Ha pasado casi una semana desde que llevo este peso encima. El señor Kagura-san, dice que falta poco para llegar a su respectiva Aldea ’ttebayo. Recorrimos un largo camino, comenzamos en Konoha y nuestro destino es Suna. Varios oponentes se han interpuesto en el viaje ’ttebayo. Ninjas de diferentes aldeas nos atacaron sin piedad. Al principio eran débiles, pero cada vez se hacían más poderosos, y para completar aumentaban en número. Sucede que el hombre, está influenciado en la política y debe llegar lo más pronto posible para concretar un par de trámites y asuntos legales. Esta misión era la mejor paga ’ttebayo, es una de las razones principales por la cual decidí llevarla a cabo. Yo aun puedo recordar el por qué de esta misión… Y lo tengo constantemente en mi cabeza: el por qué esté arriesgando mi vida, el por qué me esfuerzo por llegar a tiempo a Konoha: Sasuke, ¿Cómo olvidarte? ¿Cómo olvidar que quiero regresar para verte? ¿Cómo olvidar que hago esto porque quiero que recibas el mejor de todos los regalos?; yo solamente necesito dinero ’ttebayo.
–Naruto-kun, luces algo cansado… ¿Deberíamos descansar?
– ¡De ninguna manera ’ttebayo! No se moleste por mí por favor… Es importante que terminemos con todo esto ‘ttebayo.
–De acuerdo… –dijo el hombre asintiendo.
Para aminorar un poco la relación profesional que llevaba con el joven ninja y hacer su travesía más llevadera, se atrevió a preguntar:
– ¿Niño, ya tienes tu regalo verdad?
–Hum… –ante el comentario del hombre, Naruto no pudo evitar bajar su rostro y mirar al suelo, cabizbajo.
El hombre rió un poco antes de seguir hablando.
–Ya veo… Descuida, cuando lleguemos recibirás lo que te corresponde. Háblame de ella… –ordenó el mayor.
– ¿Eh? –Le veo con curiosidad durante un momento–. ¿Ella? –pregunto totalmente confundido.
–Sí... la jovencita a quien le comprarás el regalo –afirmó como si la respuesta hubiera sido tan obvia desde un principio.
–P-pero... es un chico –respondí con un deje de burla y nerviosismo a la vez, dándole a entender lo muy equivocado que estaba.
Un silencio incómodo nos invadió durante varios segundos, segundos que a mí me parecieron una hora.
– ¡OH POR DIOS! –Gritó de la nada, provocando que yo diera un gran brinco del susto–. Naruto ¡¿ERES GAY?! –Exclamó mientras hacía grandes aspavientos con las manos, su sorpresa me dejó en un punto entre lo sorprendido y lo avergonzado. Como si ser homosexual fuese lo peor del mundo.
– ¡NOOO! –Respondo yo con fuerza, siendo imposible que un “dattebayo” desesperado se escapara de mis labios. Siento como el sonrojo comienza a colocarse en mi cara.
El hombre ríe con fuerza.
–Si ya lo sabía, está bien... Háblame de él entonces... –afirma el hombre, aún con burla.
Dejándome completamente helado por un instante, al darme cuenta que aquel tono aterrado que empleó anteriormente –cuando me preguntó sobre mi sexualidad– había sido hecho a propósito. Una pequeña mueca de enfado se formó en mi rostro.
–Bueno, su nombre es Sasuke. Somos muy buenos amigos. Es muy fuerte y muy habilidoso ‘ttebayo... –le contesté algo molesto y completamente rojo de la vergüenza.
El hombre miró intrigado al joven de ojos azules, esperando a que le contara algo más.
– ¡Vamos Naruto! Siendo tan especial en tu vida, no creo que sólo tengas para decirme eso sobre ese muchacho ¡Ten confianza en mí! –dijo pasados unos segundos, después de comprobar que no abriría la boca.
– ¿E-es-especial 'ttebayo? –Comienzo a hartarme por sonrojarme de una forma tan ridícula en verdad–. Bueno… es presumido y siempre anda luciéndose con todas sus hazañas, tiene a media población femenina atrás suyo, pero a ninguna le da importancia –suelto una carcajada después de mencionar este hecho.
