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Mi chocolate blanco por Osito

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Notas del capitulo:

Bueno... He aquí la continuación .w.

Aquí lo terminamos ^^

Aclaraciones:

 

Usuratonkachi, dobe: apódos con los que Sasuke suele llamar a Naruto. Significan "idiota".

Teme: apódo con el cual Naruto llama a Sasuke. También significa "idiota".

Ramen: una variación de los fideos chinos. Comida instantánea con la que siempre se alimenta el rubio.

 

Disfruten! ^0^

 

 

Ya era costumbre, casualmente siempre que discutían en la casa del Uzumaki, Sasuke se dirigía a la cocina y Naruto permanecía en el mismo lugar. Cada uno por su lado, largando quien sabe cuántas blasfemias el uno del otro y apretando sus nudillos para no romper nada, hasta que aquella rabia se disipara. El rubio estaba tan enojado que no se percató de la acción del azabache: ¡Se dirigió a la cocina! ¡Descubriría su regalo! Pero nada de eso se cruzó por su cabeza, hasta después de unos segundos. Una vez se dio cuenta, apresuró el paso.

   – ¡Sasuke! ¡Sasuke! ¡Maldita seas teme, sal de allí! –gritó a todo pulmón, como si la vida se le fuese en ello.

El aludido, no tardó mucho en aparecerse por la puerta de la cocina. Su rostro mirando hacia el suelo, permitiéndole paso al rubio para que entrase a la habitación. Éste así lo hizo y volteó a todos los costados, observando hacia el frente donde notó un bowl de chocolate blanco aún sin terminar. Un dulce que estuvo preparando difícilmente. Un regalo solo para Sasuke.

   – ¿Lo preparaste para mí? –preguntó el azabache curioso desde el marco de la puerta.

   –Si ‘ttebayo… 

Sasuke, solamente se limitó a sonreír de medio lado, sin aquel rostro cargado de arrogancia que siempre llevaba. Se acercó a su compadre, alzó su mano a la altura de la cabeza del Uzumaki y acarició sus desordenados cabellos, como si fuese un cachorro. Éste, viró sus inmensos zafiros hacia quien le demostraba aquel afecto que estaba buscando anteriormente recibir. 

   –Gracias –contestó el azabache, dándole una extraña sonrisa no muy propia de él, lo que ocasionó un leve sonrojo en el de ojos azules.

   – ¿Sa-Sasuke? –preguntó extrañado el rubio tras presenciar aquel agradecimiento.

   –L-lo siento –dijo totalmente apenado, agachando un poco su rostro en dirección al suelo.

Naruto se quedo mirándole fijamente. Sabía que su amigo nunca expresaba sus sentimientos tan a la ligera. Y ciertamente, le era muy complicado admitir que estaba equivocado en algo. “Yo el gran Uchiha lo sé todo”, en raras ocasiones aceptaba sus errores. Y si lo hacía, intentaba cubrirse a través de su arrogancia y vanidad. Mas, esta vez, no resultó ser una de esas tantas; su respuesta era sincera. Algo que únicamente solía demostrar ante Naruto.

   –Solo… olvidémoslo ‘ttebayo –añadió el rubio con un apacible rostro. En tan solo unos segundos aquel cabreo se había esfumado.

   –Y… sí, estaba buenísima –declaró el Uchiha un poco avergonzado.

El Uzumaki comprendiendo que esta afirmación se refería a su talento gastronómico lanzó una carcajada enorme. Poco después se calmó. Se acercó a donde el bowl estaba, sacó una cuchara de uno de los cajones y sumergió el utensilio en la dulce sustancia, una vez sacó el objeto de metal se lo ofreció al azabache.

   –Bien teme… harás la prueba de fuego ‘ttebayo. Te arriesgaras a comer mi especialidad –dijo con una sonrisa desafiante, extendiendo su brazo ofreciéndoselo a su amigo.

   –Sí, claro –dijo sin darle mucha importancia al asunto. Se acercó lentamente hasta la cuchara.

Lo que Naruto presenció a continuación fue algo totalmente curioso; el azabache solo sacó su rosada lengua pasándola por la sustancia blanquecina sin retirarla del todo del utensilio. Fue algo extraño, ver aquella figura del Uchiha lamiendo sensualmente el objeto que el rubio sostenía en su mano. Añadiendo una terrible mirada provocativa por parte del níveo que no desprendía ni un solo ojo de la mirada azulina.

