Ryoma, sentado al lado del futón sacaba cuentas con el ábaco.
El "día de prueba" había sido tódo un éxito en ventas.
Sus dedos apartaban las fichas de madera y mientras hacía los cálculos rápidos iba pensando en un momento ideal con Momotaro.
Imaginaba un enorme árbol de sakura en el jardín deshojándose y a su Momochan girando bajo la lluvia de pétalos.
"Qué lindo" - pensaba embelesado - "...tan dulce..."
Frente suyo y sin quitarle los ojos de encima, Momotaro hacía pequeños paquetitos con el dinero contado y también tenía en mente un momento especial pero a diferencia de Ryoma sus ideas estaban llenas de "ohhhhs" y "ahhhhhs"
"Qué habrá en la cabeza de Ryoma... se le cae la baba de contento..."
- Momo-chan - dijo el lindo novio - ... ¿no te gustaría plantar un árbol de sakura?
- Pero en el jardín hay bastantes... cuál sería la diferencia si ponemos uno más.
- Bueno... yo pensaba... eto... eto...
"Y por qué diablos se pone rojo..."
Momotaro deseaba preguntar pero apareció una persona en la puerta.
Era el mayordomo de los Takahashi.
- Disculpe amo, pero sus honorables padres desean saber el resultado de su día de prueba...
- Voy en seguida... - se volvió a Momotaro - ... espera un momento, cielito, debo hablar con papá y mamá...
- Um.
Momo-chan se sintió emocionalmente golpeado por la palabra "cielito", no estaba acostumbrado a que le llamasen así.
Salió a tomar un poco de aire al jardín de los sakura.
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- Ohhh ahí está mi hijo - dijo el señor Masashiro en cuanto le vio.
- Neee hola papá...
- Y esa cara larga... seguro que tu marido no te da...
- Viejo de... encima que te consigo casa y comida... si serás desagradecido...
- Calma, calma... ¿cómo te está yendo, hijito?
- Viejo endemoniado, encima preguntas...pues ni yo mismo se cómo estoy...
- Bueno... te crié pensando que serías un hombre entre los hombres pero has probado que de mujer no te va nada mal.
- Oye no abuses de tu suerte, una palabra mía y te corren de aquí... trátame con respeto...
- Cierto... ahora que vas a ser la futura señora Takahashi te has subido... y como eres gay supongo que te has vuelto más sensible...
- ¡No me trates como a un raro! ¡Además todo esto es culpa tuya!
- Pues no te has quejado tanto como deberías...
- ¡Te voy a...!
- ... será por que Ryoma kun es muy guapo... - el señor Kamiya deshojaba una margarita - ... ohhh el amor, el amor...
Momo se cayó de costado en forma de pelota roja.
- No te metas con él...
- ¿Es bueno en la cama?
- ¡Papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá!
"Por qué soy el único ser del universo cuyo padre se preocupa por sus relaciones sexuales..."
- Ya veo, así que estaba en lo cierto, aún no te hace nada... lo supe apenas te vi...
- ¡Cómo...!
- Traes una cara de aguantado que se te nota en un santiamén... pero no te preocupes, quizás Dios no fue bueno contigo y no te dio mi hermosura ni mi inteligencia... pero no debes desanimarte, así feo como eres Ryoma te querrá para siempre por que es el tipo más ciego que he conocido...
- Si estás tratando de animarme la verdad no está dando resultado... si Ryoma se cansa de mí no sé que voy a hacer...
"Momo tiene razón... si no hay un lazo firme entre ambos... no tendríamos a dónde ir... además me obligarían a regresar la dote centavo sobre centavo..."
- Bien hijo, debido a tu mala disposición y desconocimiento del arte de amar me parece que debo tomar cartas en el asunto.
- Hum si claro y tú sabrás mucho, por eso mamá se fue...
- ¿Quieres que te ayude o no?
- Escucharé cualquier cosa...
- He visto que al cabeza hueca de tu prometido le gustan las monadas así que tendremos que trabajar fuerte en ese punto.
- ¿Monadas?
- Así como lo oyes...
El padre sacó de los bolsillos dos ganchitos de mariposa y los enredó en su cabello. Momo trató de sacárselos.
- ¡Sácame esta estupidez!
Ryoma volvió muy contento de la casa central.
Apenas vio al señor Masashiro se inclinó.
- Señor suegro... encantado de tenerlo por aquí... - se detuvo al ver a su novio - ... Momo-chan...
- Si...
- ¡Kakkoiiiiiiii!... déjame acomodarte los ganchitos, te ves tan mono... lalala...
El viejo puso una cara de "te lo dije"
- Bien chicos, os dejo, voy a desayunar.
