Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El ramen puede esperar por read

[Reviews - 37]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

 

Un mal intento de oneshot. Espero que termine en proximo capítulo ^^

Notas del capitulo:

 

Este es el primer fic. de Naruto que escribo, espero no haber cometido errores. El fic transcurre en la primera temporada cuando tenían onces añitos. Les agradezco que me hayan dado la oportunidad y se den el tiempo de leer. Espero que les guste. Si encuentran que le falta un poco de sentido, se debe- entre otros muchos factores- al calor de mierda que hace en esta maldita ciudad. No soporto el verano y tengo el cerebro como un chicharrón. En fin, de verdad espero que les guste ^^

 

 

 

Naruto no podía creer lo que estaba escuchando, joder, las mujeres no podían ser tan malvadas. No. Tenía que ser una mentira. Una vil mentira. Inocentemente había acompañado a Tsunade a la peluquería, llevaban horas y horas en ese maldito antro que las mujeres suelen llamar “salón de belleza”  y una mierda. Entre depilación, permanente, maniquere y otras cosas que eran imposibles de nombrar o recordar o lo que sea Naruto había entrado a sus inocentes doce años a la maquiavela mente femenina. Eran unas perras. Sí y malvadas. Escucharlas hablar sobre hombres, citas, besos, hombres, equipamiento masculino (en palabras comunes penes, pollas), la importancia del tamaño, brazos, músculos, torso, bello, besos, besos con lengua, citas, ex, vecinos, vecinos de ex, compañeros de trabajo, autos, ropa, zapato, tamaño del pie... Entre risas y muchas risa y más risas Naruto sintió verdadera lastima del genero masculino, pobres, las mujeres se fijaban en todo y todo era motivo de burla y, oh claro, muchas risas. Perras.

 

Por lo que Naruto estaba entendiendo un hombre para ser aceptado, del tipo más que amigo, por una mujer tenía que ser algo así como el puto batman y más encima bailar como un puto trompo y cocinar como un puto chef… los querían guapos, con cuerpos esculturales, bien equipados (refiriéndose de igual forma del tamaño del pene como al modelo del auto), con depto propio, rudos pero con  su lado femenino desarrollado, indiferentes pero cariñosos… ni siquiera tenía sentido todas esas mierdas que esperaban de los hombres.

 

Perras, malvadas y locas.

 

A cada segundo que pasaba Naruto se hundía más y más en acolchado sillón en el que esperaba-escuchaba. Nunca tendría novia. Estaba confirmado. Sakura nunca se fijaría en él. Lo único que tenía era departamento propio y nada más de la interminable puta lista de requerimientos que tenía que tener un puto hombre para ser considerado un puto HOMBRE.

 

El ramen que Tsunade le había prometido no valía todas las penurias que estaba sufriendo, no. Era muy triste darse cuenta que ni siquiera era considerado un hombre y que virgen a los cuarenta podía ser su futuro. No quería ser conocido como el el puto Hokage virgen… ser el único Hokage virgen… ser conocido por todo el maldito mundo como el Hokage virgen a los 40, 60, 70 y fin. NO. Ni siquiera tendría nietos que hablaran de sus hazañas. Vivir así no valía la pena, claro que no.

 

¿Quien diría que detrás de esas larga pestañas, caras angelicales y falditas cortas se encontraban esas arpías calculadoras, malvadas, crueles que solo se fijaban en superficialidades? ¿Dónde habían quedado los sentimientos y los buenos corazones? ¿No valían nada?

 

¿Acaso él no valía nada?

  

 

Cuando Naruto ya estaba por tirar la toalla, darse por vencido y colgarse llegando a su casa después de comer el último ramen escuchó a una chica.

