Aún recuerdo la primera vez que vi a esta mujer. Fue en el entierro de mis padres hace un año. Karen Roberson. Antes de comenzar a narrar los acontecimientos que marcaron mi vida me gustaría hacer un pequeño resumen.
Vivía en Nueva York, tenía una tranquila vida de estudiante hasta que ese día llegó. A causa de un accidente automovilístico mis padres y mi hermano mayor fallecieron. No se si sea algo que le suela pasar a muchas personas. El alcohol no combina con la velocidad. A causa de esto. Pase mis años de preparatoria preguntándome la razón de mi existencia, ¿Cuál era la razón por la que Dios me quería con vida aún? Después de eso, pase a vivir con mi abuela. Una mujer ya de edad avanzada que cuido de mí durante un tiempo. Así acabe la preparatoria.
-irás a la universidad Alice.
-¿Segura? ¿Tienes idea de lo cara que es?
-Eso no importa. Estudiaras lo que siempre has querido.
Cuando vi a aquella mujer de dorados cabellos sentía como si algo más fuera a sucederme. No la había visto desde el funeral de mis padres.
-Déjenme presentarlas-Decía abuela-Alice, ella es Karen Roberson. Karen, te presento a mi nieta, Alice Evans.
-Un gusto conocerte Alice
-Igualmente Karen.
Karen es maestra en la universidad a la que quiero ir, imparte la materia de Física, según se ella acaba de graduarse como profesora, pero aún es bastante joven.
-Bueno Alice, le debo demasiados favores a mis padrinos, tus padres, así que esta será la mejor manera. -Si, mis papas eran los padrinos de bautizo de esta mujer. Pero casi nunca la había visto.
-Nos vemos después abuela
-Promete que escribirás
-Te lo juro.
-No te preocupes, estarás bien conmigo. Tengo a una chica de tu misma edad que esta viviendo en mi casa, así que no estarás sola.
Karen no es casada, no parece tener novio ni nada por el estilo. Un sábado vino a buscarme, empacadas mis cosas me despedí de mi abuela, esperando que cuando regresara aún siguiera con vida. Tomamos el primer vuelo ese día llegando después de unas horas de viaje. Luego íbamos camino a su casa.
-Te encantara la ciudad.
-Espero
-No te preocupes Alice. Cuidare de ti así como cuido de ella.
-¿Quién?
-Ya veras.
Cuando llegamos a su nueva casa, me sorprendió que no fuese una mansión como esperaba, era una casa normal en los suburbios de la ciudad, solo tenía que tomar un autobús para llegar a la universidad, o mejor aún, ella siendo maestra podía llevarme. En cuando llegamos me dirigió a mi habitación.
-Espero que no te moleste vivir aquí. Es algo acogedor, solo debes de limpiar un poco.
-Claro, estaré bien, gracias
Dicho eso ella salió de mi cuarto cerrando la puerta. Me recosté en la cama pensando en lo que iba a pasar conmigo a partir de ahora en adelante, dormite por cosa de una hora. Cuando desperté moría de hambre así que Salí directo a la cocina. Baje las escaleras, pero me pareció escuchar unos ruidos así que me asome cautelosamente a la cocina, en dónde estaba una chica creo que de mi edad cocinando algo en la estufa. No era Karen.
-Esto, buenos días. -La chica pelinegra se giro con la espátula en la mano. Era bastante bonita si me lo preguntas, tez un poco morena, casi blanca, ojos azules y oscuro cabello
-¿Qué tal? Tú debes de ser Alice Evans, la estudiante de intercambio, yo soy Amber Parker-Amber se acercó a mí dándome la mano la cual estreche
-Si, encantada de conocerte.
-¿Tienes hambre?
-Si, un poco
-En seguida te sirvo el almuerzo-dijo acercándose a la estufa de nuevo.
-¿Y Karen?
-Ella Salió un momento con una amiga, regresara pronto.
