persephone se inclinó para alcanzar sus labios y los hombres impertinentes de antes prácticamente se desmayaron a la pérdida de sangre ante el espectáculo que la diosa dio. Shun no se quedó atrás. Aquel beso era completamente pornográfico.

Cuando finalmente se separaron comprendieron que tenían ‘bastante' público, había quienes de hecho estaban sacando fotografía de ellos.

Ikki supo que su ‘transformación' no pudo pasar desapercibidas para muchas personas (estaban en una calle pública en un sitio turístico 24/7/364) pero una onda de energía había arreglado ‘eso' en cualquier cámara que hubiera podido grabarlo y la duda convencería a muchos de haberlo imaginado.

Tomando a Shun por una mano, lo acarreó hacia sus amigos y, agitando a éstos brevemente, los dirigió más allá del pandemónium, aunque claro, fueron seguidos por unos cuantos.

Ikki definitivamente llamaba demasiado la atención en su versión femenina, aunque, claro, algunos se acercaron a pedir el autógrafo de Hyoga, de quien, la mayoría estaba convencida, se trataba de un actor o cantante.

Otrora sus amigos habrían suspirado con exasperación al comprender que ni en Estado Unidos, los rasgos y la presencia del ruso pasaban desapercibidos, pero todo la atención estaba en la hembra de su grupo.

 

Entraron a un restaurant esperando disipar la atención y estaban rápidamente sentados. Cuando Persephone se apoyó en su silla, suspiró relajándose, entonces finalmente pudo prestarle atención a la expresión de sus amigos. Ahora por fin pudo sonreír con arrogancia.

"¿Bueno?, ¿no van a decir algo?, por lo menos cierren las bocas". Su voz dulce los sorprendió de nuevo. Su rostro era hermoso pero su expresión era completamente ‘Ikki Hanekawa'.

Al unísono, Hyoga y Seiya cerraron sus bocas. Shiryu parecía, por el contrario, no poder abrirla. Su quijada estaba fija y sus ojos sorprendidos.

Hyoga fue el primero en emitir un sonido coherente. "Wow". Jadeó. Coherente, sí, no inteligente.

Seiya no podría dejar de abrir y cerrar la boca buscando una palabra. Fue Shiryu quien pudo hablar. Su rostro se relajó y una sonrisa suave adornó sus labios.

"Ikki, realmente estás en cinta". Sonrió al rubor de ella.

La diosa llevó una mano a su vientre hinchado, la de Shun ya estaba allí. Ella volvió sus ojos verdes a su esposo cuando descansó su mano sobre la suya.

Ambos sonrieron con comprensión, amando completamente a ese ser diminuto dentro de ella.

"Ujú". Rió. "¿No es linda mi hija?". Dijo frotando su barriga. Lo dijo bromeando pero orgullosa. Esperó una respuesta jocosa pero recibió una llena de devoción.

"Completamente preciosa". Susurró Seiya.

Ikki levantó sus ojos verdes hacia él y sonrió.

"Ikki". Habló de nuevo, su mirada estaba llana de adoración e Ikki lo notó con un sentimiento humildad y amor feroz por ese muchacho pequeño. "Esto es tan inesperado". Dijo. "Tan maravillosamente inesperado". Sonrió, de nuevo en posesión de su voz y carácter. "Eres precioso". Dijo.

Ikki se ruborizó apoyándose en Shun.

"¿Preciosa?". Se dejó oír finalmente la voz de Hyoga. "Ikki cásate conmigo". Dijo muy enserio.

Todos soltaron la risa y el momento de solemnidad se desactivó.

 

Durante la cena la conversación giró alrededor de Ikki/Percy y finalmente acerca del embarazo. Ella estaba bastante cómoda a pesar de ser la primera ocasión que permanecía con sus amigos en su cuerpo femenino. Sin embargo, al final de la cena, estaba bastante cansada y sólo quería ir a casa, o mejor dicho, el departamento de Hyoga.

A Hyoga le habría gustado quedarse un poco más, después de todo los muchachos tenían pensado regresar a Japón el próximo día y él, para ser honesto, estaba completamente considerando regresar con ellos.

"Lo siento, Hyoga". Bostezó la diosa apoyada en sus brazos. Hyoga era el único suficientemente alto para sostenerla en una posición correcta que no le causaría dolores después. "Sé que habías planeado quedarte un poco más".

