Un día normal para muchos en la academia Cross, la tarde comenzaba y tanto Yuuki como Zero ya estaban en guardia, vigilando que la clase diurna y la nocturna no se mezclasen.
-Zero!!! Ayudame!!- decía Yuuki empujando a los estudiantes que luchaban por avanzar. Entre sus gritos de falso amor y deseo, se oía como el gran portón abría para darle paso a los estudiantes de uniforme blanco.
Pronto, entre el kaos, Yuuki se vio empujada contra Kaname el cual avanzaba con el resto de su clase
-Gomene, Kaname Sempai- contesto la chica tímidamente, mientras este le sonreía
-Tzk.. –se alcanzo a oír la queja de Zero, que llamo la atención de muchos, en especial de cierto vampiro
-¿pasa algo Zero?- nadie se dio cuenta, ni el propio peliblanco, hasta sentir su respiración y el frio de su cuerpo cerca
-no.. nada..-
-seguro?- se notaba la insistencia de aquel vampiro, que tomándole la barbilla le susurro al oído –si quieres, podemos hablar luego-
….
Ya bajo los destellos de la Luna, escondido entre la maleza estaba Zero, deseoso, temerosos aunque lo negara, por ver a aquel vampiro que jamás le prestaba atención, solo burla.
-me extrañaste?- una voz familiar lo despertó de su trance
-Ka.. Kaname-la verdad es que no esperaba encontrárselo – viniste
-claro, ¿Por qué no lo haría? Después de todo- dio pasos que parecían invisibles hasta terminar junto al peliblanco –has sido tú el que me ha llamado
La respiración de Zero se tenso, para ser calmada mientras Kaname tomaba sus labios con los propios.
El beso se prolongo, pues Zero cedió al beso que termino como un francés para morir en su cuello
-Ka.. Kaname.. esto.. no esta bien… tu.. y Yuki..- le costaba hablar, siempre había deseado sentir sus labios, y su pura presencia lo excitaba complicándole el haba
-Shh…- tras un leve susurro, sus labios volvieron a escurrirse por el cuello de Zero, lamiéndolo y oliéndolo, dejando suaves marcas con sus dientes, de un intento por morder.
Mientras, la cabeza de Zero se tornaba blanca en una duda de cómo actuar ¿besar? ¿Resistirse? ¿y Yuki? Al final su cuerpo cedió, tomando el rostro de Kaname entre sus manos y atrayéndolo para besarlo –sabes.. Siempre te ame-
-lo se- termino por decir Kaname, para fundirse en aquel beso, donde sus lenguas se volvieron una, así como ese sentimiento que se había mantenido oculto en la noche.
Lentamente, Kaname empezó a mover a Zero sin soltara hasta recargarlo en un árbol, obligándolo a abrir sus piernas poniendo la suya en medio –ahhhmm- un leve gemido broto de os labios de Zero, aun dentro del beso.
-que pasa mi pequeño nivel E, ¿es que no resistes?- la burla se notaba en Kaname, que solo provocaba al pobre Zero, tratando de despertar su instinto. Pronto, comenzó a deslizar las mangas de su camisa..
Zero, por su parte, rasguñaba el tronco del árbol, buscando en que sostenerse y fuerza para no gritar, La mano de Kaname, dejando sus hombros para deslizarse entre ambos y rozar la entrepierna de Zero, aplicando preció sobre aquella parte tan sensible
-mmmh- Zero se negaba admitir lo mucho que l gustaba, al final las sensaciones fueron demasiado, y lo que comenzó como su beso, termino en lo que mejor saben hacer los vampiros: Los dientes de Zero destilaban sangre del cuello de Kaname, que solo cerraba sus dientes, mirando al cielo y disfrutando de aquellas sensaciones.
Tras varios besos que terminaron en mordidas y sangre, el ruido de una voz lejana término por separarlos
-Adios mi hermoso E- no caigas y no bebas la sangre nadie más- la despedida de Kaname fue corta, pero del tamaño suficiente como para volver a Zero a su estado normal. Kaname, tomo su barbilla alzándola para seguir hablando- si no, eso que tanto aprecias dejara de ser tuyo.
Pronto aquella voz lejana se convirtió en varias cercanas obligando a Zero a reaccionar y vestirse rápido, no quería que lo encontraran así…