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DeathZone por Daru

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Notas del capitulo:

Actualizando este fic lolololol xD… Me da lástima Matt al final, se queda traumado LOL

B e F o u n d

Matt's POV

@ Blue eyes for running away, just break me down

...


 

Me desperté sintiéndome mareado. Era una de esos días que… ¿no sé si te ha pasado? Despiertas sin saber qué día es, dónde estás o quién carajos eres… luego de un buen rato, después de que el cerebro perezoso comience por fin a hacer su labor, recuerdas:

“Bien, soy Mail, también conocido como Matt… tengo 19 años, actualmente vivo en los Ángeles… estoy en mi departamento” Ok, hasta ahí estamos bien… pero luego “Uhm… ayer… ¿qué paso ayer?... Pedí una pizza delivery, me la comí… fumé, y… no me acuerdo”.

Bien, no me acordaba nada de lo que pasó después. Pero si tenía una extraña sensación que no me dejaba en paz. Ese sueño que tuve. No recordaba bien todo el sueño, sólo partes de él. Lo que sí recordaba a la perfección eran esos ojos azules. Completamente hipnotizantes, un azul que parecía más profundo que el mar… daba la impresión de poder perderse en ellos y no regresar jamás. Los portaba un muchacho rubio, que no parecía ser mayor que yo, con una tez que daba la sensación de ser de porcelana y una sonrisa sarcástica y fría dibujada en ella. También pude recordar del sueño el olor metálico de la sangre y el dolor, un dolor intenso… un dolor que (aunque todo hubiese sido una ilusión) parecía tan real. Ese dolor que para mí era identificable, era causado por balas.

Sólo por curiosidad y tal vez hasta flojera, me levanté la remera a rayas buscando signos de alguna cicatriz… no, nada. “Sólo ha sido un sueño” intenté tranquilizarme. Además, tampoco me dolía nada, pero sí me sentía extrañamente cansado y me ardía un poco el cuello, era como si me quemase. Miré el reloj, eran casi la una de la tarde… ¡Diablos! Me había dormido toda la maldita mañana. Miré en el espejo mi cuello… nada, no había ni siquiera una marca. Me convencí de que estaba delirando por la falta de comida decente y un buen cigarrillo (o quizá tanto humo de cigarro fue lo que me afectó el cerebro… no, eso no es).

Luego de hacer las cosas que normalmente hago, decidí arriesgarme a salir a la contaminada y excesivamente poblada ciudad de Los Ángeles para seguir con mi trabajo de investigador. Definitivamente me estaba acostumbrando a salir más a menudo.

En fin, había escuchado semanas atrás que algunos hombres de la mafia que estaba investigando se reunían en un lugar muy lujoso y exclusivo (al cual, obviamente, no me dejarían entrar). Pero, primero tenía que averiguar que tipo de lugar era… según yo pensaba, se trataba de un casino… pero resultó ser una discoteca, la más exclusiva y moderna de la ciudad (y obviamente la más cara). No me costó acceder a sus sistemas de seguridad y hacerme acreedor de una entrada VIP (no me enorgullezco de eso, pero no quería gastar un dineral en ir a un lugar de diversión para trabajar).

Cuando ingresé, entradas las once de la noche, apenas podía mantenerme de pie. Las luces brillando en todos los espacios, los láseres tintineando, la música estruendosa, y la neblina blanca y espesa causada artificialmente me mareaban. Al final, decidí ponerme los goggles para proteger mi vista de tantos destellos de luz. Realmente no estaba hecho para este tipo de lugares, con toda esa gente sacudiéndose al ritmo de la música (y uno que otro perdido); me asfixiaba. Me dirigí al bar del área VIP, al parecer era el único lugar dónde, al menos, podía ver quién estaba al frente. Pedí un trago con poco alcohol (no quería terminar ebrio)… lo bueno de estar en esta área y no en la normal es que hay menos gente (y que tenía necesariamente más oportunidades de encontrarme con los mafiosos).

En fin, estaba sumido en mis pensamientos mientras terminaba mi bebida, cuando una chica con tacones increíblemente altos y con un vestido violeta bastante ceñido (el cual hacía notar más sus… err… implantes de seno) se me acercó. –Baila conmigo, guapo- me dijo. Sonreí ante tal comentario, pero me negué con la cabeza. –Tacky freak- alcancé a escucharle, mientras se dirigía a un grupo de chicas que tenían el notorio sello del bisturí pasado por sus cuerpos. “¿Y no que era guapo?” pensé con algo de sarcasmo.

