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CrY 1.0 por Kanashimi Amai

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Notas del fanfic:

Bueno en realidad no sé ni yo de dónde saqué el fic... son mis máximos momentos de inspiración... No se preocupen no será el único fic de esta pareja... planeo hacer más... pero bueno eso ya el tiempo -y la inspiración- lo dirán...

Espero les guste!

Kissu

Bye bye

 

ATTE: Kanashimi

PD. Les explicaré o si no me terminarán matando por como llevo la narrativa. Esta algo confusa ya que a cada doble salto de linea hay una nueva escena [por así decirlo] Espero no les moleste y lo haya hecho bien...

Gracias! Y disculpen las molestias...

 

CRY 1.0

 

Hace cuánto que acudía por él...

Poder escuchar su voz era suficiente... hasta hace poco eso bastaba.

Sin embargo, lentamente, cada día que transcurría, se volvía más necesaria su presencia...

 

 

El concierto terminó con grandes aplausos... Mientras los integrantes hacían reverencias y despedidas hacia el público que les visitaba en esa ocasión. El vocalista giró la mirada y divisó una sombra absorbida en la soledad de los demás.

 

 

Él se desvaneció en la lejanía y penumbra de la muchedumbre que había llegado. Así como se iba se encontraba... Estaba perdido en la vida... sin esperanza alguna.

La oscuridad de la noche era lo único que le acompañaba... sus huellas estaban siendo borradas por aquello que una vez amó, la música. Y ahora esta ocupaba su lugar.

Cómo te puedes enamorar de algo tan pequeño... aún no lo explicaba. Pero aquella obsesión hacia el chico había surgido tan de repente...

 

 

El grupo entró al camerino, con algo de cansancio y alegría por su gran espectáculo. Un guitarrista, un baterista, un tecladista y la sensación de la noche... el vocalista.

Su nombre era Ran... bella voz y hermosa presencia. Sus cabellos rojizos se encontraban revueltos por las repetidas sacudidas que le había hecho el cuello a la cabeza durante la presentación. Se retiró con la mano unos mechones que le caían en la frente... poniendo en su lugar una toalla húmeda y así cubriendo a la vez sus ojos cerrados. Dios, cómo ardía después de cantar... la cabeza le daba vueltas y varias emociones afloraban en cada nota y palabra. Pero siempre estaba él... sin sentido y sin razón de estarlo lo veía... cada noche le visitaba su recuerdo entre los demás espectadores. Era una tonta alucinación... eso era... sólo una evocación de un pasado perdido y ansiado a ser olvidado.

 

-Ran -le llamaron a la par que sentía el frío recorrer su mejilla- ¿Estás bien?

 

El chico abrió los ojos al apartar la tela... esas amatistas tan bellas y profundas... eran únicas, únicas en brillo y finura.

 

-Gracias -habló al tomar la bebida que le brindaba, mientras seguía con su mirada cómo el ojigris tomaba asiento junto a los demás

-Lo hicimos bien hoy... pero no hay que conformarse, si seguimos así nuestra música se escuchará por todas partes -decía Kazu, el guitarrista- ¿No crees Ran?

 

El chico miró al ojidorado y seriamente contestó.

 

-Eso creo

-¿"Eso crees"? Es la verdad... CRY pronto podrá alcanzar la cima en música -exclamó, a lo que el pelirrojo se puso de pie y caminó a la salida

-Debo hacer algo

 

Se limitó a salir sin más.

 

-¿Qué le pasa? -cuestionó Kazu algo preocupado por su actitud

-No te preocupes, Ran siempre es así luego de un concierto -se limitó a decir Tetsu, el mismo que hace unos momentos le había brindado el refresco al chico

 

Salió por la puerta posterior... tomó asiento en una caja de madera y sacó un cigarrillo. Sabía que fumar estaba mal, y más siendo menor de edad, pero no encontraba otra manera para relajarse, después de todo cada concierto era una tortura más... esa sombra le perseguía sin habla.

 

 

Ya en la lejanía del lugar pudo pensar mejor... por qué... por qué se torturaba así... Sabía que el niño no lo aceptaría y que así mismo este ya tenía un amor, un amor de verdad. Suspiró en el aire para luego apoyarse en un poste de luz. Qué hora era... miró su reloj... 12:54... ya era tarde... como de costumbre se había dejado llevar por sus impulsos. Extendió la mano y el taxi paró. Subió y dio instrucciones de a donde debía dirigirse el conductor.