Mientras platicaba me senté en una de las sillas del comedor, después ella se acercó a mí con dos platos de comida, se sentó a mi lado y comenzó a comer.
-¿A si que tu serás la chica que irá conmigo a la misma universidad?
-Si, creo, ¿Vives aquí?
-Si, hace casi como dos años que pase a vivir aquí así que ya me acostumbre, ¿Me pasas la sal?
-Claro, ten.
Durante todo lo que duro la comida Amber no dejaba de hablar de la escuela y lo bueno que seria para nuestro futuro estudiar allí. Claro, en ese entonces no tenía la más mínima idea de lo que me esperaría en este año.
Acabamos de comer, subimos las escaleras.
-Esta es mi habitación ¿Quieres pasar?-Dijo ella entrando dejando la puerta abierta
-Claro...-Entre a su habitación, cerré la puerta y me senté en la cama, ella se dirigió directo a la computadora a bajar música.
-Espero que nos llevemos bien Alice
-Si, yo también.
-Alice...que hermoso nombre para una lindura como tú
-¿Disculpa?-Estaba algo avergonzada por el cumplido, ella se giro hacia mí sonriendo
-Que tienes un bonito nombre, bonito como tú
-¿De verdad? Gracias...creo-Ella se volvió a girar a bajar música, me levante y comencé a recorrer la habitación, en sus paredes tenía algunos cuadros puestos de paisajes, en todos ellos había firmas, unos decían el nombre de Karen y otros los de Amber
-¿Tu pintaste estos cuadros?
-Si-Dijo acercándose a mirarlos junto a mí. -Ese es de un amanecer, ese del atardecer, la playa que esta cerca y otros más. Ya sabes, Karen y yo tenemos cosas en común. -Después ella regreso a su asiento en la computadora, seguí mirando a mi alrededor como un gato en tierras nuevas, pronto mi vista se clavo en un póster que estaba en una pared, era de un anime, uno muy conocido que ya había visto antes.
-Oye Amber ¿Eres fan de Maria-sama?
Ella se giro hacia mí con una sonrisa
-Si, me encanta, en especial mi queridísima Sei-Diciendo esto besaba la imagen de Sei del póster.
-¿Tú ya viste Maria-sama?-Me preguntó
-Claro que sí, también soy fan de esta serie.
-Hehe, tenemos cosas en común, ¿Cuál es tu favorita?
-Hmmm, creo que Shimako-Conteste-Me encanta su voz
-¿Si? Hehe, eso quiere decir que eres como mi petite soeur, así que de ahora en delante te referirás a mí como Onee-Sama-Amber sonreía alegremente y extendió la mano la cual sin saber porque tomé, después rápidamente me acercó a ella abrazándome. En seguida se separo de mí mirándome con esos profundos ojos azules, yo me quede como piedra contemplando su semblante que parecía dibujar como una sonrisa. Luego poco a poco sus labios se fueron acercando a mí, por un momento me quede quieta y mi corazón comenzó a latir con fuerza hasta que reuní el valor para separarme suavemente de ella. Amber no dijo nada más.
¿Qué demonios estaba tratando de hacer?
Después de eso se acercó a su armario
-Ven Alice-Dijo mientras buscaba algo, me acerque a ella algo nerviosa por lo que acababa de pasar aún.
-Mira, ¿no son geniales?-Ella sonreía orgullosamente mostrándome una gran colección de mangas y animes los cuales al acercarme a ver todos eran de corte yuri, quede un poco sorprendida al mirarlos.
-Tienes bastante, ¿eres una otaku?
-Claro que no, bueno, un poco, pero eso no importa, mira hacia allí
Cuando vi hacia dónde ella señalaba, era una repisa en dónde había varias figuras de colección de chicas de animes yuri, de esas que seguramente cuestan un ojo de la cara, me acerque a mirarlas mejor. Había personajes que conocía, todas las rosas con sus petite-socurs, varias figuras de las dos sacerdotisas, varias de Etoile y Nagisa, y de otras series.
