¨˜ˆ”°¹~·-.„¸ Este cumpleaños es mas de lo que pedí ¸„.-·~¹°”ˆ˜¨
Primer y único Capitulo:
“Feliz Cumpleaños”
Sus cabellos goteaban repetidamente, volviendo invisibles las gruesas lágrimas que caían de sus llamativos ojos azules electrizantes, los cuales mostraban madurez y seriedad, en ese momento, mientras miraban fijamente a una dirección, sin importarle lo que haya allí, Caminaba sin rumbo alguno, solo con las casi inexistentes ganas de llegar a su hogar, para terminar con aquel fatídico día.
El día de su cumpleaños numero 35 se la ha pasado de lo peor, Bueno para el cumpleañero ese fue un mal día, ya que todos los que estuvieron en la fiesta en NG iniciada por Noriko, se la habían pasado de lo bueno, y lo único que el podía hacer era sonreírles y adoptar esa personalidad infantil, para no preocuparlos.
Todos estaban en aquella fiesta a excepción de cierta pareja, la cual se ha enterado de que se han separado, por dos razones, Uno de ellos trata al otro con mucha frialdad, y esa misma persona le fue infiel, a aquel ángel que considera el ser mas precioso en el mundo, Pero que no lo puede tener por mas que lo intente. Parece un carísimo muñeco en un mostrador, solo lo puedes observar pero son difíciles de conseguir.
Shindou Shuichi, el ser que mas adora y ensalza, alguien que considera un ángel, un ser que para el, no puede ser dañado ni traicionado, Si que lo valora mucho mas que ha ese hombre que dice amar, Yuki Eiri, ese hombre si que lo consideraba de lo peor, ¿Cómo puede herir a un chico como ese?, será un demonio como para lastimar a un bello serafín como Shuichi, que en el solo buscaba amor.
No entendía por que Shuichi siempre volvía con el, después de las horribles cosas que le hacia, sufrimiento, dolor, y maltratos, juntos es lo que siente el pelirrosa con el, Pero para el, su amor es mas fuerte, y cree que algún día el amor vencerá y entenderá el rubio a quien es que tiene y lo amara como el lo ama. En fin, Todo lo que Yuki no le da a Shuichi, el es capaz de dárselo todo junto, sin siquiera esforzase, por que su amor por aquel ángel rosado, es en realidad grande…
Se sentó en una banca fría y desolada, empapada por la aun copiosa lluvia, la cual no pretendía aun cesar, Ese peliverde de mirada atrayente, se oculto el rostro con uno de sus brazos, dejando que la lluvia, le causara relajación para poder pensar en paz, sin esos pensamientos enfocados en cierto pelirrosa. Su delgado cuerpo se hacia notar perfectamente, por las ropas empapadas, además de que son exactamente a su medida.
Sintió como un cuerpo se sentaba junto al suyo, lo cual causo que quitara su brazo de sus ojos, y mirara a aquella persona, la cual estaba en su mismo estado, con una mirada melancólica en sus ojos, con sus ropas empapadas y apretujadas de una manera dispareja a su cuerpo, Aquella persona lo miro, causándole un pequeño escalofrío al peliverde, el cual en silencio lo observaba expectante.
- Que tal? - dijo sonorizando su hermosa y melodioso voz, entrecortada y algo débil.
- Shuichi… - fue su nombre lo único que puedo pronunciar en ese momento, se sentía sumamente triste por la imagen del alegre e hiperactivo Shuichi, ahora melancólico y ciertamente nostálgico.
- Parece como si estuvieras viendo a un fantasma. - dijo con una leve y triste sonrisa, causando que el corazón del peliverde se acongojara. - ¿Qué haces aquí…?
- Ryuchi, quedo pensativo por segundos, aun mirando al pelirrosa, creyendo que fue enviado del cielo, en ese momento, Sintiéndose triste por como se veía aquel frágil chico de mirada violeta. - Quizás…, Lo mismo que tu. Shuichi. - dijo a lo cual Shuichi arrugo su ceño, y dejo de mirarlo para mirar aquel nubloso cielo.
