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Joyas de Pasion por Nekowind

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Notas del capitulo:

Disclaimer: Los personajes son propiedad de Masashi Kishimoto-sensei

Espero que les agrade...es yuri por si acaso n.nU

 

Eran ya casi la media noche en tranquila aldea de Konoha. La brisa corría ligeramente helada moviendo sutilmente las copas de los árboles. Sakura dormía con una expresión de relajo total en su rostro de finos rasgos femeninos debajo de un frondoso árbol en un claro que lo había ocupado como sitio de entrenamiento durante todo el día. Sus dieciocho años le habían dado a la joven kunoichi madures, su ahora de nuevo larga cabellera rosa estaba atada en una larga trenza que caía por uno de sus hombros, su cuerpo ya mas desarrollado y estilizado era cubierto por un nuevo traje color negro con detalles rojos que le facilitaba los movimientos al entrenar y ya se había convertido en una de las kunoishis más fuertes de la aldea.

  

Entreabrió sus ojos esmeraldas aun con algo de sueño al sentir un leve calorcillo húmedo en sus labios que se expandió directamente a sus pálidas mejillas al abrir sus ojos por completo al ver a el rostro de la rubia de ojos celestes cielo que estaba ahora encima de ella, sus dulces labios estaban apegados a los de ella en un cálido contacto.

 

Apenas le rubia separo sus labios de los de ella la pelirosa se incorporo mas en su lugar acomodando su espada en el tronco del árbol que estaba detrás de lla.

 

-¿Qué haces aquí, Ino?. Tengo sueño-  hablo Sakura aun con voz somnolienta recorriendo con sus orbes verdes el rostro sereno de la rubia la cual la miraba con una sensual sonrisa y su profunda mirada celeste cargada de amor y de deseo.

 

No pudo evitar sonrojarse nuevamente ante esa mirada que la invitaba a tantas cosas...

 

-No es bueno que duermas al aire libre- dijo la rubia quedamente sujetando el mentón de la pelirosa con sus blancas manos.

 

-No es bueno que me despiertes cuando estoy durmiendo- replico la pelirosa mordiéndose levemente al labio inferior ante la mirada de la rubia.

 

Rió cómplice ante el gesto de Sakura. Siempre que estaba con ella no podía evitar sentirse tremendamente incitada con cada gesto de ella. Coloco sus manos a cada lado de la ojiverde quedando así acorralada ante el árbol y su cuerpo.      

  

-No seas así Sakura, que ahí cosas muchos mejores que hacer al aire libre además de dormir y entrenar.- susurro Ino aun lado del oído de la ojiverde para después morder levemente el lóbulo e introducir su húmeda lengua provocándole un notorio estremecimiento a la pelirosa.

 

Cerro sus ojos ante la escalofriante sensación. No podía negar que Ino sabia como hacerla enloquecer con sus caricias. La rubia siguió bajando sus labios por el expuesto cuello de la pelirosa, probando y deleitándose su blanca piel y por los quedos jadeos que empezaba a soltar.

 

Sus finos dedos se enredaron entre los rubios cabellos largos y sueltos de Ino mientras esta ahora dejaba momentáneamente su delicioso cuello para pasar a sus finos y dulces labios.

 

Sencillamente maravilloso. Sus labios chocaron pasionalmente y la lengua de la rubia irrumpió en la cavidad de la ojiverde explorando cada centímetro de la deliciosa cavidad, sus lenguas se encontraron en un sensual jugueteo mientras las ávidas y expertas manos de Ino recorrían el cuerpo de la pelirosa haciéndola soltar leves gemidos que se ahogaron en aquel beso.

 

 Amabas se separaron cuando ya no quedaba aire en sus pulmones respirando agitadamente. Sakura dejo caer su cabeza hacia atrás para apoyarla en el árbol y reponerse de la tremenda excitación que había adquirido su cuerpo con aquello beso, dejando, sin quererlo, su cuello totalmente expuesto cosa que la rubia aprovecho para besarlo con total devoción. Sakura soltó un gemido de placer ante tan inesperada acción. La rubia, deleitada y queriendo probar mas de aquella exquisita piel, bajo lentamente el cierre de la prenda superior de la pelirosa bajándolo hasta la altura de los hombros, sonriendo sensualmente mientras hundía su rostro entre la curvatura del hombro y el cuello comenzando a estimular la zona con al principio suaves y tímidos toques de sus labios sacando a ratos su tibia y húmeda lengua comenzando a lamer y después besar con la misma pasión dejando una que otra marca en la delicada y blanca piel mientras con una de sus manos desataba la trenza de la pelirosa dejando así caer con gracia su largo y ahora algo ondulado cabello rosa en su espalda y otros mechones que se quedaron en su hombro derecho.

