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Okonomiyake por katzel

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Notas del fanfic:

Para Yukino-chama una promesa es una promesa, gracias por curar las heridas de Yamazaki  

 

PD: aunque le dijiste "baka" XD! jojojo... um y Ayase chan también te lo agradece.

Notas del capitulo: XD me quedo el inicio parecido a Ranma 1/2 juro que recién releyéndolo me di cuenta.
El señor Kamiya Masashiro y su único hijo, Kamiya Momotaro, llegaron cargando un voluminoso equipaje ante la puerta de la venerada casa Takahashi.

Habían hecho a pie un largo camino hasta Osaka y estaban exhaustos, pero conservaban su tradicional terquedad positiva.

El muchacho sacudía el polvo de sus traje y ayudaba a su padre a hacer lo mismo.

No era muy alto ni tampoco corpulento, su contextura era más bien delgada aunque bastante firme. Sus manos de dedos delgados se veían ágiles y fuertes.

Nadie diría que bajo esa apariencia se ocultara una de las promesas del Okonomiyake.

Se podía leer en su expresión la sensación de seguridad y firmeza que lo caracterizaban.

Su padre era un hombre mayor cuyas canas ya empezaban a pintarse y parecía más taimado y calculador que su hijo.



- Muy bien, Momotaro, ya llegamos...

- ¡Así es, padre!

- ¡Momotaro, repite los motivos por los que estamos aquí!

- Oh eso es muy fácil... motivo número uno: para demostrar que podíamos caminar tanto... motivo número dos: para aprender las recetas de Okonomiyake de la familia Takahashi y el más importante y supremo motivo número tres...

- Ahá...

- ¡No tenemos dónde caernos muertos depués que la inmoviliaria se llevara nuestro restaurant!

- Muy bien... así se habla... pero te ha faltado entrar en la mente de tus mayores para conocer los misterios del universo.

- ... mmmm...

- Hijo mío no te he dicho un motivo oculto para traerte exactamente hasta aquí.

Momotaro tenía miedo de sus "motivos ocultos" que en el pasado ya le habían hecho vivir mil aventuras.

- Viejo... será mejor que me digas cuál es ese motivo.

- Ajajjaa... hijito mío... jujujuju te va parecer super gracioso...

- Por qué será que no me estoy riendo de nada...

- Bueno, verás mi Momo-chan..., pues resulta que para aprender el secreto de preparación de la familia Takahashi tienes que ser uno de ellos...

- Y...

- La única manera de hacerlo es casándote con un miembro de la familia.

- ... será mejor que me guste la oración final de este "motivo secreto"

- Entonces tu padre que sólo quiere tu bienestar ha decido honrar una vieja deuda y darte en matrimonio a la hija mayor de los  mejores y más adinerados amos del Okonomiyake.

- ¡Naniiiiiiiiiiiiiiiiiiii!

- Oh si... no me lo agradezcas... padres como yo que velan por tu bienestar y seguridad no abundan... jojojojojo...

- ¡No se te pasó por la cabeza preguntarme si estaba de acuerdo!

- No lo necesité... fue antes de que nacieras... además siempre has sido un hijo obediente... ni me fijé en los detalles...

- ¡Me has hecho cruzar a pie todo el país para esto!... ¡te voy a...!



De la casa salió un olor divino que hizo mella en los estómagos de padre e hijo.

- Momo-chan... por lo menos entremos a comer, luego haremos nuestro acto de "la escapada final"

- Esto se ve mal... pero la verdad ya no soporto más... más tarde ajustaré cuentas contigo.

Llamaron a la puerta y el palacio del Okonomiyake se abrió ante ellos.

Por sus olores y rellenos, Momotaro podía clasificar las salsas y las distintas variedades.

- Kyaaaaaaaaaaaaaa.... o-k-o-n-o-m-i-y-a-k-e

Estaba flotando entre los deliciosos aromas.

Su padre tambien.

- Momo-chan estamos en el cielo...

- Padre... padre veo la luz...

Lo que vieron fue un guardia de dos metros que los agarró del pescuezo.

- Hace rato que llevo preguntándoles quiénes son y qué hacen aquí...

El señor de la casa salió a ver.

- ¡Masashiro-san!

- ¡Amigo!

- Suéltalos, son buena gente... ese señor es uno de los mejores chefs del país.

El viejo y el muchacho se dirigieron a la casa central.

