*-Hace 1 día -*
La familia Kunimitsu era la más prestigiosa de las familias del Reino de Okinawa. Aiko Kunimitsu era una mujer alta, delgada, y con una expresión muy tranquila y simpática. Tenía un toque divertido muy natural, por lo que era la persona con más confianza en el castillo. Yano Kunimitsu era también delgado, aunque no tan alto como su esposa. Tenía unos lentes ovalados, y detrás de ese marco se veían unos ojos fugaces como los de un águila... Ellos sólo tenían un hijo: Tezuka Kunimitsu. Él era el calco de su padre Yano, alto, delgado, con lentes, y una expresión fría en sus ojos, siempre serio, aparentaba más edad de la que tenía. Dentro de 2 meses cumpliría 18 años... Aunque por su semblante, muchos del pueblo decían que tenía un mínimo de 26 años... Todo el reino estaba confiado en que Tezuka sería un gran rey, que tomaría decisiones que serían favorables para todos...
-Iré a dar una vuelta por el bosque, no, quiero ir solo- Dijo Tezuka, rechazando a sus guardias, y comienza a caminar tranquila y apaciblemente por un sendero de empedrado camino al bosque...- Cada día pienso en ti... Debo estar volviéndome loco... Debo dejar de pensar en eso, y comenzar a buscar a la doncella que se casará conmigo...Pero...- Se repetía a sí mismo el príncipe- Dios! ¿Por qué me haces esto? ¿Acaso yo merezco este sufrimiento?- Se lamentó Tezuka, golpeando un árbol- Syusuke... ¿Sentirás lo mismo que yo siento por ti?- Preguntó en voz alta, observando el inmenso sol entre los árboles... Quedó vagando por sus pensamientos un rato largo, sentado en las raíces de un árbol, a punto de quedarse dormido...
Él y Syusuke se conocían desde pequeños, mientras el reino de Naha estaba en peligro, Syusuke se refugió en el castillo de la familia Kunimitsu, la pasaban todo el tiempo los dos juntos... Todos esos años unidos, poco a poco Tezuka los fue recordando... Syusuke fue el único capaz de sacar una sonrisa de su rostro reiteradas veces, cosa que nadie había logrado en él. Se podría decir que Syusuke transformaba a Tezuka cada vez que se encontraban...
-Syu...suke- Dijo un Tezuka medio somniolento, abriendo los ojos...
-Jajaja, parece que el principito se ha despertado de su sueño con el apuesto príncipe Syusuke- Rió alguien que definitivamente no era Syusuke. Tezuka, sobresaltado, abre los ojos por completo, y vislumbra la figura de alguien corpulento, con ropas desarregladas
-Un... bárbaro...- Susurró Tezuka
-Vaya vaya, al parecer la realeza nos conoce, Kuro- Dijo otra figura
-Callate, Akarumi- Dijo Kuro- Su reino ayudó a Naha a derrotar a nuestros padres en la Rebelión-
-¿Qué quieren?- Preguntó Tezuka de mal modo, enfrentando a los bárbaros
-Eres muy desubicado, pero ya que estás aquí solo, sin guardias, te daré una sorpresa... AHORA, MICHIRU!- Gritó Kuro, y Michiru aparece detrás de Tezuka, y le pone un pañuelo con alguna especie de veneno para que Tezuka se desmayara, cayendo en brazos de Michiru- Jajaja, ahora vamos a ver, principito lindo- Se burló Kuro, y emprende camino junto a sus compañeros al reino de Ie- Jima...
*-En el castillo de la familia Kunimitsu-*
Eran las 22.00 hs, y Tezuka todavía no llegaba...
-Cielo, estoy preocupada, Tezuka nunca llega tarde a la cena ¿Estará bien?- Dice Aiko a su esposo
-¿Acaso los guardias no saben a donde fue?- Pregunta Yano a uno de los guardias allí presentes, quien dice:
-El príncipe Tezuka fue a dar un paseo por el bosque fronterizo, y tomó la decisión de no ir acompañado-
-¡ALTEZA! ¡ALTEZA! UN... UNA NOTA PARA USTED!- Dijo un guardia que llegaba corriendo al gran Salón con un pergamino en la mano. Se la entrega a Yano, y se podía ver en él la misma facción dura y decidida pero, esta vez, con un dejo de tristeza...
