Miss Rosse reposaba cual damisela desvalida en la cama de Olivert.
Entre sueños se decía a sí misma que había llegado al paraíso, el olor de la colonia de su querido maestro estaba en cada partícula de su ser.
El maestro la llamaba muy preocupado.
El doctor terminaba de examinar su pulso.
En la habitación contigua un grupo de hombres por completo devoto al rubio sostenía una conversación de gran importancia.
- Esa mujer sí que es peligrosa... - decía Danna yendo como una pantera de un lugar otro - ... esto no me gusta nada, en un segundo voy a entrar ahí y mas le vale que esté mal por que sino...
- ¿Quién es? - preguntó Bryan pensativo - ... no me gusta que se acerque así a mi Oli... es una atrevida...
- Se llama Rosse y es la hermana de ese... una persona que se mete donde no la llaman...
- Lo peor - terció lord Eichmann - ... es que tiene aire de víctima inocente, ustedes concordarán conmigo en que mister Olivert es todo un caballero y el jamás abandonaría a una criatura en problemas.
- ahhhhhhhhhhhhhhhh - suspiro general -... será por eso que lo queremos tanto.
Los rivales se lanzaron miradas desconfiadas.
Ditter empezó a mover las manos hacia arriba y hacia abajo.
- Las manos para arriba, las manos para abajo como los gorilas uh uh uh... lalala
El grupo en pleno le prestó especial atención.
- Cierto...
- El único que puede decirnos todo sobre ella...
- ...es el idiota... digo... Ditter...
Los tres le llamaron con gestos amigables como si fuese una mascota.
- Ditter, Ditter, Ditter, ven aquí muchacho.
- ¡Wof! ¡Wof! ¡Wof!
- Buen chico, da la patita...
Bryan lo manejaba como si fuera la seda.
Danna puso los ojos en una línea.
- Se ta da bien eso de amaestrar chicos, hermano-de-Olivert...
- Entrenar ukes es mi pasión...
Le mandó una palmada en el trasero.
- Desgraciado pervertido, vuelve a hacerlo y...
Lord Eichmann anotaba en una libreta con letra gótica "dar palmazo a ukes"
- Ditter... vamos, dinnos algo acerca de tu hermanita...
- ¡Se llama Rosse-chan!
- Ohhh no me digas, inepto - Danna se estaba mortificando.
- ¡Y es mayor que yo!
El alemancito le hizo dos mechones con las manos y haló de ellos.
- ¡Eso ya lo sé, quiero saber qué tan seductora puede ser para mi Olivert!
- En un puerto italiano, al pie de la montaña, vive nuestro amigo Marco... en una humilde morada... se levanta, muy temprano... para ayudaaaaaaar... a su buena mamaaaaaaaaaa
- Eto...
- ¡No te vayas mamaaaaaaaaaaaaaaa!
Lord Eichman tenía una gota al lado de la cabeza.
- Este joven sí que ha hecho boom allí arriba.
- Sin violiencia - dijo Bryan - les voy a mostrar cómo se hace.
Jaló las cortinas oscuras y se las puso sobre los hombros a modo de capa.
El puntero de la pizarra lo colgó en su cintura como espada.
Se echó el castaño cabello a un lado y fue directo hacia Ditter.
- Ohhh mi amada Glicina...
- ¿...? - Ditter permanecía a la expectativa.
- Soy yo... tu fiel caballero, Loegrin, hijo de Parsifal... quien ha cruzado los lejanos mares para volver a ti...
Ditter se puso el mantel como si fuera un delantal largo dando apariencia de vestido de dama.
- Mi amado... - los ojos le brillaban - ... por fin has regresado...
- Sí mi bella, pero... me parece que no podremos estar juntos...
- No, no, no... qué desgracia... y cuál es el obstáculo para nuestra felicidad...
Danna y su padre miraban con la jeta que se les caía la perfecta actuación de ambos.
"Vaya que se lo toman en serio"
- Tu malvada hermana no me acepta...
- Oh... yo hablaré con ella...