El viaje fue rápido... o eso le pareció a él. En todo el camino no había pensado más que en el joven de voz bella. Aquel joven que con sólo escucharlo una vez quedabas hipnotizado y fascinado con el apremiado don que poseía. Bajó del auto y dio el pago dejando una propina, ni buena ni mala... después de todo él no podía darse lujos con el trabajo que ejercía. Ser maestro no generaba una gran ganancia.

 

 

Volvió a bostezar... tiró el cigarrillo y con su bota lo magulló... se puso de pie y volvió a entrar. En el camino se encontró con Mira, aquel que tocaba el teclado, detrás de él estaban sus otros dos compañeros, algo disgustados.

 

-¿Pasó algo?

-Pues verás... -habló el ojidorado- Sucede que el espectáculo de mañana se dará hasta más tarde

-¿Y eso?

-Es que las entradas se agotaron pero muchos exigen más... así que con el temor que surja algún problema lo han puesto un poco más en la noche

-...

-Bien -intervino Mira- Será así

 

Fue una despedida rápida... para luego entrar al camerino. Tomó su mochila negra y salió del lugar. Dio una mirada atrás y volvió de nueva cuenta a su rumbo. Las calles estaban casi desiertas... pero no temía... después de todo el de temer era él. Puesto que las ropas que llevaba daban mala pinta. Pero qué podía hacer... después de todo el look de la banda era ese. Aunque no le disgustaba del todo.

Cogió el metro y se sentó. A lo largo del transporte había silencio... viendo la hora no era raro. Ya era tarde... mucho como para que hasta él... un chiquillo de 17 años, andara solo.

Llegó a su casa y entró con cautela... sus padres seguramente estaban dormidos. Pasó por la cocina y sonrió... su madre le había estado esperando. Se acercó y suavemente a los oídos le dijo:

 

-Ya volví... ve a dormir

 

Ella se despertó y le abrazó... atrapándole luego el rostro entre las manos. Lo contempló y depositó un suave beso en su mejilla. Un "Te quiero" susurró el corazón del joven... quien luego vio a la señora irse a su cuarto.

Tomó asiento, en aquella sola habitación y se sirvió un poco de comida que estaba guardada en un toper. Empezó a devorar cada preparado... cómo le encantaba la comida que su mamá hacía... tenía un toque especial en cada alimento, el cuidado y cariño con que los realizaba era inigualable.

Metió otro bocado y recordó aquel día en el cual le había dicho a su familia lo que él deseaba hacer. Al principio le fue difícil convencer a su padre pero su madre le había ayudado... Cómo había descubierto su verdadero amor... Había sido Kouhei quien le despertó ese interés hacia la música, su sensei era la persona por la cual sentía algo más allá de admiración y respeto.

 

 

Jaló su corbata y desajustó su camisa. Se dejó caer a la cama... estaba rendido. Mañana tendría que dar una clase a primeras horas y en realidad no estaba del todo entusiasmado. Llevó una mano en su frente y recordó... antes amaba la música más que cualquier cosa. El dar clases en la preparatoria era sólo una excusa para convivir más con su verdadero amor. Y mejor aún... podía enseñar a jóvenes generaciones sobre esta bella expresión.

Sin embargo, nunca se hubiera imaginado que la música pronto se convertiría en su rival. Su corazón había sido acaparado por un joven... y las notas, el canto, los instrumentos... todo eso ahora era un estorbo entre él y su nueva adoración.

Era al inicio tan imperceptible... pero su ausencia lo hacía más llamativo. Él callaba y escuchaba con atención las instrucciones del mayor. Ese silencio era lo que más interés le provocaba al profesor... por qué estaba en el club de música si no hablaría. La clase finalizó y en el retiro de los jóvenes, Kouhei le pidió que se quedase un rato más.

 

 

Se perdió en las penumbras de esos orbes oscuros que estaban ocultos debajo de unas cortes castañas. El estar en esa clase era una excusa para verlo... se había enamorado de él... y poco le interesaba la materia. Sólo era por él... para estar más cerca... para poder mirarle más... para conocerlo.

 

 

Fue entonces cuando le preguntó el por qué de su interés hacia la materia... El chico estaba aún sin habla, así que viendo le nerviosismo lo tranquilizó. Pidió que le dijese hacia qué le llevaba el interés del arte... El niño... aún con la mirada baja musitó unas breves palabras. Las primeras que en todo el día había pronunciado.

