Aún en el suelo comenzó a pensar porque su vida siempre había sido una porquería, ese chico…era todo por su culpa. Tocó su boca y luego al ver sus dedos los pudo ver repletos de sangre, le duele todo el cuerpo, esta vez si que él y sus amigos se pasaron… lo golpearon tanto que aún no puede levantarse del piso, necesita ayuda.Tardó muchos minutos en levantarse, el piso del patio arde bajo el sol, ¿ hace cuanto habrán comenzado las clases ya?…de todas formas ya no importaba.Caminó hacia el baño, al llegar se miró en el espejo y luego abrió el grifo para dejar correr un poco el agua, examinó sus heridas y limpió toda la sangre de su rostro, le dolía el estómago y se sentía débil, no quería entrar a clases ya que además de llegar tarde el profesor le preguntaría acerca de los golpes y de la sangre en su uniforme así que se dirigió al patio nuevamente y descansó bajo un árbol hasta que el timbre que anunciaba el recreo volviera a sonar, entonces iría a su puesto y se quedaría sentado como solía hacerlo en todos los recreos si no era caminar por el patio y la escuela.
Casi se quedaba dormido cuando el recreo llegó, se levantó y caminó lentamente por pasillos por los que nadie pasa hasta llegar a su salón. Al llegar se sentó en su puesto, que era el último sobre la fila que da la puerta y se recargó sobre la mesa cómodamente.
Todo estaba tranquilo hasta llegar la nueva hora de clases, afortunadamente era la última hora y esperaba con ansias a que terminara.Chicos y chicas entraron en el salón y poco a poco fue llenándose, todos lo miraban con odio y desprecio y hablaban cosas horrendas a sus espaldas, como era algo normal no les prestó atención.
De pronto llegó, ese chico que tanto lo torturaba y no lo dejaba en paz, Asagi, seguido de sus tres amigos; Yuki, Teru y Hayato que nunca dejaban de seguirlo un minuto cruzaron la puerta. Se sentaron en sus respectivos puestos, hablaban, se reían y miraban hacia el último asiento.
-oye Haruna! – gritó Asagi - ¿Por qué no has venido a clases? De todas formas ya le avisé al profesor que no venías porque desde que llegaste habías estado en el baño por lo mal que te había caído el desayuno!-, todos comenzaron a reírse, él solo abrió su cuaderno y miró una hoja en blanco, se sentía humilladísimo.
Todos hicieron silencio cuando el profesor entró y la clase comenzó con normalidad, salvo porque Asagi le había molestado arrojándole un par de bollos de papel a la cabeza.
El timbre sonó y desesperado, Masaki casi corrió fuera de la escuela. Iba por una calle muy tranquila que siempre le gustó, el aire acariciaba las hojas de los árboles creando un sonido muy bonito y relajante. Dejó vagar su mente entre ese sonido cuando sintió un golpe en su cabeza, bajó la mirada para ver lo que lo había golpeado y pudo ver una pequeña piedra en el suelo, volteó aún con ese dolor punzándole y vió a Asagi con sus amigos montados cada uno en su bicicleta, - ¿creías que escaparías hoy Haruna?- le dijo Asagi sonriendo malévolamente, Masaki comenzó a correr pero al llegar a la esquina Teru lo interceptó, Yuki bajó de su bicicleta para sostener a Masaki mientras Asagi le quitaba su mochila y comenzaba a revisar su contenido, -bien…que tenemos aquí…libros, útiles escolares…que aburrido eres Haruna… - tomó la mochila de Masaki, la cerró y con ella lo golpeó de lleno en la cara.
Masaki cayó al suelo cuando Yuki lo soltó, se sentía mareado por el golpe y las risas de los chicos torturaban su mente. Como pudo tomó su mochila y echó a correr hasta llegar a su casa que por suerte estaba a quince calles de la escuela, a las pocas cuadras los chicos dejaron de perseguirlo y al fin pudo detenerse a tomar aire, luego continuó caminando hasta llegar.
Con sus llaves abrió la puerta, pasó por la sala de estar en la que estaba su madre, como siempre no le dirigió la palabra. Desde que Masaki les había contado acerca de su inclinación sexual ninguno de los dos, ni su madre ni su padre volvieron a dirigirle palabra alguna ni a brindarle ninguna atención. Subió a su habitación, dejo su mochila en el suelo y se arrojó agotado sobre su cama, cerró sus ojos y se dejó estar hasta que sintió hambre, una vez más había olvidado hacer su almuerzo para llevar a la escuela y no había comido nada desde el desayuno. Se dirigió a la cocina a preparar algo para comer.
Al terminar de comer aún se sentía agotado entonces decidió dormir un poco antes de comenzar a hacer su tarea. Acostado ya, cerró los ojos e involuntariamente ideas horribles comenzaron a atacar su mente, esas miradas de odio, las palabras de Asagi, otro día más de su vida en el que había sufrido…no tenía amigos mucho menos un novio, sus padres, que eran su única familia lo odiaban al igual que todas las personas en la escuela y para colmo Asagi con sus amigos que se divertían molestándolo constantemente…lo peor del caso era que él lo amaba, amaba a Asagi a pesar de que le hiciera la vida imposible…. Todas estas ideas atacaron la mente de Masaki sin dejarlo en paz y sin dejarlo dormir tampoco.
La noche llegó rápidamente junto con el cansancio acumulado, luego de ducharse se acostó y apagó la luz de la mesita de noche, cerró los ojos y pronto los ojos de Asagi llegaron a su mente, sus labios, su cabello…- Ya basta Klaha, sabes que él nunca se fijaría en un hombre, y mucho menos en ti-. Klaha…se había apodado así un día ya que había sacado la conclusión de que su nombre no le gustaba para nada, - que lindo es…- pensó mientras recordaba cada rasgo de Asagi, cada movimiento que hacía, iba quedándose dormido…