Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El regalo de Grecia por SakuraChan

[Reviews - 33]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Los review serán contestados en el lugar de los reviews ^^

 

Dejenme otros!!

El regalo de Grecia.

 

By SakuraChan

 

Capítulo 3: Mis primeros amigos.

 

Ya habían pasado unos meses desde que Mu había llegado al palacio del faraón. Este ni lo había visto, sólo era visitado por Camus, el sacerdote, y Milo, aquel simpático sirviente.

 

Un día había entrado riendo fuertemente a la habitación de Mu. Este ya entendía bastante más del idioma por lo que logró entender lo que Milo decía entre risas. Entre las sirvientas, había una que era leal a la reina, Auphra se llamaba. Esta muchacha de cabellos blancos y ojos rojos era la confidente de la reina. Milo había escuchado por casualidad cuando la reina le pedía a su sirvienta una pócima para hacerle caer el cabello al joven atlante, y la sirvienta se escuchaba gozosa de seguir aquel mandato. Por lo que cuando llegó la hora de llevarle el almuerzo, Milo se ofreció como siempre. Más no se lo llevó a Mu, se lo llevó a la joven Ahssesupth, advirtiéndole que la reina, celosa de ella, le había echado una pócima para que esta perdiera el cabello. La concubina, enojada, rogó a Nebet-Het, diosa de la oscuridad, que vengara esa infamia. A partir de ese momento, Auphra comenzó a usar las pelucas que toda dama egipcia usaba. Milo encontraba esto muy gracioso, pero cuando Mu lo escuchó, se asustó de sobremanera.

 

- La reina quiere eliminarme, eso es muy malo para mi.
- No te preocupes, Mu, yo te protegeré, dile al sacerdote que te encomiende a Ast, ella te protegerá.

 

En eso estaban cuando entró el sacerdote. Al oír lo último, preguntó el motivo de la necesidad de esa protección. Al oír la historia de Milo no pudo menos que sonreír. Recomendó que lo mejor fuera avisarle al faraón, pero Mu desistió de eso. Si el faraón ni si quiera lo había visitado ese tiempo, no le interesaría que la reina estuviera tratando de hacerle daño.

 

Camus no encontró como rebatir ese argumento por lo que comenzó la clase de egipcio, la cual cada vez iba mejor. Milo se quedó con ellos. Luego de un rato, Mu se levantó al baño y Milo se quedó con Camus. Cuando el atlante volvió, el sacerdote estaba sonrojado y el peliazul sonriendo.

 

- ¿Qué sucedió?
- Besé al Gran Sacerdote – dijo Milo sonriendo- es que me gusta y no puedo evitarlo.
- ¡Cómo lo dices tan así!- Camus estaba muy sorprendido.
- Los dejaré solos, para que conversen- dijo Mu saliendo.

 

Milo miró a Camus diciéndole que él sabia que no le era indiferente a Camus, hasta que este admitió tener sentimientos por el peliazul. Este se acercó y nuevamente lo beso, siendo correspondido por el sacerdote. Y así, continuaron besándose mientras se conocían, conversaban sobre sus gustos y se besaban.

 

Mientras, Mu paseaba por los jardines del palacio, se encontró con la sirvienta de la reina. Esta sonrió con malignidad.

 

- ¿Qué no es la escoria griega?-dijo en egipcio, sabedora de que el atlante no conocía la lengua.
- No soy griego, soy atlante…señorita calva- respondió en egipcio- tú eres Auphra ¿Verdad?
- Tú me hiciste esto, pagarás- la mujer se acercó resuelta. Si lo arrojaba a los cocodrilos nadie encontraría su cadáver, y como contaba con el respaldo de la reina, nada le ocurriría a ella.


Continuará


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).