 

-Me gusta cantar

 

Y eso fue suficiente para que le diera unas letras...

 

-Cántala

 

Quién diría que al decir eso perdería lo que hasta ahora consideraba más valioso... y su lugar lo ocuparía alguien real... real e imposible...

 

 

Su alma se llenó con aquellas letras... a cada pronunciación y entonación se liberaba. Era como flotar en vida... como ser uno con el viento. En esos momentos sólo existía él y la música, nada más equiparaba su atención. Por fin se sentía completo.

 

 

Era ver una flor brotar... abrirse ante las posibles oportunidades... Desde aquel día se había dicho así mismo mostrarle un camino para perfeccionar su gracia.

 

 

Ran subió  su habitación... no debía madrugar, después de todo había dejado la escuela para dedicarse a lo que de verdad le gustaba. Sabía que su futuro no estaba asegurado... pero no importaba el mañana, no a él... para él sólo había el ahora... sólo eso.

 

 

La mañana llegó tan desapercibida. No había podido dormir bien, y es que desde su partida todo se había vuelto monótono. Se cambio las ropas, que eran las mismas de la noche anterior, y bajó a la cocina para disponerse a desayunar. Tenía poco apetito así que no consumió mucho. Luego salió rumbo a la escuela.

Al llegar entró directo al salón en el cual impartía, aún nadie había llegado... y era obvio. Por alguna extraña razón se había vuelto común asistir temprano... sólo para estar con él.

Todos los días llegaba antes de lo normal para encontrarse con el joven estudiante... su excusa era orientarlo en el canto, hacer que esa voz no se desperdiciara, puesto que el chico en clase siempre estaba callado y tímido. Prefería guardar la verdad, aquella verdad que tanto le incomodaba... cómo podía haberse enamorado de tan semejante criatura. Le llevaba cuanto menos 10 años... la inocencia que albergaba aun era mucha... no conocía el mundo... no conocía aún nada.

Cada que iba a esos "encuentros" matutinos era un crecimiento más hacia su atracción por el menor.

Miró desde la gran ventana y vio como los estudiantes comenzaban a llegar. Con su mano recorrió el frío cristal... desde su ida toda era tan helado como el vidrio. No podía evitar extrañarlo, es más, ya se había dado cuenta de su masoquismo al ir a verlo todas las noches. Aunque no le hablara con sólo observarlo bastaba, sólo escuchar su voz, aquella voz que le llenaba tanto, era suficiente.

 

 

El pelirrojo se puso de pie... se metió luego al baño y tomó una ducha. El agua fría le tranquilizaba demasiado al sentirle recorrer el cuerpo. Aquel cuerpo deseoso de ser tocado por el que fue su maestro, su primer amor. Salió luego de unos minutos y cogió unas ropas del cajón. Bajó luego y se encontró con su familia... era pequeña, cierto, sólo eran 3 miembros. Talvez allí nacía el temor de su padre al ver que su hijo se dedicara a la música.

 

-Ran -saludó la madre con una sonrisa mientras le servía el desayuno

-Buenos -dijo leve, aún estaba algo cansado, se podía escuchar en su voz

-Hijo ¿Hoy también saldrás? -preguntó el padre, es verdad que la idea de ser parte de una banda no le gustaba del todo, pero lo había asimilado

-Sí -contestó al tomar asiento- Pero será más tarde de lo normal

-Ah, entonces hoy debes venir con más cuidado

-Claro -metió una cuchara de aquel delicioso manjar mientras el señor volvía su atención al diario

 

 

La clase terminó. Y aún no sentía nada... después de todo ese tiempo estudiando en las mejores escuelas de música para que ahora perdiera el amor por ella. Cómo odiaba esto... odiaba impartir aquello que le había arrebatado lo más quería.

Tomó su portafolio, luego de ver al último estudiante salir. Cerró y se marchó del instituto.

Al llegar a su casa volvió a su vacía habitación. Cayó de nueva cuenta que se no lo volvería a ver... se había marchado ya hace algunos meses... y aún ahora... sollozaba por su ida.

 

-Sensei... usted me gusta

 

Y quedó sin habla, no pudiendo contestar ante ello... Cómo podía ser... era a penas un niño...

 

-No -dijo al tomarlo por los hombros- No me amas, sólo es cariño...

 

Y esas lágrimas le partieron el corazón... no cesaban ante nada.