El grupo encontró un callejón callado para hacer su traslado al departamento de ruso pero tenía que ser rápido para no llamar la atención.

"Eso ya no importa". Susurró a la diosa soñolienta. "Sólo que estés bien". Al parecer el embarazo de Percy era bastante delicado, era después de todo el primero y la diosa... bien, había estado básicamente ‘muerta' durante muchos siglos.

"Vamos, Percy". Una voz profunda susurró y Persephone reaccionó inmediatamente. Sus ojos se volvieron hacia su esposo y enseguida convergió en sus brazos. Hades le hizo seña a sus amigos para acercase a él pero una nueva voz los detuvo.

"Papá, regresa con Percy, yo me encargo de llevarlos". Dijo Tánatos que simplemente se había aparecido en el callejón, sin mediar palabra, sólo ofreciendo una sonrisa, Hades desapareció con su esposa en brazos.

Durante un minuto nadie habló, entonces Seiya suspiró. "¿Los vieron?, pensé que Ikki y Shun juntos eran precisos, pero así... son imponentes".

Tánatos rió pasando un brazo por los hombros de Seiya y sacándolo del callejón, Hyoga y Shiryu los siguieron. "Papá es... grrrrrrr". Tánatos ronroneó a falta de palabras para definir correctamente lo precioso y sexy que su papá le resultaba.

"Perséphone también grrrrr". Dijo Hyoga.

"¡Eh!, Ikki también es grrrrr". Ronroneó Seiya con una sonrisa brillante, defendiendo como siempre a su senpai y entonces los tres miraron a Shiryu quien suspiró con tolerancia. "De acuerdo". Dijo el Dragón. "Shun también es grrrrr". Ronroneó sin ganas pero con entretenimiento.

Los cuatro se rieron.

 

El próximo par de horas se dedicaron básicamente a vagabundear y divertirse con los ‘recuerdos' del barrio chino que se llevarían a casa. En una ocasión de hecho, Shiryu sostuvo una pipa de madera muy bien tallada y masculló con fastidio. "Al maestro le gustaría, seguramente no ha tenido nada igual". Seiya, quien permanecía a su lado, no pudo evitar reír.

Ya era tarde cuando decidieron regresar, estaban cansados y la gira había perdido todo el interés. Con sigilo buscaron un rincón desde donde podrían trasladarse de nuevo al departamento de Hyoga en San Francisco, pero justo antes de encontrar el lugar, una tienda de antigüedades llamó la atención de Seiya.

Shiryu frunció el ceño. Éste era el mismo lugar desde el cual habían partido Shun e Ikki, y el Dragón estaba completamente seguro que esa tienda no había estado allí antes, pero su lógica prevaleció sobre el instinto. Si estaba allí y la estaban viendo, seguramente antes no la notó (aunque supo que no era posible, él siempre fue muy atento de sus ambientes y el lugar no podía pasar desapercibido, pero no podía negar el hecho innegable de la existencia muy real del lugar).

Ya Hyoga estaba caminando hacia la entrada, Seiya detrás de él cuando Shiryu decidió unirlos, deteniéndose sólo para volverse a mirar a Tánatos cuyos ojos estaban fijos en aquella casa pequeña (tan fuera de lugar entre los edificios a su alrededor).

"¿Pasa algo, Makoto?". Decidió utilizar el nombre mortal del dios por si cualquiera escuchara.

Tánatos pestañeó antes de negar. "Nada". Dijo y lo unió. "Vamos" y ambos alcanzaron a sus compañeros que acaban de entrar en la tienda.

 

"...noches, sean bienvenidos". Shiryu alcanzó a oír el saludo. Un muchacho joven, de dieciséis o diecisiete años, arqueó ante Seiya y Hyoga en un saludo muy formal. "¿En qué puedo ayudarles?".

"Watanuki". Una voz femenina se dejó oír antes de una mujer alta de cabello negro apareciera por una puerta de madrea y papel. Tánatos casi se tragó la lengua de la impresión, sus ojos casi saltaron de sus cuencas. La mujer se encontró sus ojos y pestañeó. "Yo me haré cargo de estos invitados".

