Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

A lo Que llega una Obsesión por Tsuki_747184

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Mi primer drama T-T!!

Inner: buaaa... no me gusta el drama.. T-T

 

A Lo Que Llega Una Obsesión

Una fuerte tormenta azotaba aquel pueblo en medio de la nada. Sus habitantes se encontraban refugiados en sus cómodas casas o los viajeros en algún cómodo hotel. La segunda opción era en parte la situación en la que estaba el elegante Noé del placer.

Se encontraba sentado en un asiento de madera dentro de uno de los cuartos de un pequeño hotel de aquel pueblo. La chimenea a la izquierda del cuarto se encontraba encendida dejando que la habitación a oscuras se iluminara por la luz del fuego y las sombras jugaran en las paredes tomando todo tipo de formas algunas escalofriantes otras no tanto.

El moreno esperaba impaciente la llegada del “dueño” de la habitación, aquel pelirrojo que era el causante de sus más bajos y a la vez placenteros pero frustrantes sueños…

Podría decirse que desde el primer momento que vio al pequeño conejo se sintió encantado con este y las otras veces de su encuentro paso de la admiración y a una obsesión ciega que le había llevado a espiar el menor en cada una de sus misiones. Y fue en una de esas misiones que tomo la decisión de lo que apenas llegara el chico haría.

Recordaba perfectamente ese día, en ese lugar no había inocencia pero si había akuma y eso atrajo a los exorcistas. A aquel lugar acudieron el poseedor de Crown Clown y el aprendiz de Boockman.

Observo su batalla desde las sombras, asegurándose que nada malo le fuera a pasar al pelirrojo. Los dos exorcistas no tuvieron problemas con los Akumas y el se sintió aliviado, pero lastima que todo no es para siempre por que el alivio no le duro en el momento que vio como “su” pelirrojo era “besado” descaradamente por ese estúpido enano.

Ardió en cólera y odio, estuvo tentado a dejarse ver y deshacerse de una vez por todas de aquel maldito que osaba tocar aquellos labios que le pertenecían. Pero no lo hizo trato de mantener la compostura y haciendo acto de todo su auto control regreso al arca donde paso los últimos días planeando que hacer en respuesta a lo que había visto.

Y por fin había encontrado la solución, la respuesta con la que seguramente dejaría a ese maldito moyashi fuera de la vida del pelirrojo.


Paso más o menos una media hora y la puerta de la habitación se abrió silenciosa. Por esta una figura alta y esbelta entraba indiferente a la segunda presencia que se encontraba en aquel lugar. Su cabello rojizo se pegaba a su rostro y goteaba por la fuerte lluvia, su ropa totalmente mojada permitía que el Noé pudiera apreciar por sobre esta el perfecto cuerpo de su obsesión.

Lavi entretenido en sus pensamientos encendió la luz de la habitación. Tan pronto lo hizo sintió como “algo” lo afirmaba fuertemente del cuello como si desease ahorcarlo pero sin implementar la suficiente fuerza. Seguido de este sintió que le afirmaban por la cintura.

Abrió su ojo a todo lo que pudo cuando vio a quien le sujetaba, Tiky en un movimiento rápido y sumamente silencioso se le había acercado y ahora lo sostenía fuertemente dejando ambos cuerpos lo mas pegados que pudieran.

El pelirrojo trato de tomar su martillo pero la mano en su cuello amenazaba con cerrarse en toda su fuerza y dejarle sin respiración. Pudo sentir como la mano en su cintura se movía y se acercaba a su bolsillo sacando de este su martillo y soltándolo en el suelo algo lejos de ambos.

Tiky sonrió victorioso y con malicia, movió su mano hasta poder acariciar las caderas del pelirrojo quien tenso su cuerpo inmediatamente y su mirada esmeralda demostró confusión y cierto temor que cambió rápidamente por una mirada seria.

A pesar de la amenaza en su cuello, alzo la rodilla con fuerza tratando de golpear en el estomago a su captor pero este fue más rápido y en cuanto estuvo a pocos centímetros de lograr su objetivo el mayor ya se había apartado de su cuerpo.

