Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Chat Noir por AvengerWalker

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

El final

Disfrúteeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeen xD~

Milo se encontraba en su habitación, ordenando la ropa en el clóset.

Estaba algo preocupado, pues apenas había ingresado al hotel, le habían llamado al móvil con urgencia.

En 2 días debía estar en Grecia nuevamente.

Suspiró y bastante frustrado chocó su cabeza contra la pared, en un intento de perder la memoria y olvidarlo.

¿Porqué tenía que pasarle eso justo cuando se había enamorado?

Saga era quien le había llamado y, además de contarle que pronto se casaría con Mu, le chillaba preocupado que había un cliente que necesitaba de su ayuda.

En todos los idiomas existentes en el planeta, Milo había intentado hacerle entender que no volvería, ya que había conocido a alguien especial.

Saga, del otro lado de la línea, se había lamentado y había cortado, dando a entender que si no regresaba en 2 días, mandaría a Kanon a buscarlo. Y eso no le convenía para nada.

Pensó al instante en Camus, en su sonrisa, en su perfume, en sus ojos y en cada movimiento. En sus labios abriendose y cerrandose. 

En aquél especial mediodía que había compartido.

Se había aferrado en unas pocas horas al menor, y el no lo sabía, pero Camus también se había aferrado a el.

Ambos sentían algo hacia el otro, y lo reconocieron cuando Milo besó al francés.

Ya tenía ganas de probar aquellos carnosos y rosados labios.

Se lanzó en la cama y entrecerró los ojos, recordando el sabor de aquél exquisito beso, recordando la fragilidad de su piel, la textura, la suavidad..

Sintió como algo comenzaba a reaccionar.

Supo que si dejaba de pensar en el , quizás se calmaría, pero simplemente no podía.

Se desabrochó el jean y dirigió su mano dentro de la ropa interior, tomando su miembro.

Comenzó a jalarlo un poco, masajeandolo con fuerza soltando leves y bajos gemidos, mientras susurraba el nombre de Camus a cada momento y se entregaba al placer que el mismo se estaba proporcionando.

-Oh Camus...camus...no sabes las infinitas ganas que tengo de tenerte entre mis brazos...de hacerte mío..de librar de esa hermosa y dulce boca tuya gemidos de amor..de besarte..besarte hasta dejarte sin aliento..vivir toda mi vida junto a ti sin separarme en ningún instante..ohhhh..Camus!!-gritó finalmente lanzando su liquido blanco en su mano.

Se dirigió al baño y se limpió como pudo, ayudandose de papel higiénico y claro, agua.

Regreso a pasos lentos hacia la cama y se tiró allí, esta vez con intenciones de dormir y no masturbandose pensando en el menor.

 

 

Ya eran las cinco de la tarde cuando Milo despertó de su siesta.

Se cambió, se duchó y cuando hubo terminado su aseo, eran las 6 y media.

Tomó un taxi nuevamente, el cual lo dejó en Champs Elysées, la avenida más lujosa del mundo.

Estaba situada en pleno corazón de París y tenía aproximadamente dos kilometros de largo.

Había varias tiendas de ropa, muchos restaurantes y los bares más lindos.

El aire frío azotaba el rostro de Milo, moviendole los rizos mojados.

Esto le causaba más frío, y sin dudarlo, también podía darle fiebre, pero no le importaba.

A el le importaba Camus, y aquél frío de Francia no hacía más que hacerle recordar a el.

Se negó a comenzar a entrar en detalles acerca de la fisonomía del francés porque no quería tener una nueva erección, menos frente a todo el mundo y muchísimo menos si no estaba él para calmarla.

Suspiró y se entretuvo bastante con las tiendas, joyerías, bares y locales de ropa de allí.

Regresó al hotel a las 8, justo para poder cenar.

En la entrada, no obstante, se encontró con una muy agradable sorpresa.

Camus se encontraba literalmente cubierto por buzos, guantes y bufanda devido al frío que comenzaba a aumentar de intensidad.

Ambos se sonrieron automáticamente al verse.