 

La pelirroja sentía sus mejillas arder de la excitación y el placer que le causaban los estímulos de la rubia, sus labios entreabiertos dejaban escapar continuos jadeos y gemidos que llenaban el silencio nocturno del claro. Con una de sus manos acariciaba el sedoso cabello rubio de Ino enredando sus finos dedos entre las hebras rubias mientras que su otra mano viajaba ansiosa por ese perfecto cuerpo, acariciando su espalda, su torso y sus perfectos y grandes pechos por encima de la tela.

 

-Aahh- gimió sensualmente también la rubia despegando su labios del cuello de las ojiverde por las caricias recibidas. Sonrió provocadoramente a la pelirosa apartando unos cuantos mechones rosas de su rostro excitado para después aportar nuevamente la distancia entre ellas en un casto beso lleno de amor que duro algunos segundos. -Me quitare la ropa pero primero lo hare contigo, ¿de acuerdo, amor?- susurro la rubia con cariño cosa que sonrojo aun mas a la pelirosa quien asistió complacida tomando las manos de Ino y llevarlas a la cremallera de su vestido para terminara de bajarlo. Ino se despojo del traje, rozando sus tibias manos por el frió cuerpo provocándole estremecimientos, sus ojos azules ojos se llenaban de deseo con cada prenda que quitaba, el cuerpo de la kunoishi pedía a gritos ser acariciado y probado hasta hacerlo suyo.

 

-Ahh...Ino- gimió levemente la kunoishi pelirosa ante las sensaciones. Ino empezaba a acariciar suavemente su vientre, su tersa y blanca piel tan expuesta solo para ella, sus manos siguieron ascendieron lentamente y provocándole placer a la pelirosa hasta que estas entraron en contacto con sus pechos. Gimió fuertemente sin poder evitarlo cerrando sus ojos con fuerza, las suaves y expertas manos de la rubia tocaban fuertemente sus senos, sus dedos estimulaban sus pezones hasta dejarlos casi duros al tacto provocando que la respiración de la ojiverde se acelerara entre jadeos y leves gemidos. Un espasmo de placer la recorrió cuando la rubia se inclino para comenzar a besar sus senos. Sus dedos se crisparon en el pasto ante la exquisita sensación. La boca de la rubia se concentro en uno rozados pezones, comenzando a estimularlo con la boca también mientras que el otro seguía acariciándolo con sus dedos, suavemente comenzó a tantearlo con la lengua, lenta y casi tortuosamente para la pelirosa, para después atraparlo entre sus labios sacando toda clase de gemidos y de jadeos a la pelirosa cada uno mas sensual que el otro.      

 

Lentamente las manos de la de la pelirosa comenzaron a entrar en confianza. Masajeando suavemente sus senos y tratando de quitarle la remera. La rubia separo sus labios del pecho de la ojiverde para mirarla.

 

Lentamente la rubia comenzó a desvestirse, quitándose la molestosa remera, ayudándole a la pelirosa con las demás prendas, viajando sus manos por el cuerpo de la otra hasta quedar semidesnudas.

 

Sus bocas entraron en contacto, fundiéndose en un beso profundo,  las dos respondieron jugando con sus lenguas hasta quedarse sin aire y tener que separarse. La pelirosa hundió su rostro en el hombro de la rubia...quería sentir su olor...su calor...todas aquello la embriagaba y la excitaba de una manera impresionante. La rubia abrió los ojos ante el repentino abrazo de la ojiverde. La sensación de sus cuerpos chocar, tan cerca, el contacto de sus seños era una sensación maravillosa. Sonrió con ternura y correspondió al abrazo. Para ella, Sakura nunca había cambiado, claro ahora estaba mas fuerte aun mas fuerte que ella, pero seguía siendo la misma niña que hace algunos años atrás.

 

-Te amo, Sakura- susurro despacio mientras enredaba sus dedos entre los largas cabellos rosas, sintió en la chica un leve estremecimiento. Separo sus cuerpos con cuidado para después volver a besar los suaves labios de la ojiverde.

 

-Yo también- dijo la pelirosa al separar sus labios, su rostro estaba sonrojado y excitado deseando que la rubia continuase. 

 

Ino la abrazo, sus manos volvieron a tocar el cuerpo de la pelirosa, con mas entusiasmo...con mas deseo...sus manos viajaba por su cintura, por sus senos, su espalda y por su vientre, estremeciéndola con cada caricia. Sus mejillas estaban rojas y un cosquilleo en su sexo húmedo comenzaba hacerse presente, obligándolo a apretar sus blancas piernas y gemir audiblemente, cegándola de deseo.