-A si que… deseas jugar rudo –Su sonrisa se volvió retorcida como solo el propietario del “placer de Noé” podría hacerlo.


Aquella habitación fue un silencioso testigo de aquella lucha por parte de ambos enemigos. El uno por querer dominar y el segundo por querer tomar su martillo y a la primera oportunidad descargar el más fuerte golpe que pudiera conseguir, pero sus intentos eran vanos pues si bien era rápido la velocidad del Noé le superaba con creses.

Analizo por un corto segundo la situación y en un pequeño descuido del mayor se lazo hacia el suelo exactamente el punto donde se encontraba su martillo, estuvo a escasos centímetros de alcanzarlo pero el mayor siendo más rápido apreso su mano con la que intentaba darle alcance al martillo con la suela de su zapato con tal fuerza que llego a lastimarle y sacarle un pequeño quejido de sus labios.

Tiky de nueva cuenta le tomo del cuello soltando su mano y alzándole lo suficiente como para que los pies del pelirrojo no tocaran el suelo, este solamente pudo optar por tomar con ambas manos el brazo del moreno.

-S-suéltame… -Se le dificultaba hablar por la mano que apresaba su cuello con fuerza y llegaba a ahogarlo un poco.

En respuesta a su pedido solo obtuvo una sonrisa cínica del mayor –Claro… -Hablo en un tono casi amable sin perder la elegancia en sus palabras, con fuerza lanzo al pelirrojo a la cama quien al no poder caer bien se golpeo un poco en la cabeza contra la cabecera de la cama, golpe que causo que por un momento su cuerpo no le reaccionara correctamente.


Cuando intento reaccionar ya tenía al moreno encima de él apresándole del cuello para que no pudiera moverse y sonrisa cínica aun no dejaba su rostro.

-Es hora de jugar… Lavi-kun… -Susurro aquellas palabras con un deje de lujuria que no se molesto en ocultar. Con su mano libre prácticamente arranco el cinturón de los pantalones del pelirrojo. Soltó el cuello del menor por un corto instante, instante en el cual había apresado ambas muñecas de este y que ahora ataba con gran fuerza a la cabecera de la cama ayudándose del cinturón del joven exorcista.

Su mirada esmeralda se lleno de terror y pánico ante este hecho, se removió con desespero y con fuerza pero no pudo soltar sus manos y solo consiguió que se cortase contra el metal del cinturón.

Tiky sonrió complacido, con una de sus manos apreso el rostro del conejo y la otra la dirigió a su cintura acariciándola con lascivia. –Vamos a divertirnos mucho –Al decir esto acerco su rostro al contrario apreso esos labios en un beso fuerte y demandante, pero en lo que duro el beso no se vio correspondido por el contrario el menor hacia todo lo posible por romper ese beso.

Este acto lleno de furia al moreno quien en represaría mordió con fuerza el labio inferior de la boca ajena, causando que sangrara y sacando un quejido del menor. Aprovecho que este había abierto la boca para profundizar más el beso y adentrar su lengua en aquella deliciosa cavidad. Lamio el paladar contrario y su lengua acaricio la contraria con gula.

Al separarse para tomar aire sus bocas quedaron unidas por un hilillo de saliva. El mayor jadeo excitado sonriendo triunfante pero Lavi muy al contrario le miro aterrado y jadeando por tratar de recuperar el ritmo normal de su respiración comenzó a moverse, y a patalear tratando de quitarse de encima al moreno.

De nuevo la ira segó su mente y el recuerdo de aquel “beso” entre su conejo y el otro exorcista hizo que su mirada se tornara cruel. Golpeo el rostro del pelirrojo con tal fuerza que le partió el labio y dejo su rostro ladeado por la fuerza del impacto.

Lavi tardo unos segundos en reaccionar a aquel golpe y lo hizo en el momento en que el mayor tomo su mentón con fuerza llegando a lastimarle.

