Siento el frío colarse en mis huesos, pero lo que mas siento es el vacío que me dejo su abandono en aquel tiempo donde todo era de otro color para mi.
Me subí a unas tablas viejas, el cual era mi despiadada cama, posando mi rostro en los barrotes fríos, para ver la triste noche sombría que caía ante mis ojos.
Siento como mi alma se hace una con la soledad de la noche, escuchando a los animales salvajes del bosque salir a cazar a sus pobres presas que yacen por doquier.
Mis sentidos se agudizan completamente, escuchando cada detalle de lo que sucede a mi alrededor, levemente siento como grita la gente alegre en la aldea que celebra quien sabe que cosa, no le presto mucha atención, realmente ya no me importa nada, solo el.
Levante mi mentón suavemente y posando mis ojos en la brillante luna, mis recuerdos empiezan a aflorar sin cesar, trayendo de vuelta consigo mis sentimientos retorcidos, sentimientos que quise borrar por completo intentándolo una y otra ves, pero que jamás se fueron y con ellos llego mi desesperación, mi dolor, mi tristeza y mi locura rompiendo todos mis esquemas de una vida cotidiana.
Recuerdo que enamore a Sakura, ella era muy agresiva, aunque siempre se preocupaba por mi brindándome todo su amor, era realmente una chica entretenida, pero lamentablemente mi corazón por mas que yo quisiera, no le pertenecía, todo mi ser estaba lejos, todo lo que poseía, absolutamente todo estaba lejos de lo que era la aldea de la hoja, siempre batía sus alas para estar cerca de el.
Como fue que llegue a esta habitación tan penumbrosa, si mas no recuerdo, me encontraba bajo un cielo grisáceo, la brisa fresca me envolvía haciendo que mis cabellos revolotearan por todo mi rostro en lo que mis ojos se ocultaban bajo este, apretando mis puños fuertemente y mordiendo mis labios hasta que un hilo de sangre aparecía en el exterior, dejando ver mi coraje, mi ira, mi impotencia y un sin fin de sentimientos mas entremezclados que nadie entendía, en mis ojos se vislumbraba un caudal que inundaba todo mi ser, mi cuerpo temblaba por mi gran debilidad, por no ser capaz de detenerle cuando mas necesario era.
Mi mente despertaba las ideas mas descabelladas y sádicas que pudiese haber imaginado alguna ves, todo por detenerle, pero no era suficiente si mi cuerpo inerte no obedecía, con impotencia le veía alejarse cada ves mas, con esos aires de grandeza esplendida, siniestra, omnipotente, que era lo que le hacia asemejarse con un Dios de la tierra, bajo aquel cielo que nos rodeaba, que nos cubría, el era lo máximo.
Eh ahí cuando me di cuenta de que le amaba con todo mi corazón, como olvidar esa necesidad de abrazarlo, besarlo, tocarlo, sentirlo solo mío. Antes de que desapareciera entre el bosque lo único que atine a gritarle *quédate* pero ni siquiera se detuvo a responderme para darme un rechazo absoluto, no voltio, no miro nada de esta alma que caía en la profundidad del infierno, retorciéndose en el eterno vacío del que jamás saldría, su figura escapo ante la lluvia intensa que empezaba a caer, mis lagrimas se fundían con ella como si fuéramos uno solo.
Ese día mis rodillas impactaron contra el suelo brutalmente, dando el ultimo grito de esperanza de que volviera a mi, su nombre se escucho en todos los alrededores, en cada rincón de Konoha, eso fue lo ultimo que oyeron los demás de esta esencia, mientras mi ultima chispa de fe se apagaba junto con mis labios que se sellaron hasta el día de hoy.
Hoy la luna brilla con mucha intensidad, pero si observas detenidamente, se puede divisar una embriagante niebla que se acerca cada ves mas a cubrir en su totalidad este oscuro corazón, no, ya no quiero seguir respirando el mismo aire que el, ya no quiero caminar nunca mas por los lugares en el que alguna ves lo hicimos juntos, ya no quiero hablar mas porque si no es con el esto no tiene sentido, ya no quiero reír como lo hacia cuando el aun seguía junto a mi.
Debía detener todo este sufrimiento que me carcomía por dentro, como una enfermedad incurable que arrasaba con todo lo que quedaba a su paso, dejando a un ser vacío en la misma nada de lo inexistente, el silencio a retornado en mi mundo y yo decido que es hora de partir a un mundo el cual es totalmente desconocido, que importa, si lo importante es que ya no seré un obstáculo en su vida, el, seguirá viviendo como siempre lo ah hecho, con la misma tranquilidad de siempre, si algún día se entera de que yo ya no existo, no creo que le tome demasiada importancia a esto ya que nunca fui algo que el estimara de verdad, solo yo fui el que creyó en algo intangible y no le culpo por ello, después de todo quiero que el sea feliz con la vida que el escoja para su satisfacción, con solo ver que estará bien donde quiera que vaya me conformo y me doy por servido en mi patética vida.
