Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Sunion Break por Agus y Moony

[Reviews - 114]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo: Lo prometido es deuda, antes de volver a estudiar subimos un capitulo mas. Gracias por los reviews, gracias por leerlo. Se lo dedicamos a Cybe, (genia!) Sofhi y a Claire por habernos dejado comentario. Ojala lo disfruten.
TE AMO. Seiya. "te amo". No quería decir otra cosa, te amo, significaba te amo.
Releí, como lo había estado haciendo toda la tarde, el mensajito que me había mandado Seiya. Aún no sabía que iba a pasar con mi vida, pero me sentía mas relajado que nunca. Mi hijo me había dicho que me amaba, ya podía morirme tranquilo.

Cerré los ojos y me recosté sobre la camita, el único mueble de mi pequeña celda.

Ojalá pudiera estar con él. Lo extrañaba horrores, y desde la muerte de Marin no habíamos vuelto a hablar.

Mis pensamientos volaron hacia un recuerdo de cuando Seiya era un pequeño niño y aún no se adaptaba a la idea de los padres separados.

-¿Adivina que hay para almorzar Sei?- le dije mientras lo sentaba en la mesa, tenía unos cinco años, pero para mí aún era un bebe.

-Mmm...no sé- me respondió inocentemente.

-¡Arroz con pollo! tu favorito-le dije al oído.

-¡Si!-gritó el niño eufórico.

Marin era japonesa y como todos ellos, hacía del arroz su principal ingrediente para las comidas. Supongo que Seiya lo tenía en los genes.

Serví la comida y le coloqué a mi hijo una servilleta en el cuello, protegiendo su remerita blanca. Le acomodé el pelo, sacándole unos rulos rebeldes que le tapaban los ojos.

Nos pusimos a comer en la pequeña mesa que tenía en el departamento. Solos nosotros dos.

-¿Porque no podemos comer juntos siempre?-me preguntó mientras comía los pedazos de pollo que yo le iba cortando, sabía usar los cubiertos, pero me gustaba mimarlo.

Pensé en como explicárselo antes de hablar.

-Porque tu mami y yo no estamos juntos. Pero ambos te amamos a vos. Así que pasas algunos días conmigo y otros con ella.

En realidad eran pocos los días que pasaba conmigo, pero confié en que no se diera cuenta.
La carita de Seiya parecía confusa. Lo meditó un instante.

-Estaba rico papi.

Volví a la realidad cuando escuché los pasos de Garan haciendo su ronda de control. Me levanté de un salto y hurgué entre los papeles que me había mandado Saga. Finalmente encontré lo que quería y me apuré a llenarlo.

Le deslice la hoja por debajo de la puerta y esperé. Los pasos se detuvieron y supuse que Garan lo estaba juntando del piso.

-¿Arroz con pollo? ¿Eso es lo que te gustaría comer, Aioros?

-Si, Garan.

-Me alegro que te hayas decidido por algo. Eso es lo que vas a tener.

-Gracias.

El oficial se alejó para continuar con su trabajo y agradecí estar solo mientras me secaba las lágrimas.

* * *

Estaba contento. El hoyo se iba agrandando y estábamos muy cerca de poder acceder a la tubería. Pronto Aioros y yo seríamos libres. Junto a un montón de compañeros más, pero no debía darle importancia a eso ahora. Además estaba en la enfermería, y era el único lugar en toda la prisión en que me sentía medianamente tranquilo. Medianamente, ya que cuando Shaka me miraba con sus ojos celestes me ponía un tanto nervioso, parecía que estaba esperando para decirme algo, que había descubierto mi plan, que había descubierto que lo único que quería con él era usarlo para ayudarme a escapar...
Pero hoy otra vez sus ojos estaban tristes. En la enfermería hacia frío, tirité, él ni se mosqueó. ¿Qué le pasaba?
Recorrí con la mirada el lugar mientras él preparaba los elementos para inyectarme una droga que mi cuerpo nunca hubiera necesitado de no ser por las pastillas que tomaba cada día. Las flores que su padre le había regalado para su cumpleaños estaban durmiendo dentro del tacho de basura aunque aun mostraban todo su esplendor.
Así que ese era el problema. Familia disfuncionales. Era un experto en el tema.
Como no tenía nada mejor que hacer, y ciertamente no quería verlo triste, -aunque lo negara-, le comenté para sacarle el tema:

-Tiraste las flores.

