Generalmente no me dejo llevar por cosas así.
Nunca.
Pero ella me ha colmado la paciencia.No me molesta que sea del mismo nivel que Mello, no me molesta que sea hermosa, no me molesta que sea agradable a la vista de todos los demás, no me molesta que sea perfecta.
No.
Me molesta su actitud con Mello.
Me molesta cómo trata a Mello.
Me molesta su interés por Mello.
— ¿Otra vez con ella, eh?
—No jodas, Matt.
No son celos. Claro que no. Es sólo una preocupación de… amigo a amigo, nada más. No tiene nada de malo preocuparse de que una arpí… intrusa destruya nuestra bella amistad.
Porque sí, ésa tía se la pasa todo el día molestando a Mello. Estoy harto de escuchar su chillona voz, estoy harto de saber que siempre les toca trabajar juntos, estoy harto de tener que aguantarla.
Me gustaría de una vez por todas soltarle en la cara todo lo que me he guardado, para ver si así le quedan ganas de volver a joder.
Y Mello, ¿qué hace él? Nada. Pero sé que le molesta, aunque no me lo diga, lo sé. Es sólo que no le dice nada a la arpí… digo, Alice, porque es nueva, y le da lástima. Conozco a Mello, sé que es por eso, valga la redundancia.
Incluso me ofrecí para decirle la verdad y bajarla de las nubes de una patada a la cría, porque me enferma ver cómo acosa al pobre de Mello, pero se negó. Ahh~. A veces pienso que es muy bueno.
Demasiado. Y debido a eso, tiene que sufrir. Aguantando sus abrazos -inesperados-, sus gritos -inaguantables-, sus besos -indeseados-, en fin, podría seguir con la lista de cosas molestas de ésa cría.
Lo peor de todo es que todo el mundo está contra mí. Soy el único que ve claramente la realidad. Creen que Alice es una Santa, pero noooo, noooo…
Yo sé la verdad… y la verdad es que Alice no es una Santa, es una arpía.
Me odia -aunque el sentimiento es mutuo- y hace todo lo posible para separarme de Mello. Ja, la muy tonta creía que yo no me iba a dar cuenta de sus planes malignos, pero, AJA, sí lo hice. Es mas…
Oh, pero qué veo. La niña bonita ha llegado. Coño, ya no puedo ni pensar tranquilo en la sala, tan bien que estaba solo.
—Oh, hola Matt, qué gusto verte.
Qué hipócrita es.
— ¿Has visto a Mello?
Listo, la gota que derramó el vaso.
Creo que tendré que hacerla entender, sí o sí. Puff. Menudo descaro de parte de la cría ésta. ¿Cómo puede osar venir a preguntarme tal cosa? Y lo hace de adrede, pero no importa mucho. Desde que llegó le he estado enviando indirectas, si no entendió, mal por ella.
El momento perfecto.
Haré algo que nunca pensé que haría. Pues no soy del tipo de persona que anda por allí revelando todo lo que piensa, pero Alice ya me ha jodido lo suficiente. Sólo que después no se queje…
Ella se lo buscó.
—Mello es mío, perra —y le sonreí.
Porque nunca está demás dejar las cosas bien claras…