SOMBRAS DE LUZ, LA VENGANZA. CAPÍTULO ÚNICO…
CASA HARRY…
-Mamá, ¿dónde está papá?- pregunta una niña de cinco años, con un lindo vestido amarillo, con chapes y zapatos de charol negros.
-Papá está de viaje, en uno muy largo cielo- dice la madre con los ojos anegados en lágrimas.
-Pero ya ha pasado dos años desde que se fue, lo extraño mucho- comienza a llorar.
Ginny tomó su hija Lily y la sentó en su regazo. Aunque tenía un nudo en la garganta presionándola, sacó un pañuelo de su bolsillo y secó las lágrimas de su hijita.
-Si tu hermano nos ve así, también se pondrá triste- dice con una sonrisa fingida en el rostro.
-Pero si James también llora todas las noches… dice que papá nos abandonó, que ya no nos quiere.
-Papá si nos ama, mucho.
-Entonces, ¿por qué nos dejó?
-Porque necesitaba un tiempo para estar solo.
-No lo entiendo.
-Cuando seas más grande, lo entenderás hijita.
Harry estaba sentado en la rama de un árbol, contemplando la escena.
“No necesitaba la eternidad”, ahora soy un asesino y no puedo evitarlo. Por más que pasen los días, los meses, horas o minutos, nunca es suficiente.
-¿Otra vez has venido a espiarme?, ¿Malfoy?- pregunta girándose.
-Hace dos años que haces lo mismo, sólo estoy esperando el día en que te aburras de esto.
-Eso jamás- responde secamente el moreno- deberías estar agradecido de que todavía no te he matado.
-Recuerda que yo estoy muerto, técnicamente hablando.
-Al igual que yo.
-¿Jamás me perdonarás?
-Tendrías que vivir cien años más para escuchar esa palabra.
-Tengo todo el tiempo del mundo.
-Lárgate, vete a tu escondite, búscate a otro mortal para que te consuele.
-No sabes lo que dices, Potter, tendrías que morderte la lengua antes de hablar.
-Malfoy, ¿acaso sientes?, ¿tienes sentimientos tu retorcido y gélido corazón vampírico?, estás conciente de lo que te digo, hace dos años, no era una broma, te mataré.
-Esto no es por la conversión, ni siquiera por la muerte de tus padres, esto tiene que ver con tu esposa.
-¿Tú crees que no te he amado?, te amé durante tantos años, tanto tu piel, tu voz, tu cabello, tus brazos, tus piernas, esos ojos que me desangran las venas… ¿te gustó beber mi sangre?, te sentiste complacido, sin remordimientos o culpas, un egoísmo que me ha hecho llevar una vida que no deseo, que nunca quise recibir… ¿no lo ves?, ahora mi familia piensa que los abandoné, que jamás los quise, pero tú, qué sabes tú, no eres capaz de querer a nadie que no seas tú mismo.
Draco bajó la mirada, muchas veces se preguntó su era la decisión correcta, aferrar a alguien contra su voluntad.
-¿Quieres que te destruya?- pregunta alzando la mirada el rubio, desafiante.
-¿Cómo fue que llegamos a este punto?, ¿cómo fue que todo mi amor no sea más que odio?
Derrumbamos la torre de naipes,
Deshojamos la rosa blanca,
Ahora sólo existen las negras y rojas,
Sólo cabe el rencor y el dolor,
Ya nada queda de ese amor de antaño,
Destruirme puede ser lo correcto,
Sólo soy un cadáver sediento de sangre,
Jamás seré por completo un hombre,
Ahora sólo tengo amargura y odio,
¿Lo puedes entender?
Aquel día, quise morir con ellos,¿por qué no me asesinaste?
¿por qué me haces tanto daño?
No te cansas de hacerme sufrir,
No te cansas de pregonar autocontrol,
Si no tenemos corazón,
De qué me sirve estar contigo,
Si estoy más distante que nunca de ti.
Parezco un ángel,
Uno con sus alas ensangrentadas,
Mis venas se han cortado,
Tú has bebido mi sangre,
Como si fuese un vino delicioso,
Y yo…
Sin poder luchar contra ti…
Déjame caer de tus redes,
Déjame caer de tu pedestal,
Déjame enterrarte un puñal, tan profundo y feroz,
Que no seas capaz ni siquiera de gritar.