El joven asintió ofreciendo traer té, entonces se marchó.

El lugar de recepción no era tan pequeño como parecía ser por todo los objetos, al parecer muy valiosos, en estantes y mesas, en distintos lugares habían varillas de incienso quemándose, el olor era pesador pero sorprendentemente no desagradable, en resumen, el lugar, aunque acogedor, era completamente misterioso.

"Buenas noches". Dijo la mujer entonces. "Mi nombre es Yuuko, ¿cómo puedo ayudarlos?".

Los cuatro estaban callados, sólo Tánatos parecía al borde de un colapso.

"Bien". Seiya se sonrojó. La mujer era preciosa y todo el lugar, incluyéndola a ella, tenía un aire místico. "Realmente entramos a curiosear". Dijo avergonzado.

La mujer sonrió dócilmente, su cabellera negra onduló tras ella cuando caminó, su quimono cayó sobre sus hombros revelando las finas clavículas y su láctea piel. "Mi estimado, esta tienda no es para curiosos". Dijo causando un mayor rubor en el más joven del grupo.

Shiryu abrió la boca para disculparse y salir, Hyoga para protestar, (Tánatos para intentar respirar), pero antes de que cualquier palabra fuera proferida, la mujer se acercó a Seiya y tomó su mano. "Aquí sólo pueden entrar las personas con un deseo muy sincero en su corazón". Fijó sus ojos en los de Seiya quien parecía hipnotizado por los ojos negros profundos. "Hay un deseo muy profundo y fuerte en tu corazón, puedo decirlo". Continuó ella.

Seiya parecía despertar de su estupor y supo. Supo que ella de alguna manera conoció su secreto, de sus celos, de su envidia. Se sintió avergonzado y sucio, sus ojos buscaron los de Shiryu. De todos los presentes el que menos quiso que se enterara era Shiryu.

Él quiso salir corriendo, pero antes de lograr mover un músculo, la mujer terminó su frase. "Y yo puedo hacerlo realidad". Seiya pestañeó volviendo sus ojos sorprendido hacia ella. No, no era posible, nadie podía ayudarlo con aquel deseo.

En ese momento el joven entró de nuevo con cinco servicios de té, sirviéndolo a cada uno de forma muy formal y serena, cuando terminó se retiró nuevamente dejando la bandeja y la jarra en el contador.

Tánatos aceptó la taza por simple inercia pero no bebió ni un sorbo, sus ojos nunca dejaron la figura de la dueña del lugar.

Shiryu e Hyoga no habían escuchado las palabras susurradas de la mujer pero a ninguno de los dos les agradó ya el ambiente.

"Gracias por el té". Hyoga había tomado sólo un trago en honor a la cortesía y dejó la tasa en la bandeja antes de dirigirse a la salida. Un sentimiento de ansiedad y melancolía lo engolfó al momento de entrar.

Varias veces sus ojos se posaron en Tánatos, esperando ver a su lado a alguien más... alguien con los cabellos y ojos dorados, aquellos que tan insistentemente frecuentaron sus sueños.

El dios de la muerte había estado distraído todo el tiempo, y él no había logrado domar el dolor que le producía estar en aquel lugar. Él quiso salir, salir inmediatamente. "Seiya, nos vamos. Buenas noches". Dijo acercándose a la salida.

Sonriendo, la mujer tomó en un gesto veloz pero elegante una mano de Seiya y envolvió en su palma un objeto pequeño y caluroso. El menor de los caballeros de bronce pestañeó con sorpresa pero sus ojos nunca dejaron los ojos de la bruja oscura.

Inclinándose hacia él, susurró en su oído. "Todo tiene un precio, pero ustedes sabrán pagarlo. Has comprado el deseo de tu corazón".

En ese momento Seiya sintió el asimiento de Shiryu en su brazo. "Seiya, Hyoga nos espera afuera". Se volvió hacia la mujer. "Disculpe la molestia, tenga buenas noches". Tomó la taza de la mano de su novio y la colocó junto a la suya y la de Hyoga antes de salir.

Tánatos pestañeó antes de finalmente tomar su té, ahora meramente tibio. Poniendo la taza al lado de sus `predecesoras', habló.

"¿Quién era ese niño?".

"¿Watanuki?". El dios asintió. "Es el colaborador de una amiga".