De ahí pasaron algo de veinte minutos cuando, al fin, pude divisar a los que estaba buscando… pude reconocer a dos (ya que las personas que me contrataron me habían dado algunas fotos y unos cuantos datos). Uno de ellos era muy corpulento; y el otro, bajo y rechoncho. Ambos, vestidos de terno negro y corbata (¡Dios! ¡¿Cómo podían con ese calor?!), se dirigían a un ascensor en la parte trasera. Pude ver a que se iban a seis pisos por encima de dónde me encontraba actualmente. Los seguí luego que el ascensor volvió a bajar. Cuando llegué a esa estancia, pude darme cuenta que era como un pasadizo con varias salas. A penas se oía la estrepitosa música de pisos más abajo. Las puertas de casi todas esas habitaciones estaba cerradas… y yo no sabía a cuál dirigirme. Me detuve veloz a darle un vistazo para descubrir alguna cámara de seguridad, por suerte parecía no haber ninguna. Sentí un ruido venir del ascensor, del cual yo aún no me había alejado mucho después de bajarme… ¡Alguien subía! No podía permitir que nadie me viera aquí.

Rápida y sigilosamente me dirigí hasta casi el último recinto que tenía la puerta semiabierta… sí, por suerte estaba vacío… no sé que habría pasado si hubiera habido alguien adentro. Cerré la puerta y me saqué los goggles (podía ver claramente, así que ya no los necesitaba); el cuarto parecía una sala de reuniones, tenía una mesa de juntas al centro, un minibar en la esquina izquierda con varios adornos, copas y vasos de distintos tamaños… todo con finos y exquisitos acabados, y aire acondicionado (uff… sí). La pared del lado derecho estaba completamente hecha de vidrio, desde el techo hasta el suelo, era como un mirador gigante (con una vista de increíble de la nocturna ciudad de LA, cabe recalcar). Daba la sensación de estar flotando, incluso producía cierto vértigo.

Me acerqué con cuidado a la puerta, ésta tenía una pequeña ventanita rectangular en su superficie, a través de ella podía observar el pasillo; pero, no lo suficiente. Así que, recordando el adorno de cristal y superficie de espejo que había visto sobre el minibar, lo utilicé poniéndolo al lado de la ventanita, de esa manera teniendo un campo visual más grande, podía observar quién venía del otro lado. Pude ver a los hombres recién bajados del elevador, eran tres… el primero que divisé fue un hombre fornido de un treinta años más o menos, el segundo uno más alto y quizás más joven… a ninguno de los dos los había visto antes… pero el último… ése rubio… el rubio de mi sueño… ¡No podía ser cierto!… era… imposible…

¿Acaso no fue sólo un sueño?

Al pasar al lado de la puerta dónde yo estaba no pude evitar voltear y estremecerme. Sentí que la respiración se me dificultaba. Me deje caer de espaldas sobre la puerta esperando calmarme… no sabía por qué me sentía tan extraño. También me había empezado a arder más el cuello.

Me levanté con dificultad y creí estar seguro que no me había visto, porque el vidrio de la ventanilla era Priva-lite (de esas que a veces usan en los bancos; que puedes ver desde el interior para afuera, pero no desde el exterior hacia adentro). Lo cual de por sí ya me había parecido extraño… pues la pared de vidrio del lado opuesto también parecía estar hecho del mismo material (eso también explicaba que dentro de ese cuarto no se filtraban los sonidos de la discoteca de abajo, todo gracias al Priva-lite). Entonces caí en cuenta de algo… si no había cámaras de seguridad era probable que usaran pantallas de protección (pantallas muy bien camufladas, otro de los beneficios del Priva-lite). –Mierda- murmuré. Tenía que salir de ahí ahora mismo, sino pondría demasiado en riesgo mi trabajo. Volví a echarle un vistazo afuera. Ya no había nadie, nadie al frente, nadie a la derecha, nadie a la izquierda… perfecto.

Salí.

Cerré la puerta con cuidado de no hacer ruido y cuando viré para seguir mi camino, ahí estaba él. Con esos ojos clavados en mí, no a más de cinco pasos de donde yo estaba. “¡Pero se suponía que no había nadie!” pensé sin saber como reaccionar. Noté que era unos cuantos centímetros más bajo que yo, pero no por eso me sentí con el potencial de desafiarle.