Pareció darse cuenta que estaba ahí. O no me quería más o estaba decididamente muy afectado por la situación con su padre.

-Ya no servían. -contestó de manera cortante.

-No creo que estén muertas todavía- le dije mientras me levantaba de la camilla y me acercaba al tacho para comprobar con las manos lo que decía.

-No me gusta apegarme a las cosas materiales. Tengo una ideología budista.

Me sorprendió que me tratara tan mal, quise refutarle su comentario notando la contradicción entre ideologías y religiones, pero me dí cuenta que no era el mejor momento.

-Gracias por tratar de hacerme sonreír. -Dijo de la nada. Me hizo un gesto para que volviera a la camilla, ya con la aguja en la mano.

Me acerqué despacio y le dirigí una sonrisa amable.

-Hoy no--

Pero le entregué la pequeña flor de papel que le había hecho a la mañana.
No pudo evitar ni la sorpresa ni el sonrojo que le causo mi acción. Había planeado dejársela sobre la mesada cuando no me viera pero preferí dársela en la mano y ver su expresión en el momento. Extrañamente me hacía sentir vivo. Y contento.

-Esta no se va a marchitar tan rápidamente. -le dije en voz baja.

Vi el deseo de besarme en sus ojos. Supongo que los míos tendrían un brillo parecido.
Pero me inyectó delicadamente y dejó que me fuera.
Me sentí un poco vacío.

* * *


* * *


Mi hermano estaba nervioso, lo conocía demasiado bien para darme cuenta aunque fingiera tranquilidad. Se acomodaba la camisa y mientras miraba la puerta de reojo.
No se que lo ponía tan mal, es decir, si, Athena había contratado a alguien para que hiciera nuestro trabajo, no terminaba de confiar en nosotros, pero ¿y qué? Las opiniones de esa chiquilla engreída me tenían sin cuidado.
Pero no a Thanatos.

Cuando al fin golpearon la puerta de la oficina se levantó como impulsado por un resorte.

-Yo abro.

Antes de que mi gemelo abriera la puerta, deseé que las cosas no se siguieran complicando. Cuando vi a la persona que entró mis esperanzas se esfumaron.

Thanatos y yo nos quedamos de piedra al ver una hermosa mujer morena cruzar el umbral de la puerta. Tenía el cabello muy largo y un trajecito negro que acentuaba su esbelta figura.

-Mi nombre es Pandora, y al parecer tenemos una amiga en común.-dijo con una voz sibilante.

-¿Una mujer?-preguntó con exasperación mi hermano sin poder evitarlo.

La ceja de Pandora se elevó haciendo una expresión de enojada sorpresa.

-No busco pleitos Sr.Thanatos, así que espero no volver a escuchar ese tipo de comentarios.
Sé que los abogados y el chico Sagitario están vivos, así que me parece que el sexo masculino no es una garantía para hacer bien el trabajo, ¿o si?

Miré a mi hermano implorando que no respondiera. Pandora continuó:

-Se que le mintieron a Athena, y si es que quieren mantener su trabajo, denme el control.

Podía oír los latidos acelerados de Thanatos, ¿o quizás eran los de mi corazón?

-No me parece correcto que todo el trabajo recaiga sobre usted- dije con fingida cortesía.

Mi hermano que aún se hallaba de pie junto a ella le tomó la mano y le dió un beso.

-Hypnos tiene razón, no seria de caballer- - ¡argh!

En un movimiento veloz, Pandora había doblado los dedos de Thanatos hasta quebrarlos.

La miré horrorizado mientras mi gemelo se apretaba los dedos rotos con una dolorida expresión.