- Que la pase bien, señor... neee Momo-chan... ¿pensaste lo del cerezo?
- Me da flojera sembrar árboles
- Oh... está bien... no importa... era sólo una idea... entonces... aprovecharé el tiempo para hacer la lista de invitados para la inauguración de mañana.
- Hai...
Momo se preguntaba qué cosa estaba haciendo mal.
Fue a dar un paseo y su padre lo jaló desde la oscuridad del pasillo.
- ¡Qué rayos estás haciendo aquí... dónde está Ryoma!
- Escribiendo sus estúpidas invitaciones...
- Retaco inútil - lo agarró de la oreja - ... y qué miércoles haces perdiendo el tiempo... tienes que ir a seducirlo... te tendré que ayudar otra vez...
Sacó un traje de ratoncito.
- Entra en esto.
- Nooooooooooo.
- ¿Apostamos?
Momo se sentía sumamente incómodo.
- A ver, a ver... - dijo su padre haciendo gestos como si fuera un chiquito - ... cómo hacen los ratoncitos...
- M*******
- Así no, zopenco... los ratoncitos hacen chiiii chiiii
- Si esto no funciona no llegarás a ser más viejo de lo que ya eres.
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Ryoma mojaba su pluma en el tintero dibujando con su preciosa caligrafía.
- chiii chii chii chiii - escuchó cerca.
"¿Qué será?"
Corrió la puerta y encontró a Momotaro vestido de roedor moviendo sus patitas.
Una mínma gota de sangre le salió por la nariz.
- KYAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA... Momo-ratoncito chii chiii...
Lo abrazó muy contento.
- ¡Qué bonito eres!
- En serio... te gusto así...
- ¡Eres un primor!
Le besó.
"Los consejos de papá si que funcionan... es lo último que me faltaba"
Continuaban juntos, unidos.
- Neee, Momo... sobre el sakura...
- Olvida eso y sigamos besándonos...
- Um... pero ahora tengo que ordenar los ingredientes para el okonomiyake de mañana... recuerda que es la inauguración.
- ¿Ahhhhhhhhh?
"En serio hay algo que estoy haciendo muy mal..."
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- ¡Inútil!... no pareces mi hijo... ¡¡¡debes ser un hombre!!! digo un ... lo que seas... ten esto...
- De gato...
- Andaaa, no me hagas perder la paciencia... ningún Kamiya ha perdido jamás una batalla... eso lo dijo tu bisabuelo...
- Era vendedor de okonomiyake en ferias...
- ¡Silencio! no te burles de tus antepasados... ahora al ataque...
- Hai...
Ryoma volvió a jalar la puerta hacia la derecha y encontró a un Momo-gatito mostrando la pancita y la cola con cascabel.
- purrrum... juega... conmigo...
- KAWAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
Lo estaba mimando, le tenía sobre sus piernas acariciándole.
Momotaro se sentía bien.
"Soy demasiado adorable, no podrás conmigo..."
- ... y el sakura...
- ¡Ya me tienes hasta el gorro con ese árbol!
- Etoo... eto.. iré a lavar nuestra ropa...
- No, Ryoma, espera... yo... hum... se ha ido... justo cuando le iba a decir que no me importaba plantarlo...
Salió con la cola caída.
- Qué sucedió ahora - preguntó su papá.
- No sé... estamos bien y me viene con lo del árbol ese... y luego se va...
- ¿Qué árbol?
- Un sakura... quiere que plantemos uno en el jardín.
- ¡Aho! - el papá le descargó el puño en la cabeza -... cada uno de esos árboles que ves ahí representan las uniones de sus padres y abuelos... son un símbolo de su amor y del inicio de su vida juntos.
- Oh... por eso él insistía tanto... y yo... no... ¡Ryoma!
Lo encontró separando la ropa limpia en una batea.
- Si... Momo...
- Por favor... perdóname... - le dijo sonrojado - ... sembremos juntos un cerezo...
Él puso los ojos grandes y corrió hacia él.
- ¡Momo chan! ¡Daisuki!
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- Es muy pequeño...
- Crecerá con nosotros... cuando seamos mayores vendremos a verlo y recordaremos este día...
Ryoma le besó en la mejilla.
- ¿Aún tienes el traje de ratoncito?
- Si... iré a buscarlo... ¡en seguida!
Fue al pasillo.
- Psssssssssss pá... viejo...
- Si...
- Que lo pone a mil el de rata... dámelo...
- Tu novio sí que es un fetichista... pero gracias a Dios ya lo conquistaste... sino iba a tener que devolver el dinero.
- ¡Qué dinero!
"Oh rayos"
- Nada...
- He dicho... qué dinero...
