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Innocence loss por Naru Hikari

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Notas del capitulo: Notas de la traductora: ¡Domo! Este fic es uno de mis favoritos, así que no pude contenerme y me animé a traducirlo. Es mi primera traducción (si así como lo oyen xD) y para haber elegido un fic tan largo creo que me quedó bastante bien. Espero que disfruten de este fic, es excelente.Yuu Naru Hikari
 Innocence loss

 

 

Autora: Elfra  

Era una bonita y tranquila mañana en el cuartel general de la Orden Oscura. La mayoría de exorcistas habían ido a una misión mientras los integrantes del grupo científico estaban ocupados trabajando- como siempre. El supervisor Komui vertió un poco de café en su taza- la cual era un regalo de su hermana- y sonrió mirando al conejo que se encontraba allí mientras escuchaba rápidos pasos aproximándose. Un segundo después, la puerta se abrió de par en par y  un joven de 14 años, Kanda Yuu entró a su oficina.  

 

"¿Donde está ese idiota?" gritó. 

Komui conocía al chico demasiado bien para saber que podría tratarse de cualquiera en todo el edificio. Así que suspiró y se inclinó encima de la mesa tomando un sorbo de café caliente. 

"¿Quien es esta vez?"  

Kanda lo miro furioso como si fuera obvio de quien se trataba. "¡Ese estúpido pelirrojo! ¡Lavi!"  

Komui suspiró de nuevo. Lavi era conocido por sus travesuras en toda la Orden; y de alguna manera, el pelinegro era su víctima favorita." Bueno, creo que él esta en la biblioteca. ¿Que fue lo que hizo?" Preguntó Komui casualmente tomando otro sorbo. 

"¡Él tomó mi inocencia!" gritó Kanda y salió corriendo. Komui casi se ahogó y escupió todo su café. Primero pensó haber escuchado mal, pero luego entró Reever a su oficina con los ojos abiertos.   

"¿Que fue lo que dijo?" preguntó incrédulo.  Komui limpió su boca con un pañuelo. "Él ha perdido su inocencia" dijo despacio. ¡Y sucedió aquí, en la Orden, bajo mi vigilancia! Pensó Komui ¡Theodore me va a matar! Su cuerpo se estremeció y cerró rápidamente la puerta.

Mientras tanto, Kanda corrió hacia la biblioteca y chocó con Bookman. Los libros que el hombre estaba cargando se cayeron y Kanda retrocedió. 

"¡Mira por donde vas!" dijo Bookman. Él se inclinó para recoger los libros, pero al sentir un dolor en la espalda se enderezó rápidamente. ¡Ouch mi espalda! Soy muy viejo para este tipo de trabajo pensó y luego se volteó para mirar a Kanda. Cuando el chico trató de esquivarlo para entrar a buscar a la biblioteca, Bookman lo cogió del brazo.  

"¡Espera! Es culpa tuya que yo haya dejado caer mis preciosos libros. ¡Recógelos!" 

Todos sabían que uno no podía escapar de Bookman. Pero Kanda solo lo miró sin poder creer que en verdad estaba tratando de darle ordenes."No soy tu aprendiz" dijo fríamente. Luego entró a la biblioteca y miró a su alrededor. El viejo hombre se quedó estupefacto por el irrespetuoso comportamiento del otro. Pero antes de que pudiera pensar en un castigo adecuado, Kanda gritó. "¡Lavi! ¡Sal y prepárate para morir!" 

Bookman levantó una ceja. Aparentemente su sucesor había cometido otra travesura de nuevo. Dejó los libros en el piso y acercándose al furioso chico puso una mano en su hombro. 

"¿Que hizo esta vez?" 

Kanda volteó, estaba hirviendo en furia."¡EL ROBÓ MI INOCENCIA!" gritó, y Bookman retrocedió en estado de shock mientras las demás personas sonreían ampliamente. Tal vez Lavi era un dolor de cuello, pero él y Kanda si que eran entretenidos. Tan solo imaginar que el grosero e insensible de Kanda dejó que Lavi tomara su inocencia...varios trataron de contener la risa. Solo el general Theodore -quien acababa de volver de una misión- saltó y soltó el periódico que estaba leyendo mirando a su alumno preocupado y corriendo hasta él. Agarró a Kanda por los hombros y lo forzó a que lo mirara directamente a los ojos. "¿Puedes repetirlo?" preguntó con la voz temblando. 

