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El regalo de Grecia por SakuraChan

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Notas del capitulo:

Dejen Review, que mañana empiezo a contestar los reviews que tega este fic. Los de Tras bambalinas están contestados.

 

En dos semanas, apartir de hoy, se actualiza: Tras bambalinas.

 

Día 16 de octubre: Actualizacion mi bello Hökan.

 

día 24 de Octubre: último capítulo de El regalo de Grecia. 

 

En Tras bambalinas, s publicaran nuevas fechas.

El regalo de Grecia.

By SakuraChan

 

 

Capítulo 8: El camino

 

El vientre de la reina aumentaba, conforme pasaban las semanas. No había día en que Shaka no se arrancara un tiempo para estar con su segunda esposa. Este seguía sin mostrar signos de despertar. Al final, el faraón siempre volvía a sus aposentos después de eso.

 

 

La reina se arrepentía de su decisión de hacer dormir a aquel bello joven. La culpa la carcomía. Sin embargo, el miedo a su sirvienta le impedía actuar. Temía por ella y por su bebe. Aquel pequeño era tan frágil.

 

Un día, cuando sintió a su bebe patear, se lleno de ternura, una que nunca había sentido antes.

 

-          ¿Así sentiste, Ast, cuando llevaste al pequeño Hor en tu vientre? Es cierto, solo Asir puede quitar la vida, no los humanos…- se dirigió a su armario y sacó un perfumero, lo escondió entre sus pechos y salió de la habitación.

 

Esperó escondida, hasta que su esposo salió del cuarto, ella entró.

 

Ahí estaba el hermoso joven. El tiempo no pasaba por su rostro y inmovilidad le hacían parecer una hermosa estatua de Apolo, de esas que tanto gustaban al griego.

 

-          ¿No serás un dios?- le preguntó la reina.

 

 

Abrió el frasco y con cuidado lo colocó sobre los labios del joven, entreabriéndolos con sus dedos.

 

-          Bébelo todo, Mu, debes hacerlo- susurró dejando caer el líquido.

 

 

El muchacho se retorció, como si sufriera el peor de los dolores. Sus manos se crisparon contra las sabanas. La reina se asustó y trató de sujetarlo, más el joven la lanzó lejos durante sus contoneos. De pronto, los verdes ojos del atlante se abrieron. Un gemido salió de sus labios.

 

-          ¿Estás bien? Mu responde- la rubia, con ojos llorosos se acercó a la cama.

 

 

El pelilila la miró y sus ojos se abrieron con miedo, trató de apartarse de ella, más su cuerpo se hallaba entumecido por el tiempo que estuvo inmóvil. Su garganta seca le impedía pedir ayuda.

 

-          No te asustes, no te haré daño. Sólo quería disculparme, te hice mucho daño, sin que lo merecieras. Lo siento-

 

El muchacho asintió levemente. Aún tenía miedo. Esa mujer era peligrosa y él no podía moverse ni gritar. La reina, dándose cuenta, se retiró de la habitación.

 

Muchas horas pasaron antes de que el faraón volviera a visitar al atlante, encontrándolo sonriendo y sentado en la cama, tratando de mover las piernas.

 

-          ¡Mu!- gritó el rubio.

 

 

Corrió hasta donde estaba, lanzándose a abrazarlo. Lo beso profundamente, buscando su lengua. Tanto tiempo sin probar su dulce sabor, le hacían pensar que estaba en el paraíso.

 

-          Oh Mu, esto es un milagro de los dioses, estas otra vez conmigo- el rubio besaba la cara del atlante.

-          Agua, comida, por favor- suplicó Mu en voz baja, tenía la voz ronca por no usarla.

-          Claro, amor, enseguida- tocó una campana y Milo acudió enseguida.

 

 

Si se sorprendió  y se alegro de ver a Mu despierto, se guardó de ocultarlo, el rubio era celoso, y Milo no quería ser asesinado. El faraón el ordenó traer abundante comida y agua, mientras le preparaban el jugo de uva que tanto le gustaba al atlante. Poco demoró el egipcio en llegar con otros sirvientes y bandejas de comida y agua para el esposo del ojiazul.

 

Entre la algarabía que se formó por el despertar del joven, había una persona ajena a esto. Sus peculiares cejas se hallaban casi juntas. La preocupación marcaba sus hermosas facciones. Si los dioses estaban de acuerdo, la noticia podría ser un bien para Egipto, pero las predicciones auguraban otra cosa. Otra invasión de un pueblo extranjero. Y Egipto no saldría bien librado.

 

El gran sacerdote penetró en la habitación del atlante. Sonrió al ver al atlante ingerir tanta comida. Veía 2 platos vacíos, se notaba que tenía hambre el chico, aunque la carne no la probaba, él solo se había dedicado a las frutas y verduras.

 

-          Faraón, le traigo una noticia de gran importancia.

-          Habla.

-          Alexander, el griego, ha muerto.

 

Continuará….

 

Ast: Isis

Hor: Horus

Asir o Usir: Osiris.

 

Nota aclaratoria: lo que viene no corresponde a la historia de los egipcios, ya que luego de alexander la dinastía Ptoloméica subio al poder, pero como esta es mi historia, lo que viene será real para ustedes, dentro de la historia.

 

Atte SakuraChan.

 

 

Notas finales:

Dejen RR!!


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