- Es inútil - Bryan hizo un gesto dramático - ...a menos que me digas cuál es su comportamiento y la describas por completo.
Ditter entrelazó sus manos con las de Bryan.
- Es dulce, se escandaliza por casi cualquier cosa, odia los bichos y es testaruda cuando algo le gusta, mantiene las buenas costumbres, es culta, quiere casarse con Olivert, su color favorito es el rosa, sus técnicas son: la chica en apuros, la muchacha inocente, y la "espontánea", a pesar que lo intenta cocina muy mal y si la molestas sacarás su demonio interior.
- Oh bien, eso es todo.
Danna y lord Eichmann aplaudían.
- Ha estado muy bueno...
Bryan quería moverse pero Ditter no le dejó.
- No te vayas Loegrin...
Ahora el problema era explicarle que Loegrin no existía.
El doctor entró en la habitación.
- La señorita ha recuperado el conocimiento... ya pueden ustedes entrar...
Los guapos hombres se dirigieron hacia donde estaba Olivert.
- Por cierto... quién va a pagarme.
- Aquí el lord que se pudre en plata...
- ¿Qué?
Bryan lo codeó.
- Cómo cree que se lo agradecerá mi hermano cuando se entere...
El archiduque se imaginó un *chuuuuuuuuuuuuuu de Olivert y empezó a babear mientras sacaba la billetera.
Danna se apresuró a encontrar a su ojiazul.
Rosse descansaba mientras conversaba tranquilamente con el maestro.
- Lamento no haber podido cuidar bien de Ditter, mi hermano lo encontró antes...
- Oh... mr Kenwood, no hay problema, él es así... bueno está un poco... "perturbado", lo peor es que cuando huye no hay manera de saber dónde está ni qué hace, gracias a Dios lo han encontrado ustedes... algunas personas que le vieron en la calle me dijeron que podría estar aquí...
Danna interrumpió la plática.
- Bla, bla, bla señorita metomentodo... le aviso que Olivert Kenwood es mío.
Se colgó del brazo de su amado.
- Danna...
Bryan se agarró la cintura del rubio.
- Nada está dicho aún... por que yo lo he tenido más años que tú...
- Y usted es...
- El verdadero dueño de Oli por supuesto... Bryan Kenwood.
Rosse se sonrojó, también era muy atractivo.
Él esquivó sus ojos con una mirada sexy y un tanto desdeñosa.
- Por si acaso a mi sólo me gustan los hombres... y sobre todo los hombres bellos como Oli...
Lord Eichmann hizo una venia.
- Con su permiso, milady, pero yo contraté a este caballero para mi exclusivo uso y deleite.
Lo cargó de las piernas.
Así cercado por todos los lados, fue levantado y llevado al estudio.
Rosse no podía creer cómo lo apartaban así.
Ditter vino al pie de su cama muy molesto.
- Ni creas que vas a lograr romper mi compromiso con Loegrin... él y yo nos vamos a casar ¡con tu bendición o sin ella!
- ¿Ahhhh?
Se quedó sola en la habitación.
--------------------------------------------------
- ¡Bájenme en este momento!
- Lo soltaron en el sillón.
- Vamos a conversar como personas civilizadas, o lo vamos a intentar.
- Te escuchamos, Oli.
- ¡Yo te escucho! ¡Yo te escucho! ¡Sólo yo!
- Prosiga, mister Kenwood.
- Bien... la señorita Rosse ha tenido una gran impresión, y como me siento responsable por el lamentable espectáculo que ha presenciado en casa y que ustedes siguen realizando con ese terrible comportamiento suyo, entonces he ofrecido ayuda en su recuperación.
Sentían que les estaban llamando la atención y bajaron las orejas como el perro arrepentido.
- Así que mañana temprano nos dirigiremos a la casa de campo, es la propiedad de una antigua tía, hermana de nuestra madre...
- ¡Con la tía-muerte!
- Bryan... no la llames así...le he escrito un telegrama rogándole que nos reciba y me ha respondido afirmativamente.