¿Ahora lo entiendes?,
En esto me has convertido,
En un sujeto que está sediento de sangre,
En un sujeto sediento de venganza,
En un sujeto al cual detesto,
Pero que sólo soy capaz de seguir.
Déjame caer de tus redes,
Déjame caer de tu pedestal,
Déjame doblegarte hasta el punto más culminante,
Que ni siquiera puedas defenderte,
Te destruiré y me sentiré complacido,
De derramar junto con tu sangre,
las lágrimas que me quedan.
Cayó la noche en la ciudad de Nueva York, los hijos de Harry estaban durmiendo, Ginny, seguía en su sofá negro, con una foto del pelinegro en sus manos, y más desolada que nunca.
Como un ritual, el ojiverde, entró en total sigilo y acarició los cabellos de su hija Lily, quien dormía placidamente.
Luego de salir de aquel cuarto, fue al de James, y lo tapó con una manta para evitar un resfriado.
Todas las noches, iba a verlos, velaba sus sueños, les leía cuentos muy despacio…
Dicen que cuando bebes la sangre de otra persona, te llevas sus recuerdos contigo, y fue allí cuando descubrió la cruda verdad…
Fue en un otoño, los vampiros estaban de cacería y mis padres eran el objetivo.
Estábamos en el lugar y tiempo equivocados… yo apenas era un niño, y no entendía nada. Todo fue tan rápido, unos hombres muy altos ingresaron a la casa y los atraparon como muñecos de trapo, así de fácil, incluso parecía un beso, un beso que derrama sangre.
Yo no pude hacer nada, me quedé en shock cuando vi el cadáver de mis padres, frente a mis ojos, se veían tan frágiles, sentí el verdadero terror.
-Mira, sólo nos queda este mocoso de aquí, es igualito a su padre- dice un hombre alto de cabello negro.
-Ya nos alimentamos, vamos a buscar diversión a otra parte- dice el otro vampiro.
-Pero de seguro nos denunciará, hay que borrarle la memoria- dice el pelinegro.
-No sabe nada de nosotros, yo me largo de aquí, este lugar apesta- dice el hombre de larga cabellera castaña.
-Tienes razón, él jamás imaginaría que unos vampiros mataron a sus padres, vamos a buscar a unas mujeres y bebamos hasta cansarnos.
-Pero antes de eso- se acerca en una fracción de segundo frente a Harry y con su mano, una energía lo hizo dormir-ya está, con esto no nos fastidiará- iban saliendo cuando en eso…
Draco estaba atacando al vampiro de cabello castaño, hasta matarlo…
-Son una vergüenza para nuestra familia- dice lamiendo la sangre de su mano.
-¡Peter!, era un maldito, me las pagarás- reclama el pelinegro, quien se abalanza sobre el rubio, el cual lo esquiva y le arranca el brazo de un solo golpe.
Un grito, hizo que Harry abriera sus ojos verdes, temblando y observando cómo era enterrada una estaca de madera en el corazón del asesino de sus padres.
-Vampiros como ustedes no es bueno crearlos, se enloquecen con el primer olor a sangre que perciben- se da vuelta y centra su mirada en el pequeño de los Potter.
-¿Algún día podrás perdonarme?- le pregunta el ojigris.
-¿Perdonarte?, ¿por qué?- pregunta mirando extrañado.
-Por no salvar a tus padres… ya veo, tus recuerdos fueron borrados, es mejor así, has de cuenta que este día nunca ha existido- se levanta, pero Harry lo detiene- espera- le sonríe- algún día, ¿nos volveremos a encontrar?
-Tengo un tiempo infinito, así que, es lo más probable- se suelta y se va.
-Mamá, papá- se arrodilla tocando el cuerpo sin vida de sus progenitores- despierten por favor, un joven me ha salvado la vida- los mece con la mano, pero no se mueven- por favor, háblenme, no me dejen solo- sus ojos se llenaron de lágrimas- por favor…- suplica y se queda quieto, tocando el cabello de su madre y tomando la mano de su padre- no pueden dejarme solo…
Hace diez años, eso ocurrió…
Draco me salvó a cambio de la vida de mis padres, lo vi en sus recuerdos, él aguardaba tras una puerta y contemplaba el espectáculo que daban sus enemigos…
Las mentiras piadosas si que dolían, mucho. Me voy de caza, estoy sediento, encuentro a mi próxima presa, mi víctima. Ya he perdido la cuenta de cuántos he asesinado, ¿para qué la sacaría?, es una carga más de las que he debido llevar sobre mi espalda…
Observo a los seres humanos, totalmente ignorantes de nuestra existencia, algunos creen que es un mito, otros simplemente se hacen los desentendidos. Luego de quedar saciado, y de sentir por enésima vez, la tan conocida culpabilidad, llego a mi refugio y ahí está mi violín, mi único compañero.