 

 -Ahhh...mm...Ino- gimió con la respiración entrecortada. Ino comenzó a besar el vientre plano y delgado de la pelirosa jugando con su legua en el pequeño orificio del ombligo causándole placenteros escalofríos. Con una de sus manos acariciando el uno de los ya duros y excitados pezones de la ojiverde mientras otra de sus manos estaba fija acariciando su cintura pro pronto comenzó a bajar por el cuerpo de la de ojos verdes.

 

-Ahhhh- gimió audiblemente al una mano de la rubia hacer contacto con su sexo, comenzando a estimular la zona por encima de la ropa interior con suaves caricias mientras se encargaba de besar el su vientre. Cerro los ojos ante la increíble sensación, sentía sus mejillas arder y su sexo aclamaba por mas atención. La rubia se separo momentáneamente de la pelirosa para así contemplar la su expresión completamente excitada y sonreír de modo sensual y provocativo. Ambas manos comenzaron a acariciar las caderas de la kunoishi, jugando sensualmente con el borde de la ropa interior de esta hasta bajarla por completo por sus suaves y perfectas piernas hasta que aquella prenda termino olvidada sobre el pasto.

 

Se quedo unos segundos observando el cuerpo completamente desnudo de la pelirosa quien todavía sonrojaba de manera furiosa cuando Ino la observaba desnuda aunque no fuera su primera vez. Las manos de la rubia se posaron en los hombros de la ojiverde para después dejar caer ambas manos por el cuerpo de su amante, tocando sus pechos, su vientre y cintura hasta llegar a sus muslos y abrir lentamente las piernas de la ojiverde que las mantenía bien cerradas apenada.

 

 -Ahhh...Ino...ahh...- gimió la pelirosa con la respiración acelerada. Los dedos de la rubia comenzaban a jugar placenteramente en su sexo, estimulando su clítoris y sacándole sucesivos gemidos de placer mientras la rubia observaba con lujuria aquella sensaciones que le causaba a su princesa.

 

 Con una sensual sonrisa en sus labios se acomodo su larga cabellera rubia a un lado del hombro para que no le molestase y acerco lentamente su boca al sexo de Sakura para comenzar a estimularlo con su boca. No pudo evitar arquear la espalda al sentir aquella placentera sensación que le causaba los expertos y provocativos labios de la rubia estimulando su entrepierna. 

 

Se mordió el labio inferior con fuerza tratando de contener todas aquellos gemidos que le producía la ojiceleste. Su excitación se concentraba en sus mejillas rojas y un hilillo de saliva escurría por su barbilla. Ino buscaba darle placer, jugo sensualmente con su lengua en la entrada de la chica para después acercar sus labios para estimular su clítoris mientras sus manos se alcanzaban hasta los pechos de la excitada chica peñiscando los pezones en busca de otorgarle mas placer. Sakura se estremecía y la vez gozaba profundamente con las atenciones de la rubia, echando su cuello para atrás, sentía que podía alcanzar el cielo con sus manos..

 

Ino presintió esto, se separo de lentamente para contemplar el rostro excitado de la chica, sus ojos esmeralda la miraban suplicantes para que terminara de llevarla al éxtasis, con su boca entreabierta jadeando y respirando agitadamente.

 

-Eres deliciosa, Sakura- dijo con voz muy sensual y algo ronca la rubia por la excitación, su ropa interior ya estaba completamente mojada. -¿Quieres probar?- pregunto de la misma manera provocativa a lo que la ojiverde asistió completamente excitada. Los labios se acercaron lentamente a los de la pelirosa fundiéndose en un apasionado beso que logro hacerle probar a la ojiverde de ella misma.

 

El abrumante placer hacia a la pelirosa desear mas, sentir mas, su autocontrol había desaparecido completamente en esos momentos, solo quería sentir mas de la rubia. Aun enzarzadas en aquel beso la oji jade enredo sus largos brazos por el cuello de la rubia, levantándose un poco para cambiar las posiciones y dejar a la rubia recostada sobre el verde césped sin aun romper el contacto de sus bocas.