Se dejó caer en la cama y las últimas palabras retornaron a él... recordando su llanto y dolor... todo como si hubiera sucedido esa misma tarde...

 

-Me iré... seré cantante y sólo deseo que usted vaya a escucharme... porque las canciones que cante son para usted... son sólo hacia usted

 

No podía olvidarlo... es que se había enamorado. Esa voz le había hechizado... ahora sólo vivía de escucharla. Y poco a poco... fue obsesionándose.

Primero discos, posters, retratos, videos, grabando sus entrevistas de televisión y radio... hasta necesitar más y más... Ya no bastaba eso... Deseaba tener más de él. Así empezó a asistir a esos conciertos... gratuitos, privados, benéficos, promocionales, cualquier cosa en al cual tuviera oportunidad de cantar era motivo de ir... Ya verlo en la televisión o escucharlo a través de algo no era suficiente.

Esa noche habría otro y sus ansias de volver a escuchar le devoraban desde horas antes.

 

 

Últimamente había estado en grabaciones y ensayos... así que se le hacía raro estar mucho en su hogar. Se vistió con sus ropas negras y blancas y salió de su casa con la mochila en el hombro. Caminó sin rumbo ni interés... sólo quería despejar su mente antes de ir a cantar. Y es que aún esa sombra le acompañaba en la vida. Siendo que ya la había dejado atrás... o al menos eso creía. Pasó por el cual fue su colegio... miró aquel salón de la primera planta... el que se encontraba escondido detrás del enorme árbol. Un salón en el cual había conocido dos de sus grandes pasiones y donde una le había roto el corazón.

Continuó su trayectoria, que no tenía sentido. El sol se empezaba a poner ya iba a ser hora.

Entró al lugar, aún nadie había llegado, no era raro, los demás acostumbraban a estar unos minutos antes, siempre se mostraban muy confiados. Tomó asiento en el sillón del camerino y miró alrededor... Dios, esa costumbre de ser puntual un día le mataría.

 

 

Cogió su gabardina oscura y salió. Alcanzó el primer taxi que encontró en el camino para que lo lleve al lugar.

Al llegar vio a la multitud, era enorme y de lo más normal... pero extrañamente estaban tardando más en ingresar. Un hombre salió y explicó que se aplazaría una hora en entrar... a lo cual los espectadores contestaron con enojo y fastidio, sin embargo poder ver a CRY era suficiente.

Caminó fuera del enjambre y tomó asiento en frente al estadio donde se presentarían. No podía hacer nada más que esperar.

 

 

Ran vio como los demás entraban... Kazu, como de costumbre, tenía en sus manos una bebida de fresa... que rara vez se le veía lejos de ella.

 

-Hoy será un gran día -expresó entusiasmado mientras tomaba un sorbo

-Saldré un momento -habló con indiferencia el amatista

-Ran si deseas salir -se dirigió Tetsu hacia él- Puedes hacerlo, pero cúbrete con algo ya que causarás alboroto si te ven fuera -le lanzó unas gafas oscuras y una gabardina avellana

-Ok

 

Contestó al atraparlas. Cerró la puerta y se dirigió hacia la puerta posterior, salir por delante era de locos. Caminó un poco alrededor del lugar y sus ojos se toparon con él... en la distancia se encontraba sentada aquella sombra que le seguía sin cesar... ¿Estaba allí?

 

 

Se puso de pie y se aproximó a la gente. Estaban comenzando a entrar...

 

 

Quiso aproximarse al ver que se marchaba hacia donde se encontraban los demás espectadores... pero el celular que traía sonó. Tetsu le decía que volviese, ya iban a comenzar.

Caminó de regreso, tratando de explicarse el hecho de esa aparición.

 

 

El espectáculo estaba por comenzar... como de costumbre se encontraba en medio de todo el mar de fanáticos y admiradores. Ansiaba verlo... ansiaba escucharlo... poder perderse nuevamente en esa voz... poder contemplarlo en lo alto de un escenario... poder sentir cada calidez en sus palabras... 

 

 

Salieron con ánimos de empezar... el ojivioleta como de costumbre era el más asediado y aplaudido... Miró en todas direcciones mientras que Mira le hacia la señal de empezar. Bajó la mirada y casi como si hubiera una transformación en él empezó a cantar. Sus movimientos y matices eran delicados pero no tanto como para ser cursis... su voz sin duda era única y su atención estaba puesta en la búsqueda de ese ser.