"¡Lavi tomó mi inocencia!" 

Los ojos del general Theodore se llenaron de lágrimas mientras abrazaba a su estudiante. "¡Mi niño, no llores! ¡Todo va a estar bien!" dijo sin notar que él era el único que estaba llorando.  

Cuando el general soltó por fin al pasmado alumno, lo llevó a un rincón para que pudieran hablar en privado, obviamente Bookman los siguió. Él sentía curiosidad por saber como Lavi se las ingenió para hacerle eso a Kanda, además él tenía que escuchar todo el relato; después de todo ese incidente si que iba a ser una buena pieza de historia... 

Realmente, él solo tenía curiosidad. 

"S-siéntate-e" tartamudeó el pobre general. "Oh ¡Espera! ¿Puedes sentarte? ¿No te duele?" En eso varias lágrimas rodaron por sus mejillas. 

"¡Mi pobre estudiante! ¿Por qué Komui? ¿Por qué?" gritó mientras sentía como sus piernas se volvían de gelatina. Kanda solo miró confundido a su maestro. No podía entender porque él había comenzado a llorar, pero en ese mismo instante supo que no podría continuar buscando al pelirrojo, no mientras el General Theodore estuviera en ese estado. Kanda no lo soportaba demasiado, pero sabía que su maestro no lo dejaría ir sin antes hablar.


"¿Por qué no gritaste por ayuda?" preguntó el general cuando paró de llorar.


“Seguramente debieron de haber algunos adultos cerca que pudieron haberte ayudado.” agregó Bookman. 


Kanda resopló molesto "Lavi se acercó sigilosamente, así que no me di cuenta."


Todos se quedaron boquiabiertos ante tal información. "Tu... ¿Tu no te diste cuenta?" preguntó Bookman incrédulo. "¿Cómo pasó eso?"


"¡Me acababa de levantar cuando se apareció de la nada! Quería esconderse de ti pero yo le dije que se fuera al infierno y cuando voltee para votarlo de mi habitación, ¡Él y mi inocencia había desaparecido!" respondió para luego mirar a Bookman. "¿Donde está?" 


"No lo sé. De hecho, Lavi tenía que hacer algo que le ordené, pero ese mocoso huyó" 


Kanda empezó a votar humo. "Si lo encuentro, sufrirá una muerte lenta y dolorosa." 


"¡Nada de violencia, por favor!" interrumpió el general con la voz aún temblando "No hay porque llorar sobre leche derramada. Lavi aparecerá dentro de poco." 


El pelinegro negó con la cabeza. "¡No! ¡No quiero esperar! ¡Quiero tener de nuevo mi inocencia lo más rápido posible!" 

El general Theodore suspiró. "Eso no será posible. Em, ¿Como lo explico?" replicó reflexionando unos instantes. "Escucha querido." Empezó a decir. "Tu sabes...que..." A continuación empezó a sudar frío. "Bueno...tu sabes que hay flores y hay abejas...eh... ¿Entendiste?" 


No, Kanda no entendió. No llegó a comprender lo que su maestro estaba tratando de decirle. Tan solo sabía que era una pérdida de tiempo, así que volvió a resoplar y miró hacia otro lado. "¡No tengo tiempo para cosas estúpidas!" gritó saliendo de la biblioteca.


El general solo sollozó. "Mi pobre, inocente estudiante. Creo que voy a tener que hablar con Komui."  

Kanda siguió buscando por toda la orden, sin embargo ni siquiera alcanzó a ver al pelirrojo. Finalmente, solo quedaban dos sitios: la capilla y Hebraska. Sin pensarlo dos veces, decidió ir donde Hebraska primero. 


