En el suelo yacía el cuerpo del que un día llego a ser el mago tenebroso mas poderoso, sus fieles seguidores, algunos muertos otros en dirección a Azkaban.
La guerra se había llevado a muchos, tanto buenos como malos, vidas inocentes fueron apagadas por las varitas de las vidas que debieron ser sentenciadas.Muchas familias perdieron algo, hijos, padres, madres, pero algo tuvieron que perder.
Las heridas estaban abiertas y tal vez algunas jamás cerrarían, perder amigos y amores, siempre se quiere olvidar pero tal vez no se puede.
Y ahí estaba, el que dio fin a tanto dolor, el gran León Dorado de Gryffindor, el famoso Niño-Que-Vivió, junto a sus amigos y compañeros, celebrando su victoria, mientras algunos lloraban una triste perdida.
- NOOOOOOOO - Grito la Slytherin al llegar al lado del cuerpo del que un día fue como su hermano mayor.
El grito se escucho por todo el gran comedor, alertando a todos, que miraron a la joven pelinegra que lloraba arrodillada en el suelo junto al cuerpo de su amigo.
- Harry – Una voz a su lado lo hizo sacar de su lamentable ensoñación, dirigió su mirada llena de lágrimas hacia su amiga castaña.
- ¿Si?- Pregunto con su voz pagada por retener el llanto.
- Deberías… – Murmuro la Gryffindor, dejando la frase en el aire- Lo siento
- Si, yo también – Dijo el Gryffindor fijando su triste mirada esmeralda a un punto inexistente
Los que antes posaban su mirada en la triste escena, la retiraron excepto dos jóvenes de Gryffindor.
- Dime que no es cierto Blaise, dímelo – Sollozaba la joven Slytherin.
- Pan – Murmuro el moreno Slytherin tratando de clamar a su tan amada amiga, pero fallando, ya que el mismo lloraba.
- ¡Díganmelo! – Grito la chica- Por favor Blaise, Theo díganme que no es verdad.
- Pansy – murmuro el otro Slytherin – Sabes que a mi me gustaría mucho que fuera así, pero… – El chico dejo la frase en el aire, aun no podía creerlo.
- Chicos – Murmuro otra voz, una llena de dolor.
- Aléjate de aquí, sucio Mortifago- Grito Pansy, al ver como uno de los que un día fue su amigo se les acercaba.
- Por favor – Suplico el chico.
- No – Murmuro Theo – Tu no tienes nada que hacer aquí, aléjate de nosotros, aléjate de el.
- Theo tiene razón – Dijo Blaise – Nos traicionaste, te le uniste y nos abandonaste, ahora eres un Mortifago y nosotros ya no somos tus amigos.
- ¡Vete! – Grito con furia la Slytherin al ver que Goley se quedaba estático, el chico se reacciono y se marcho, lamentando sus antiguos y recientes errores.
- ¿Por que? – Volvió a sollozar la joven, en su voz se notaba el dolor.
- No lo se Pan – Murmuro Theo, mientras abrazaba a su amiga, que se escondía en sus brazos como una pequeña niña.
- El no se merecía eso – Volvió a Murmurar.
- Lo sabemos – Dijo el moreno Slytherin, mientras se acercaba al cuerpo del que aun era y siempre seria su hermano y amigo, como lo era Theo- Por lo menos murió feliz – Dijo con dolor.
- ¿Por qué lo dices? – Pregunto Pansy, aun abrazada a su amigo.
- Por que sonríe – Murmuro el joven.
- Sonríe por que murió sabiendo que Harry viviria – Dijo una voz a sus espaldas, provocando que los tres Slytherin la observaran.
- Es cierto – Dijo otra voz masculina, que pertenecía a Harry Potter.
- Lo sabemos – Murmuro la joven Slytherin.
- De verdad lo sentimos – Murmuro Hermione.
- Se que lo sienten – Dijo Theo, el sabia que de verdad lo sentían, lo sabia simplemente, como lo sabían sus dos amigos.
- Deberías hacerlo tu – Murmuro Blaise al lado de Harry, que se había arrodillado junto al cuerpo sin vida del que un día fue su amante, del que era su amor verdadero, de Draco Malfoy.
- ¿El que? – Pregunto Harry, mientras lloraba y acariciaba la fría mejilla del amor de su vida.
- Ciérrale los ojos – Murmuro el Slytherin.
Draco aun tenia los ojos abiertos, aquellos dos ojos que parecían dos pozos de plata liquida, que trataban de ocultar todo sentimiento, pero que algunas veces mostraban mas de lo que debían, aquellos ojos que ahora ya no tenia aquel hermoso brillo, aquellos ojos que antes eran llenos de vida y que se habían apagado en un solo segundo.
El Gryffindor acerco su mano a los ojos del rubio, de su ángel, que ahora yacía sin vida en el suelo, y con delicadeza cerro aquellos ojos que amaba, que adoraba ver abrirse Con lentitud, pero que sabía que nunca más en vida podría observar.
- Te amo – Murmuro, quería decírselo, jamás lo hizo cuando estaba en vida, debía decírselo, quería que el lo supiera- Te amo, Te amo Draco.
- Lo sabia – Murmuro Pansy, colocando su mano en el hombro del Gryffindor pero sin soltarse de su amigo- El sabia que lo amabas, como el te amaba.
- Lo se, me lo dijo muchas veces – Murmuro el Gryffindor, aferrándose al cuerpo de Draco.
- Eres un gran chico – Murmuro Hermione, acercándose a su novio.
- Si Hermy lo era – Dijo Theo, mientras soltaba con delicadeza a su amiga y abrazaba a su novia que lloraba entre sus brazos igual que el lloraba en silencio.
- ¿Por qué?- Susurro el Gryffindor.
- ¿Por qué, que? – Preguntó una voz suave que arrastraba las palabras.
- ¡Draco! –Gritaron todos, tanto Gryffindors como Slytherins.
- Si, soy yo pero no gasten mi nombre por favor – Dijo el rubio, mientras trataba de sentarse, lográndolo con mucho esfuerzo, había gastado mucha magia y energía.
- ¿Como es que? – Pregunto la Slytherin abrazando junto con los demás al rubio.
- Use un hechizo que invente hace mucho – Respondió el rubio después de que lo soltaran- Moriría solo por algunos minutos u horas pero no lo haría en verdad.
- Draco – Dijo Harry, mientras abrazaba y besaba a su serpiente con desesperación.
- Harry – Dijo el rubio mientras corresponda a las caricias de su amado león.
- Pensé que me habías dejado – Dijo el Gryffindor.
- Pues no lo hice – Dijo Draco.
- Te amo – Murmuro el Gryffindor mientras lo besaba.
- Y yo a ti – Respondió, mientras también lo besaba – Jamás me iría sin ti.
FIN.