Saco una partitura de un cajón de madera y la pongo sobre una mesa con un soporte de metal. La luz de la vela es tenue, pero suficiente para mis brillosos ojos…
Me pongo en posición, consciente de que él me está escuchando, parece mi sombra, día y noche, está cerca de mí…
Cierro mis ojos y veo a Ginny, a mi esposa, su imagen de mujer, viuda, sufriente y desolada, junto a mis dos hijos, Lily y James.
Las primeras notas, son tan fuertes que hice una presión más que suficiente y pasé directo a la parte central, a lo más doloroso, esa imagen se rompió dentro de mi mente y apareció otra, era yo, junto a mis padres… ellos me sonreían y yo estaba muy feliz… mucha nostalgia, mucho dolor, y el deseo profundo de vengarme de él… que me salvó, pero que a cambio sacrificó a mis padres en mi lugar.
Esta melodía me atormenta,
Me acongoja y tensa,
Parece una trenza
Que está hecha de ilusiones,
Rotas por una tijera,
Filosa y certera,
La última carta se ha dado vuelta,
Esa carta no era nadie más que yo,
Rodeado en un círculo sangriento,
Rodeado de las almas en pena.
Regreso al movimiento anterior, es mi parte favorita, desnudo mi alma por completo, la ofrezco, como pago por deudas anteriores, tal vez ya ni tenga alma, y si cuando muera, tendré que vagar en la oscuridad, no será tan distinto a lo que es ahora.
-¿Todavía sigues aquí, Draco?- pregunto dejando mi instrumento en el velador, al lado de mi cama.
-Si- sale detrás de unas cortinas y cruza los brazos.
-¿Qué te pasa?, me miras como si estuviese celoso.
-Un Malfoy no siente celos, nunca, de nadie- recorre la habitación- ¿te enamoraste de tu esposa?, ¿la amas?- el ambiente se pone tenso.
-Eso no te interesa- se gira y va hacia la ventana- no leas mis pensamientos, es molesto.
-Toma- saca una estaca de su bolsillo- si deseas vengarte, entonces mátame.
Harry la recibe, la observa con atención.
-Es la estaca que usé para matar al vampiro que mató a tu madre, lo sabes todo, a través de mi recuperaste tus recuerdos, por eso no querías que te convirtiera, porque tú sabías que era yo, quien te salvó.
-Es un buen razonamiento, suena bastante lógico, pero no te daré en el gusto, Malfoy- deja la estaca sobre la cama- si te mato, te liberaría de toda culpa, y lo que yo deseo es venganza, si mueres ahora, no sufrirás nada de lo que yo he sufrido.
-No soy como tú, tampoco pretendo serlo… hace cien años que vivo bajo las sombras, te he estado esperando por tantos años, y te salvé no para que me dieras las gracias, lo hice porque te quería para mí, para saciar mi deseo egoísta de poseerte y luego, quien sabe, convertirte.
-Quédate, hazme el amor, como antes, luego veremos, cómo terminará todo esto- le susurra y le muerde el lóbulo de la oreja derecha.
De un solo golpe se lo llevó a la cama, lo desnudó con premura, hace dos años que no lo tocaba, cuánto lo había deseado, cuántas noches lo había esperado…
Besó sus labios, entrelazó sus manos, y bajó hasta el torso, estimuló sus pezones a base de pequeñas succiones. Se sentía orgulloso por escuchar los gemidos que salían de la garganta de su amante, eso era verdadera música para sus oídos.
Bajó hasta la zona de la entrepierna que ya estaba despertando, se situó a horcajadas sobre él, y el roce desencadenó sensaciones infinitas…
Gemidos de ambas partes, sudor frío, cuerpos que se acoplaban perfectamente, era el escenario y cuadro perfectos… demasiado perfecto.
Esa sería su última noche, lo sabía, lo presentía, por eso dio todo de si mismo, plasmó su perfume en ese cuerpo moreno, dejó su huella en cada rincón, de ese modo, cuando fuera el amanecer, no tendría lamentaciones…
Lo preparó y ahogó sus gritos con sus besos, lo penetró y era el éxtasis más sublime que podía existir, de ahí, tuvo un vago recuerdo de cuando fue humano y de cómo era ser una persona y no un chupasangre.