 

Se separaron ya sin aire. Ahora la rubia estaba acostada en el pasto y la pelirosa encima de ella, tocando sus piel blanca y sus pechos grandes (mas que los de ella) masajeándolos tortuosamente, aprisionándolo entre sus manos con suavidad para después acercar su labios a los rozados pezones para besarlos y succionarlos dejándolos aun mas erectos de lo que ya estaban. La rubia era ahora quien gemía y se abrazaba a la espalda de Sakura completamente excitada. Sin poder contenerse la ojicielo tomo una de las manos de la pelirosa que estaba en ese momento acariciando su cintura, la tomo entre las suyas guiándola a su húmedo sexo para después soltar un gemido de placer ante el contacto. Sakura se sorprendió levemente al notar lo mojada que estaba la ropa interior de Ino para después sonreír con picardía femenina y acercar su rostro a la entrepierna de la rubia acariciando, y ahí, por encima de la húmeda tela, comenzó a lamer con devoción la zona haciendo que Ino gimiera queriendo sentir mas. Tomo con sus propios dientes la húmeda y ultima prenda de la ojicielo logrando bajarla hasta la altura de sus muslos adonde la siguió bajando con las manos.

 

Ino gemía y jadeaba el nombre de Sakura. Al verse arrebatar la ultima prenda que le quedaba tan sensualmente por su amante no hizo mas que excitarla aun mas. Sin siquiera pensarlo tomo nuevamente la delicada mano de Sakura para dirigirla hacia su entrada y autopenetrarse con dos de los dedos de la ojiverde para después gemir ante el acto.                            

 

Sakura siguió con el movimiento dentro de la rubia, comenzando un vaivén con sus dedos en la lubricada entrada, moviéndolos de afuera hacia dentro con devoción  causarle a la rubia placenteros espasmos que inundaban su cuerpo y la hacían gemir. Los gemidos de la sensual boca de la rubia no hacían mas que excitarla, buscando darle mas placer arremetió a la rubio con otro de sus dedos uniéndolo al exquisito vaivén hasta alcanzar un punto de placer en la rubia incitando la ojiverde a aumentar el ritmo

 

-¡Aaahhhhhh...Sakura!- gimió ahogadamente al sentir una extensa ola de electricidad y placer recorriendo su cuerpo y llevándola a la cima del éxtasis haciendo que abrazara mas fuerte a la kunoishi pelirosa hundiendo su rostro en una mueca de placer infinito en la curvatura del cuello de la pelirosa.

 

Sus cuerpos chocaron agitados. Sus pechos subían y bajaban por la rápida respiración y sus caderas chocaron también en un exquisito roce que logro devolverles la excitación. Sus labios se volvieron a unir en un feroz bezo donde sus lenguas se debatían  en una batalla campal que ninguna deseaba perder. El calor de sus cuerpos era increíble. La fricción que hacían la una con la otra era increíblemente maravillosa. Sakura totalmente excitada comenzó a mover sus caderas con las de la rubia uniendo sus puntos de placer provocando una sensación insuperable que hizo gemir a las dos kunoishis. Comenzaron a balancearse una y otra vez rozándose lo mas que sus fervientes cuerpos podían. Las blancas y tersa piernas de la rubia rodearon la cintura de la pelirosa kunoishi haciendo mas fricción lo que provoco que ambas alcanzaran el orgasmo con un gutural gemido.

 

El cuerpo de la pelirosa cayo agitado sobre el de la rubia de ojos cielo. Ambas respiraban agitadamente. Las mejillas de la pelirosa estaban completamente sonrojadas por la increíble satisfacción que su cuerpo reflejaba.

 

La rubia giro levemente sus cuerpos dejando con delicadeza a la pelirosa recostaba en el suelo y volviendo a estar ella encima.

 

-Eres muy buena en esto, Sakura- dijo la rubia con una sensual sonrisa tratando de normalizar su agitada respiración.

 

 Sakura la miro apenada y asistió cuando un fugaz pensamiento llego a su cabeza -¿Crees que Sasuke y Naruto la pasen tan bien como nosotras?- pregunto con picardía.

 

Ino rió por lo bajo al recordar la pareja recién la casada -No lo dudo- respondió con complicidad volviendo a besar los labios de la pelirosa con amor.

 

Quizás algún día ellas también seguían el ejemplo de Naruto y Sasuke y tambien se casaban...

                               

 

FIN 

Notas finales:  

 

Eso fue n.n!!

 

Es mi primer fic así que tengan piedad de mi!!. Siempre pensé que lo primero que publicaría seria algo yaoi pero salió esto primero xDDD!! U.uU en realidad no me cae muy bien Sakura...y Ino tampoco me cae tan bien como me gustaría...jeje, pero me gusto escribirlo aunque no me caigan muy bien esas dos ^^U.

 

Ojala manden algún piadoso review que yo les estaré sumamente agradecida!! ^-^

 

            


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