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Príncipe Azul por nizeyo

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Notas del fanfic:

Espero que os guste X3

Notas del capitulo:

Code Geass

Milly X Anya

Te paré en medio del pasillo. Tenia que hablar contigo.
Yo aun respiraba agitadamente por haber corrido tanto en tan poco tiempo, tu en cambio, estabas igual, tu respiracion seguia siendo esa calida y calmada respiracion.
Cuando me incorporé del todo te vi cabizbaja, apretando los puños con fuerza y... sollozando.
Me acerqué a ti, poniendote una mano en el hombro, esperando a que eso te calmara un poco.
Un poco si que funcionó, noté como relajabas tu cuerpo, como intentabas parar de sollozar, iba a decirte algo pero tu reacción me sorprendió de nuevo. Para mi, estabas llena de sorpresas.
Me abrazaste, cogiendome fuerte, como si no quisieras separarte de mi nunca, notaba en mi espalda como cogias mi uniforme con todas tus fuerzas y como sin quererlo, empezabas a llorar. Tu frente estaba ligeramente apoyada entre mis pechos, levanté los brazos y te rodeé con ellos calidamente. Dejandote desahogar todo lo que necesitabas quitar de tu interior. Como si querias hacer un llanto como una niña pequeña, aunque, para mi, seguias siendo una chiquilla que no tendria que ser una Knight of round.
Eras demasiado pequeña como para comprender algunas cosas, asi que hacias caso a tus superiores sin mas.

- Ya esta... tranquila...

Te hable calmadamente, intentando que dejaras toda tu tristeza en esos sollozos, te acaricié suavemente la cabeza, bajando despues hasta tu espalda. Susurrandote que todo habia pasado, que no tenias que disculparte por nada, que la idiota aqui, habia sido yo.
Cuando noté que estabas mas calmada, me arrodillé a tu altura, secandote con mi mano derecha las lagrimas que aun quedaban en tu lindo rostro. No soportaba que alguien llorase y aun menos si eras tu. Te sonrei e intenté darte algo de alegria. Queria ver una sonrisa tuya, una sonrisa de ese rostro que siempre marcaba la misma frialdad a las demas personas.
Sabia que en realidad tu no eras asi, eras una persona calida que tenia su corazón cerrado a los demas por miedo. Lo dijiste en la enfermeria, dijiste el porque eras asi, dijiste como eras en realidad, dijiste que me querias... eso fue lo que mas me gustó. Lo que no entendia era como podia gustarte con la fama que tenia de mujeriega y después de lo que habia ocurrido.
Te habias asustado y al mismo tiempo te volviste fria de golpe, como eras hasta ahora. Eso me entristeció, cuando por fin habia visto como eras en realidad consegui que volvieras a ser esa persona cerrada.
Fue cuando vi tus ojos rojos, pero frios, traspasando los mios, me helaste la sangre y me rompiste el corazón. Solo habia conseguido hacerte mas daño, por mi puro capricho, era un capricho que no desearia haber tenido. La verdad, queria oirte gemir, decir mi nombre que saliera de esa linda boca, de ese rostro sonrojado. De ese cuerpo estremeciéndose como una hiedra con el mio. Queria darte todo el placer que tenia.
Pero lo unico que consegui fue que me dijeses que parara y saliste huyendo de esa habitación. Hasta que llegamos al principio de esta historia, cuando te paré en el pasillo.
Tenia que pedirte perdón y tenia que aprovechar que no habia nadie alli. Pero me volviste a sorprender, sin que pudiera levantarme me abrazaste de nuevo, como una niña pequeña cuando abraza su peluche preferido.
Me volvi a enternecer, sonrei y te cogi con cuidado, llevandote en brazos hasta mi habitación. Noté levemente como aspirabas mi aroma del cuello, como te cogias fuerte a mi.