-No era una pregunta chicos bonitos. De ahora en mas yo controlo la situación de los gemelos Gemini, que parecen ser mas astutos que ustedes.- Sonrió de manera desagradable.

Luego me miró a los ojos.

-Por cierto, tiene quebrado el índice y el anular. Entablillados unos veinte días los huesos sanarán solos. No es necesario que lo lleves a un médico.

Incline torpemente mi cabeza asintiendo. Esta mujer era increíble. Incluso peor que Athena.

Finalmente se dirigió rauda hacia la puerta.

-Y una última cosa- aclaró- A mi no me contrata la vicepresidenta, ni siquiera el gobierno.
Esta orden proviene de la compañía, ¿Ok?

* * *

Mi hermano había ido a hablar con Seiya. Casi muero de la emoción. Su actitud había sido muy importante para el chico y ahora estaba levemente de mejor humor. Increíblemente las cosas se habían acomodado un poco, aunque lentamente. Aún Aioros estaba en la cárcel esperando la muerte y aún estábamos escondidos en esta hermosa pero aislada cabaña sin poder hacer nada.
Kanon se había acostado un rato así que aproveche para repasar mentalmente las cosas que sí teníamos. Touma había dicho que había millones en juego pero no estaban en ningún lado. ¿Qué podía significar eso? ¿Dónde estaba la plata?
Me senté frente a la notebook que era propiedad de mi gemelo y sonreí al notar su fondo de pantalla. Dragones. Le encantaban desde pequeño, pero cuando había empezado a salir con Sorrento los había abandonado por la locura del otro con las sirenas. Hacían una pareja muy mística, si. Al parecer la vuelta de los dragones a la vida de Kanon significaba que había olvidado a su amante. O quizás era la única foto que tenía en la computadora.
Dejé de divagar y me puse a pensar de manera crítica. 500 millones de dólares donados a la empresa ecológica de Artemisa. Investigué en internet. Muchos proyectos pero nada concreto, nada en que se pudiera haber gastado semejante cantidad de dinero. Entonces “Angeles del agua” debía ser una farsa para cubrir la verdadera inversión de los fondos. ¿Pero qué era? Tuve el impulso de despertar a Kanon y ver que podía imaginársele a su inteligente mentecita, pero lo deseché, merecía descansar un rato, tenía que valerme por mi mismo como lo había hecho durante tanto tiempo.
La vida de Aioros aún estaba en juego.

* * *

El hermano del gato estaba eufórico, había recibido una carta -o algo así- del hijo y lo tenía muy contento. Por consiguiente, el gato también estaba alegre, o lo mas alegre que podes estar siendo el gato. Que personalidad fría, por favor.
El hoyo era tan grande que le llegaba a la cintura. Era su turno de cavar y lo hacía en silencio, pero extrañamente concentrado y alegre, como había dicho antes. De repente se agachó y se levantó triunfante.

-45 centímetros mas y estaremos en la tubería. -anunció.

No lo podía creer. ¡Solo 45 centímetros! Dí un vistazo rápido alrededor, la alegría se palpaba en el ambiente. Death Mask sonreía de oreja a oreja y eso le daba un aspecto mas amenazador si cabía, pero también un poco mas humano. Afrodita bailoteaba cerca, mientras seguía lijando la misma pared que había estado lijando desde que entró. Aioros le dió un rápido abrazo a su hermano que se ruborizó por la muestra de cariño ofrecida por el mayor.

-Estaremos ahí el viernes.

-¿Viernes gato? ¿En serio? Era miércoles, faltaban solo dos días.

-¡Camus, allá voy! -grité de jubilo.

El italiano me miró socarrón pero no dijo nada.

-¿Adonde iremos nosotros? -le preguntó Sagitario al gato en voz baja. Me quedé escuchando, me encantaría que vivieran cerca de Camus y yo. –Todavía no había arreglado mi temita con él pero no me importaba, sabía que viviriamos juntos tarde o temprano.

-A Creta. –contestó seriamente Aioria.

Los ojos de Aioros se abrieron con sorpresa.

-No hay policías, no hay problemas, podremos poner un puestito de buceo y dedicarnos a disfrutar del Mediterráneo.