-Toma, te regalo esta, es una de mis favoritas así que cuídala bien-dijo tomando la figura de Shimako, con cuidado tome la figura y mi vista se quedó pegada a ella, después miré a Amber
-¿Segura que quieres dármela?
-Como no puedo darte un rosario te daré esto. Acéptalo.
-Esta bien...-Dije un poco insegura. Ella sonrió.
Cuando la tarde pasó yo ya estaba en mi habitación, ya había desempacado todas las cosas que traía así que ahora estaba recostada en mi cama con la mirada clavada en mi nueva figura de Shimako, pensando en los capítulos de Maria-sama, en Rosa Gigantea y también en...Amber y lo que trato de hacer hace un rato, casi me besa, al recordar sentía como me ponía roja, su mirada azul, su cabello y sus labios que estaban tan cerca de los míos, no era tanta la sorpresa, antes de venir conocí a una chica con la que tuve una intima amistad y en un momento también nos besamos así que no era nada del otro mundo para mí, pero aún así estaba exaltada.
Las horas pasaron y la puerta sonó
-¿Quién?
-Yo, tu onee-sama
Di un suspiro y abrí la puerta, Amber sonreía
-¿Qué pasa Amber?
-Nada de Amber...-Dijo frunciendo el ceño, di otro suspiro
-¿Que pasa onee-sama?
-Hehe, mejor, vamos a cenar, la novia de Karen trajo la comida
-En seguida...espera ¡¿Novia?!
-Si, ¿Karen no te dijo?
Estaba sorprendida, aún así baje a confirmarlo con mis propios ojos, cuando las vi me quede asombrada, una chica pelirroja bastante linda abrazaba por la cintura a Karen besándola en los labios. La rubia al mírame se separo un poco nerviosa.
-¡Ejem! Bueno...¿Nos sentamos?
Durante la cena Karen me presento
-Karen, ¿Quiero que conozcas a mi novia, Britanny Stevens, maestra en la universidad, enseña matemáticas. Amor, te presento a Alice Evans, irá a la universidad dónde trabajamos.
-Encantada Alice
-Si, el placer es mío.
-Hehe, espero que seas buena en las matemáticas
-¿Eh?, a si, hahahaha.....-Fingía una risa para aliviar el ambiente
Cuando la cena acabo me entere de que Britanny se iba a quedar a dormir aquí ya que según ella estaban fumigando su casa. Así que más tarde todos nos fuimos a nuestras habitaciones a dormir, durante la noche Salí a tomar un poco de agua, entonces al pasar por la puerta de Karen escuchaba ruidos, el rubor corría por mis mejillas al imaginarme lo que estarían haciendo esas dos ahora. Después subí de nuevo y al pasar por el cuarto de Amber que tenía la puerta abierta curiosamente entre para ver si estaba despierta, pero se había dormido con la televisión encendida mirando Anime, ya saben cual, apague el televisor y me acerque a ella para taparla con las sábanas, mirando su semblante dormido me di cuanta de que es realmente preciosa...¡Agh! ¿Que pasa? Borre esos pensamientos de mi mente y salía de su habitación cuando ella me sujeto de la mano, la mire y un poco sonriente dijo con los ojos cerrados.
-¿No hay beso de buenas noches para tu Onee-Sama?
-¿Qué?
-Beso.
No se porque lo hice, me acerque a ella besando su frente, cuando iba a sepárame...
-Buenas no...-Me tomó de las mejillas y pego sus labios a los míos, asi tan de pronto, me quede con la cara de ¿?, luego se separo de mí y sonrió mientras se daba la media vuelta.
-Buenas noches Alice
-Si, bue...buenas noches
Salí de mi habitación y me dirigí a mi cuarto, entre, cerré la puerta y me recosté en la cama, después de unos momentos de silencio dije casi histérica:
-¡¡¿A QUE LUGAR VINE A PARAR?!!
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