   – ¿Y bien ‘ttebayo? –inquirió el de ojos azules luego de haber visto la acción del azabache.

   –Déjame probar… –ordenó Sasuke, engulló por completo la cuchar, absorbiendo el exquisito chocolate. Segundos después tomó de la nuca a Naruto y lo atrajo furiosamente a sus labios.   

Al principio, el azabache forcejeó para que el más que confundido zorrito abriera su boca, permitiéndole todo acceso; en un mínimo descuido los tersos y rosados labios del rubio se entreabrieron, permitiendo que su dulcísima cavidad fuera invadida por la lengua del Uchiha. Éste último deslizó un poco de la blanca consistencia que su paladar anteriormente saboreaba, para pasárselo al Uzumaki. De la siguiente manera, algunos hilillos de la sabrosa sustancia se escurrieron por la comisura de la boca de Naruto. El azabache, muy perspicazmente –que no había dejado pasar por alto este detalle– sacó su ávida lengua para acariciar y lamer el chocolate, que ahora muy atrevidamente, se escurría sin permiso por el mentón del dueño de zafiros.

   –Mmm…

Sasuke interpretó aquel gemido ahogado como una pequeña demanda que hacia el rubio, no solo del esencial oxigeno sino que también de su inesperado comportamiento. Sin antes desprenderse de aquellos adictivos y ricos labios, pasó sensualmente su pervertida lengua que no se conformaba para nada con solo haber robado ese milésimo de tiempo.

   – ¡¿Qué carajo teme?! –demandó totalmente avergonzado y rojo hasta la puntilla de las orejas.

   –Es lo más exquisito que probé jamás en mi vida –sentenció, regalándole una lujuriosa mirada provocando un estremecimiento en el cuerpo del Uzumaki, quien le miraba pasmado.   

   – ¿A sí, Uchiha…? –preguntó con una sonrisa zorruna sensualmente atrevida, provocándole–. Quiero más ‘ttebayo –demandó, dirigiéndole una mirada de reojo muy misteriosa y lo suficientemente sospechosa.

Sasuke, solamente le hizo caso y le arrebató el objeto metálico. Lo sumergió en el pote, extrayendo el chocolate.  Estuvo a punto de meterlo dentro de su boca, cuando el travieso zorrito a velocidad inhumana tragó parte de la cuchara, siendo él esta vez quien se vengaría del Uchiha. Sacó su rosada lengüita burlonamente enseñándosela a su ahora rival, de forma victoriosa.

   –Ja… No me provoques, dobe.

Naruto, interesado en la excitante propuesta del azabache decidió hacer caso omiso y pasó lascivamente su dedo por su labio inferior, incitando al desafío a Sasuke. Sin mucho rodeo, el de piel nívea se lanzó hacia el rubio. El Uchiha le abrazó fuertemente, y se atrevió a profanar nuevamente un beso de aquella tentadora e insinuante boca. El azabache, se separó segundos después para encarar al rubio, quien se encontraba completamente colorado.

   –Te prometo Naruto… que no te arrepentirás de haberme invitado a cenar.

Sin mucho esfuerzo, el aludido levantó a penas su rostro y se limitó a pasar su juguetona lengua por los labios níveos del Uchiha, quien se encontraba a solamente milímetros de distancia. Sasuke se aferró fuertemente de la camisa beige que llevaba el Uzumaki y se acercó ferozmente, para una vez más hacer de aquellos labios su voluntad.

   –Mmm…

El Uchiha, simplemente detuvo su acción. El “acosado” tenía sus enormes zafiros cerrados fuertemente, frunciendo todo su semblante, y con sus pómulos algo inflados. Luego abrió lentamente, primero el ojo derecho y luego el ojo izquierdo.  Enojado, que aquel bendito rubio fuera capaz de cortar sus más íntimos momentos de inspiración, enarcó una ceja dirigiéndole una mirada tenazmente peligrosa, insinuándole que la próxima vez no se detendría por un solo momento.        

   – ¿Y ahora qué quieres, usuratonkachi?

   –Esta vez, lo quiero hacer yo ‘ttebayo –anunció el zorrito, regalándole una sonrisa de oreja a oreja a un escéptico Sasuke.