¡Hoy es el fin a todo! “ya no puedo mas con todo esto” bajo lentamente de esa cama que es tan dura, empiezo a mirar a mi alrededor buscando el arma homicida, pero, nada encuentro que sea de real utilidad, en el piso puedo divisar a duras penas un trozo de lata vieja, que quizás estuvo por muchos años en el mismo lugar esperando a un tipo como yo, o tal vez fue el que condeno al que estuvo antes de mi en este cuarto viejo eh insalubre, que importa, lo tomo serenamente con mis manos blanquecinas por la falta de sol, me paro solo un instante a observar el objeto pero en realidad ya no hay nada mas que ver, llevándolo bruscamente a mi brazo desnudo, rasgo mi piel severamente en lo que un liquido carmesí empieza a chorrear por este, manchando el suelo sucio, limpiando mi locura que me enferma, por mas que daño mis brazos este dolor no se detiene, la sangre sigue su camino a favor de la gravedad corriendo intensamente cada ves mas, mis ojos vuelven la vista a las afueras del recinto, acordándome de los bellos encuentros pasados que tuvimos, recordando esa vieja amistad que nos había unido según yo *por toda la eternidad* que estupido fui al pensar en algo así, eso desde nuestro comienzo nunca fue así, estaba destinado a que acabase de esta manera tan bestial, destinado a que nuestros caminos se separaran, en donde el único imputado seria yo, el único que sufriría por nuestras distancias seria siempre el mismo “yo”.
Este liquido carmesí aun no se detiene, de hecho sigue avanzando dejándome cada ves mas carente de vida que alguna ves tuve, pero que ya no estará mas, un extraño mareo invade mi cuerpo, me siento prácticamente desfallecido sobre el suelo donde caí abruptamente de golpe en el, la sangre recorre cada parte de este cuarto, todo se ha vuelto rojo, mis ojos emanan un liquido tibio que corroe mis rostro ,curioso intento llevar una de mis manos a esta zona, llegan, pero con gran dificultad, veo que son mis lagrimas cristalinas que salen sin mi autoridad, no quiero ver el momento de mi debilidad una ves mas.
Con gran esfuerzo vuelvo a estar de pie, sujetándome a una mesa de metal que yace junto a la cama, quiero que esto acabe pronto, no quiero seguir aquí, giro mi vista buscando algo mas corrupto, algo que me haga irme lejos de aquí ahora mismo sin tener que pasar por toda una gama de eventos que me terminen por destruir, pero sigo sin encontrar nada factible para esta mente perturbada, siento mi ropa humedecida de esta sangre carmesí, en lo que en mi semblante se dibuja una extraña sonrisa llena de confundidos recuerdos que pasan una y otra ves como un deyavu, mis ropajes se sienten bastante incómodos, por lo que decido quitármelos con dificultad, pero lo logro con éxito al fin y al cabo, sosteniéndolos entre mis manos pienso en que podría hacer con estas vestiduras tan viejas y carcomidas como mi corazón, en eso mis ojos se abren de par en par albergando la idea mas loca, mi rostro se torna diabólico ante la idea, camino con destreza hasta mi cama donde me siento con un toque de lujuria por mis acciones, empezando a anudar las prendas una a la otra hasta que se forma un lazo inseparable entre estas, ojala hubiera sido igual nuestra relación, pero ni modo, tendré que conformarme con haberlo tenido algunos años a mi lado, eso debería bastarme para tener felicidad en el otro lugar donde vaya o para terminar por pudrirme.
Observe que en techo había una vara metálica que atravesaba toda la habitación, por lo que me reincorpore un poco para levantarme cuidadosamente ya que mis pies no respondían como antes por la perdida masiva de sangre que había escapado de mi cuerpo minutos antes, pose mis manos sobre aquella mesita junto a la cama tomar un pequeño impulso y comenzar a correrla hasta quedar bajo esa vara que yacía en el techo, cuando pude lograr arrastrarla hasta el sitio indicado torpemente me trate de montar sobre esta, pero mi cuerpo inerte fue a dar al suelo de manera inverosímil quedando tapizado en este, mientras mis lagrimas no cesaban en ningún minuto, es mas salían a cada instante con mas magnitud que antes, porque podían sentir que su final se acercaba insoluble ante estas, trato varias veces ponerse de pie nuevamente hasta que a base de agarres mal calculados de golpeaba contra en mueble, pero no conforme logro su objetivo hasta quedar sobre esta tirado encima de ella como si de un estropajo se tratara, con mirada baja tomo impulso nuevamente para subir firmemente en la mesa y una ves que pudo salir victorioso en esto, tiro la prenda anudada con vista al cielo hasta que esta paso por la barra para quedar una perturbadora escena que anunciaba a cada momento mas el triste final del joven de cabellos rubios y de orbes azules tan profundas como el cielo, esbozo otra ves una sonrisa en lo que sus ojos se escondían entre sus cabellos que ahora con el pasar del tiempo se habían hecho mas largos, por el poco cuidado que le brindaban los paramédicos, por la poco paciencia que le tuvieron cuando perdió la razón por ese amor tan obstinado el cual le había abandonado, ahora solo se encontraba sumergido en la rotunda soledad, donde nadie quería ayudarle a levantarse del fango que lo hundía mas y mas.