Llegamos a mi habitación y te tumbé en mi cama. Antes de poder levantarme, me cogiste la manga del uniforme, haciendo que me quedara sentada a tu lado. Te levantaste, quedando sentada en la cama y empezaste a jugar con tus manos, sonrojandote levemente y tartamudeando.
Volvi a sonreir, ese rostro me daba mucha tranquilidad pero alegria a la vez. Acerqué mi manos tu rostro y acaricié tu mejilla izquierda, mientras que te quedabas quieta intentando relajarte.
Hablé con mi voz mas dulce, dandote confianza en mis palabras.

- Tranquila, ve despacio, no me voy a ninguna parte.

- Y-y-yo... te quiero!

Esas palabras me sorprendieron, haciendo que me sonrojara levemente. Sonrei y te cogi una mano, besando el torso de ella y haciendote sonrojar.

- Yo tambien, hime...

Te sonrojaste ante el gesto que hice y ante mi respuesta. Saltaste encima mio por sorpresa, quedando yo, debajo de ti, sin mas, me besaste lentamente. Haciendo que los rostros de las dos se ruborizaran, te abrazé de la cintura con mis brazos y tu empezabas a quitarme la corbata y a bajarme la parte superior del uniforme, quedando con la camisa blanca de debajo.
Separamos nuestras bocas por pura falta de aire y fue el momento de preguntártelo.

- Estas segura de esto?...

- ...

No respondiste, giraste la mirada completamente ruborizada hacia un lado. Tu rostro lo decia todo. Sonrei tiernamente e hice mas fuerza con mis brazos que seguían en tu cintura, arrapando nuestros cuerpos y haciendo que nuestros labios rozasen de nuevo.
Nos quedamos un rato asi, mirándonos con los ojos brillantes respirando el mismo aire y con nuestros rostros completamente ruborizados.
Me cogiste el rostro y me besaste de nuevo, bajaste tus manos por mi cuello hasta quedar las dos encima de mis pechos. Me estremecí un poco pero no queria quedarme atras, yo tambien queria demostrarte que podia darte el placer que buscabas.
Subi mis manos que posaban en tu cintura hasta llegar a tu cuello. Empecé a quitarte la corbata y las prendas superiores de tu uniforme. Tu no habias desechado la oportunidad para quitarme la falda y hacer que quedara solo con la camisa blanca desabrochada y mi ropa interior.
Te sonrojaste mucho al verme asi, estaba bien dotada y tu quedaste callada ante eso. Te acaricie la mejilla para que reaccionaras, dandote una de mis mejores sonrisas. Me acariciaste el rostro, sonriendo.
Te habia visto sonreir, tu rostro era mas lindo que el de 1000 angeles juntos, sabia que en el fondo tenias una de las mejores sonrisas que vi nunca. Me volviste a besar, cogiendo mis manos y poniéndomelas en tus caderas.
Terminé de bajarte la falda y tu me quitaste la camisa. Ahora las dos estabamos igual, aunque tu querias mas, se te notaba en tus ojos, Sonrei de nuevo y me quité la parte de arriba de la lencería, quitandote tu tambien la tuya.
Al quitárnoslas te tumbaste de nuevo encima mio, haciendo que nuestras pieles rozaran, de tu boca se escapó el primer gemido y me diste un rostro provocativamente sensual, pero a la vez inocente. Te tapaste la boca con una mano, estabas realmente avergonzada por haber dejado escapar ese sonido.
Suavemente te quité la mano e hice un gesto de negación.

- No hagas eso, quiero oir tu linda voz de nuevo...

No respondiste, pero ahora ya conocia bastante tu rostro y tus gestos como para saber tu respuesta. Posaste tus manos suavemente sobre mis pechos, acariciándolos, de mi boca empezaron a salir pequeños gemidos, sorprendiéndote de lo sensible que podia llegar a ser. Hice un movimiento que hizo cambiar nuestras posiciones, ahora tu debajo de mi. Seguiste con tus movimientos mientras te besaba de nuevo y bajaba una de mis manos por tus caderas, hasta llegar a tu sitio mas preciado.
Nuestras lenguas jugueteaban delicadamente. Nuestros gemidos salian de nuestras bocas como podian, nuestros cuerpos se estremecían cada vez mas.
Empecé a acariciarte suavemente ese sitio aun por encima de la prenda que quedaba. Pasaste de acariciarme los pechos a acariciarme las espalda y apretando levemente mi cabeza, mientras jugabas con mi pelo, para que mi lengua jugara mas con la tuya. La saliva ya salia por las comisuras de tu boca y mi mano ya se hacia paso para empezarte a acariciar mas interiormente.
Al sentir como te bajaba la unica prenda que quedaba en tu cuerpo y como mis dedos empezaban a moverse para entrar en tu cavidad, gritaste.
Paré de golpe.