   – ¿De qué hablas? –inquirió el Uchiha, mas sus acosadores labios habían dejado de ser los cazadores, para resultar ser la presa.

Naruto, había aprovechado el momento justo en que Sasuke aún no cerrará sus labios, para introducir el mismo su traviesa lengua. Lo único que necesitaba era que su ingenuo amigo, hablara aunque sea solo un segundo; y muy incrédulo de lo pícaro que podría llegar a ser el zorrito, el azabache cayó redondo en su perfecto plan de ser el dominado. Ahora, era el dueño de zafiros quien recorría con toda su lengua la cavidad húmeda con sabor a chocolate de Sasuke. Y en el momento en que el Uchiha menos se lo esperó, el Uzumaki ya se encontraba sujetándole de la nunca, jalando delicadamente de los oscuros cabellos y haciendo fuerza hacia adelante para que inclinara su azabache cabeza hacia atrás. Sasuke, quien no se dejaría hacer, también dejó que su lengua participara en ese ferviente encuentro. Un encuentro que solamente ellos dos podrían entender y gozar, un encuentro que andaban reprimiendo hace tanto tiempo y que ahora se volvía realidad.

Un extenuante calor comenzaba a recorrer ambos cuerpos. Una extraña sensación que resultaba tan placentera como nueva para ambos. Un sentimiento que jamás habían advertido con nadie. Solamente ellos eran partícipes, en aquel preciso momento donde las caricias se hacían presentes, permitiéndose explorar el cuerpo contrario. Permitiendo que cada uno descubriese en el otro algo que buscaban anteriormente sin haber tenido éxito. Intentando encontrar una especie de cariño. Intentando, tal vez encontrar, aquel amor incondicional que se tenían mutuamente.

   –Mmm…

Los gemidos ahogados se hacían presentes en toda la habitación. Sus jadeos eran acallados en la unión inseparable que se había formado de sus bocas. Besos tan húmedos y apasionados, que les provocaban hacer cosas que jamás se les hubiese ocurrido hacer. Por un instante se separaron, con la respiración entrecortada, y sus musculosos pechos subiendo y bajando a un ritmo bastante acelerado.

   –Ahh… Ahh… Sas… Sasuke… –difícilmente hablaba Naruto.

   –Ahh… Sí… –rió, lo que sus agitados pulmones le permitieron–. Ahh… Maldito dobe… Quiero llevarte a la cama… ahh.

   –Aún… ahh… no gatito –negó el travieso Uzumaki con una sonrisa zorruna.

Se enredaron nuevamente en una furiosa lucha de besos, buscando dominarse enteramente, dando un combate parcialmente igualado. Sus lenguas deseosas de descubrir más y mucho más, se chocaban armoniosamente, excitando ambos cuerpos. Subiendo sus temperaturas corporales. Sasuke, se apresuró en desabrochar botón por botón, la camisa de su compañero. Retirándola lo suficiente como para exponer todo su bronceado y fuerte torso. El Uchiha contempló aquella interesante escena: Naruto sonrojado, con hilos de baba escurriéndose por su mentón, sus labios completamente rojos por los delirantes besos que hace poco se daban, y la leve sensación que sus partes masculinas se rozaban –alzadas– por debajo de las fastidiosas telas. Simplemente excitante.

   – ¿Qué tanto miras? –el leve tartamudeó del rubio, le sacó de sus cavilaciones.

   –Lo hermoso que eres –susurró suave y pausadamente, finalizando con una prepotente sonrisa. Se acercó fugazmente hacia el incitante y bronceado cuello, lamiéndole con extrema gula, haciendo de éste suyo completamente, dejando rastros de sus labios por toda aquella longitud. Alzó una de sus manos acariciando delicadamente todo el torso desnudo del Uzumaki, mientras la otra sostenía ambiciosamente las duras nalgas del rubio.

   –Ahh… Sasuke, a-así… –gemía roncamente el asediado, con su cabeza levemente inclinada hacia atrás. Enredaba sus delgados dedos en la suave cabellera azabache, dando pequeñas caricias en quien le brindaba aquellas irresistibles lamidas.