Miraba a todas direcciones tratando de comprobar si aquello era obra de su deseo albergado y escondido.

Cerró los ojos y dio una nota más alta... talvez la más alta que hasta entonces había dado. Todos quedaron mudos y sorprendidos por su potencial. La música calló un momento. Esperando a que el chico se incorporara de nuevo...

Ran cayó abrazando el micrófono entre sus manos, sus labios se encontraban pegados a esas celdas grises que expandían su voz... Y en el silencio y aclamación muda empezó a cantar otras letras...

 

Ámame cuanto te amo...

Mírame como yo a ti...

Hazme estallar cada partícula del ser...

Demuéstrame que es el verdadero amor...

 

Mira lo trataba de acompañar con el teclado... pero lo hacía leve para que aquella voz que hasta ese momento sonaba débil y triste se escuchara más allá...

 

Háblame y no calles

Grita la pasión que albergas por mí

Sólo necesito que digas una palabra

Para que vaya hacia a ti

Sólo pronuncia mi nombre

Y rendido estaré a tus pies

 

El público no vociferaba y es que cada palabra, cada nota, entraba en la piel y la erizaba...

El pelirrojo se puso de pie lentamente y alzó la mirada... ahora sólo le miraba a él...

 

 

Su ser estaba siendo invadido... y sentía cómo era acariciado por cada letra, por cada matiz...

 

 

Kazu empezó a acompañarle con la guitarra. De forma leve y lenta... no sabía en realidad cómo acompañar aquello.

 

Grita como yo

Grita cuánto me amas

Expresa las sensaciones que causo en ti

No calles más

No me abandones en esta soledad

 

Vociferaba mientras Tetsu y Kazu aumentaban el volumen de sus instrumentos.

El público se prendió en el aumento. Mientras los jóvenes disfrutaban de la canción.

 

 

Kouhei se sorprendió al ver como el joven bajaba del escenario dirigiéndose hacia él... Le miró, casi partiéndose la vida. Él no dejaba de cantar, no dejaba de cantarle...

 

 

El concierto finalizó... volvieron al camerino con algo de cansancio y entusiasmo.

 

-Hey Ran... no vuelvas a hacer eso... por poco y nos da un paro allí afuera -expresó Kazu con puchero

-¿Qué fue eso de allí? -preguntó el tecladista con curiosidad

-No sé... siento haberlo hecho

-No digo que esté mal... pero al menos avisa antes de entrar si tienes alguna canción... -intervino el ojigris

-Está bien...

 

Fueron unos minutos dentro pero luego de eso salió...

 

 

La multitud empujaba fuera del lugar. Se dejó llevar por las olas y consiguió salir con algo de esfuerzo.

Ansiaba poder verle... más cerca de lo que antes lo hacía... y es que cada momento que pasaba deseaba estar más cerca... tenerlo más con él.

Se sentó nuevamente en el banquillo de enfrente y quedó embelesado con la imagen que ahora se le proporcionaba próxima.

 

-Sensei... así que al final si vino

-Quería escucharte más

-Ya veo -tomó asiento a su lado y se apoyó en su hombro- ¿Ha venido siempre, verdad?

-No podía evitarlo

-¿Me ama?

-Amo la música

-No pregunté eso

-Amo tu voz

-No quería escuchar eso

 

Tomó aquel joven rostro entre sus manos y lo acercó a sus labios...

 

-Amo que cantes para mí

 

Musitó mientras posaba sus labios a los más delicados que fueron recibidos con pasión y deseo... Cuánto hace que ambos querían esto... Se abrazaron y profundizaron mucho más aún... sólo separándose cuando la asfixia aparecía...

 

-Lo amo... sensei

 

Ran pronunció mientras volvía a ser posesionado por esa boca que le devoraba y le quitaba la voz. Lo único que quería era cantar para él... al igual que él lo único que quería era escucharlo... La música de Ran había sido llenada de dos formas: un don en la voz y una musa para la cual cantar.

 

Notas finales:

Perdonen si en algún momento tuve algún error ortográfico... pero no seguro se me habrá escapado algo por allí. Ya que cuando comienzo a escribir me apasiono y se me van letras o cosillas así... Gome por eso!

ESPERO CON ANSIAS SUS REVIEWS! ¿Les gustó?

ya que soy a veces muy melosa... hehe -_-U

Si desean que continúe con este fic háganmelo saber -pero bueno aunque no quieran deseo hacerlo hehehe-

Bye bye

Kissu


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