–Pero si a ti, ¿O me equivoco? –preguntó el mayor pronunciando el “ti” muy pícaramente.
Lleve uno de mis brazos hacia mi nuca rascándola con desesperación
–Bueno… Sí, tal vez… –afirmo riendo como idiota ante el comentario.
Pocos segundos después, caí en cuenta de lo que –y de qué forma– estaba respondiendo. Abrí inmensamente mis ojos –parecían dos platos redondos y bien blancos– y le miré completamente enrojecido y con una mueca de fastidio en mis labios. El hombre, simplemente me sonrió con la boca torcida y me observó descaradamente, insinuando “caíste en la trampa”.
– ¡¿Qué?! ¡¿Cómo pregunta esas cosas?! ¡Usted es un viejito vivaracho! –bramé totalmente avergonzado y nervioso. El hombre se las había rebuscado para sacarme de mis casillas y hacerme declarar algo totalmente secreto.
–La juventud –dijo restregándose la sien mientras daba un suspiro–. No soy tonto, puedo ver perfectamente como al hablar de Sasuke posees un brillo único en tus ojos y te ves sumamente alegre. Además sueles ponerte algo colorado. ¿Qué sientes por él, Naruto?
– ¿Qué-qué siento? bueno yo... ¡Eso no le incumbe! –respondí virando mi rostro hacia un costado. Esta vez, no volvería a caer.
– ¡JA! lo sabía... –rió con orgullo–. Eres gay –sentenció finalmente.
– ¡QUÉ NO 'TTEBAYO! –Exclamé con fuerza.
Alguien les seguía desde hacia unas horas atrás, lo único que esperaba era el mejor momento para atacar. Indudablemente mientras nuestros viajeros hablaban, lograron pasar por alto este detalle... o eso es lo que por lo menos el misterioso personaje escondido pensaba. Iba siguiendo su rastro, ocultándose entre los árboles, sin dejar pista alguna. Sacó un filoso kunai de su bolso y calculó la distancia perfecta para lanzarlo.
Naruto soltó una risilla divertida.
– ¡VAMOS, SAL! ¡SÉ QUÉ ESTÁS ALLÍ! –La voz del Uzumaki hizo eco con los árboles. Seguido de su grito, varios kunais salieron de distintos lugares y se dirigían a toda velocidad al señor Kagura.
– ¡KAGE BUNSHIN NO JUTSU! –gritó el rubio permitiendo que un número importante de clones suyos e idénticos a su persona se dirigieran a defender al hombre de los filosos objetos, bloqueándolos e impidiendo que el mayor saliera dañado, mientras el resto realizaba un círculo entorno a éste en forma protectora. Los clones se dispersaron en busca del enemigo, sin embargo desaparecieron rápidamente ante la mirada confundida de Naruto.
El enemigo río ante aquellas acciones.
– ¡ERES UN TONTO NARUTO UZUMAKI! ¡¿Creías que con tus inservibles clones me ganarías?! –dicho eso, volvió a reír–. He puesto trampas en todos lados, no pueden escapar y lo que es mejor... me dará más ventaja para matarlos.
– ¡SAL DE UNA VEZ COBARDE! ¡DA LA CARA 'TTEBAYO! –Exclamó desafiante el Uzumaki.
– ¡NARUTO, TEN CUIDADO! –El mencionado dio un salto cuando escuchó la voz de Kagura, de tal forma que esquivó los cuatro shuriken que iban hacia él.
–Maldición... –gruñó–. Debo encontrar a este sujeto antes que haga otro movimiento 'ttebayo –Se dijo para sí–. Debo pensar en algo antes que... ¡YA SÉ! ¡BUNSHIN NO JUTSU! –Así entonces salieron varias sombras distribuyéndose por todos lados. El verdadero Naruto se camufló entre los clones, localizando cualquier detalle que llamase su atención, mientras se cubría y lograba encontrar el paradero del ninja oculto.