-Si no quieres otro golpe… tendrás que quedarte quieto –Sonrió cruelmente al decir estas apalabras, lamio los labios contrarios degustando el sabor metálico de la sangre en estos.

El pelirrojo cerro fuertemente su ojo, tenía miedo de lo que su mente le decía que aquel sujeto le haría, deseaba irse, salir corriendo de ese lugar y refugiarse en cualquier otro lado, pero eso era algo que se quedo en simples deseos.

La lengua del moreno lamio los labios ajenos y toda la extensión del cuello, mordiendo este con nada de cuidado sacándole quejidos y dejándole profundas marcas. Sus manos se unieron a aquel “juego”, recorriendo con lujuria el cuerpo del exorcista, acariciando este por debajo de la ropa y golpeando su rostro en cuanto Lavi comenzaba a patalear para quitárselo de encima.


Un nuevo golpe seco resonó en el cuarto, el menor tenía el rostro lleno de marcas de cada golpe y de sus labios el liquido de vida emanaba abundantemente, sus ojos vidriosos por el llanto que amenazaba con salir miraban con terrible terror al moreno que solamente sonreía retorcidamente, aquella imagen… nunca imagino que una imagen así pudiera ser tan excitante.

Sin demora desgarro el abrigo de exorcista y a este le siguió la camisa que debajo llevaba el pelirrojo. Acarició su pecho con sus manos con palpable lujuria hasta detenerse en los pezones los cuales apretó y araño con fuerza sacándole más quejidos al menor. Pero no se detuvo ahí aun acariciando aquel pecho de blanco inmaculado, lamio este por igual con gula como si se tratase del mejor de los dulces.

-¡No… ahh… detente…! –Sus peticiones eran entrecortadas ya que por más que no desease aquello no podía evitar que algunos gemidos escaparan de su boca y más aun cuando la lengua ajena comenzó a jugar con uno de sus pezones.

Tiky hizo oídos sordos a la petición del menor, se separo de este mirándole con deseo comenzó a quitarse la ropa, haciendo que el corazón del Lavi latiera sumamente rápido en señal del terror que sentía.

No supo como, no le importaba saberlo pero de tanto moverse logro propinarle una patada con toda su fuerza en el costado al moreno que logro tirarlo de la cama. Un error muy grave que pagaría con creses.

El moreno se levanto del suelo con un leve quejido, miro con ira al pelirrojo en la cama y de nueva cuenta volvió a subirse encima de este, de nueva cuenta le golpeo el rostro lamiendo luego la sangre que había quedado en su puño.

-Eres un conejo demasiado inquieto, vas a tener que aprender a quedarte quieto… -De nuevo aquella sonrisa que hacía que al menor se le helara la sangre. El mayor invoco a sus Teasse y dejo que aquellas mariposas negras atacaran en pecho inmaculado del pelirrojo.

El menor se removió con fuerza tratando de apartar los golems de su cuerpo, si bien no le produjeron ninguna herida grave, cada herida que le hacían sangraba y dolía horrores. El pelirrojo se quejaba, pedía y suplicaba que se detuviera y algunas lágrimas fugitivas de dolor comenzaron a recorrer su rostro.

Tiky sonrió, uno de sus placeres era el dolor que podía provocarle a los otros y eso no cambiaba por ser el conejo de quien se tratara esta vez. Con un chasquido de sus dedos los Teasse se apartaron del cuerpo de Lavi. Su pecho blanco inmaculado ahora se manchaba del tinte carmesí que era su propia sangre.

-Detente… por favor… suéltame, déjame ir… -Suplico con la voz quebrada por el miedo y por algunos sollozos que no podía reprimir.

-¿Dejarte ir?... pero Lavi… si apenas hemos comenzado… -Se inclino hasta dejar su rostro cerca del pecho del pelirrojo, lamiéndolo, succionando en cada una de las heridas que sus queridas “mascotas” habían provocado. El menor jadeaba y se quejaba le dolía horrores todo lo que le hacía.