 

-… salía con un chico, feo a rabiar, medio encorvado. Fracasado a morir, creo que todavía vive con sus viejos. Era maleducado y tenía pelos en el culo. No sé porque acepte salir con él, por lastima seguramente. Bebí mucho esa noche y terminamos besándonos. Era feo como el diablo pero besaba… dios cómo besaba, se me llega poner los pelos en punta. Ese tío sabía mover la lengua, dios, llegaba apretar los pies en los zapatos y tenía una manera de tocarme… dios. Y en la cama…- murmullos- .. esa lengua…- murmullos y risas-… los mejores orgasmos de mi vida.

  

 

Naruto vio la luz después del túnel, aun había esperanzas. Solo tenía que dar lastima hasta que Sakura se apiadara y le diera una cita. Emborracharla hasta por los ojos y después darle el mejor puto beso de la historia del cine y la televisión. Dios y ahí lo amaría. La dejaría loca con el mejor beso Uzumaki Naruto marca registrada. Agradeció silenciosamente a Tsunade por haberlo llevado al confesionario-peluquería y ser- ahora- conocedor de la llave del corazón de una mujer. Un beso, un beso fogoso como una antorcha y candente como el mismísimo infierno. Sakura no sabía lo que le esperaba ya que Naruto besador del milenio le daría un poco de su pócima.

 

Naruto se río de sus ocurrencias. Pero una cosa estaba clara, ya sabía como dejar loca a Sakura. Sus años de soltería estaban acabados.

  

 

Las mujeres seguían hablando de besos, buenos besos, besos que las dejaron locas. Beso-primera cita. Besos apasionados, besos fogosos. Naruto ponía toda su atención y hacia notas mentales, ya se creía un experto. Un conocedor de mujeres. Pero muy pronto la conversación derivo a malos besos, besos babosos, mal aliento, choque de dientes, al ¡hey tú no tengo el clítoris en la amígdalas!, a los besos que no terminan, los besos que terminan muy rápido, los tipos que tocan mucho mientras besan, a los lo que no tocan mientras besan, los que ni se mueven mientras besan…

 

A cada minuto que pasaba ser un buen besador se veía cada vez más lejano. Joder, al parecer dar un buen beso era más difícil que a hacer una bomba casera y sacar el titulo de ingeniero aeronáutico al mismo tiempo. Naruto seguía escuchando y escuchando y escuchando. El mundo se dividía; los hombres que besaban bien igual a dame un hijo y los hombre que besaban mal igual a recógeme la basura.

 

Naruto no sabía en que grupo estaba. Y obviamente quería estar en el grupo por favor, te lo suplico, dame un hijo. Quería ser un buen besador, no, necesitaba ser un buen puto besador. Era la única opción que le quedaba.

 

Naruto nunca había dado un beso, bueno si, pero no, no contaba… o tal vez sí, mierda, no. Había sido sin querer con su archienemigo- ahora mejor amigo-enemigo- Uchiha Sasuke y claro había sido un error, una broma del destino y sin lengua así que no contaba. No, no contaba. Además los besos entre chicos no contaban ¿no? Además había sido sin lengua y los con lengua son los que cuentan ¿no? Así que en estricto rigor nunca había besado o ¿no? Bueno en fin tampoco nunca le había preguntado a su mejor amigo- enemigo que le había parecido aquel beso-no beso. Así no sabía como eran sus habilidades en esa materia. Pero Naruto sospechaba que como en la mayoría de las materias de la vida él sería… torpe. Estaba seguro, era como sumar dos más dos. Seguramente besaba como el culo. Como un culo peludo y con celulitis… y con granos. Mierda necesitaba práctica… mucha práctica. Su vida siempre había sido así; mucho esfuerzo y mucha práctica. Besar sería lo mismo. Lo que también significaba que tarde o temprano dominaría la técnica de besar y sería el mejor Hokage besador de la historia de Konoha, bah, del mundo ¡Si, señor!