-Han secuestrado a Tezuka... Los bárbaros- recitó el Rey en un susurro apenas percibido
-Oh Dios, mi hijo- Sollozó Aiko en el suelo
-No te preocupes querida, lo rescatarán- Dijo Yano seguro de lo que decía, y comienza a escribir rápidamente una carta con las mismas instrucciones que le habían dicho...- Envíen esto al reino de Naha. Él es nuestra única esperanza...- Dijo, entrelazando sus manos y poniendo una cara extraña, de seriedad, pensamiento, y melancolía... En la sala solo se oían los llantos de Aiko Kunimitsu...
-¡Rápido! Envíen una carta al Reino de Naha, han secuestrado al príncipe- Dijo el jefe de los guardias rápidamente, y un par de guardias fueron al lechucero para enviar una lechuza al Reino de Naha.
La noticia de que el príncipe Tezuka había sido secuestrado se esparció rápidamente por el pueblo, solo abundaban caras de tristeza...
Mientras tanto, en el castillo, el Rey Yano y la Reina Aiko aguardaban la respuesta del reino de Naha, cuya carta debería llegar al día siguiente... Solo eso podían hacer: Esperar. Ellos no podían hacer nada, la carta recibida anteriormente estaba tan clara como el agua... Solamente una persona en especial estaría destinada a salvar la vida del príncipe Tezuka y, también, salvar al reino entero, ya que tarde o temprano, los actuales reyes debían de abandonar su trono... Su único hijo, el único heredero al trono secuestrado, y su vida dependía de esa persona que el rey Yano eligió para rescatar a su hijo...
*-En el reino de Naha-*
-En la sala de reuniones del castillo-
-Le ha llegado una nota del reino de Okinawa, señor-
-Adelante, léela-
-"A su Majestad Kaito Fuji, rey de Naha. El príncipe de Okinawa ha sido secuestrado por los bárbaros del reino de Okinawa. Solicitamos, por medio de esta carta, su ayuda para emprender la búsqueda del príncipe. Los bárbaros nos han dejado una nota, diciendo que el príncipe tenía que ser salvado por otro príncipe, cuyo corazón sea puro como la nieve... Por favor, necesitamos su ayuda, el reino de Okinawa estará sin heredero al trono si no se encuentra al príncipe.
Desde ya, muchas gracias...
Yano Kunimitsu
Rey de Okinawa
-¿Qué han secuestrado al príncipe de Okinawa? El único heredero al trono... Bueno... Okinawa siempre fue nuestro aliado, lo menos que podemos hacer es brindarle ayuda, pero... Syusuke... Ni siquiera tiene 18 años... Es mucho peligro para él...-
-Disculpe la interrupción, señor, pero permítame recordarle que el reino de Okinawa nos ayudó contra la Rebelión de los bárbaros hace 15 años-
-Sí... Tienes razón... Esta noche lo hablaré con la familia- Dijo el rey, exhausto y preocupado...- Syusuke... Tú... ¿Estarás dispuesto?...- Se preguntaba Kaito una y otra vez en vos alta, recorriendo su cuarto, pensativo...
Él tenía muchas cosas en su mente... el Reino de Okinawa los había ayudado hace 15 años en una de las mayores guerras de estos tiempos contra los bárbaros, donde pudieron, gracias a ellos, continuar con su mandato en el reino...
Por otra parte, el mismo Tezuka se había ofrecido de cuidar a Syusuke mientras la guerra se llevaba a cabo... Syusuke de pequeño siempre necesitó la compañía y ayuda de Tezuka... Y ahora Syusuke podría devolverle el favor que Tezuka había hecho: Tezuka era quien hoy en día necesitaba la compañía y ayuda de Syusuke... Y ese era el problema y el miedo que habitaba en el interior de Kaito... Syusuke
Por un lado, si aceptaba ir, corría el riesgo de morir a manos de los bárbaros, sin haber podido haber hecho algo por el reino... En cambio, si no aceptaba ir, la alianza entre ambos reinos se rompería, y esa sería la oportunidad perfecta para que los bárbaros volvieran al ataque, para conquistar Okinawa, ya que las defensas del reino eran débiles y podrían ser invadidos... Aunque luego de pensarlo, nada dependía de él, Kaito, sino de Syusuke: ir o no ir dependía de Syusuke... Salvar o no al príncipe también... Todo el peso del secuestro de Tezuka fue a parar en los hombros de Syusuke... El destino de dos reinos estaba en juego, y dependían de un chico de 17 años. Finalmente se hicieron las 10 de la noche, pronto la cena estaría lista, era ahora o nunca, le tendría que decir a Syusuke lo ocurrido, luego, todo era decisión de él...
continuara