El Uchiha, descendía lenta y tortuosamente por aquella exquisitez. Rozaba suavemente la clavícula con sus labios y hundía su lengua en el pequeño huequito que se forma en la unión de aquel hueso con el cuello. La mano que acariciaba el pecho descubierto, se había centrado en una de las rosadas tetillas, las cuales manoseaba hasta que se volvían duras. Poco después, el azabache se decidió por atacar la otra tetilla que no recibía ninguna atención. Jugueteó un poco, haciendo círculos alrededor del erecto pezón y sin permiso, chupó fuertemente el pedacito de carne. Mordiéndole levemente, para no hacerle doler.

Las inquietas manos de Naruto, soltaron la cabeza de Sasuke para bajar hasta la cremallera de  su negro pantalón. El azabache, simplemente se dejó hacer y no cortó en ningún momento su acción. El Uzumaki, bajó el cierre de la oscura prenda, e introdujo su bronceada mano descaradamente. Manoseó por sobre la tela del bóxer, el bulto del Uchiha. El dueño de ojos azules, podía sentir el cálido aliento del pálido chico, rozando su cuerpo –algo que tomó como si su amigo lo estuviera gozando–.

   – ¿Te gusta, Sasuke? –preguntó susurrante, acercándose al oído de su compadre.   

El nombrado, sin siquiera responder, elevó su penetrante mirada y unió sus labios en un tierno beso. Luego de esto, se quedaron mirando fijamente, perdidos el uno en el otro. Un momento totalmente íntimo, en donde ambos sintieron que se desnudaban completamente y se exponían a la vista expectante del contrario. Sus cuerpos se separaron completamente. No porque terminarían ahí, sino para quitarse sus ropas y quedar como aquel sentimiento que hace tan solo dos segundos acabaron de presenciar. Naruto, comenzó a desvestirse a gran velocidad, dándole la espalda a Sasuke. Poco después sintió un estremecimiento terrible, por todo su cuerpo al escuchar la voz de su amigo.

   – ¿Qué es esto, dobe? –preguntó lujuriosamente sosteniendo el delantal celeste del rubio con una mano. Mientras acercaba su rosada lengua al cuello bronceado del rubio.

El cálido aliento del Uchiha, más la pregunta libidinosa con aquella ronca voz masculina le erizó los pelos de punta. Y lo único que soltó fue un gemido casi ahogado. Ahora totalmente desnudo, pudo advertir como era tocado por una suave tela. Cuando lo entendió todo, se vio cubierto con aquella prenda de vestir que el Uchiha sostenía anteriormente, pero aún permanecía desnudo.

   – ¿Qué haces ‘ttebayo? –inquirió confundido, dándose la vuelta para encarar al azabache.

   –Quiero que… –paró en seco, pareciendo pensárselo. Se acercó lentamente al oído del rubio y continúo–, me des de comer –espetó guiñándole el ojo y brindándole una mueca de medio lado–, zorrita.

Y sin que el Uzumaki pudiera dar una queja, el Uchiha, terminó por sorprenderle; se percató que unas blancuzcas manos apretaban sus nalgas, alzándole en el aire como si quisiera cargarle. Por instinto, Naruto se aferró del níveo cuello. Gran error. Dejó que Sasuke hiciera otra vez su voluntad. Éste lo llevó hasta una mesa –que ¡Oh casualidad! Estaba en la cocina– y lo recostó allí.

Sin dar ninguna explicación, el azabache abrió las broceadas y largas piernas del rubio, dejando toda su intimidad al descubierto.

   – ¡Ey, teme! –Gritó totalmente avergonzado y rojo, para llamar la atención de su amigo–. ¡No dejaré que me la metas! ¡¿Oíste cabrón?! –dijo, intentando sentarse en la mesa, para evitar que su erógena zona siguiera estando en vista ajena.

Por parte del Uchiha, solamente recibió una sonrisa prepotente cargada de una insinuante y atractiva mirada que lo descolocó un momento. Un momento lo suficientemente oportuno que el azabache aprovechó a acercarse a su bronceado y erecto pene. Mas, el delantal celeste que portaba Naruto, le impedía ver la situación. Adivinó que el azabache estaría por allí abajo, pues sintió la respiración pausada de éste. No podía cerrar sus piernas, puesto que eran sujetadas fuertemente por su compadre. Le llamó una o dos veces sin recibir respuesta alguna. Se estaba tardando… ¿Qué estaba haciendo ahí abajo?