Lo tenía todo estudiado, por supuesto. Me entristecí de que se alejaran tanto pero me alegre por ellos, aunque Aioros no lo veía así.

-¿Y nuestra vida? ¿Y Seiya? ¿Y Saga?

El gato ni se inmutó.

-Tranquilo, las recuperaremos con el tiempo, cuando hayan dejado de buscarnos.

El castaño seguía sin convencerse. Pero finalmente suspiró hondo y sonrió:

-No sé bucear.

-Aprenderás. –contestó Aioria y siguió cavando.

* * *

-Géminis K está conectado.-

Sonreí para mis adentros. No entendía como esos extraños gemelos contratados por Athena no habían podido hacer algo tan fácil. Los agentes del servicio secreto griego cada vez estaban peor entrenados.

Conecte el GPS a la notebook y el aparatito empezó a escanear la localización de la máquina desde donde Kanon acababa de conectarse.

-Julian, hola hombre, perdón que me corté así, pero tengo asuntos familiares que resolver- me escribió Kanon cuando vió a Solo iniciar la sesión.

Había sido tan fácil.

Horas antes me había presentado en la oficina de Julian Solo fingiendo ser una investigadora contratada por el gobierno.

-Wow, no sabía que las trabajadoras estatales eran tan hermosas- me halagó Solo.

Sonreí fingiendo vergüenza. No es que Julian fuera feo, ni mucho menos, pero mis asuntos con el eran puramente profesionales.

-Señor Solo- comencé

-Decime Julian, dulzura- me interrumpió con una voz sensual. ¿Qué tan poco sutil iba a ser ese abogado?

-Bien señor Julian- proseguí sonriendo- Vengo a verlo a usted porque tengo entendido que Kanon Géminis trabaja aquí.

La sonrisa desapareció del rostro de Julian para suplantarla una mueca de decepción.

-Que raro, aparece una chica linda y ya esta enganchada con Kanon-

Fingí no escucharlo.

-El hecho es que el departamento de Saga Gemini, el hermano de Kanon explotó debido a una fuga de gas hace un par de días y desde ese momento no se ha sabido nada de los gemelos.

Julian olvidó las bromas.

-¿Están muertos?

-No lo sabemos, pero los restos encontrados en lugar del hecho no coinciden con Géminis. Estamos preocupados por su seguridad y vinimos a usted porque quizá…

Julian bajó la cabeza, abatido.

-Hace días que no hablo con Kanon ni se nada de él.

Me paré y me acomodé el cabello hacia atrás.

-Siento molestarlo entonces, acá tiene mi tarjeta por si sabe algo.- dije mientras salía de la oficina.

Horas mas tarde había seguido a Solo hasta su casa. Ni siquiera me había visto cuando puse una bala en su cabeza y se desplomó sobre su alfombra celeste.

-¿Dónde estas Kanon? Estoy preocupado por vos-escribí.

Miré el cuerpo de Julian, luego de una hora su sangre había cubierto gran parte del tapiz. Que desperdicio, quizá debía haberme entretenido con el primero.

-No puedo decirte- me escribió el gemelo.-Pero estoy bien. No te preocupes por mí.

-Pero… tecleé
-Julian, haceme caso, es mejor que no sepas nada. Te quiero y te lo agradezco, pero es por tu seguridad.

-Kanon, me estas asustando…

-No te preocupes por mi. Besos a tu pelirroja.

Antes de cortarle miré el GPS que ya había rastreado la conexión inalámbrica. Estaban en las afueras de Grecia en un paraje a orillas del mar.

Desconecté la maquina y limpie mis huellas. Pronto los gemelos y el chico Sagitario iban a tener una visita de Pandora.

* * *
El gato y el viejo jugaban a las damas en una de las mesas del patio. Era uno de esos momentos en que la IP no trabajaba. Era mi oportunidad.
Me acerqué tranquilamente a ellos, sin llamar demasiado la atención.
Cuando estuve a su lado dejaron de hablar. Dohko me miró, Aioria en cambio bajó la mirada.