Danna tenía estrellas en los ojos.
- ¡Kyaaaaaaaaaaaaaaaaa! con Olivert en el campo... ¡Sí! ¡Sí!
- Será una experiencia agradable - el archiduque ya se había autoinvitado.
- Oli al natural... jojojojo me esconderé en la maleza para darle muchos *chuuuuuu
surtidos.
Ditter rebotaba también al ver alegres a los demás.
- Por favor, id a descansar que nos espera un agitado viaje - ordenó Olivert tratando de poner orden en Osten Square.
----------------------------------------------------------
Olivert fue a dar instrucciones a los criados y a acordar el salario de Silent y Violador.
Danna le siguió hasta el descansillo.
- Me porté bien... me estoy portando bien...
Fue acorralado contra la pared.
- Entonces te debo un premio...
El alemancito se puso rojo.
- Yo...
Con la cintura aprisionada y un brazo extendido hacia el cielo, Olivert lo sujetó.
- Gracias por defenderme de esa manera tan apasionada...
- hum... - Danna sentía el rubor deslizándose sobre sus mejillas.
- Sólo lo dije para impresionar a mi papá...
- Oh... no lo creo... fuiste... demasiado intenso...
Se inclinó sobre él para besarlo.
- Olivert... no puedo respirar... yo...
Ese era el rubio volcánico que sólo él conocía.
Que lo hacía temblar con la yema de sus dedos.
Entonces Bryan llegó con Ditter en sus brazos.
- Um... parejita calentona wiiiiiiiiiiii
Olivert y Danna se separaron avergonzados cada uno mirando a un lugar distinto.
- Como te decía, Danna gracias por lo del juicio.
- Cuando quieras... digo... soy tan generoso...
- Nononononono - dijo Bryan moviendo el dedito - ... así no estaban... se los mostraré, venga Ditter, vamos a darles una pequeña muestra
- ¡Alright! Loegrin, yo seré Danna y tú serás Olivert.
Bryan empezó a girar agitando sus cabellos.
- Ohhh soy Olivert el atractivo y violable maestro... ohhh aquí está mi ardiente Danna.
Ditter se trepó sobre él.
- ¡Soy caprichoso! ¡Muy caprichoso! ¡Que le corten la cabeza! ¡Ohhh mi Olivert! ¡ultrájame, soy tuyo...!
Abrazados, Ditter y Bryan rompieron a reír.
Danna y Olivert al verse parodiados se enfadaron.
- ¡Fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
- Vámonos, Ditter, aquí no aprecian nuestro arte...
- Está bien Loegrin... por cierto... ¿dónde está tu barco?
Danna se retiraba a su habitación.
Antes de que suba las escaleras, Olivert lo jaló de la muñeca y lo atrajo una vez más besándolo en la frente.
- Buenas noches, Danna...
- Buenas noches... meine liebe...
-------------------------------------------
Temprano las maletas estaban listas para subir al coche.
Las criadas corrían preparando el desayuno y los hombres de la casa se vestían para ir al campo.
Bryan y lord Eichmann jugaban ajedrez en la sala.
Olivert saludó correctamente.
- Buenos días... qué bien que estén jugando con tanta seriedad.
- Haroooo Oli, es que estamos apostando...
Lord Eichmann jaló a Olivert sobre sus piernas.
- Muy buenos días, mister Kenwood, usted me dará suerte hoy...
- Eto... señor... Adrien por favor...
- Jaque mate - dijo Bryan.
- ¡No puede ser! ¡Me distraje otra vez! su hermano es tan bueno.
- Si se trata de la ropa interior de Oli no perderé jamás.
- De mi... qué
Vio una torre de ropa íntima al lado del asiento del castaño.
- Estamos apostando estos tesoros... pero hasta ahora el lord no me ha podido ganar... jojojo... si se trata del sitio donde anduvo el traserito de mi Oli... eso me tiene que pertenecer...
- ¡Devuélveme mi ropa!
- Si quieres yo te la pongo...
- Noooooooooooooooooooooo