"¿Has visto a Lavi?" preguntó apenas entró. Hebraska solamente miró a quien había interrumpido su sueño. 


"Ah...eres tu..."
 


"¿Donde está ese idiota?" 


"No lo sé. El no ha estado aquí... ¿Por qué lo preguntas?"
 


"Él... ¡Ese idiota tomó mi inocencia!" Kanda gritó lleno de ira. Hebraska se quedó un rato en silencio para luego mirar profundamente al chico. 


"Entonces...tu lo... ¿Lo amas?"
 


Los ojos de Kanda se abrieron de par en par y su boca se abrió a más no poder. “¿Qué?" 


"Tu dejaste que él tomara tu inocencia...así que pensé..." 


"¡Pues pensaste mal!" Replicó rápidamente recobrando la compostura. "¡Y yo no quería que esto pasara! Ni siquiera lo noté y cuando traté de buscarlo... ¡Ya no estaba!" El exorcista se alejó antes de que Hebraska lograra recuperarse del shock. Tan rápido como puedo, él entró a la capilla. El sacerdote estaba pardo en el altar, aparte de él, el lugar estaba vacío. Kanda se acercó a él sin dudar.  


"¿Donde se esconde?" El sacerdote volteó y sus ojos reflejaron sorpresa. "¿A quién te refieres, hijo mío?" 


"No soy tu hijo." resopló Kanda. "Sé que Lavi esta acá, así que ¿Donde está?" 


"¡Ah, Lavi! ¿Te volvió a molestar?" 


"Él robó mi inocencia y juro que no vivirá para ver otro día." dijo Kanda con voz fría. Incluso el sacerdote creyó que la temperatura había bajado. Pero luego, cayó en cuenta de lo que había dicho Kanda. 


"¿Que él qué?" gritó incrédulo. Kanda rodó los ojos mientras repetía. "Él- un CHICO - ha enserio tomado la inocencia de ti - ¿Otro CHICO?" preguntó el sacerdote. "¡Como pudo cometer un pecado semejante! ¡Tengo que hablar con los jefes!" Con estas palabras, el sacerdote salió corriendo y dejó a Kanda- quien aún no entendía nada- solo.


Una súbita risa rompió el silencio de la casi vacía capilla y Kanda hizo una mueca de dolor al reconocer de quien le pertenecía. "¡Lavi! ¡Prepárate para morir!" gritó molesto mientras corría hacia donde provenía la risa, la cual paró cuando Kanda lanzó su amenaza y Lavi, quien había estado escondido en el confesionario apareció. 


"¡Hola, Yuu-chan! ¡Yo también estoy feliz de verte! ¿Que estás tramando?" dijo sonriendo abiertamente con su mano izquierda escondida en la espalda. 


"¡Regrésamela!" 


"¿Que quieres decir?" Su sonrisa se anchó más. 


"¡Lo sabes muy bien! ¡Devuélveme mi inocencia!" 


En este punto Lavi tuvo que hacer lo mejor para contener su risa. "¡Pero Yuu-chan!" gritó. "¿No sabes que es algo que, una vez perdido, no se puede recuperar?" 


"¿De qué estás hablando, idiota?" contraatacó Kanda. De repente, sus ojos se abrieron al darse cuenta. "Tu..." Empezó a decir, con un destello asesino en los ojos. "¡Gracias a tu tonta broma he actuado como un tonto!" Gritó mientras arremetía contra el pelirrojo, quien rápidamente saltó para atrás. Lavi dejó caer la katana, que había tenido escondida en su espalda y huyó lo más rápido que pudo. Kanda, hirviendo de furia, ignoró su Mugen y fue tras el aprendiz de Bookman. 



"¡Lavi! ¡Esta vez no te lo perdonaré! ¡Te mataré, te lo aseguro!"

Notas finales:

 

Notas de la autora:Bueno, es fue todo. ¡Mi primer one-shot! Espero que se hayan divertido leyéndolo. Por favor dejen un review y díganme si debería seguir escribiendo one-shots o si debería quemarlos hasta convertirlos en cenizas en vez de molestar a los inocentes lectores.


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