-Si me disculpas viejo…-el gato y yo tenemos asuntos que resolver.

Siempre le había caído bien al chino, aunque desconocía la razón, pero tenía que mantener cierta reputación y no podía ser demasiado amable.
Dohko “comió” las últimas fichas de su contrincante e hizo gesto con la cabeza para despedirse de Leo. Cuando por fin se fué, ocupé su lugar.
Le tiré los pedacitos de escombro junto al tablero. Se tensionó al verlos y rápidamente los tiró al suelo.

-¿Qué queres Mu?-me preguntó cortante.

Maldito desagradecido, ¡encima que le había conseguido sus pastillas!

-Vos y yo tenemos que hablar.

-No se que es lo que tenés que decirme, ni siquiera sé que significan esa piedritas.

Sonreí. No me creía lo caradura que podía llegar a ser.

-A mi no me podes engañar, grieguito. Sé lo que tramás.

Aioria por fin levantó la vista y nuestros ojos se encontraron. Los suyos eran de un verde brillante. Muy bonitos.

-Quiero entrar.-fuí directo al grano.

No obtuve respuesta. ¿Así que iba seguir fingiendo? Peor para él.

-Quiero aclararte una cosa gatito- le dije en amenazantes susurros – No se que te habrán contando de la cárcel mientras estudiabas en la facultad, pero en estas paredes gana Darwin, no Aristóteles.

El ceño de Aioria se frunció levemente, sabio que me entendía, pero por las dudas le aclaré:

-La ley de la selva, la supervivencia del mas fuerte.¿Soy claro?

-Transparente-refunfuño.

Me acomodé el pelo hacia atrás y lentamente me fui alejando. Ya tenia un pie adentro, y uno afuera.

* * *

Los globos violetas y blancos eran un decorado distinguido para el lanzamiento de mi campaña. Tenían que ver conmigo y además eran mucho mas originales que los de los rivales políticos con los clásicos azules y blancos de Grecia.
Revisé los últimos retoques de mi discurso y agarré una lapicera que estaba cerca del estrado para tacharle un par de expresiones que quizás no eran del todo claras.
No era lo que necesitaba. Quería que todos entendieran mis pretensiones, se sintieran identificados con ellas, me adoraran y me votaran, en definitiva.
Una voz grave me saco de mis pensamientos.

-¿Me mandas una niñera?

Thanatos estaba parado junto a la escalera que subía al pequeño escenario donde me encontraba. Su cabello brillaba bajo la luz del sol y una de sus manos estaba envuelta en vendas, en la otra tenía uno de los globos. Haberlos inflado con gas helio había sido una buena jugada. Se veía adorable, parecía un nene ofendido. Y así era para mi.

-Si hubieras hecho bien tu trabajo no tendría que haber llamado a Pandora, pero fallaste Thanatos. Una vez más.

Bajé la escalera mientras mi vestido blanco se ondulaba bajo mis piernas. Estaba ocupada y no tenía tiempo para esta clase de cuestionamientos. En menos de quince minutos me dirigiría a todo el país.

Thanatos dejó que el globo echara a volar y me dijo en el oído, o lo mas cerca que pudo, dado que estaba caminando.

-Despertaste a un monstruo, insensata.

Me frené en seco. La gente empezaba a arremolinarse junto al estrado esperando mi discurso, debía ir a darme los últimos retoques.

-Soy la vicepresidenta de este país, no me hables con ese tono.

Lo miré fijamente, con fastidio. Sus ojos grises destilaban odio y pasión casi en partes iguales.

-Para mi sos simplemente Athena, y te advierto que ahora todos estamos en peligro.

No entendía lo que quería decir, no me importaba tampoco.
Retomé mi caminata queriendo dejarlo atrás y que sus premoniciones crípticas se alejaran con él.

-Ahora metiste a estos tipos y no hay vuelta atrás.

Murmuró finalmente antes de irse, dejándome con un vacío en el pecho. Suspiré profundo y sonreí a mi maquilladora. Ya cruzaría ese puente cuando llegara a él.