Cuando las ropas hicieron el papel de una soga, el rubio posiciono su cuello entre esta para mirar hacia la ventana por ultima ves, la luna brillaba con todo su esplendor con mas fuerza que nunca mostrando su gran superioridad ante los diminutos humanos que caían a sus pies cuando ella cubría todo con su oscuro manto, la soledad en su corazón era total envolviéndolo todo en una penumbrosa alma. Todo lo que recorría su corazón, todo lo que existía en su mente era Sasuke que no salio nunca de su corazón.
Bajando la vista comenzó a mover la mesa para que esta perdiera su estabilidad y cayera al piso sin darse cuenta que las lagrimas no paraban de correr por sus mejillas, hasta que su cometido dio éxito cayendo con rapidez al suelo la mesa impacto de golpe, su cuello sentía el entumecimiento y el oxigeno escaseaba por la presión ejercida, sus pies se movían de un lado a otro rápidamente balanceándose por la agonía de su cuerpo que ya estaba casi inerte ante la acción cometida, ya no podía soportarlo mas, cerrando lentamente sus ojos se sellaron para siempre, para ir a un mundo desconocido donde nadie mas sabia la dirección certera hacia adonde había escapado su alma cubierta de locura.
Su cuerpo solo pendía de aquella cuerda inventada por sus manos sangrientas hasta el ultimo minuto que logro estar con vida, ya en ese cuarto no quedaba nada mas que muerte, todo se había perdido para esa alma somnolienta que ya había partido, al día siguiente una enfermera andaba en su ronda matutina para vigilar que los enfermos se encontraran tranquilos, lentamente sus pasos resonaban por el manicomio, por aquel pasillo donde el cerámico retumbaba con los tacones de la mujer, llego hasta la puerta del rubio eh ahí al abrirla para checar su estado, se encontró con la imagen mas perturbadora que haya visto sus pupilas, dando un grito desesperado llamo la atención del resto de los enfermeros de turno que llegaron a los minutos siguientes de su alarmante voz, cuando todos estuvieron presentes en la habitación, quedaron helados porque nunca pensaron que Naruto Uzumaki haría tal cosa solo porque el azabache ya no estaba a su lado, llamaron a Tsunade rápidamente para que ella se enterara de lo ocurrido y una ves hay Tsunade soltó unas cuantas lagrimas de dolor posteriormente de dar orden de que preparan su cuerpo para darle entierro en el gran cementerio donde yacían los demás ninjas muertos en combate.
Lo velaron como siempre se había hecho con todos los que partían al otro mundo, muchos se sentían culpables por no haberle dado la ayuda necesaria y entre tantos de esos con aquel sentimiento de culpabilidad se encontraba Sasuke Uchiha, quien nunca después de haber regresado a la aldea le había ido a visitar, ya que esperaba a que el rubio se recuperara para darle la sorpresa de su regreso, para estar con el, pero su sorpresa salio cara y el que realmente se llevo la sorpresa fue nada mas que el quien tenia absoluta confianza de que Naruto jamás se quitaría la vida por su falta momentánea de la aldea, Sasuke había regresado hace ya varios meses donde la Hokage le había informado de todo con respecto a su rubio, ella misma le había pedido expresamente que no le visitara hasta que este superara su larga depresión. Ahora el que estaba deprimido no era nada mas que el por su estupidez de obedecerle en aquella ocasión.
No paso ni una semana para el azabache quien desesperado por la ausencia del rubio, no lo soporto mas y de igual manera que el rubio se quito la vida en su propia casa, con la esperanza de encontrarlo en el otro mundo eh ahí poder estar con el eternamente donde nadie pudiera prohibirles nada en cuanto al amor que sentían el uno por el otro, pero que sin embargo Naruto desconocía rotundamente, si lograron reencontrarse en el mas allá eso nadie mas lo sabrá a no ser de ellos mismos que ya partieron antes que nosotros a encontrase a ese lugar el cual los que aun existimos sobre este planeta no lo sabremos hasta que nuestra hora también nos llegue aunque sea de distinta maneras pero que tarde o temprano también nos reuniremos en aquel paraíso que quizás solo son productos de nuestras mentes superfluas.
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