           

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Al salir  del Salón de belleza Tsunade se preguntó a qué se debía el silencio espectral en que se encontraba Naruto. Se notaba que estaba sumergido en sus pensamientos, cosa rara en el chico. Se dirigieron caminando al Ichiraku, Naruto no despejaba la vista del suelo. Tsunado se estaba poniendo nerviosa ¡como odiaba el puto silencio! La ponía histérica. Sin contar que le preocupaba que su –normalmente-  hipertinético acompañante se encontrara tan callado. Joder si el pendejo no se callaba nunca. Y ahora mudo como una puta momia… y cabizbajo. A cada minuto se preocupaba más y más ¿Estaría enojado con ella? Por haberlo arrastrado hasta el salón de belleza y haberlo hecho esperara horas y horas. No se podía enojar por eso o ¿si? Pero si le había prometido que le compraría ramen ¡Había comprado su puta compañía! Mínimo que riera, gritara, saltara de alegría como un maldito obseso ¡Mínimo! Naruto debía decirle cuanto la amaba por su maldita generosidad. Pero no, estaba callado, cabizbajo y pensativo y eso estaba poniendo absurdamente triste a Tsunade. Tenía que hacer algo, como ahora ya o se pondría a gritar o a llorar o a golpear. Quien sabe.

 

- Tsunade…- escuchó la voz de Naruto. Tsunade se giro y observo los grandes ojos azules de Naruto. Como quería a ese maldito pendejo- … podríamos dejar lo del ramen para otro día.

 

Ya, estaba confirmado. Algo muy grave estaba pasando. Era simplemente increíble creer lo que acababa de escuchar. Parpadeó un par de veces, y ahí seguía Naruto observándola a los ojos. Esto estaba mal, muy mal. El ramen era el motor en la vida del Naruto. No se imaginaba que podía ser más importante, tanto así como para cancelar una ida Ichiraku.

 

- Pero es ramen Naruto- comenzó Tsunade- un rico ramen, y puedes comer todo lo que quieras. En serio, estoy generosa, deberías aprovechar. Imagínate cuando estés en una misión, en el frío bosque. Tendrás hambre, mucha hambre, muerto de hambre y el menú del día  sean sapos y culebras. Lo recordaras, recodaras todo ese rico ramen que pudiste comer pero que no lo hiciste. Y te lo juro Naruto, lo recordaras, te vas arrepentir y vas ha sufrir, chico.

 

Naruto bajó la vista y se mordió el labio inferior. Tsunade pensó que había ganado la partida pero cuando Naruto levantó la vista y la miró con la determinación marcada a fuego en sus ojos azules supo que sea lo que sea que pasaba por la cabeza del rubio, era importante. Muy importante.

 

- El ramen puede esperar.

 

Naruto lo había dicho. La ida al Ichiraku estaba cancelada. Naruto había tomado una decisión y aunque Tsunade ni siquiera se podía imaginar de qué se trataba el asunto si para Naruto era importante para ella era importante. Fin. El ramen podía esperar. Tendría que conformarse con comprar comida china para llevar y tomarse una botella de Whisky en su casa. Un buen panorama, bah, un excelente panorama. El ramen si podía esperar.

 

- Lo dejamos para otro día- peguntó tímidamente Naruto.

- Claro, pendejo, cuando quieras.

 

Naruto le dedicó una de sus sonrisas capaces de despejar los días nublados y se abalanzo sobre ella para darle  un abrazo de oso y un beso baboso en la mejilla. Todo estaba bien, muy bien. El ramen siempre podía esperar mientras Naruto conservara esa sonrisa.

 

          

 

 

 

