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Todo esto comenzó con un sueño por Dei_gazerock

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Notas del fanfic:

He aqui Dei con su primer fic públicado, he escrito otros los que ya publicaré, dependiendo de los reviews que esta historia reciba.

the GazettE no me pertenece, si no al contrato que conservan con  PScompany, publicando esto sin fines de lucro.

Notas del capitulo: Well, como ya he dicho, la públicación de mis siguientes fics depende de este... asi que ¡A Leer!

 La bestia de la noche, el que quita las almas en la nocturna vida, y de día, cuando el cegador astro brilla, no hago más que encerrarme bajo la sombra de mi lúgubre y de aspecto medieval, lugar de descanso. Esa bestia soy yo.

Mis victimas son siempre diferentes: algunas se aferran a la mortalidad de sus vidas, como también otras que no la valoran. Soy aquel que no piensa en sus sentimientos cuando les quito sus vidas. 

Algunos me llaman vampiro, otros siquiera me nombran. He pasado más de quinientos años en este mundo, viendo los cambios y avances del Hombre, también hay cosas que en él no cambian, entre otros, el deseo carnal que algunos intentan ocultar. 

He salido a cazar nuevamente en esta noche, a alimentarme, a beber sangre, siendo yo el último de mi raza. Mis oscuras ropas se mimetizan en la oscuridad de hoy: hay luna nueva, sangre fresca la cual atacar. Jamás me he enamorado, ni cuando fui humano lo hice. Ese sentimiento no está en mis planes, ese sentimiento, lo he llenado con mi sed de sangre. 

Intentando subsistir con el humano, he entrado a uno de mis locales favoritos que podrían crear: un bar. Pidiendo mi frecuentada copa de vino, del más tinto y espeso que podría haber. El increíble parecido que el vino tiene con el líquido rojizo que en el perecedero y frágil humano fluye. Tomé un sorbo, sintiendo la textura de mi alcohólica bebida, que aun así por fuera parece sangre, por dentro, su sabor no es el mismo a ningún tipo de sangre que hubiese yo probado. 

-¿Qué pasa joven, tan apenado? – observé a mi recién llegado compañero de barra. Este miró de reojo y pidió al mesero una jarra de cerveza. Luego de aquella acción escondió su cabeza en sus brazos, estos estaban apoyados en sus codos de forma cuadriculada, dándole así espacio para respirar. 

Estirado de tal forma, me dio una vista inconscientemente de su apetitoso cuello, que clamaba por ser mordido. Lo tapaba medianamente con su teñido cabello. – No sirvo en este mundo, ya no – contestó tomando la cerveza que llegaba recientemente. 

-Tranquilo Señor, en este mundo, nadie es inservible – aconsejé, volviendo a tomar otro sorbo del oscuro vino. El pelirrojo me agradó bastante, aun sin saber por que – Disculpe la intromisión, pero quisiera saber el nombre de mi deprimido acompañante – propuse jugando con mi copa, mientras el empleado volvía a llenarla. 

-Matsumoto Takanori – respondió mientras pedía otro jarrón de cerveza, las bebía tan rápido y tan repetidas veces que no me daba tiempo de preguntarle cuando ya tenía una cuarta, vacía – Y el de usted, mi taciturno amigo… - se refirió a mí, con el lenguaje torpe. 

-Alphonse Wilson – hablé mostrando mis sobre naturales colmillos, cosa que pasó desapercibida por Matsumoto, ya que por los diez jarrones de cerveza que consumió de una vez, se había quedado dormido. Como ya era tarde, esperé a que los pocos clientes que quedaban a esa hora se retirasen. Una vez vacío, le ayude a ponerse de pie, mientras decía cosas incoherentes sobre su familia. 

Lo más consiente que podría yo hacer, era llevarlo a mi hogar, ya que no sabía ninguna dirección de alguien le que fuese su familiar. Llegué con él a mi casa en minutos, algo que inusualmente pasa.