Después, todo fue como en cámara lenta; vi a ese muchacho abriendo los labios con lentitud, como a punto de decir algo. Pero, no pude saberlo porque salí corriendo (hasta ahora no sé si eso fue un acto de cobardía total, o era porque mi cuerpo es sabio y me decía que me alejara de ese joven). Corrí con todas mis fuerzas, incluso podría jurar que mis piernas se movían solas. Vi el elevador con las puertas aún abiertas, así que sin pensarlo dos veces, me metí y presioné el botón que me llevaría al primer piso. El tiempo en el ascensor me pareció eterno. Cuando por fin salí de él, me encontré con la multitud bailando y con la música estridente otra vez. Pude apreciar a lo lejos una de las salidas, sin embargo tenía que a travesar la pista de baile con todas esas personas en ella primero.

La neblina, la música, las luces… todo volvía a marearme con sorprendente facilidad. Fue cómo una pesadilla, en un momento dado escuché mi entrecortada respiración sobre la música y vi como aquel cartel luminoso de Exit se alejaba en lugar de acercarse… pero en ese momento sólo tenía algo en la mente…

Que lo que tuve no fue un sueño después de todo… pero, ¿Por qué sigo vivo?

Justo en ese momento perdí el conocimiento por segunda vez.

Desperté con una horrible jaqueca y con una sensación nauseosa. Lo primero que noté fue un techo blanco con un ventilador y un foco de luz instalado en él. El ventilador, que estaba prendido en baja intensidad, hacia que la luz se perdiese por unos momentos generando pequeñas sombras móviles. Las pareces también eran blancas, al igual que la sabanas que me cubrían. Olía a medicina y a alcohol etílico. Entonces supe dónde estaba, en un hospital.

-Vaya, hasta que por fin despertaste- escuché decir a un voz melodiosa y sensual venir del lado derecho. Me senté con dificultad y volteé lentamente hacia el lugar donde venía la voz, temiendo a lo que me podría encontrar. Ahí estaba él otra vez. Sentado demasiado cómodo sobre el sofá de acompañante del hospital. Uno de sus codos apoyado en el brazo del sofá y su mano sosteniendo con asombrosa majestuosidad su rostro. Me miraba fijamente con un gesto aburrido.

-Nn-h-. No sabía qué decir o qué hacer en esos momentos. Me sentía como un niño asustado.

-Vamos, vamos- dijo más animado mientras se levantaba del mueble. –Que si mis hombres no te hubieran encontrado ahora estarías lleno de pisadas de tacones altos-. Pude recordar la detestable imagen de un yo desvaneciéndose entre la gente.

-Ah… bueno…uhm…-empecé a balbucear, sin saber qué responder.

Él volvió a mirarme con aburrimiento y dirigió su mirada hacia la ventana que estaba tras la camilla donde yo estaba. Y se quedó mirándola durante un par de minutos con sumo interés. A parecer la negrura completa que se advertía a través de la ventana era mucho más interesante que yo (¡Oh, por favor! No se veía nada a través de la ventana… en otras palabras, ver nada es extraordinariamente más interesante que ver a un pelirrojo medio muerto en un hospital).

-¿Quién eres?- susurré enojado, al ver que me había reemplazado por una ventana. Él dejo de mirar la ventana y posó sus ojos nuevamente en mí. –Que descortesía- gruñó con sarcasmo mientras dibujaba una sonrisa en sus labios- Aún no me he presentado.

Lo miré con recelo. –Soy Mello- soltó finalmente.

“Bien Mello ¿sabes que? Me vale quién seas. Pero, dime qué diablos haces aquí… ¡¿Qué diablos hago yo aquí?! ¡¿Y qué diablos tiene de interesante una puta ventana?! Si no me lo quieres decir, te lo sacaré por la fuerz…” Mi pensamiento de lo que le voy a decir a Mello si me lleno de valor mágicamente fue interrumpido por sus palabras… dejándome en completo estado de shock.

-Ah, y por cierto… soy tu amo desde ahora-.

Notas finales:

Hay una parte donde una chica dice: Tacky freak. Bueno tacky significa (les pongo la lista que sale en el traductor google xDUu): enfermo, pegajoso, raído, malísimo, cursi, vulgar, estrafalario, lleno de lacras, de vicios, pasado, dañado, podrido, malvado, malo, desaliñado, peliagudo, destartalado y feo. Uhg… pobre Matt o_o

 

Sobre el vidrio Priva-lite… es dios xD. Es eso que a veces ponen, por ejemplo, en los cajeros automáticos (ATM), esos que tú vez la pantalla normal, como de una maquina común; pero, por atrás hay una cámara grabándote y ni cuenta xD.

 

Para los que leen Don’t Jump: Perdón!! ;_; quería actualizarlo ahora, pero se me murió el USB donde lo guardaba o_o. Gashdfsghsfd… de todas maneras lo voy a subir dentro de poco.

 

En fin, gracias por leer :3


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