Naruto no recordaba haber corrido tan rápido en su vida. Las calles y las personas pasaban rápidamente como manchas borrosas en su camino. El corazón le latía al mil, joder, no le sorprendería que su corazón se saliera del pecho y terminara la carrera por su cuenta. No recordaba haber sentido tanta ansiedad en su puta vida. Y no era para menos si su vida dependía de ese momento, su vida cambiaria para siempre. Sería como empezar a vivir de nuevo, el primer día de una nueva vida. El primer paso hacia un futuro prometedor. Mierda, sí. Había meditado y había tomado una decisión. El mundo no es de los cobardes y si quieres conseguir algo tienes que luchar por ello hasta la muerte. Así se debía comportar un futuro Hokage. Sí. Y en un cerrar y abrir de ojos se encontraba ya en su destino. Frente a una puerta de roble. Ya estaba allí, no había vuelta atrás, no señor. Claro que no. El corazón le retumbaba en la cabeza como caballos galopando. Solo tenía que tocar la puerta, no era tan difícil. No señor. Le dio dos tímidos golpes y silencio. No pudo esperar más y empezó a golpear estrepitosamente la puerta con los puños, incluso le regaló un par de patadas. Y después de todo ese escándalo la puerta se abrió mostrando la tan conocida piel pálida como la muerte, el pelo negro como la noche y la cara de mala leche infinita.

 

- Date la vuelta y vete por el mismo camino por el que viniste- recibió como saludo. Puto bastardo.

- A la mierda, Sasuke. No jodas, así no se reciben a los amigos- empujó al dueño de casa para poder pasar- estoy muerto, vine corriendo. Te sacare un vaso de agua- Se dirigió a la cocina y al ver que había jugo en el refrigerador se tomo dos vasos al seco- mierda, estaba bueno.

 

A Sasuke no le quedo de otra que cerrar la puerta con la molestia dentro de casa. Odiaba a las visitas inesperadas, a las visitas y a las personas en general.

 

- Terminaste- le pregunto-aseguro con una mano en la cadera y la otra señalando la puerta- Así que te puedes largar.

- Puta, Sasuke, te cuesta mucho ser una persona decente y tratarme bien aunque sea una vez en tu vida. La amabilidad no mata para que te enteres.

- Entonces dime a que has venido y lárgate. Estoy ocupado.

 

Naruto se río y Sasuke frunció el ceño aun más.

 

- Ya, sé que estabas ocupadísimos ideando tu plan de venganza número ocho mil ochocientos tres o estabas afanadamente rascándote el culo. Lo sé y puta disculpa. Para que sepas yo también estaba ocupado pero esto es importante. Lo demás puede esperar. Tienes toda la puta vida para idear los más sofisticados planes de venganza y rascarte el culo a tu antojo. Te lo aseguro.

 

Para Sasuke Naruto era idiota, como el común de los mortales, tal vez un poco más y eso lo hacia algo especial, tal vez, quien sabe. Era inútil molestarse con él, pérdida innecesaria de energía. Ocupado no estaba pero Sasuke apreciaba los momentos de soledad, que eran los más en su vida. Las personas lo incomodaban y el creía incomodar a las personas.

 

- No voy a compartir contigo lo que estaba haciendo, no lo comprenderías- le dijo altaneramente- pero te daré la oportunidad  que me comentes eso tan importante que me querías decir.

 

Naruto observo a Sasuke, maldito prepotente, era obvio que Sasuke esperaba una estupidez de su parte y reírse a su costa. Mierda. Ya no sabia que decir, maldito Sasuke y su habilidad de ponerlo inseguro. Mierda, ya se sentía estúpido y ni había abierto la boca. Miró las delicadas facciones de su compañero y pensó si Sasuke era consiente que tenía facciones de princesita, con nariz respingona incluida. Mierda, no podía abrir la boca y Sasuke lo miraba como diciendo no tengo todo el día para esta estupidez. Se estaba poniendo nervioso, muy nervioso. Y la maldita sensación de inferioridad se estaba haciendo presente. Se preguntó que estaba haciendo ahí, parado como estúpido, sintiéndose la peor mierda del mundo en vez de estar en el Ichiraku comiendo, riendo, hablando, comiendo y riendo.

 

- Si no tienes nada que decir puedes hacer el favor de irte.

 

Puto bastardo.

 

- Puto bastardo, me puedes dar algo de tiempo ¡Maldición! Eres insoportable. Jodidamente insoportable. No sé por que mierda gasto mi tiempo contigo. Te juro que no sé. Pero en fin, hoy fui al salón de belleza con Tsunade…

- No creo que esto me vaya a interesar…

- Me puedes dejar hablar por la puta- casi gritó Naruto y Sasuke asintió con la cabeza.