Tánatos hizo una pausa entonces rascó la parte posterior de su cabeza (Tánatos ha estado viendo mucho DragonBall y se le han pegado ciertas tonterías de Goku) la otra mano en su cintura. "¿Sabes que Papá va a matarte?".

"¡Ha!". Exclamó. "Tu papá ya no mata ni a una mosca, además, él no se decidía y yo tomé cartas en el asunto. Para tu papá nadie nunca sería digno".

Tánatos miró hacia la puerta, su corazón inmortal palpitó salvajemente dentro de su pecho. "Mi hermano".

La diosa sonrió frotando su hombro. "Sé muy feliz, Tánatos y haz de Hipnos un niño muy querido".

Una lágrima de cristal escapó brevemente pero la sonrisa era firme y radiante en el semblante de Tánatos. "Él ya es un niño muy querido, Hécate". Besó la mejilla de la Diosa y salió a encontrarse con sus compañeros.

 

Tbc...

Notas:

1. ¿Reconocieron a los personajes?. Pues sí, se trata de Yuuko y Watanuki de XXXHOLIC de CLAMP (Sirva la presente como reconocimiento de autor). ¿De dónde salió la idea?, la idea ya estaba en mi mente antes de condimentarla con el universo de HOLIC, desde hace años decidí que... la serie final sería un compendio de todos (hasta donde se pudiera) mis favoritos y eso es lo que verán en la última parte, sin embargo esta serie surgió de pronto (originalmente sería sólo un capítulo de enlace con la serie final) y ya está llena de estas cosas. Perdonen que me extienda, no me sé explicar mejor.

2. Tengan en cuenta que -originalmente- tenía pensado esto de otra manera, de hecho, Hades y Percy participaban ‘activamente' en la llegada de Hipnos a la vida de Seiya y Shiryu (Sí, sí ^_^, ellos son los afortunados elegidos), pero, sin perder el vista el futuro, debía cambiar las cosas para que todo encajara, y fue muy difícil cubrir todas las bases (espero que estén cubiertas), en el fututo comprenderán (eso espero) o por lo menos les sabré explicar mejor mientras se desarrollan los aconteimientos.

3. El próximo capítulo será corto (eso espero) y posiblemente para esta misma semana. Siento haberme desaparecido, trabajo en una oficina pública y estamos cerca de la elecciones municipales, todo ha sido un pandemónium, esperanzadamente terminará este fin de semana.

4. ¡Brysel, gracias por tus correos!. Este Hades/Percy-Shun/Ikki no sé cómo fue que llegó a ser, pero aquí está, me alegra mucho que te guste y disfrutes leyéndome. Espero seguir manteniendo tus expectativas.

5. ¿Ahora comprenden más o menos lo que les decía antes?, Ikki no está embarazado, Percy está embarazada pero mientras permanezca en su físico masculino, Ikki estará sufriendo los síntomas. La verdad es que originalmente no pensé dedicarle muchas líneas a ellos pero ¿qué decir?, esos dos me han tenido atada a sus dedos meñiques desde hace más de doce años.

6. ¿MPREG?... ¿Cuál es el deseo del corazón de Seiya?.¡Estas y otras preguntas serán contestadas en el próximo capítulo!. Gracias por todo mis estimadas, gracias por siempre estar allí y gracias por la paciencia y por esperar.

7. ¡¡¡Les tengo un BONUS!!!, no soy experta, no exijo serlo, ¡pero estoy muy orgullosa de mi esfuerzo y su producto!, espero que les guste, déjenme saber que piensan, y de nuevo Gracias.

KMSC©.Noviembre.2008.

 

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Gotan

 



Tánatos: [Haciendo gestos de Gran SaiyaMan] ¿Qué te parece Hyoga?, me he fusionado y ¡ahora soy el Gran GOTAN!

Hyoga: [Mirándolo con fastidio divertido] Sabes, si mal no recuerdo, Vegeta defendía a capa y espada que su nombre debía ser primero en los nominativos de sus fusiones.

Tánatos: Sí, ¿verdad?, tú como crees que deba llamarme entonces.

Hyoga: [Riendo], Pues el Gran TANGO, ¡claro!

Tánatos: ¡¡HYOGA, rata de dos patas!!


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