* * *

Nunca me había caído bien ese ¿tibetano?, Dios, en esta prisión había de todo. Me impresionaban sus puntos y la falta de cejas. Además se creía una especie de autoridad.
Pero me había dicho que lo habían habilitado para trabajar en la IP. Con Aioria y los demás.
Así que íbamos caminando hasta allí. Que el mafioso corroborara su historia.

Vi a Escorpio meterse cuando nos vió dirigirnos allí, maldito haragán, así que trabajaba solo cuando me veía.

Mu pareció darse cuenta de mi cara de desaprobación.

-Los europeos son unos vagos-comentó.

-Yo soy inglés- lo fulminé con la mirada.

-Debe ser la excepción, Jefe.-se disculpó

Abrí la pureta de un golpe. Todos trabajaban obedientemente, seguramente alertados por Milo.

Pararon para prestarme atención.

-¿Algún problema, oficial?- preguntó Death Mask

-La verdad es que si, Cáncer. No veo progresos en este lugar, deberían dejar de jugar y ponerse a trabajar mas duro.

Nadie dijo nada. Sagitario ni siquiera me estaba mirando.

-Además este preso dice que trabaja acá.-señalé a Mu.

El italiano frunció el ceño.

-Por su puesto que –

Pero se calló súbitamente cuando este caminó hasta el centro del lugar.

-¿Verdad que si Giovanni?-dijo mirándose los pies.

¿Qué demonios les pasaba a estos tipos?

-Si-dijo finalmente la voz de ¿Leo?

-Si, jefe.-corroboró Cáncer.

-Me parecía, Darwin.-acotó Mu.

Lo miré sin entender. Pero ya venía el la hora de mi descanso así que di media vuelta para salir del lugar.

-Bien, entonces pónganse todos a trabajar.-bramé antes de dar un portazo.

* * *

Ya me dolía la cabeza. Habíamos estado toda la tarde revisando papeles y documentos.

-Paremos un poco Saga, voy a preparar café.

Mi hermano se resistió pero finalmente dejó a un lado las hojas.

Seiya miraba la tele, sin prestarle mucha atención.

-No puedo entenderlo Kanon, ¿Qué se hizo con tanta plata? ¿Como puede haber desaparecido?

Le acerqué una taza a mi gemelo mientras volvía a sentarme junto a el.

-No lo sé Saga, se me acabaron las ideas.

Nos quedamos en silencio unos momentos. El ruido del mar se escuchaba fuerte. Era relajante después de tanto trabajo.
Miré al chico. No podíamos rendirnos. Se lo había prometido.

-Bien, repasemos.-comencé de nuevo- Sabemos que alguien mató a Artemisa para agarrarse los millones que iba a invertir su compañía. Pero el dinero desapareció y ni su amante sabe que pasó. Es posible que el dinero se haya utilizado, pero sería muy sospechoso si alguien empezara a comprarse cosas de un día para el otro, y ya que hablamos de millones…

-Tendrían que ser muchas cosas- terminó por mi la frase Seiya. No sabía que me estaba escuchando.

-Exacto-dijo Saga- y no fue así, ya que en ningún banco hay una transacción de esa suma.

-Pero entonces, ¿Quién?

…Estamos en vivo desde el centro de Atenas donde la vicepresidenta va a lanzar el inicio de su campaña a presidenta de este país en las próximas elecciones…

Seiya subió la tele que parecía darnos la respuesta que estábamos buscando como si de un milagro se tratara.

…Según dicen sus allegados es una campaña en la que se han invertido millones a fin de asegurar la simpatía de los votantes…

Sonreí a mi hermano.

¿Era Athena, su hermana, la asesina de Artemisa?

La joven subió al palco para dirigirse a todos los griegos. Al verla no nos cabió ni la menor duda.
Notas finales: Bueno, por un lado hay mas problemas y por el otro algunas cosas se van aclarando. ¿Que pasara con los pares de gemelos? Todo eso en e proximo baticapitulo ^^

Besitos y gracias por leerlo!

Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).