Al parecer, Milo le tenía mucha confianza a Camus y esta era correspondida, ya que lo saludó con un beso en los labios que el menor correspondió gustoso.

Camus le recomendó un buen lugar para cenar, por lo cual fueron allí.

La Coupole es un monumento de Paris porque todas las personalidades famosas han almorzado o cenado allí,localizado en el mismo corazón de Montparnasse.

Su sala es una de las más grande de Paris, y se podían comer en aquel lugar tanto ostras como su famoso tartare.

La cena pasó lentamente, entre risas.

Milo le contaba a Camus cada cosa que hacía su mejor amigo Saga para intentar que el carnero de Mu le prestara atención, pero el pelilila parecía ser tan despistado que ni lo miraba, aunque el griego aseguró, por lo bajo, que el ariano no le despegaba la vista.

Enumeró y contó todos los episodios divertidos que Saga había pasado intentando llamar la atención del pelilila, los cuales hicieron reir todos y cada uno de ellos al francés.

Cuando terminaron, Milo dejó la paga y se dirigió al hotel, en donde invitó a su amigo a pasar.

Eran aproximadamente las 10 de la noche, y Camus se encontraba sentado en la cama del griego.

Cuando Milo salió del baño, el francés pudo notarlo algo preocupado.

De echo, a lo largo de la noche, a pesar de que había concurrido todo sin echos paranormales (?) notó que Milo no estaba como el día anterior.

¿O el día anterior no estaba como siempre?

-¿Qué te sucede, Milo? -preguntó el francés con curiosidad y con un tono que daba a entender que exigía saber la verdad, y no lo dejaría en paz hasta saberlo.

Milo se había involucrado mucho con el menor, y, lejos de lamentarlo, estaba feliz de ello, pero ahora sufría.

-Camus...te amo...te amo con toda mi alma..-admitió mientras el otro se ruborizaba ante cada palabra.- tengo..unas ganas tremendas de hacerte el amor..de marcarte como mio..de explotar dentro tuyo y darte a conocer todo lo que siento por tí..de..explorar tus orbes sin interrupcion..de fucionarme contigo..de besar tu piel sin cansancio..de..oler tus cabellos y tu aroma.-terminó suspirando derrotado.

-Yo..también te amo Milo..-fué lo unico que dijo Camus, feliz de que al final las cosas quedaran claras entre ambos.

-Mañana regreso a Grecia..

El francés se detuvo. Se había acercado para besar sus labios, pero al escuchar esto, se alejó.

Los ojos se llenaron de lágrimas y de su boca se escapo un lento y largo gemido de dolor.

-¿Porqué?...-sollozó el menor.

Milo se acercó y rodeo las caderas del menor con sus brazos, aferrandole así.

Buscó sus labios y, al encontrarlos, los besó.

El menor mordió su labio inferior, dandole a transmitir todo el deseo y el amor que sentía.

Impaciente, pasó de besar vertical y horizontalmente sus labios hasta descubrir su cuello, lanzando lejos aquella bufanda.

Llenó sus cuellos de caricias sinceras y de húmedos besos, para luego arrojar en un arrebato de pasión al menor hacia la cama.

Se colocó sobre el y rozó su evidente erección contra la entrepierna del francés, quien gimió complacido.

Volviendo a besar sus labios, Milo introdujo su lengua en la cavidad oral de Camus, quien aceptó con media sonrisa su lengua.

-Quiero que sea nuestra noche..-susurró luego de separarse a tomar aire Milo en su oído.

Camus gimió en señal de asentimiento, y soltó un pequeño grito cuando sintió las manos de Milo que, muy habilmente, se habían arreglado para quitarle la ropa.

Sintió algo de frío, por lo cual se aferró al cuerpo ardiente del griego, quien se encontraba sin camisa, en cuero.

Tenía unos increíbles pectorales bien marcados, y sus brazos eran tan fuertes que el francés aseguró que con ellos podía levantar la cama con el ensima.