- No se trata de nada malo... es la dote que pagaron... por ti...
- Estás diciendo que los Takahashi te dieron dinero...
Fue como una furia a la habitación.
- ¿Qué sucede Momo-chan?
- Eso es lo que quiero que me digas tú.
- No entiendo...
- Tenías que pagar por mí como si fuese una vulgar mercancía... es que tus padres necesitaban un novio para que juegues con él...
- Momo...
- Le dieron una fuerte suma a mi padre para que me diera a ti... yo sabía que de alguna manera era ventajoso para nosotros por que no tenemos nada... pero esa cantidad es exorbitante si crees que con eso...
- ¡No es así!
- Ryoma... no trates de...
- ¡Las cosas no son de esa manera... yo no le he mentido a Momo-chan!
Ryoma se veía muy determinado, agarró la muñeca de Momotaro y se dirigió directamente a la casa principal donde sus padres estaban sentados a la mesa.
- Hijo...
- ¿Ustedes le pagaron una cantidad extra al padre de Momo fuera del contrato establecido?
- Ryoma...
- ¡Díganmelo ahora...! Si lo han hecho quiero que la retiren de inmediato...
- Pero...
- Yo no quiero que compren a Momo para mí, no quiero que se sienta mal ¡el no es una cosa!... es la persona que amo... y si se siente mal yo me siento igual...
- Se trataba de la dote... no queríamos ofenderlo... esa cantidad es ritual... quizás no está estipulada pero es la costumbre.
- Ya escucharon, se trata de la costumbre - dijo el viejo Masashiro por lo bajo.
Esa fogosidad apasionada de Ryoma dejaba a Momotaro fascinado.
- Mmmm, Ryoma kun... ha sido un error mío... no... no te pongas así... no tiene el sentido que yo he creído... pero no me gustaría recibir esa suma... siento que hemos llegado sin nada y nos estamos aprovechando de más... quiero ganarlo todo con mis manos, aprender de ti... y compensar todo lo que tu familia está haciendo...
- Momo-chan... perdóname si te hemos ofendido... no soportaría lastimar a mi Momo-chan...
Se abrazaron.
- Mira papá, nuestro hijo está enamorado.
- Mira mamá, se ven tan lindos en su reconciliación.
Foto de momento especial.
¡Click!
- Bueno ya escuchó a los muchachos señor Kamiya, lo lamentamos pero tendrá que regresar la dote.
- Noooo abuuuuuu mi dinerito.... que desgracia....
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Ryoma cargó a Momotaro entre sus brazos y lo llevó de regreso al cuarto.
- Perdóname, Momo - le besaba.
Entrecortadamente el novio pequeño decía alguna cosa que no llegaba a entender.
Cayeron juntos entre las sábanas.
- Momo...
- Ryoma...
El novio dulce de cabellos azules empezó a desvestirlo.
- Tu mejor traje... está debajo de todo esto...
- Ryoma...
Lo besaba todo, los hombros, el cuello.
Aprisionaba sus manos.
"Wiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii ahora sí, dioses del más allá y del más acá, Kamiya Momotaro está a punto de perder su virginidad"
Pronto los besos de Ryoma fueron descendiendo hasta una región de muchos sonidos surtidos para los ukes.
Momo-chan esperaba hecho una gloria que empezase de una vez.
Ryoma luego de amasar decidió probar aquello que hacía que su novio se retociera y empezara a gemir.
Tal como imaginaba su sabor era incomparable.
Momotaro ascendió a los cielos y pegando un grito se dejó ir en los labios de su novio.
- Momo-chan... es delicioso - dijo éste y empezó a dar un relajante masaje a Momotaro.
- Ryoma... continúa... esta vez continúa... por favor...
- No sé bien qué hacer...
- Tienes que... tienes que...
Tan relajante era el masaje que Momo empezó a cabecear.
"¡Noooooooooo ahora nooooooooooooooo!"
"Bu bu bu no puede ser"
"¡El día de mi primera vez!"
- ¿Momo?... ohh pobrecito... ¿será que soy lo que llaman "un amante insaciable"? - se preguntó Ryoma viendo el resultado de su masaje.
- No... yo quiero... - decía entre sueños Momo-chan.
- Shhhh duerme mi pequeño príncipe Momo, yo cuidaré tus sueños.
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Momo abrió un ojo y luego otro.
"¡Soy un completo bakaaaaaaaaaaaaaa!"
"¡Me quedé dormidoooooooooooooooooooooooo!"
"Waaaaaaaaaaaaaaaaaa soy un desastre..."
"No me desanimaré... ¡¡¡¡cada día es una nueva oportunidad!!!!... uno nunca sabe lo que puede pasar..."
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