- ¿Ese es tu hijo?

- Si... te dije que algún día tendría un varón... ese es mi unigénito.

- Vaya, vaya entonces has venido a traer felicidad a mi casa... a cumplir nuestro acuerdo.

- Por supuesto...

Momotaro escuchaba con escalofríos en el cuerpo.

"Comeré todo lo que pueda y luego patas... estaré en china antes que acabe el día... a mí nadie me amarra..."


En la gran sala los esperaba la señora Takahashi.

Era una belleza bien conservada.

Si su hija era la mitad de hermosa, Momotaro no se podía dar por mal servido.

"A lo mejor esa propuesta no está tan mal"

- ¿El es Momotaro-kun? ¡Es tan lindo...! ohhh es perfecto... bienvenido a la familia... ¡estoy tan emocionada!... preparar la boda... el tiempo de compromiso... una vez más el romance en esta casa...

- Gusto en conocerla, señora...

Ella se sonrojo.

- Es un placer... yo me encargaré de todo... no quiero perderme ni un detalle del noviazgo...

- Um...

- Mira cariño, se van a ver tan bonitos los dos... les tomaré fotos todo el día...

- ¿Aún no llega?

- No... está demorando un poco en la cocina.

Momotaro prestó atención.

En la cocina.

Los olores tan atrevidos y sensuales que le habían hecho volar pertenecían a su futura novia.

Potencialmente linda... con mano para la cocina... adinerada... y de familia.

El futuro se pintaba con amables colores.

Heredar la casa, tener un super restaurant de lujo donde sólo sirviesen Okonomiyake, una familia...

- ¿Quieres ir firmando el contrato de compromiso?

- ¡Haiiiii! ¡Dónde hay pincel!

Kamiya Masashiro abrazó a su vástago con una lagrimita que se le caía del ojo.

- Eres todo un hombre... para eso me he matado educándote... estoy orgulloso de ti.

- Padre...

- ¡Oh ahí está! - dijo la señora Takahashi.

Entró sin prisa un joven alto de lacios cabellos azules y gran delicadeza, llevaba el cabello amarrado en una cola y era más hermoso que la dueña de la casa.

Momotaro se sonrojó al verlo y se levantó para presentarse.

- Señorita Takahashi... yo... me siento impresionado.

Estaba también cortado por su estatura.

"Es más alta de lo que pensé... y también parece un poco mayor... incluso soy mas delgado que ella... que vergüenza... es una reina... no parezco lo suficientemente hombre a su lado"

La mano que lo acarició y le hizo subir la barbilla para mirarle se sentía protectora.

"Siii definitivamente me casaré contigo..."

- Momotaro... es un nombre muy lindo, parece que hubieras salido de un durazno...

La voz lo sacó de cuadro.

- ¡Ryoma kuuun! ¿No es lindo tu novio?... mamá y papá te han conseguido un muñequito de torta...

- ¿Are?

- Mi prometido...

El heredero de los Takahashi, Ryoma, dulcemente mantuvo en su regazo a Momo-kun.

Éste trataba de reclamar pero estaba muy acalorado y no podía hablar.

- Kamiya Momotaro... ¡daisuki!

Escucharlo desató un terremoto en la cabeza del recién llegado que subió hasta cuarenta grados de fiebre.

- ¡Momo chan!

- Suéltame... qué tipo de payasada es esta... dejadme ir... ¡Y no me digas Momo-chan!

- Pero tu eres...

- ¡No soy! ¡No soy! ¡Hace dos minutos que nos conocemos así que concordarás conmigo en que esto es algo apresurado!

- Pero tú me gustas... ¡me gustas mucho!

- ¿Ahhhhhhhhhhhhhh?... no, disculpa, me siento halagado pero justo se me ha ocurrido que tengo cosas que hacer en el Océano Índico...


Los padres extasiados miraban la escena.

- Mamá... mira cómo es feliz nuestro hijo.

- Si Papá... ¿no son una ternura?

- Etooo - el señor Masashiro levantó la mano para hacer una pregunta.

Antes que dijese algo, el padre de Ryoma dijo:

- De dote le estoy dando a tu familia diez millones de dólares.

Kamiya Masashiro corrió a abrazar a Ryoma.

- ¡Yernito mío...! ¡Ohh esta escena es tan emotiva!

- ¿Puedo decirle papa?