- Gomen! Te hice daño?!

Pregunté muy preocupada, esperando tu respuesta. Tu rostro estaba completamente sonrojado, mas que tus ojos, gotas de sudor bajaban por tu cuello y me mirabas de reojo, intentando articular alguna palabra.
Esperé a que estuvieras mas descansada y luego te escuché...

- Iie... estoy bien... gomen... no queria... gritar...

- Segura?! Puedo esperar todo el tiempo que haga falta!

- Tranquila, no pasa nada...

Me besaste de nuevo, dándome tranquilidad en ese beso. Mientras te besaba me cojiste la mano y la pusiste en tu entrepierna de nuevo.
Al verte tan segura, volvi a empezar aquello que dejé a medias, te acariciaba suavemente, haciendo que tu cuerpo se acostumbrara a aquella sensación de placer.
Volviste a gemir de nuevo, ahora mas seguidamente. Dijiste que no parase, que lo hiciera mas fuerte, asi que me di paso a entrar en tu cavidad, empezando por un dedo.
Te estremeciste y me susurraste que lo hiciera con dos, estabas muy segura de ti misma y me lo demostraste quitándome la lencería que quedaba y haciendo las mismas acciones que te habia echo yo anteriormente.
En seguida tuviste la mano mojada, la subiste hasta la altura de tu boca y te la relamiste delante de mi, dándome de ti, una faceta que nunca antes habia visto. Esto provocó en mi, unas ganas aun mas grandes de darte todo el placer posible.
Hice lo que me pediste, en sentir los dos dedos te arrapaste a mi en seguida, como si de ello dependiera tu vida. Clavaste tus uñas en mi espalda y dejaste ir el primer orgasmo. De esa linda boca no paraban de salir sonidos que eran musica para mis oidos.
Lo hice lo mas suave posible, haciendo movimientos suaves y pausados hasta que de tu boca solo oí gemidos de placer. Dejaste de arañarme y me miraste con esos ojos carmesí que brillaban como rubies en medio de la noche. Me acariciaste la mejilla con una mano y con la otra la volviste a poner entre mis pechos.
Me abrazaste de nuevo y yo decidi terminar con eso, mas que todo te veia cansada y parecia que lo estabas mucho.
Seguias siendo una chiquilla después de todo.
Dejaste ir el ultimo orgasmo y me miraste con cara sonrojada, note como tus manos caian en la cama y como tus ojos se iban cerrando poco a poco, dejando ir un susurro.

- Te quiero...

Te dormiste profundamente, dándome de ti, la faceta mas tierna, linda, calida y tranquila que habia visto en tu rostro. Con un leve sonrojo te acurrucaste en mi cama como una preciosa neko.
Me levanté de alli y te tapé con la manta de la cama, cogi  sin hacer ruido tu PDA y te hice una foto, la envie a mi PC y luego a mi celular.

*esta sera para mi*

Con el pelo sin recoger aun estabas mas mona, respirando lentamente pero con un compás constante que daba tranquilidad y armonía.
Me di una ducha rapida y me puse una minifalda con una camiseta de tirantes, me senté al suelo y me quedé contemplandote con un rostro de cariño y alegria. Te acaricié la mejilla izquierda y tu me cogiste la mano inconscientemente. Me acerqué a ti y te di un beso en la frente.

“Porque yo siempre seré... tu principe azul.”

Notas finales: Espero que os haya fustado, aunque lo hice con solo media inspiracion en mi cabeza y media hora XDDDDD

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