– ¡TORPE! ¡¿Crees que podrás esconderte de mis ataques?! –Así entonces el ninja lanzó nuevamente más de sus armas con gran certitud, haciendo desaparecer a todas las sombras... Dejando únicamente al hombre al descubierto y totalmente desprotegido–. ¡¿Cómo?! ¿Dónde está ese torpe?... –El ninja salió de su escondite acercándose al cliente con una katana en su mano–. Jajaja –rió maliciosamente–. Ese estúpido de Naruto te dejó al descubierto... Te mataré anciano y me llevaré esos papeles –habló el atacante una vez estuvo lo suficientemente cerca del hombre. Alzó su filosa arma y bramó victorioso–. ¡MUERE!
– ¡AH! –Gritó fuertemente el cliente, cubriendo con sus brazos su rostro.
– ¡ODAMA RASENGAN! –Se escuchó a lo lejos, mientras que una gigantesca bola de viento, como si fuera una ráfaga descontrolada se acercó a los dos hombres mayores golpeando al ninja, y de esta forma lanzarlo lejos, provocando que finalmente se estrellara contra el tronco de un árbol dejándolo inconsciente–. ¿Se encuentra bien viejo 'ttebayo? –Preguntó el Uzumaki mientras se acercaba a su cliente, una sonrisa victoriosa bailaba en sus labios.
– ¡¿Pero en que pensabas?! ¡Casi muero por culpa de una katana! –Dijo totalmente aterrado. Luego, suspiró–. Bueno veré que hago al respecto… –mencionó una vez se había calmado.
– ¿Qué quiere decir 'ttebayo? –inquirió Naruto.
–Tal vez reduzca la paga.
Naruto reclamó con fuerza aquella repentina decisión. Sus gritos no se hicieron esperar.
– ¡ANCIANO, PERO USTED NO ENTIENDE! ¡NECESITO EL DINERO! ¡POR FAVOR 'TTEBAYO! –Exclamó haciendo un puchero, su protegido le miró curioso–. ¡Ah! ¡Es verdad! –dijo el rubio como si recordase algo. Naruto corrió rápidamente hacia donde estaba el ninja. Sacó una soga de su bolsillo y amarró al inconsciente enemigo lo mejor que pudo o eso creyó.
– ¡Naruto! ¿¡Qué tonterías haces?! ¡Te estás amarrando al árbol también! –dijo con una gota resbalando por su sien. Luego suspiró por el comportamiento del chico–. Déjame ayudarte –así ambos amarraron al tronco al molesto ninja–. Por cierto... ¿Dónde te habías metido?
– ¿Eh? ¡Ah eso! Bajo tierra, es una técnica muy buena en ciertos casos –contestó antes de reír.
– ¿Cómo se te ocurrió?
–Hum... Bueno... yo, yo vi a Sasuke haciéndola una vez... –dijo con algo de derrota en su voz. No quería seguir admitiendo lo de Sasuke–. Sabe señor... estoy muy cansado –dio un gran bostezo–. Tengo mucho sueño 'ttebayo...
–Pues supongo… mereces un descanso después de tanto esfuerzo. ¿Por qué no acampamos acá esta noche?
– ¡No Señor! ¡YA HE DICHO! Hay que… Hay que… cont-continuar… –inevitablemente, éste iba entrecortando las palabras a la vez que entrecerraba sus ojitos azules.
Así Naruto se tambaleó unos instantes mientras sus pequeños pedacitos de cielo se cerraban lentamente… Habían viajado por largos días sin descanso por la terquedad del rubio. Y como relató antes Naruto, a estas horas de desvelo se le sumaron los ataques de otros ninjas. Por lo menos el Uzumaki no había descansado ni siquiera una sola hora, comenzó con el pie derecho y por lo menos quería mantener el ritmo. Sin duda alguna, había hecho un gran esfuerzo durante su trayecto y aún le quedaban unos kilómetros más por recorrer. Todo era por Sasuke… su inagotable deseo de volver a verlo y estar con él durante el día festivo de navidad… Eso era lo que le mantuvo en pie durante tanto tiempo. A pesar de no conocer este detalle, el cliente de Naruto se lo suponía. No tuvo problema alguno en cargarlo en la carreta que transportaban, le dejó dormir tranquilamente y marchó hacia su destino.
–Naruto Uzumaki… no cabe duda que eres un terco muy fuerte.