Besó sus musculos, bajo la mirada curiosa de Milo, y luego apoyó sus labios contra los del peliazul.

Sintió como algo envolvía lentamente su cálido y humedo miembro y lo agitaba con velocidad pero sutileza, haciendole gemir bajo su cuerpo y entre las sabanas.

Supo que debía controlarse en cuanto a los gemidos, pues si alguien subía a ver que ocurría estaban fritos.

-¡Ohh..ohhh Milo ahhh!

Milo continuó bajando y subiendo los besos, mientras que las caricias a su miembro se hacían tan fuertes que liberó su sustancia en la mano.

Bajo la mirada expectante del francés, Milo se relamió los labios seductoramente, mientras lo veía curioso.

El francés, ya tomando algo de iniciativa, se volteó y, con toda la fuerza que tenía, logró quedar sobre el griego, a quien le quito los pantalones y los mandó a volar.

Se ruborizó enormemente al descubrir la palpitante y enorme erección de su ahora amante, por lo cual no le hizo esperar más y engulló orgulloso aquel pedazo caliente.

-¡Mmh ahh Camus! -soltó cuando su lengua comenzó a acariciar y humedecer el largo de su miembro.

Undió sus manos en los cabellos celestes del menor, acariciandole casi con fuerza.

Lo apartó unos instantes luego, pues no era de aquella manera como quería venirse.

Se giró, quedando nuevamente el griego sobre el francés, quien comenzó a frotar su nueva erección contra la del mayor.

De una arremetida lenta y suave, se introdujo dentro de la cavidad estrecha del menor, arrancandole un gemido y un bajo sollozo.

-Shh..tranquilo amor..tranquilo..-ronroneó meloso en su oído, acariciando su miembro para distraerlo.

Milo comenzó un vaivén lento y suave, mientras sus manos cumplían su más grande deseo: conocer todos los rincones del cuerpo del francés.

Siendo así, sus manos pasaron por sus pezones, los cuales acaricio hasta dejarlos completamente erectos y bajo hacia sus testiculos, los cuales acaricio con fuerza, haciendo estremecer al menor.

-Mmm...muevete..porfavor..-rogó el menor moviendo más rapidamente sus caderas, a lo cual Milo contestó con un gemido ronco.

Sus manos pasaron a su cintura, empujando a Camus un poco hacia delante y hacia atrás, podiendo facilitar así la penetración.

Estando Camus en cuatro, levantó un poco las piernas y las colocó alrededor de la cintura de Milo con algo de dificultad pero con ayuda de sus manos.

Su pene comenzó a entrar y salir de entre sus nalgas, adentrándose nuevamente para sentir la carne de Camus apresar su miembro y jalarle, por lo cual mordía los labios constantemente para evitar gemir y darse a conocer al mundo.

-Ohh..M-milo más..! porfavor..ahh!

Sin darse a rogar, comenzó a moverse con fieresa, ingresando y saliendo de él con rapidez, llegando lo máximo que podía dentro de Camus.

Descubrió el punto en el cual lo hacía vibrar y, victorioso, ingresó violentamente varias veces hasta llegar a ese punto, haciendo gemir más alto al francés.

Comenzo a masajear su miembro al ritmo de las embestidas pero sin causarle daño.

 

-Ohhh ahh M-milo me vengoo..ahh Miloo!!!-gimió al venirse en su mano.

-Mmmhh..solo...ahhh espera..mmmhh oohhh Camus!!!!-gimió a su vez el griego al venirse dentro de el.

 

El francés sintió como un líquido se adentraba en su interior, lo cual le parecía una sensación tierna (?) y demás excitante.

Cayó en los brazos del griego, en donde se quedó quieto y callado hasta recomponer la respiración.

-Te amo Cami..-susurró con voz sensual Milo en su oído.-

-Te amo..Chat Noir..-dijo en cambio Camus, mirandole con una sonrisa.

 

Milo sonrió al notar el significado de la palabra, por lo cual despeinó amorosamente los cabellos del menor, entregandose ambos al sueño que los dominaba.