Lo tumbé sobre una de las camas que aún conservaba, fijándome en la expresión que tenia al respirar. Pasé, entonces, mi lengua por mis colmillos los que casi por inercia deseaban posicionarse de su cuello, de tan blanquecina piel. Pero mi cuerpo me lo impedía, no podía acabar con su vida, aunque hace unos minutos, Matsumoto mismo quería hacerlo. 

Me pregunté entonces: ¿Aun queda rastro del miserable Humano que alguna vez fui?, no lo sé, tan sólo sé que yo no debo quitarle la vida a este somnífero ser vivo… pero ¿Y si le doy la inmortalidad que algunos desean… él la deseará también? A este sujeto le conozco hace sólo una hora, y apenas sé su nombre… pero su pacífico rostro al dormir, me hace querer pasar mi eternidad completa mirando su rostro de ensueño, el que asemejo al de un ángel. Entonces… ¿un demonio como yo, podré darle vida, con él, a mi vida? Mi estado de locura me llevo a un punto de inconciencia total, tanto que sin pensarlo, clavé mis afilados dientes en su delgada tez, creando que se quejase al instante. Los ingresé profundamente y luego los retiré, resaltando la sangre que desprendía desde los agujeros creados por la mordedura.

Su, ahora, enrojecido cuello lo lamí saboreando su líquido, este no se parecía en nada al vino. Y ahora, ¿Qué hacia?, ¿Le quitaba la vida, o le obsequiaba una nueva y eterna con este vampiro? Decidí entonces limpiar la cálida sangre que aun emanaba su cuello. Pasé mi mano por las heridas y así parar la hemorragia.

Corté intencionalmente, la palma de mi mano, con un cuchillo que tenía cerca. La fluida sangre que emanaba yo la acerqué hasta las cavidades de su cuello, recientemente creadas por mí. Al entrar en contacto nuestros líquidos, Takanori se volvió a quejar esta vez, inquietando su cuerpo instintivamente aún sin tener algo de cordura, dado que por su borrachera estaba con el dormir algo pesado y reaccionando involuntariamente aun sin abrir sus ojos. Después de todo, he de admitir, que luego, de dos horas con este individuo, luego de una vida mortal y otra inmortal, que me he enamorado, me he encantado de este ser con este ser que con sólo hablarme concientemente una sola vez, me ha maravillado, con su expresión de niño pequeño, el cual solo sufría en este injusto mundo dominado por el Hombre. 

Y luego de todo, tengo la eternidad completa para convivir con él, enamorarle, ya que me ha hecho no querer sólo sangre, si no también vida, ayudarnos a ambos a finalizar los días de caza, alimentarnos de nosotros mismos, terminar mis días de penuria, como un ser lúgubre, triste y solitario. Mañana será otra noche, en la que deberé explicarle todo. 

*_*_*_*_*_*_* 

-¡Akira, despierta! – el joven llevaba casi una hora intentando despertarle, ya que habían finalizado las clases, y por ende, el día escolar.

 

-mmmh… ¡¿Qué?! – exaltado se puso de pie mirando y girando su cabeza intermitentemente - ¿Qué hora es Ruki-Chan? – preguntó rascando su cabeza.

 

-Es hora de ir a casa ¡imbécil!, te dormiste en clases de francés y no despertaste hasta ahora, además, ¡tienes el sueño bastante pesado! – alegó tomando su maletín y yendo a la puerta de la sala. El otro salió tras él alcanzándole allí mismo, posando sus brazos en la cintura del más bajo, atrayéndolo hasta él, protectoramente, y también apropiándose de su cuerpo – me llevé toda la clase despertándote y tú ni caso hacías – habló molesto y sonrojado, por la acción del rubio.

 

-Ruu-Chan, soñé con que era un vampiro… - dijo sin tomarle importancia al reto de Ruki. Le relató el sueño, omitiendo los nombres de los personajes y el final, ya que después de todo, los sentimientos que profesaba Alphonse por Matsumoto en su sueño, no eran distintos a los que él sentía por el más bajo.

 

 

Notas finales:

¿Les gusto? :)

 

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