Lo detesto tanto, es odioso, molesto, travieso y tonto entonces, porque… no me lo puedo sacar de la cabeza, no puedo sacar esa sonrisa fastidiosa que tiene, ni su mirada, esos ojos negros …sus lindos y profundos ojos negros
-Hay!!!!!!!! Pero que demonios estoy pensando
-oye ¿estas bien? –dijo Horo horo que acababa de entrar a la habitación - ¿Por qué gritas?
-Que te importa hielito
Porque tuvo que venir ahora.
-Pues prefiero ser un hielito que un cabeza de tiburón!!!
-Acaso ¿quieres pelea? –Conteste fríamente pero ala vez como si estuviera provocándolo
Horo horo se quedo mudo y agacho la cabeza para luego echarse sobre su futon y recién estaba atardeciendo
-Ahora estoy muy cansado como para derrotarte –Me dijo, pero sonó medio raro
-¿Derrotarme? Bromeas verdad, ni en un millón de años podrías hacerlo
-Si claro como digas – pero… que le pasa a Horo horo.
-…
Me mantuve callado y volví la mirada al atardecer, se veía realmente hermosa pero… ese tonto de Horo me esta haciendo preocupar ¿Qué le a ocurrido? No es cansancio, claro que no.
-Horo horo, que te sucede acaso ¿te duele el estomago de tanto comer?
-Claro que no!!! Estoy bien.
No me creas entupido. Hubo otro silencio que paresia interminable pero de pronto el se sentó y yo voltee, se encontraba mirándome fijamente, con un rostro muy serio y ahora mas que nunca, pude ver sus ojos mas hermosos ya que en ellos se encontraba una mezcla de colores calidos entre rojizo y anaranjado, que provenían del reflejo del
atardecer.
-¿Qué me estas mirando? –Quise romper el silencio por que me estaba empezando a incomodar… por fin me estaba dando cuenta de algo
-Nada, nada –Se paro y se sentó a lado mi, viendo el atardecer por la ventana, estaba muy cerca y me perdí en su mirada.
Ya lo entiendo, me he enamorado completamente de el, de esa sonrisa fastidiosa y de esa mirada tan profunda pero a la ves, hermosa
-Ren
-¿Qué? –conteste de inmediato, para que no sospechara que me había perdido en sus ojos
-¿Porque siempre peleamos? –pero que pregunta es esa
-Y yo que se
Horo se recostó sobre el dintel de la ventana y voltio a verme, ahora que ya sabía la razón por la que no lo puedo sacar de mi cabeza, no pude evitar ponerme nervioso
-Pilika… me dijo algo –definitivamente se puso mas nervioso que yo, he intento desviar la mirada
-¿Qué te dijo? –me mataba la curiosidad
-Que… las personas que peleaban mucho, son aquellas que se quieren demasiado.
Me quede frió
-Pero… eso NO QUIERE DECIR QUE SEA NUESTRO CASO, VERDAD!!! –prosiguió Horo horo pero paso de su estado nervioso a uno de exalto, con sus mejillas algo sonrrojadas, eso me causo algo de gracia
-(risita) que ¿creías que yo te quería? –es vedad, me le acerque demasiado pero, quería observarlo mas de cerca.
Se esta sonrojando mas, eso ¿Qué quiere decir?
-Por supuesto que no, tu eres muy frió como para querer ha alguien, ha quien sea –desvió la mirada y voltio la cabeza.
Pero que demonios ha dicho, eso dolió, después de todo yo comencé pero, no tenia porque decir algo como eso.
Horo horo volvió a mirarme pero se sorprendió ¿de que se sorprende este hielo ahora?
No puede ser, se me ha caído una lagrima, que imbecil soy, me voltee de inmediato y me la limpie, me pare y estaba decidido a irme pero algo me detuvo…
-Espera
…Horo horo
-Disculpas, tal vez, exagere con lo que dije -forceje para que me soltara la muñeca y escapar corriendo de ahí, pero no me soltó.
-Muy bien ¡Te disculpo! Pero suéltame
-No, aun no –Que le ocurre, ahora dolo quiero irme, me estoy empezando a enojar
Me hizo voltear a la fuerza, ya no estaba llorando pero estaba enojado, lo miraba muy molesto, mientras el me apretaba aun mas fuerte las muñecas
-y ¿Ahora que? –le dije
-Cállate –me jalo hacia el –Solo escucha
Y quede aprisionado en sus brazos
-Ren, déjame quererte –lo que dijo fue casi como un susurro – Pilika tiene toda la razón. Pero yo sabía que tú, tal vez no estarías de acuerdo.
Cada vez me iba abrazando más fuerte, no sabia que decir, ni que hacer, mi cuerpo estaba congelado pero ala ves a gusto…
-Por eso solo te pido que me dejes quererte
-TONTO!!! - dije casi sin pensarlo
Horo horo se sorprendió y me separo un poco de el, pero aun sin soltarme. Me daba vergüenza decirlo pero tenia que hacerlo, agache la cabeza y…
-No seas tonto Horokeu, no me gusta ser dejado, yo también… quiero participar –levante la cabeza y lo mire supongo que me había sonrojado
Horo horo se sorprendió y se mantuvo callado
-¿No entiendo? –dijo el tonto del hielito
-Valla que eres tonto, te estoy diciendo ¡QUE TE QUIERO! –estaba totalmente rojo
-Ya lo sabia –lo dijo con una gran sonrisa – solo quería escuchar esas palabras de tu boca
Su sonrisa acelero mi corazón, ambos nos fuimos acercando, asta quedar otra ves abrazados y mirándonos fijamente, Horo horo estaba templando y muy sonrojado, así que yo, fui el que me acerque mas, hasta poder sentir su respiración, cerré los ojos y muy pronto toque sus labios, eran suaves y calidos. Horo horo me sostuvo aun con mucha mas fuerza quedando completamente juntos, mis brazos rodearon su cuello y así eliminamos cualquier campo invasor entre nosotros