 

 

 

 

Cuando despertó al mediodía, lo primero que hizo fué mirar a su lado.

Pero ¡Oh Sorpresa! Su Camie no estaba.

Gimió a modo de protesta, consciente de que si la madre del francés se enteraba de que Milo le había echo el amor hasta el cansancio, lo echarían a patadas de París.

Eso le hizo gemir nuevamente.

¡Ese día tenía que regresar a Grecia!

Pronto, se le vino a la cabeza que quizás Camus no se fué por su madre ni por su familia, si no porque le causaba un inmenso dolor tener que despedirse de el.

El también odiaba las despedidas, pero para él, Camus era especial, único..

 

 

 

En el aeropuerto , compró los boletos al vuelo más próximo, el cual era a las 9 de la noche.

-"Genial..el más próximo y es en un par de horas..menuda mierda", pensó el griego.

Se despidió simpáticamente del vendedor y se alejó.

Supo que no podía quedarse todas esas horas en el aeropuerto esperando que llegue su avión, ya que aún faltaba demasiado.

Como le fué posible, se distrajo en Champs Elysées, llendo a ver el Arco de Triunfo. Estaba ubicado en la plaza Charles de Gaulle, en el extremo oeste de la avenida Champs Elysées.

Dentro del Arco se encontró con un museo que explica su historia y construcción, la cual Milo escuchó atento.

Cuando terminó su visita, en el reloj faltaban ya veinte minutos para que se hagan las nueve en punto, por lo cual pensó en ir al aeropuerto.

 

Pero una idea mejor cruzó por su cabeza....

 

 

 

 

Camus estaba totalmente triste.

Ya había cenado con su familia, y se encontraba en su habitación ordenando sus cosas.

Pensó que mientras el hacía eso, su gran amor ya estaba regresando a su país natal, a Grecia.

Suspiró con tristeza y se colocó el pijama.

Estaba dispuesto a dormirse, cuando de improviso comenzó a escuchar música romántica fuera.

Si hubiera sido solo eso, no se habría molestado en asomarse.

El problema es que estaba a un nivel tremendo, como si hubiera una fiesta fuera y el no fué invitado.

Se asomó a su ventana y vió, con rotunda sorpresa, cuatro juglares con guitarras y extrañas ropas.

De ellos venían la música romántica, y, al lado de ellos, Milo le miraba con una brillante sonrisa que enternecía a cualquiera.

Camus sintió su corazón encogerse.

 -Camus, escucha esta melodía.- pidió en un grito Milo.- Pues tú la has inspirado!

Y la melodía comenzó nuevamente, esta vez desde el principio y en un volúmen más audible.

El francés suspiró de amor.

Se sentía viviendo una escena de Romeo y Julieta.

Una escena que se había perdido de sus hojas, que se había escapado del libro.

Mientras los juglares cantaban hermosas oraciones de amor, Milo buscó sus azules ojos.

-Camus..porfavor..-y entonces se inclinó, extendiendo los brazos hacia su ventana.- Ven a Grecia conmigo!

 

A Camus no le faltó más.

No dudó ni un momento.

Tampoco mientras bajaba las escaleras, y mucho menos cuando se echó en los brazos de Milo.

Tampoco dudó cuando se besaron...

 

 

No dudó cuando tiempo después se casaron..

 

Y nunca dudó.

 

Ninguno de los dos dudaron.

Pues el amor que se sentían era completamente sincero, y habrían ido hasta el mismísimo infierno con tal de estar juntos.

 

 

Fin

Notas finales:

Aqui se termina!

Ojalá les haya gustado xD me costó muchísimo hacerlo, sobretodo mencionando los lugares de Francia que visitaron (GRANNDE WIKIPEDIA XD!)

Y bueno, es mi primer Bicho x Copo, y va dedicado para todos los fans de la pareja :3

Besos!

 

A.W.

PD: Chat Noir significa "Gato Negro", y Camus se lo dijo a Milo por sus constantes ronroneos y su cabello oscuro {Valía aclarar xD}.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).