 

 Y Naruto comenzó a contarle todo lo que había escuchado en la peluquería. Sasuke aprovecho el tiempo para lavar el vaso que había utilizado Naruto y Naruto aprovecho de observar las espectrales manos de Sasuke lavar con diligencia el vaso. Sasuke tenía piel de porcelana y pensó que Sakura sería capaz de matar por una piel así. A medida que hablaba se empezó a sentir extremadamente estúpido. Sasuke no tenía problemas con las chicas. En la academia a todas las chicas se les caían las bragas ante su presencia. Era como el puto batman, incluso tenía ese aire oscuro y refinado. También compartían todo ese asunto de la venganza. Conseguir novia no le sería nunca difícil. Sasuke no era como él. Y obviamente todo lo que parecía absurdamente trágico a Naruto a Sasuke parecía no afectarle. Ya había dejado de lavar el vaso y ahora lo observaba de frente con los brazos cruzado y con cara de a mi que me importa eso, si yo soy perfecto. Maldito bastardo perfecto. Naruto se preguntó por onceaba vez que mierda estaba haciendo ahí en frente a la perfección en persona en vez de estar en Ichiraku.

 

- Entonces has venido hasta aquí solo para decirme que a las mujeres les gustan los hombres guapos- dijo Sasuke tras finalizado la primera parte del discurso de Naruto- Eso ya lo sabia y no me importa. Si a eso has venido ya puedes irte- se dio la media vuelta y salió de la cocina.

 

Maldito bastardo. Naruto sintió como la sangre le hervía en la venas, apretó los puños con fuerza. No llevaba ni media hora y ya le habían echado como cinco putas veces y más encima el bastardo lo había dejado SOLO en la puta cocina. Sasuke si sabía como hacer sentir a una persona miserable. Maldito. Naruto había ido con la mejor de las intensiones, en busca de ayuda, de una mano amiga y lo habían desechado y echado. Y eso que aún ni siquiera había llegado al asunto importante. Se sintió como un perro sarnoso que lo repudian y echan de todos lados por leproso. Por indigno. Se acordó de su niñez y de las miradas de odio que le dirigían. 

 

A la mierda, Naruto no se dejaría intimidar por las caras feas y… el rechazo. No señor, Naruto era un luchador. Un maldito luchador que no se deja amedrentar por nadie. Ni siquiera por el bastardo. El era como esa canción, como la del junto que se dobla pero siempre sigue en pie. Y si tenía que volverse de hierro para endurecer la piel, claro que lo haría.

 

 Salió corriendo en busca del bastardo, que ya estaba en el pasillo a un paso de su pieza. Cuando lo alcanzó lo agarró con fuerza de la muñeca y lo giró dejándolo frente a él.

 

- Que mierd…

- ¡Cállate Sasuke! Solo cállate – dijo Naruto- mira- comenzó más calmadamente- vine a hablar contigo y me vas a escuchar.

 

Sasuke se soltó del agarre de Naruto. Tenía que aceptar que el idiota tenía fuerza.

 

- Naruto- dijo cansadamente- no quiero ser desagradable pero… no sé a que has venido y no veo nada importante en lo que me estabas diciendo. Realmente no me interesan las conversaciones que puede tener un grupo de mujeres, no, ni siquiera comprendo porque a ti te llama la atención y no comprendo  por qué me lo quieres comentar a .

-Tú no entiendes- dijo Naruto en un tono de voz que  Sasuke encontró lastimero- tú no puedes entender- Sasuke levantó una ceja en signo de pregunta- Tu eres guapo y te va bien con las chicas ¡Rayos! Y eres tan miserable que ni siquiera a precias eso. Puta, a mi ni me miran… no me quiero quedar solo.

 

Ah.

 

Eso era.

 

Ahí estaba.

 

La verdad.

 

Lo que realmente preocupaba a Naruto.

