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Notas desde el corazón por Varda

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Capítulo 3: Una confesión, un poema y un lío

Ya habían pasado dos días desde que Shaka recibiera el poema y aun ni el ni Afrodita tenían indicios de quien pudiera ser el autor del mismo. Shaka se impacientaba, realmente deseaba saber quien era el autor del poema. Afrodita había ido a la habitación del caballero dorado de Virgo para hablar con él.
- ¿Y? ¿Alguna novedad? - preguntaba insistentemente Shaka a Afrodita -
- No, nada - pensativo y de brazos cruzados - Dime, ¿De verdad no sospechas de nadie?
- Bueno no... - tomándose unos momentos para pensar - Bueno... en realidad hay algo que no te conté - Afrodita levanta la vista atento para escuchar a su interlocutor -
- Por un momento pensé que era Mu.
- ¿Mu? - algo incrédulo -
- Bueno... hace un tiempo pasó algo con el, pero fue solo una tontería.
- ¿Te enamoraste de él? - aun atónito -
- ¿Qué? - algo sonrojado - No, no en realidad.
- Hummmm no te creo.
- Quizá, un poco. Pero eso ya pasó. Creo que somos demasiado parecidos para estar juntos, siempre quise a alguien distinto a mí a mi lado. De todas maneras no creo que sea él.
- Bien, volvemos al principio. Y no has vuelto a recibir nada, ¿Verdad?
- Nada - bajando la mirada -
- ¿Y por qué no le preguntas?
- ¿Qué le pregunte? ¿A Mu? - algo sorprendido -
- ¡Claro! Así te sacas la duda - guiñándole un ojo - Si quieres le pregunto yo.
- No, deja. No es su estilo.
- Bien, continuaré con mi investigación, ¿Vale? - sonriéndole -

Ikki una vez más se encontraba sentado en su escritorio. Sobre él había muchas hojas desparramadas, una vez más su corazón le pedía escribir. Esa era la única manera que su alma cobarde le permitía demostrar ese amor que sentía hacia Shaka. Y su único escape era enviarle anónimos, no se atrevía a nada más. Repitió los pasos que hizo aquel día, copió el poema en la computadora y lo imprimió, junto con un sobre con el nombre de Shaka. Luego, asegurándose primero que no haya nadie en la habitación de su amado ni en los alrededores, deslizó el sobre. "Si tuviera el valor para decírtelo Shaka..." - pensaba el caballero de bronce -.