Pasados unos minutos, ya se había cansado de los juegos preliminares y la tela del pantalón comenzaba a resultarle lo más estorboso para ese momento. Se separo del menor y termino de desnudarle ante sus ojos dejando su pantalón hecho jirones en alguna parte del cuarto e igualmente hizo lo mismo con su ropa.

Lavi lo observaba con el terror palpable en su rostro, su cuerpo comenzó a temblar violentamente y el llanto aumento. Observo alrededor del mayor, las mariposas seguían a su lado pendientes… esperando tan solo una pequeña orden de su dueño para atacarle de nueva cuenta.

-Es hora de que llevemos este juego al segundo nivel –Sonrió cínicamente, aun y contra su voluntad flexiono las piernas del menor acomodándose en medio de estas y sin ningún miramiento le penetro con tal fuerza que tan pronto estar dentro de aquella virginal entrada sintió la sangre recorrer su miembro.

-¡¡¡¡¡¡¡AHHHH!!!!!!! –Aquel grito de inconfundible dolor retumbo contra las paredes del cuarto. El llanto más intenso que antes baño su rostro en saladas lágrimas.

El mayor no contento con esto comenzó a embestirle, con fuerza y sin miramientos llegando hasta lo más profundo del cuerpo bajo suyo…

El dolor se le hizo tan intenso, que el llanto junto con sus ruegos y los gemidos de dolor que dejaba salir ante cada embestida hicieron del simple hecho de respirar la tarea más terrible que en su vida haya podido lograr.

Por el contrario el moreno estaba ajeno a todo ruego que el pelirrojo le hiciese, lo penetraba con tal fuerza e intensidad que pareciese como si desease partirle en dos y mientras hacía esto araña las blancas caderas y los perlados muslos en sudor dejando su marca en aquel cuerpo, dando a saber que ese chico solo le pertenecía a él… a él y a nadie más.


Las llamas de la chimenea permitieron que la sombra de ambos cuerpos se reflejara en total claridad contra la pared, haciendo más visible el terrible hecho que acontecía en aquel cuarto.

Pronto se le dificulto tanto respirar que llego a perder el conocimiento, pero a pesar de esto las lágrimas no dejaron de circular su rostro y su tortura tampoco termino hasta que el moreno pudo llegar a la cúspide del placer, derramando su esencia en aquella tan lastimada entrada.

Salió del menor sin nada de cuidado, bajo de la cama y comenzó a buscar sus ropas. Con calma se vistió y organizo como si aquel terrible mal que había hecho nunca hubiera ocurrido.

Se acerco al menor y acaricio su rostro con ternura que no llego a demostrar en ningún momento.

-Lamento esto mi pequeño pero debías de saber eres solo mío –Su voz fue sutil casi un murmullo, desato las manos del pelirrojo noto que estas también habían quedado marcas, le recostó bien en la cama y cubrió su cuerpo con la sabanas caídas.

Como un fantasma, salió del pequeño hotel sin ser notado para ver como ya había amanecido pero el día se encontraba gris, opaco y totalmente triste como si el cielo se arrepintiera por lo que el había hecho.

Pero él nunca supo en su totalidad el daño que había provocado a el joven exorcista pues este después de ser sacado de aquel cuarto no pudo volver a sonreír pues con aquel acto del moreno fue como si toda la alegría que alguna vez tuvo el pelirrojo se esfumara como el humo en el viento.

De igual modo el moreno no era el mismo pues no aceptaba lo que su corazón gritaba con tanto ahínco. Gritaba la verdad que en aquel momento ese beso entre ambos exorcistas nunca había llegado pues solamente habían quedado muy cercanos. Pero en aquel momento su ojos vieron lo que sus celos gritaron y no lo en verdad había sido

Es tan triste ver a lo que es capaz de llegar una obsesión… Dañar de tal modo a lo único que da sentido a nuestras vidas, es lo más infame que podemos llegar a cometer... 

Notas finales: Comenten!!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).