- Tuviste un mal día… ¿Cierto?
- Cierto. - respondió Ryuchi sin mirar al pelirrosa. - ¿Cómo lo sabes?
- Estamos ambos iguales…, ambos tuvimos un mal día…, Aunque eso no debería de ponernos así… - dijo Shuichi aun en su posición.
- ¿Qué te paso? - pregunto sin en realidad querer la respuesta, sabe que eso lo haría sentir aun mas mal.
- Pues… - comenzó a llorar nuevamente, pero las lagrimas eran invisibles por la lluvia. - Yuki…, No, Eiri, se fue a Nueva York…, pero antes rompió definitivamente conmigo, no quiere saber nada de mí… - sollozo, dando a entender que lloraba.
- Ryuchi, abrazo al chico, el cual sollozaba, sus ojos eran ocultados por sus cabellos rosas pegados a sus parpados. - Tengo que confesarte algo…, Pero primero te diré lo que pienso de ese hombre llamado; Yuki Eiri… Se que lo amas, lo suficiente como para estas alturas defenderlos, pero mi verdad hacia el, es que el peor hombre del mundo, ¿Cómo puede herirte?, no lo entiendo, debe ser un demonio para hacerte cosas tan crueles, Es sumamente malo, usarte para después dejarte así como así, sin una razón razonable. Cada vez que oigo hablar de ustedes dos, las palabras, “odio” y “compasión” llegan a mi mente, Lo odio…, simplemente por hacerte sufrir, solo por eso, lo odio tanto hasta el hecho de pensar muy mal sobre el…, Si con estas palabras te hago sentir dolor, desde lo mas profundo de mi ser lo lamento…
- Shuichi, correspondió el abrazo. - Dime…, dime, ¿Qué lo que me quieres confesar?
- El peliverde cantante flaqueo, Ya lo tenia en brazos y en espera de lo que quiere decirle, Pero no puede decirlo, algo en su garganta, no lo dejaba hablar en ese momento, ¿Por qué?, eso lo comenzaba a frustrar, quería decirle todo, como se siente cuando lo tiene cerca, lo celos cuando el habla bien de su ex - amante, hablarle de las tremendas ganas que tenia de que fuera suyo, Pero siente su garganta en un nudo, conectado a su corazón, con eso algo le quería decir, pero el peliverde en ese momento no lo descifraba. - No, deberíamos estar aquí en la lluvia… - dijo queriendo por el momento cambiar el tema, mientras miraba al pelirrosa, después de segundos del desabrazo.
- Vamos a tu casa…, No quiero darle la razón a Hiro, tampoco ir con mis padres, y menos a casa de…
- Vamos. - el peliverde, sujeto de la mano al pelirrosa para que se levantara este lo hizo, y por impulso aterrizo en el pecho del mayor, por su pocas energías.
- Disculpa… - musito el pelirrosa, aun en el pecho del mayor.
- El mayor, sintiendo compasión, lo cargo en brazos, se veía débil, y como no estarlo estuvo quien sabe cuanto bajo esa lluvia, maldecía una y otra vez a ese escritorsucho, por solo un ser como el, Shuichi sufría cada minuto de su vida, tener el corazón roto es algo en verdad doloroso, el sabe de ese sufrimiento. - Yo te llevo…
- Gracias. - fue lo único que pudo decir el pelirrosa.
Minutos después llegaron a la mansión del cantante, en donde el vive solitario, bueno no solo, Ya que su amado peluche de felpa lo acompaña, ¿Por qué lo tendrá?, será por su solitaria vida, o por algún trauma, Ryuchi era muy misterioso e intrigante, solo conocía su personalidad infantil, pero su otra personalidad, pocas veces vista por el, le era desconocida, aunque cuando adopta esta faceta a veces lo asusta.
Al entrar al lugar, Ryuchi llevo a Shuichi a la cocina en donde lo sentó encima de la mesa, y luego con rapidez fue a buscar una toalla seca, y ropa para el chico, Al llegar con la toalla y una pijama, ayudo al menor a secarse, este se quito la franela negra que tenia, mostrando así, su delgado, suave y esbelto cuerpo, el cual Ryuchi algo tímido comenzó a secar, tras la mirada del pelirrosa.