- Vaya, hasta mi hermano hace algo para aclarar sus sentimientos... en cuanto a mi... ¡No puede ser! - piensa Shun en voz alta mientras camina en círculos solo, en su propia habitación - Debo hacer algo... Lo amo tanto... pero él, tan frío y distante... Aunque con su mirada derrite el hielo.
Shun también estaba enamorado, quien fuera su amigo de toda la vida le inspiraba ahora nuevas sensaciones. No, en realidad lo había amado desde siempre, aunque sólo su subconsciente lo aceptaba.
- ¿Qué hago? Prometí ayudar a mi hermano, ¿Y a mí quién me ayuda? - continuaba hablando solo -
Pensando que ya tendría tiempo para solucionar sus problemas como buen hermano que era decidió ayudar a su hermano. ¿De qué manera? No le dijo a Ikki, pero pensaba en fijarse si Shaka tenia o no pareja, pues si Shaka ya estaba con alguien no habría caso que Ikki continuara ilusionándose con el caballero de Virgo. No deseaba que le rompieran el corazón a su hermano. No le preguntaría directamente, seria muy obvio, así que no tuvo mejor idea que seguir un poco sus pasos para ver en que andaba. Quizá, con algo de suerte se enteraba de algo.
Shun sale de su habitación decidido a poner en marcha su plan cuando se cruza con cierto rubio de fría mirada.
- ¡Ah! Hyoga - sonrojándose, no podía evitarlo -
- Shun - dirigiéndole una dulce sonrisa - ¿Ocupado?
- Ehhhhh... - algo nervioso - No exactamente.
- ¿Por qué no vamos a caminar un rato por el parque? Es un día hermoso.
Shun se olvidó por completo de su hermano y aceptó la propuesta del cisne de hielo.
Era normal que Hyoga invitara a Shun a caminar por el parque, pues era su amigo. Aunque esas salidas no eran más que una simple excusa para estar un rato con el joven Shun, al que tanto amaba. Como deseaba que viera en sus ojos el amor que le profesaba, pero todos veían una mirada fría en él. Siempre creyó que Shun nunca lo consideraría más que un amigo, que equivocado estaba. Pero era hora de cambiar todo, deseaba estar a solas con él y confesarle todo, pues Hyoga ya no aguantaba más esa opresión en el pecho que sentía cuando Shun estaba cerca.
El sol brillaba fuertemente esa tarde contrastando con el verde de la fragante hierba. Un nervioso Hyoga - quien trataba de disimular - caminaba junto a Shun cabizbajo y ensimismado. El parque esa bastante grande y cuando estuvieron lo suficientemente lejos de la mansión Hyoga comenzó a hablar.
- Shun, tengo que decirte algo - poniéndose frente al chico Andrómeda y tomando valor - Es muy importante - tragando saliva, Shun lo miraba sorprendido -, siento que si no te lo digo voy a explotar.
- ¿Qué es lo que te pasa? - en tono preocupado -
- Te amo Shun, eso es lo que me pasa - más rojo que un tomate -
Shun quedó boquiabierto y completamente inmóvil, petrificado ante la confesión tan abrupta de Hyoga. Pasaron segundos - que para él fueron siglos - sin poder reaccionar. Hyoga lo miraba esperando alguna palabra por parte de el, pero Shun no decía nada.
- Entiendo, no debí incomodarte - bajando la mirada totalmente desilusionado, mientras daba la vuelta para irse -
Shun continuó inmóvil viendo como Hyoga lo dejaba allí, notó algunas lágrimas en sus ojos. "¡Shun reacciona!" - se decía -.
- ¡Espera Hyoga! - corriendo detrás de él y abrazándolo desde atrás - Yo... ¡Yo también te amo!
Ahora era Hyoga quien quedo inmóvil, luego volteo y tomó el rostro de Shun entre sus manos.
- Shun... ¿Tu me... amas? - aun con lágrimas en los ojos -
Y Shun no prefirió decir nada, directamente se lanzó a los labios de su amado.

Al mismo momento en que cierta pareja sellaba su amor, Shaka entra a su habitación y encuentra otro sobre en el suelo. Inmediatamente lo abre, aunque con tanta emoción casi rompe el sobre. Dentro del mismo encontró otro poema.

Mi inalcanzable sueño

A la eternidad renunciaría y el infierno aceptaría
tan solo por una de tus caricias.
Mi alma entregaría, por un beso tuyo
tu esclavo sería.
Perseguirte intento
mas alcanzarte no puedo
pues solo tu estela veo,
el rastro de tus alas de plata.
Abriría como sea las puertas del cielo
y así poder abrazarte
aunque el infierno me gane.
Mi amor por ti me purifica
cuanto deseo estar a tu lado,
me rompería el corazón alejarme
mas no deseo obligarte.
¿Cómo apaciguar lo que siento?
Dolor y alegría me envuelven al mismo tiempo
solo me conformo con mirarte a los ojos
y sentir como el tiempo se detiene cuando me ves,
si tan solo pudiera tenerte...
Mas obligarte no puedo
lo único que quería es expresarte lo que siento.
- ¡¿Pero quién eres?! Quiero conocerte... - hablando solo -
Realmente quería conocer a aquel que le enviaba esas notas ¿Quién daría su alma al infierno por una de sus caricias? Parecía como si se estuviese enamorando de esa persona que aun no conocía, o que quizá si, pero no sabia quien era. Guardó el sobre junto con el otro en el bolsillo, pues siempre llevaba el poema con él, ya que constantemente releía aquellas líneas. "Espero averiguar hoy de quien se trata..." - pensó -.