- Claro que sí yernito

"Vales tu peso en oro, me has sacado de la pobreza... eso sí"

- ¡No le dirás papa a mi papa... por que...!

Ryoma sonrió beatíficamente y selló su unión con un beso.

Momotaro en honor a la verdad se demoró bastante antes de reaccionar y pedir una tregua.


Nadie parecía escucharlo en ese lugar.

- Los prometidos vivirán solos en la tercera casa - anunció la madre - ... no serán servidos por los empleados para que conozcan la normalidad de una vida en pareja y tendrán un pequeño puesto de Okonomiyake dando a la calle... desde ahí construirán su propio imperio como nosotros...

- Puedo opinar... - dijo Momo chan

Ya estaba en brazos de Ryoma rumbo a su nuevo hogar.

Tampoco luchó todo lo que tenía que luchar para escapar.


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Momotaro se encerró una semana entera sin querer ver a nadie.

Mañana, tarde y noche Ryoma le preparaba deliciosísimos okonomiyakes que le pasaba por una ranura de la puerta.

También le preguntaba cómo estaba y si no necesitaba nada.

Momo no le hablaba.

Estaba en shock desde que descubrió que su lugar en el mundo era ser el uke del heredero Takahashi.

Muy en su interior la voz de la razón le decía que debía rendirse de una vez.

Ryoma le gustaba, era un hecho consumado... ¿por qué no se entregaba al destino y ya?

- ¡No puedo entregarme al destino y ya!... no...

Se abrazaba a las almohadas avergonzado de sí mismo.

- Nooooo...


El día número ocho de su encierro escuchó la voz de Ryoma un poco diferente.

Le dieron ganas de salir a verlo.

- ¿Ryoma?

No obtuvo contestación.

- Ryoma...

- ...

- Si esto es un juego... no me parece gracioso...

- ¡Ryoma! ¡Ryoma!

Corrió la puerta y lo vio en el suelo.

Estaba muy cansado y con las manos heridas por la pala de okonomiyake, llevaba los cabellos cortos y no había dormido en mucho tiempo.

- ¡Ryoma!

Momotaro lo llevó a su futón y le dio abrigo.

- No es nada... no te preocupes... Momo chan...

- Qué ha sucedido...

- Estaba pensando en la manera de hacer que Momo chan me quiera... y pensé que si cocinaba un okonomiyake tan bueno que él quisiera probarlo seguramente abriría la puerta y me dejaría verlo aunque sea durante la comida...

- Ryoma... por eso cortaste tus cabellos...

- Pensé... que era demasiado femenino para ti... que te intimidaba...

Momotaro le besó las manos y empezó a llorar.

- ¿Cómo se supone que puedo rechazarte si haces ese tipo de cosas? ¡baka!... ¿por qué te sacrificas así...?

- Por que me gusta Momo chan...

- Deja de decirme...

Sus ojos eran tan tristes...

Se abrazó a Ryoma.

- ... si te atreves a dejar de llamarme Momo chan te haré sufrir mucho... Ryoma...

- Momo-chan...

- Ryoma... su... suki...

Ya estaban los dos entrelazados sobre el futón.

- Ryoma... qué vas a hacer...

- Um... algo muy atrevido, Momo chan.

- Atrevido... como que...

- No lo imaginas... mi pequeño Momo...espera y verás.

Ryoma le dio un beso en la frente que se incendió apenas la tocó.

- Hum...

- ¿Qué tal?

- ¿Y nada más?

- Pues no se me ocurre qué cosas podríamos hacer...

Momotaro inspeccionando la realidad sacó dos grandes conclusiones.

1. Su seme no sabía absolutamente nada de la vida erótica.

2. Él no sólo era un uke... sino que era un uke pervertido.

- Y si pruebas hacerme algo...

- Como qué Momo-chan a mí me gusta tenerte abrazadito...

- En serio... Ryoma... no te provoca nada...

- Si... tener muchos sueños bonitos contigo... zzz...

Toda una semana sin dormir hizo que Ryoma se quedara fuera de combate en el cálido futón.

"Todo lo que me costó aceptar nuestra relación para que ahora se la pase durmiendo pacífico como un bendito"

"Pero mañana abriremos nuestra tienda y habrán muchas oportunidades... estaremos solos en la cocina... en las mesas... en el piso... eto..."

"Así es Ryoma kun... por que cuando Kamiya Momotaro se propone algo... ¡lo logra!"

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