  

 

 

Sasuke se sintió un maldito miserable. Se culpó por haber tratado tan… ¿Mal? ¿Fríamente? a Naruto. Pero que mierda, ni que fuera adivino, él que se iba a imaginar que Naruto se sentía solo y todas esas mierdas existencialistas. Él había pensado que Naruto solo había ido a comentarle alguna estupidez, como esa vez que lo despertó a las cuatro de la madrugada solo para decirle que la señora del quiosco era un hombre. Pero no, al parecer Naruto se sentía solo. Que mierda. Y al parecer quería algo de apoyo. Pensó que todas las estupideces que le había estado diciendo eran algún tipo de excusa para tener algo de compañía. Sintió algo de pena y bastante de culpa por su actitud. Puso su mano en el hombro de Naruto.

 

Naruto había ido a buscar su apoyo y el se había comportado como un verdadero imbécil.

 

Ahora se tenía que comportar comprensivamente.

 

¿Por qué de todas de la personas de Konoha tenía que recurrir a él? pensó con fastidio.

 

 ¿Ahora que tenía que decir?

 

No te preocupes yo estoy contigo.

 

Eres un gran tipo y estoy seguro que algún día una chica va a ver todo tú increíble ser y se casarán y tendrán hijos y bla bla bla

 

¿Qué mierda tenía que decir?

 Obviamente Sasuke no había nacido para actuar compresivamente. 

Aquí tienes mi hombro para llorar.

 

Lloremos juntos.

 

¿Qué esperaba Naruto de él?

 Acaso esperaba que conversaran. 

Ah, no.

 

No, no, no y no.

 

Mierda. No quería actuar como un bastardo pero de ahí a conversar era otro cuento. Hablemos de los momentos traumantes de nuestra niñez. Hablemos de nuestros sueños y temeros. Hablemos…

 

Primero muerto.

 

Se moría de ganas por decirle que se fuera a entrenar y que otro día hablaban.

 

Pero no podía, a pesar de todo apreciaba a  Naruto. Y si estaba en su poder ayudarlo, lo haría.

 

- No crees que eres muy joven para preocuparte por las chicas- dijo.

 

Ok. No era lo mejor que podía decir pero… algo es algo.

 

- No… mierda- empezó Naruto-… es complicado- se puso una mano en la nuca- ay, no se como decirlo. Me gusta Sakura y mierda… quiero que sea mi novia. De verdad que quiero… pero ella solo tiene ojos para ti… y eso. Tú no le das bolas y ella no me da bola, llega a ser chistoso- sonrió amargamente- Y lo peor es que comprendo que no le guste… ósea mírame, soy un maldito desastre.

 La situación a cada segundo se estaba volviendo más… fastidiosa para Sasuke. Incluso llegaba a sentir un poco de lastima. No sabía si por Naruto o por la situación o por el mismo que le tocaba tener que escuchar. El tema chicas le tenía sin cuidado. No le parecía ni siquiera digno de mención, menos para sufrir por ello como al parecer le pasaba a Naruto. Realmente no comprendía. Sufrir por amores no correspondidos le parecía una perdida de tiempo. Pasatiempo de ociosos. Pero por muy estúpidos que le parecieran los problemas de Naruto tenía que actuar comprensivamente. Actuar como si de verdad estuvieran hablando algo importante. 

- Ah- dijo.

- Y mientras estaba el salón de belleza empecé a pensar, sabes, y me di cuenta que no tengo ni una gracia… nada. Y me parece ridículo esperar que Sakura me quiera… si yo… si incluso yo, mierda… si yo estuviera en su lugar tampoco me fijaría en mí.

 

Mierda. Sasuke no sabía que decir. Naruto le estaba abriendo su corazón y él no podía dejar de pensar en cuanto se iba a demorar. Se sentía un maldito bastardo. Pero no era su culpa, el no tenía la culpa de ser un maldito insensible.