Luego el peliverde paso a secar las piernas del pelirrosa, pero no sin antes quitarle el short gris que tenia, obviamente, temerosamente y con algunos temblores, seco las delgadas piernas del pelirrosa, el cual sonrojado suspiro caliente, excitando al peliverde el cual lo miro, para después decirle que se quite el calzoncillo para colocarle otro de el mismo.
El pelirrosa, con el poloche de la pijama solamente se bajo de la mesa, y quito el calzoncillo, desgraciadamente la camisa era larga y ocultaba su entrepierna, El mismo pelirrosa, se puso los calzoncillos, para después ponerse el short que complementaba la pijama.
- Bien…, Tienes hambre… - pregunto el peliverde, a lo cual el pelirrosa negó, desconcertando al mayor. - ¿Seguro?
- Si. - dijo Shuichi mirándolo.
- Y… ¿Quieres hacer algo?, ver televisión, escuchar algo de música…, dormir.
- Cualquier cosa, solo…. No me dejes solo… - dijo a lo cual Ryuchi lo miro algo triste.
- Bien, pues vamos a ver algo de Televisión con Kumagoro. - Shuichi asintió, y ambos fueron a ver la famosa, TV, en la amplia sala del lugar. Ryuchi ya estaba seco, y se sentó en el sillón, en donde también se sentó Shuichi, este sujeto a Kumagoro en brazos, ya que lo tenía justo al lado, para sorpresa de Ryuchi, Shuichi acariciaba al conejo. El peliverde encendió la televisión.
- Ryuchi hay algo que quisiera preguntarte… - dijo llamando la atención del susodicho. - ¿Por qué llorabas, allá afuera?
- Lloraba…, Por que… - quedo cabizbajo. - Bueno, por que, No fue un día, que me gustara mucho hoy…, Mejor dicho, no es lo que quería y esperaba.
- Querías estar conmigo… - dijo a lo cual Ryuchi no hizo ninguna mueca, el menor tenia razón, ya no había nada que ocultar, ese era el momento justo para confesar. - Tohma…, Me contó todo…
- Ah, si.
- Si…, y mi corazón esta confuso por algo…, No se si lo que estoy sintiendo por ti, es amor…, o es solo un capricho, por que ya no tengo a Eiri… - dijo a lo cual Ryuchi, lo miraba con seriedad. - Estoy tan confuso…, desde que Eiri se fue, no se ni que hacer…
- Ojala y sea amor…, Así ambos nos corresponderíamos… - dijo mirando al pelirrosa con cierta pasión. - Es hora de comprobarlo. - dijo y sujeto la barbilla del pelirrosa, quedo mirándolo fija y seriamente, para después besarlo, y beso cargado de amor y deseo, eso causo que Shuichi se sorprendiera, por el fogoso, parecido a los besos del rubio, a inicio de sus relaciones. - Juguemos… - musito el peliverde sensualmente, causándole un pequeño escalofrío al pelirrosa, el cual sonrojado “asintió” con lentitud. - Te prometo, que después de esto…, te olvidaras de ese… - su tono de voz sensual comenzaba a excitar a Shuichi, el cual solo lo miraba con su cara toda caliente y obviamente sonrojado.
El peliverde cargo a Shuichi en brazos y guiándose por su sexto sentido, y aun besando a Shuichi llegaron a la amplia habitación del cantante, en donde Shuichi fue colocado en la cómoda cama, en donde comenzó el pelirrosa a desvestir al peliverde, el cual estaba apresurado. Quería ya estar dentro del menor, ¡Cuanto tiempo anhelando eso!.
Segundos después…, Ya lo tenia como Dios lo trajo al mundo en frente, mirándolo algo embobado, eso seguramente seria por que estaba excitado, pero no la mitad que el.