Extraño la época en la cual podía sonreír, y creía que podía tocar el cielo con mis manos y obtener el mundo si lo pedía.
Lo siguió embistiendo, más profundo que nunca, sin reservarse consideraciones, ese era él, esa era su esencia… sintiendo que pronto llegaría el orgasmo, todo se tensó aún más y ese líquido llenó el interior de su amante.
Harry se vino entre los dos, con un sonoro gemido…
El ojigris salió del interior del ojiverde, y mantuvo su mano tomada a la de él, si lo iba a matar, quería que fuese, de esta manera, desnudándose y dándose a conocer plenamente, tal vez lo odiaría aún más, pero él todavía lo seguía amando, a pesar de todo.
Harry permaneció quieto, mirando el techo, luego la ventana, y por último, a Draco.
Parecía tan feliz, tenía un semblante tranquilo y permanecía quieto, aguardando el golpe final, lo sabía, pero tomar esa estaca se le hacia demasiado difícil…
Todo está dispuesto para el final, ya nada ha quedado en el tintero.
Sin soltar la mano del rubio, tomó la estaca del velador, no había más ruidos que sus respiraciones, algo entrecortadas, un tanto extrañas.
Cerró sus ojos, depositó un beso que fue correspondido, sus ojos se llenaron de lágrimas y la enterró, un golpe seco, una venganza demasiado amarga…
Su mano permanecía con fuerza tomada a la suya y sus ojos grises, estaban abiertos, mirándolo, ¿con culpa?, ¿con lástima?, sus manos, las sábanas y su rostro, eran un charco de sangre…
Adiós al vampiro que me salvó, adiós al único hombre que he amado en toda mi vida… la eternidad no es infinita, ahora lo entendía.
Soltó su mano, retiró la estaca del torso, buscó toallas húmedas y limpió su cuerpo, la sangre, todo.
Cambió las sábanas y las que estaban manchadas, las dejó en una tina con agua hirviendo.
Contempló el cuerpo de su amante, cerró sus ojos y observó sus facciones y cada rincón que le era permitido.
-Tú me preguntaste si alguna vez sería capaz de perdonarte, ahí tienes tu respuesta- lo toma en brazos y lo deposita en la cama.
Cubre su cuerpo con muchos pétalos de rosas rojas y negras a su alrededor.
El sol ya estaba saliendo, era el esperado amanecer… hurgó en los bolsillos de Draco y había una nota.
Sé que esta noche será la última, por eso, estaré frente a ti, tal como soy, como humano, como vampiro, sé que no podrás perdonarme, por eso, he escogido este camino… uno rodeado de rosas rojas y negras.
Harry arrugó el papel y vislumbró por última vez la figura del rubio… los rayos del sol entraron por la ventana y su cuerpo se quemó hasta convertirse en cenizas…
-Nunca pude entenderlo… pero ya es demasiado tarde, para un nosotros… poco a poco su cuerpo se vuelve polvo, hasta que caen sus lentes al suelo, quebrándose los cristales contra la cerámica.
Siempre quise ser humano, siempre perseguí la sombra, la luz era tan resplandeciente que me cegaba, y ahí estás, con tu mano, extendiéndola, para mi, nuevamente me abrazas y me aferró con todas mis fuerzas… no necesitaba la eternidad, tampoco nunca más mi humanidad.
Eras tan cálido… y en una fracción de segundos, ya estabas a mi lado…
CASA HARRY…
-Mamá, ¿cuánto tiempo más se tardará papá en regresar?
-Tal vez nunca más regrese, hija- responde Ginny.
-¿Por qué?- pregunta la pequeña confundida.
-Porque se ha marchado a un viaje del cual, no podrá volver.
-¿No lo extrañas?
-Mucho, pero, se veía feliz, en mi sueño, sonreía y me abrazaba.
-Yo lo seguiré esperando, tal vez lo vea dentro de mis sueños y me lea un cuento.
-Tal vez hija, es posible.
-Me hace muy feliz, mamá- la abraza.
-Él por fin, está descansando, mi pequeña, ahora ve a jugar.
-Sí, claro- sale corriendo al parque.
-Adiós querido, adiós al hombre que nunca me amó- le dice a una fotografía de recién casados.
Fin.