El aire están frio, pues con que razón no, estoy a unos veinte pisos de altura muy lejos del pavimento el cual veo cubierto por patrullas que niegan mis acciones y solo se presentan aquí para quedar bien con las demás personas, porque salvar a alguien que ni siquiera conocen, las demás pobres almas están por lastima a mi persona, por temor a que haga una estupidez y termine tendido en la gran avenida que a sido bloqueada solo por mi decisión.
Mis labios susurran tu nombre que se desvanece en el aire y vacio de esa enorme ciudad, sintió mi corazón comprimirse al recordar aquellos momentos que me colocaron en esta situación. Algunas lagrimas escapan de mis ojos zafiros según decías tu, no lo soporto este dolor me quema por dentro el alma, y a su vez hace otra pequeña grieta en mi corazón que esta destrozado casi por completo.
Mi sollozo se hace mas fuerte lo cual provoca mas sufrimiento y esas punzadas repetitivas en mi pecho, pero...antes de dar un paso al vacio recordé una palabra de la cual ahora desconozco el significado, me divierte el hecho que pensé conocer el significado de aquello.
_El Amor.
El sol calentaba mi espalda y sentía una calidez relajante como unos brazos estrechándose con mi cuerpo, el cantar de los pájaros y ese pequeño sonido del columpio en el cual estaba sentado. Como me recuerda mi niñez ese lugar, eran tan fáciles las cosas en ese entonces.
Suspire un poco pero la tranquilidad se rompió por tu voz, que asía estremecerme y colorear mis mejillas de un color carmín.
Solo pronunciaste mi nombre y te me acercaste para tomar mi cara entre tus manos y con tus dedos acariciaste mis cabellos dorados. Tu empezaste temprano asi que comenzaste a besarme, sin yo poderlo evitar, te conozco de toda la vida se que eres asi, por eso no opuse resistencia.
Se que debí pensar mejor las cosas, pero estaba segado por las mentiras y halagos que llenaste mi cabeza. Fue mi equivocación enamórame de ti en primer lugar pero guarde ese amor en secreto demasiado tiempo asi que a la primera a oportunidad o señal tuya de afecto la tomaría sin pensar.
Tu sabias lo débil que era yo y lo tanto que te amaba asi que no desperdiciaste la oportunidad de divertirte y jugar con mis sentimientos.
Pero tenía pruebas hechos y todo lo que señalaba y apuntaba a tus infidelidades, eso fue otro error, negarme a que tu podías hacer algo asi, a que no podías lastimarme. Que iluso fui.
Regrese de la casa de un amigo, no venia de buen humor por lo comentado de mi amigo pelinegro, se que el no te cae bien pero hasta eso me obtuve a que me negaras su amistad y compañía.
Pero...¿ porque te cae mal?
Tal vez sea por el parecido fisco que tiene contigo, tal vez porque es muy apegado a mi y temes que alguien me aleje de ti, se perfectamente que eres posesivo y aun asi lo permite, permite y pase por alto todas tus faltas solo por la venda de mis ojos que me impedía ver el monstro que eras.
Ok, le punto aquí es lo que vino después, me moleste porque no quería aceptar la verdad de ti, Sai sabia lo que de verdad querías conmigo y me advirtió e hizo todo lo que estuviese a su alcance para que yo no cometiera un error, pero era demasiado tarde.
Entre a tu casa en la cual yo ya vivía, me extraño no encontrarte, normalmente siempre estabas en la sala esperándome, tal ves fue porque llegue mas temprano-pensé y di una explicación, para calmarme-
Decidí buscar en tu habitación, subí los escalones pensando y con mirada dudosa recordando las palabras de mi amigo. Cuando estuve casi en los últimos escalones me convencí de que no harías eso, que eras la persona más buena y cariñosa del planeta que yo te amaba y asi mismo tú me amabas.
Seguro de eso, me dispuse a entrar, gire el picaporte de la puerta y empuje asía adentro dejándome ver lo que de verdad era.
Mi corazón se encogió y sentí como de golpe se rompía en pedazos, mis ojos derramaron lagrimas por el dolor tan intenso que sentía.
Me sentía a morir, mis piernas temblaban y casi caí de rodillas.
Tus labios besaban y devoraban la boca de aquella mujer a la que llamaba amiga, esa angelical chica de cabellos rosas y ojos esmeralda, te encontrabas arriba de ella disfrutando su boca y cuello.
No soporte un momento mas, lo único que puede hacer en ese momento fue gritar tu nombre. Dando media vuelta y bajar los escalones corriendo abriendo la puerta de enfrente para seguir corriendo tratando de escapar de esa cruel verdad, de ese mundo de realidad que no veía, de la maldad de tu corazón que no logre ver.
De mis ojos no dejaban de salir lagrimas y mis piernas se movían solas llevándome al centro de la ciudad donde se encontraba tu oficina, entre como puede, burlando a la seguridad del lugar, entren a la tan refinada oficina tuya, destruyendo todo a mi paso descargando todo mi dolor e ira, cayendo finalmente fatigado a el escritorio con los brazos sobre el escritorio tocando mis hombros, mientras sollozaba sin control.
Levante la mirada y pude ver una fotografía de ti y de mi, abrazados, con una sonrisa de satisfacción, ternura, cariño y...amor en mi rostro y el tuyo.
Volví a repetir eso que me lleno de ira y de dolor.una ira ya descontrolada y enferma.
_ Amor_.
Me levante como un reflejo, automáticamente me dirigía a las escaleras subiendo mas rápido cada vez, llegando hasta la azotea donde el aire soplaba fuerte, camine asi la orilla y mire la ciudad dejando caer dolorosamente mis lagrimas al vacio.
Un rostro volteo asi arriba al sentir mis lagrimas caer al suelo. No podía creerlo de mí el grito mi nombre desesperado.
_Naruto!!!
Pero yo ya no podía oír nada, subí a el borde y deje envolverme por el viento que cortaba mi respiración.
Gaara volvió a gritar mi nombre, rápidamente llamo a urgencias, a la policía a todo aquel que pudiera ayudarme.
Sostenía mis ojos cerrados mientras oía las sirenas acercarse. Mi pie se columpio por el borde dejándome sentir el vacio, sonreí satisfecho y deja escapar una ultima lagrima.
Pero lo que no sabia era que una persona corría desesperada asi mi, subiendo como loco las escaleras, con la respiración agitada y al borde de caer de rodillas, no puedo rendirme era lo único que se decía.
Estuve apunto de saltar pero unos brazos me acercaron de nuevo a la plataforma envolviéndome en un caluroso abrazo que me dejo desorbitado en lo que mis dorados cabellos eran oleados por el viento. Enseguida me volteo, era mi amigo.
_Me salvaste..._ susurre
_por supuesto, tu me importas mucho_
No puede evitar sonreír mientras la alegría cristalizaba mis ojos, abrase a mi amigo tan fuerte, casi como tratando de que no se alejara de mi.
Lo último que dije fue.
_Sálvame_