   – ¿Sasuke...? –preguntó casi tratando de asomarse para observar–. Sasu… Ahhhh… Ahhhh… Jodeeeer… –gimió descontroladamente al sentir, como su miembro era deleitado con unas exquisitas lamidas que le hacían perder la conciencia.

La lengua del azabache, se paseaba por toda la bronceada longitud; y cuando subía hasta la punta se detenía allí, a dar vueltas circulares por el glande. Definitivamente, una sensación fascinante. La nívea mano, apresó bruscamente el erecto falo, realizando un vaivén de arriba hacia abajo.

   –Ahhh… Sasuke… desgraciado… m-más, más rápido… –exigía el rubio quien había ladeado su cabeza hacia atrás. Cerrando un poco sus orbes azulinos, para sentir al extremo las nuevas y lascivas sensaciones.

La húmeda boca del azabache, encerró únicamente la parte de arriba del pene, para dejarle al dueño una intriga de lo que seguiría a continuación.

   –Mmmm… te la estas… ahhh… buscando, cabrón –amenazó el Uzumaki, quien imaginaba la sonrisa de victoria en toda la cara del Uchiha–. Quiero… ahhh… verte Sasuke –dijo entrecortadamente, tratando de correr el molesto delantal que le impedía ver, como su miembro experimentaba una de las mejores sensaciones.

Bajó fuertemente por el erecto pene, casi rozando la pelvis del rubio con su nariz. Una acción que fue acompañada por un sonoro gemido de Naruto, quien sin haberlo controlado se aferró fuertemente de la cabeza azabache que le brindaba aquel incomparable placer. Con la otra blancuzca mano –que no sostenía el viril miembro– introdujo muy despacio el dedo índice en el ano del rubio, realizando movimientos circulares para ensanchar el estrecho espacio. Bajaba y subía con sus labios, por la extensa longitud. Ahora el vaivén, no era pausado y tortuoso, era rápido y increíblemente placentero. Con una mano se ayudaba a realizar aquel movimiento de ascenso y descenso, mientras que con la otra procuraba profanar la virginidad del rubio.

   –Ahhhh… Ahhh… Así, así Sasuke… dame más, mucho más… ahhh… ahhh –eran los únicos sonidos, que se escapaban de la boca del rubio. Si antes había perdido la conciencia, ahora no era capaz de nada; solamente se limitaba a sentir y solamente a sentir. Perdido en una oleada de placer que recorría su cuerpo de pies a cabeza, un impacto totalmente inimaginable que no quería que acabara jamás–. Ahh… Jodeeer… –jadeó como un indicio, de que terminaría en una cuenta regresiva.

Cinco, cuatro, tres, dos, uno…

Y el cero jamás llego. Tan cegado estaba, que no se percató cuando el Uchiha colocó uno de sus dedos impidiendo que el semen se esparciera. Jadeó un poco agitado, tratando de acompasar su ritmo respiratorio para demandar por el abrupto impedimento de la ansiada “libertad”.

   –Lo harás conmigo –se adelantó el azabache.

“¡Un momento! ¡¿Cuándo, cómo y en qué preciso momento Sasuke se deshizo de sus ropas?!” se preguntó Naruto para sí, cuando vio a su amigo completamente desnudo enfrente de sus inmensos orbes azules. Valla… Sí que el Uchiha, sabía cómo enceguecerle. Ni siquiera lo había advertido.

   –Relájate –ordenó el de oscura mirada, para posicionarse sobre el rubio.

Así entonces, el Uchiha tomó una de las bronceadas piernas y la subió a la altura de su hombro, dejando que ésta reposara ahí. Entretanto, abrió la otra, para darle más cabida a su sugerente posición. Tomó su tan necesitado pene y lo masturbó un poco. Algo enteramente extraño, que le gustó al rubio; ¿la cara excitada de su amigo, y sus acallados jadeos? Definitivamente, un poema para sus ojos. Una vez creyó estar listo, condujo su enorme y blancuzco miembro hasta el ano de Naruto. Éste asintió, como permitiendo su entrada y se aferró fuertemente de los bordes de la mesa en donde estaba recostado.

   –¡¡¡Ahhhhhhhhhh!!!