Esa noche los caballeros se habían juntado para una de sus acostumbradas reuniones. De fondo había buena música y circulaban buenas bebidas, el ambiente era muy ameno y todos se divertían.
En un costado del living Shaka conversaba con Afrodita.
- ¡Es hermoso! - decía el caballero de Piscis con lágrimas en los ojos - Es lo más hermoso que leí... Sea quien sea quien te escriba esto te ama realmente. ¡Ahhh! Te envidio, como desearía tener a alguien que me escriba cosas tan bellas.
- Ni siquiera se quien es... ¡Demonios! Quiero conocerlo...
- Es alguien de aquí, ¿Pero quién? - preguntaba Afrodita mientras miraba hacia el resto de los caballeros - ¡Ven! Vayamos a tomar algo con el resto - casi obligando a Shaka a acercarse al grupo -
- ¿Una cerveza? - ofrecía un alegre Dohko, el barman oficial del Santuario -
- Yo no bebo, gracias - contestaba Shaka, quién guardaba los poemas en el bolsillo -
- ¡Yo si quiero! - contestó un sonriente Afrodita -
En eso un Máscara Mortal bastante pasado de alcohol abraza desde atrás a Shaka y Afrodita.
- ¿La están pasando bien? Les recomiendo los tragos especiales de Dohko, están muy buenos.
A Afrodita le brillaban los ojos cuando Máscara estaba cerca, en cambio Shaka se sentía algo incómodo.
- ¿De quién es esto? - preguntó Máscara soltando a los caballeros al momento que alzaba algo del suelo -
- ¡Eso es mío! - contestó un nervioso Shaka al darse cuenta que lo que tenía Máscara en su mano era uno de los poemas, debía de haberse caído mientras los guardaba -
Shaka intentaba quitárselos, pero Máscara ya estaba leyendo la hoja, impidiéndole a Shaka obtener el papel.
- Vaya, vaya, vaya... ¿Quién te escribe esto Shaka? - con una sonrisa socarrona -
- ¡Devuelve eso! - enojado -
- No quiero.
- ¡Es mío! - más enojado -
- ¡Jajajajajaja! ¡Esto si es gracioso! ¡Escuchen todos! - alzando la voz tratando de captar la atención de todos los caballeros, algo que no le cuesta mucho - ¡Escuchen esto! Shaka recibe unos poemas muy graciosos...
Shaka trataba de quitárselos, pero con mucha destreza Máscara lo impedía. El caballero de Cáncer había comenzado a leer uno de los poemas a todos los allí presentes, haciendo además estúpidos comentarios. Muchos se estaban matando de la risa (no por el poema, si por los comentarios de Máscara).
- "Envidioso el firmamento por el color de tus ojos" - leía Máscara mientras miraba los ojos de Shaka - ¡Ja! Que romanticismo barato, tus ojos no tienen nada de raro. A ver... que sigue... Si, "Envidiosas las estrellas, pues tú brillas más que ellas"... Eso si es gracioso, ¿No? ¿Ven ustedes acaso a éste brillar?
Muchos de los caballeros se desternillaban de la risa.
- Ah, no, esta es mejor. " Oh, Enviado divino, ángel caído del cielo" - burlándose - ¿Tu? ¿Un ángel? - mirando a Shaka, quien estaba más rojo que un tomate y sin poder reaccionar - Si, caído del cielo, porque te tiraron - comentario que generó más risas -
Afrodita contempló con pena un patético espectáculo: Un Máscara completamente alcoholizado leyendo a todo el mundo uno de los poemas que Shaka recibiera y a un caballero dorado de Virgo super colorado de la vergüenza sin poder hacer absolutamente nada. Observó el rostro del resto de los chicos, la mayoría se reían, salvo uno quien denotaba una expresión de preocupación.
- " ...tu luz me estremece y me impacienta", Ahhh... que romántico, ¿No lo creen? Aquí hay alguien que le tiene muchas ganas a Shaka - riéndose - ¿Quién te escribe estas porquerías?
Shaka no podía decir nada, estaba completamente furioso, tanto que podía hacer explotar su cosmos y destruirlo todo.
Shun observaba preocupado que Shaka no era el único furioso, detrás de todos estaba su hermano quien también escuchaba las pavadas de Máscara. No solo se burlaba de Shaka sino también de él, pero no podía decir nada o se pondría al descubierto.
Shaka por fin reacciona, se acerca a Máscara - quien no dejaba de burlarse - y le da un buen golpe, dejándolo tumbado en el piso. Le quita la hoja y con mucha rabia se retira del living. Afrodita ve como deja a Máscara en el piso y corre a socorrerlo. Lamentablemente el alcohol y la paliza de Shaka lo dejó inconsciente. "Pobre Shaka... será mejor que lo deje solo - pensaba el caballero de Piscis - Después de todo, creo tener ahora una pista" -.

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