 

- Estas exagerando- dijo- todo el mundo tiene alguna gracia. Incluido tú. Dale algo de tiempo. Y si nunca se fija en ti no es tan terrible, siempre va a ver alguna loca igual de necesitada de cariño que tú, tenlo por seguro. Se positivo y cambia la cara.

 

Naruto sonrió tristemente y Sasuke deseo poder ser una persona más… compresiva… más… ni siquiera sabia. Pero quería, de verdad quería,  poder decir algo que hiciera sentir mejor a su compañero-amigo. Sinceramente apreciaba a Naruto. No le gustaba verlo así, triste y cabizbajo. Le causaba algo de impotencia ser incapaz de decir ni siquiera una palabra de apoyo de verdad.

 

- Yo no quiero a cualquier loca, Sasuke, la quiero a ella. Y creo que sé, ahora creo que sé, como le puedo llegar a gustar. Por eso vine hasta acá, Sasuke. Quiero tu ayuda, necesito que me ayudes.

 

Todo tiene su límite. Sasuke pensó que Naruto estaba abusando de su buena disposición. Oh, sí. Primero le pide su oído para que le escuche, después el hombro para que llore y después le pide su ayuda. Maldito manipulador, poniendo cara de perro apaleado y voz quejumbrosa. Cómo si no tuviera nada mejor que hacer que actuar de Cupido uniendo a parejas. Já. Se sintió estúpido por preocuparse por Naruto. Se sintió utilizado.

 

Ya se imaginaba lo que le iba a pedir Naruto. Muy obvio. Seguro que le pediría algo así como que tratara mal a Sakura, que la insultara y todas esas estupideces por el estilo. Entonces en ese momento Naruto haría su aparición, a lo super Naruto. “Hey maldito, así no se trata a una dama. Discúlpate”, Sasuke tendría que actuar como un verdadero imbécil “Yo no me disculpo con nadie, además no veo a ni una dama en este lugar” Sakura a esa altura estaría llorando “porque me tratas así, si yo te amo” En ese momento le tocaría reírse vilmente “yo no me meto con prostitutas” Naruto se arremangaría las mangas de la chaquetas “Has colmado mi paciencia, te enseñare como se trata a una mujer. No quería usar la violencia pero no me queda otra opción” Y claro ahí empezaría la pelea. Un combo por aquí, una patada por allá. Sakura seguiría llorando “Por favor no peleen” Naruto le pegaría un derechazo en el hocico y se caería al suelo escupiendo sangre “Maldito esta me las pagas” Naruto le sonreiría con prepotencia “Sakura no esta sola, he sido compasivo esta vez, pero la próxima vez no me contendré. Quedas advertido” Naruto le daría la espalda he iría a consolar a Sakura “Vamos preciosa, te dejare en tu casa. Él no se merece tus lagrimas” “¡Oh! Naruto he sido tan tonta, y tú… Oh Naruto no merezco tu amor” “No, Sakura. Tú te lo mereces todo. Yo soy el que no es digno de tu amor” “Oh Naruto…” Y se irían dejándolo tirado en el suelo… Ah, claro y antes de desaparecer de su vista Naruto le guiñaría un ojo en señal de agradecimiento.

 

Y Fin.

 

Si Naruto creía que él, Uchiha Sasuke, se prestaría para una farsa de esa naturaleza era más retardado de lo que él se podía imaginar. Se sentía realmente molesto. Maldijo a Naruto y a Sakura y al Dios que los creo. Se sintió traicionado. Nunca haría algo así. Nunca.

 

- Y se puede saber para que necesitas mi ayuda- preguntó molesto. Su compasión y buena disposición ya se habían acabado.

 

Naruto le sonrió tímidamente.

 

- Eso es complicado- dijo- rayos no se como decirlo…- se rascó la cabeza- ok, a esta altura ya no me puedo echar hacia atrás ¿Cierto?... ya total, que tanto. Es simple, Sasuke, te quería preguntar si me dejarías besarte.

 

Notas finales:

 

reviews????


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).