Un largo y clamoroso gemido escapó de ambas bocas, al unirse en aquella acción. Ambos, por razones contrarias. El Uzumaki, sintió un terrible desgarre por toda aquella delicada zona. Un dolor horriblemente fuerte. Mientras que el Uchiha, gozó la gloria en todo su esplendor, al sentir aquella húmeda y cálida cavidad. Se quedaron ahí sin hacer nada. Sasuke, quien no desvió sus rasgados ojos en ningún momento de la bronceada tez de su amigo, esperó a que éste abriera sus zafiros para corroborar que estuviera todo en orden. Unas lágrimas se escurrían por las rosadas mejillas del rubio. El azabache, enternecido, se acercó a su rostro y lamió suavemente aquellas gotitas de dolor.

   –No te hagas el tierno, teme… –dijo volteando su rostro hacia un costado, evitando chocar miradas–. Dale, que me pongo impaciente de sentirte ‘ttebayo.

El Uchiha solo asintió, y comenzó a moverse dentro del rubio sosegadamente. De a poco, el Uzumaki parecía tomarle el gusto a la cosa, pues ya no sentía tanto dolor. Hastiado de los movimientos compasivos de su compadre, comenzó a mover sus caderas hacia abajo, dándole paso al pene de Sasuke para que se introdujera cada vez más.

   –Ahh… Sasuke, dame fuerte… ahhh… –ordenaba el Uzumaki.

Y ante el pedido, el Uchiha comenzó a moverse mucho más dinámico, jugando en la entrada del rubio; haciendo movimientos exóticos para encontrar nuevas sensaciones y muchísimo más placenteras. Sus vientres se rozaban, de forma que el bronceado miembro del rubio era masturbado por sus constantes fricciones. Pronto, las embestidas, se tornaron más violentas y veloces.

   –Ahhh… así gatito… ahhhh… así…

   –Ahhh… ahhh… ¿bien fuerte, zorrito? Ahhh…

   –Siii, así… ahhh… me encanta, Sasuke… ahh… estas… ahh… bien duro…. Jodeeer… ahhh…

Ninguno de los dos quería parar jamás, podían tocar el paraíso con sus cuerpos completamente. Una experiencia totalmente fascinante, algo totalmente único e irrepetible. Sus cuerpos siguieron unidos, mucho más, realizando aquel delicioso vaivén que a ambos tanto les gustaba. El Uzumaki se había aferrado fuertemente a la ancha espalda de Sasuke, y éste había acallado sus gemidos en un apasionante beso, para después separar sus labios nuevamente y confesarse algo que ansiaban decirse hace tiempo atrás...

   –Ahhhh… Sasuke… ahh… Te… amo ‘ttebayo –gimió Naruto, convencido que después de haber dicho eso, había terminado de liberar su semen en ambos vientres.

   –Ahhh… Naruto… yo, también… te amo… –confesó el Uchiha, en un largo gemido. Y al igual que el rubio, terminó por correrse dentro de aquella estrecha y satisfactoria cavidad.

 

 

Tiempo después, ambos compartieron el rico presente de Naruto –el chocolate blanco– que indudablemente, por mucho amor y empeño que el rubio le hubiera puesto al dulce, para Sasuke no había ni habría, mejor regalo que el mismísimo Naruto al natural. Él, era su chocolate blanco.

Sus piernas se enredaban una en la otra, sus manos se acariciaban dulcemente, sus cuerpos desnudos por completo se encontraban refugiados bajos las tersas sábanas de la cama del rubio, sus miradas conectadas sin despegar ni un solo segundo los ojos el uno del otro. Sonrisas sinceras por parte de ambos, y antes de echarse a dormir unas últimas palabras por parte de ambos:

   –Feliz San Valentín, usuratonkachi.

   –Feliz San Valentín, Sasuke.

Ambos rieron y se abrazaron mucho más, uniendo sus cuerpos en un cálido abrazo lleno de amor y dicha.

Seguramente, ya no pasarían nunca más un catorce de Febrero, solos…  

 

Fin
Notas finales:

Aquí de vuelta @_@

Y que os pareció? ^0^

Pueden comentar, criticar, felicitar, arrojar bombas, tomar armas nucleares, despotricar, y un sin número de cosas que se les courran :3

Feliz Día de San Valentín a todos y ojalá se esten amando con sus parejas, amigos, novios, amantes, esposos, infielidades, perros, gatos, vecinos, PC's, teclados, camas, almohadas, y termino o no paro nunca 6_6

Gracias por leer! ^^

Aiooooox ~~~

 

Atte.: OsitO


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