Sus labios nuevamente se juntaron, pero este beso fue corto, Ryuchi algo desesperado coloco a Shuichi en cuatro, luego de esto, saco de uno de los veladores, lo que parecía ser un frasco de gelatina de la cual se embarro tres dedos, con el primero penetro al pelirrosa, el cual comenzaba a gemir por el anterior roce de sus nalgas con el miembro del mayor.
Luego el peliverde entro el siguiente dedo, comenzó a moverlo en círculos y en verticales, para que el orificio se abriera, y en la hora de la invasión este acostumbrado y a la medida, La hora del tercer dedo llego, Ryuchi con los tres dedos hacia de las suyas dentro de Shuichi, este comenzaba a sudar suavemente, y gemía detenidamente.
Ryuchi al darse cuanta de que Shuichi comenzaba a tensarse un poco acaricio los bellos de su nuca, para que se calmara, y después comenzó a repartir besos por su larga espalda la cual arqueaba un poco, en cada beso.
- Preparado…, Mi ángel… - dijo con sensualidad.
- Mmm...… - “respondió” el pelirrosa, para después dar un alto gemido, al los tres dedos salir de allí, y ser reemplazados por el latiente miembro del mayor, el cual lo embistió lentamente, para que después la fricción haga que Ryuchi se llene de placer y comience a embestir al pelirrosa con ímpetu.
Shuichi gemía ahogado en el placer que se le propinaba, la cama por el movimiento frenético, parecía “gritar”, ya que los resortes sonaban cada vez mas fuerte, El peliverde observo la erección del menor, y por un impulso comenzó a masturbar el miembro del pelirrosa. El orgasmo para ambos era cercano, el caliente en una parte de su vientre se los advertía.
- Eiriiiii….!! - chillo Shuichi al momento en que expulso su semen, Embarrando la mano del peliverde.
- Ryuchi algo desilusionado agrando levemente sus parpados, para después vaciarse dentro de pelirrosa, quien se arqueo al sentir aquel líquido recorrer su instentino. - Shuichi…
- Dis…culpa… - dijo jadeante el pelirrosa. - Yo…
- No. - dijo con firmeza el mayor. - Entiendo, que aun no lo olvides…, Supongo que no te acostumbras a otro hombre. Entiendo eso, no tienes por que disculparte. - dijo con cierta melancolía.
- Shuichi quedo mirando al peliverde el cual permanecía algo cabizbajo aun dentro suyo, Se sentía culpable por aquello, muy culpable, comenzaba a sentir en su estomago mariposas revoloteando molestas, por la imagen del mayor, Era muy comprensivo, pero eso al mismo tiempo lo hería, Para Shuichi, Ryuchi le era muy fácil de comprender y en muchos sentidos era distinto a Eiri, toda esa diferencia le comenzaba a gustar, y no podía negar que estaba sintiendo atracción por aquel cantante de mirada electrizante. - Uhm. - dijo al sentir como el miembro de Ryuchi salía de su interior.
- Te esperare…, Esperare a que completamente lo olvides, y me ames tanto como yo a ti… - dijo acercándose al pelirrosa, el cual no dejaba de mirarlo.
- Shuichi sonrío levemente pero con cierta dulzura. - Contigo…, es seguro que lo olvidare… - dijo y abrazo al mayor, el cual beso el cuello de Shuichi.
- Eso es seguro…, Shuichi… - miro al pelirrosa con calidez. - Te amo… - tras la confesión, Shuichi solo se limito a mirarlo con el ceño arrugado.
- Aun no te puedo decir lo mismo…, Pero, Se que serás capaz de llenar aquellos huecos que quedan en mi corazón… - tras decir esto Shuichi beso al mayor, el cual correspondió casi inmediatamente. Seria un largo camino olvidar a Yuki Eiri. Pero un gran corazón como el de Ryuchi talvez logre opacar la luz que mantiene con vida el amor hacia aquel hombre. - Feliz cumpleaños…
- Ya ni me recordaba que era mi cumpleaños… - dijo el peliverde sonriéndole al menor, el cual se recostó a su lado, aun mirándolo. - Este cumpleaños es más de lo que pedí….
¡Fin!