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Motto Oshite Sensei por Thai Maqui

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Notas del capitulo:

Derechos de personajes Masashi Kishimoto.

El título es enséñame más sensei

Quién lo sienta por Sasuke está bien, pero se me provocó escribir  un KakaNaru.

 

- Hoy es un día hermoso dattebayo - con ese ánimo radiante que lo caracterizaba, Naruto Uzumaki caminaba presuroso hacia la escuela, el día era simplemente perfecto. El sol brillaba en el cielo ofreciendo su candor, acompañado de unas esponjosas nubes blancas como dulces terrones de azúcar y los pájaros revoloteaban alrededor suyo, trinando melodiosamente tonadas de amor, o al menos eso era lo que sus zafiros azules percibían.  

 

 

Sí, definitivamente el bichito romántico había calado hondo en el corazón del hiperactivo rubio y cada latido tenía nombre, Sakura Haruno, compañera de clases desde la infancia y su amor secreto de toda la vida. Secreto que hubiera permanecido oculto como un simple coqueteo, pero la muchacha de cabellos rosa últimamente se mostraba  distinta... más afectuosa. No peleaba, no le insultaba y sobretodo no lo mandaba a volar hasta la estratosfera de un puñetazo.   

 

 

- Seguramente también le gusto - caviló sumamente animado con una sonrisita bobalicona en los labios.

 

 

Viernes trece de febrero, las calles estaban atestadas con motivos y  souvenirs conmemorativos a la fecha más empalagosa del calendario. En San Valentín habían tres clases de personas: las que celebraban el amor si tenían una pareja, las de la amistad que festejaban con algún amigo para poder guardar las apariencias y el total perdedor del que nadie se acuerda.

 

 

- Soy un ganador, soy un ganador - se repetía como mantra mientras abrazaba cariñosamente una cajita finamente decorada en tonalidades pasteles.

 

 

- Ohajo Sakura chan - gritó al divisar a la joven de ojos jade parada en el metálico portón del instituto.

 

 

- Hola Naruto kun - saludó con un leve tinte de vergüenza, seguido por un largo suspiro. 

 

 

Caminaron hasta una de las bancas cercanas, ubicada justo debajo del frondoso y más antiguo árbol de cerezos, que empezaba a mostrar hermosos botones de flor. El paisaje parecía confabularse con la época más dulce del año, ambos jóvenes tomaron asiento disfrutando de la suave brisa matinal.  

 

 

- Bueno que querías decirme - preguntó distraída, mientras abría su maletín, sacando un pequeño paquete, el cual Naruto pudo identificar como chocolate.

 

 

- Verás Sakura chan - balbuceaba sin encontrar las palabras indicadas - tu sabes dattebayo - soltó una risilla nerviosa rascándose la cabeza desordenando aún más su rebelde melena dorada.   

 

 

- Me gustas - confesó con un ligero carmesí en sus mejillas - y quisiera que seas mi San Valentín - agregó extendiéndole el pequeño presente, algo impaciente por la respuesta de la chica.

 

 

Sakura estaba tan ensimismada en su mundo de sueños que solo asentía como estúpida, tomó el regalo tartamudeando cosas indescifrables y le entregó la pequeña bolsita negra que cuidaba celosamente.

 

 

- Estas loco Naruto - espetó al sentir que su tesoro se le escapaba de sus manos - y suelta esos chocolates que es un regalo para mi amado Sasuke kun - gritó furiosa.

 

 

Su cerebro pareció finalmente conectarse con la realidad. Endureciendo sus facciones demostró todo su desprecio posible. Como se le podía ocurrir, que ella, la chica más popular de todo el liceo se fijaría en alguien sin clase, escandaloso y haragán.

 

 

- ¡¿Qué?! - chilló el Uzumaki lo suficientemente fuerte para que media ciudad lo escuchara.

 

 

- Sí Sasuke me pidió una cita, es más soy su novia - dijo orgullosa, queriendo herir profundamente los sentimientos del rubio.

 

 

- Que te hizo creer que me fijaría en alguien como tu, solo traté de ser amable porque eres el mejor amigo de mi novio - recalcó mordaz.

 

 

- El teme hizo eso - susurró melancólico, estaba realmente decepcionado, su supuesto mejor amigo lo había traicionado sabiendo que precisamente hoy se le declararía a la Haruno.

 

 

Naruto quiso encarar al Uchiha, pero el níveo puño de Sakura se estrelló contra su rostro evitando cualquier acto de reproche, quedando inconsciente casi al instante, aunque no lo suficiente rápido como para evitar escuchar las sonoras carcajadas de los alumnos que se burlaban de su desafortunado rechazo.

 

 

****

 

 

Los amplios pasillos de la escuela se encontraban desérticos, todos el alumnado incluido docentes y trabajadores administrativos había huido ni bien escucharon el timbre de salida, cada uno dispuesto a vivir un fin de semana inolvidable.

 

 

Todos excepto un rubio que yacía plácidamente dormido sobre una de las camillas de la enfermería, y su acompañante, un hombre de cabellos grisáceos. 

 

 

- Que me paso dattebayo - aquella vocecita sacó al doctor de su amena lectura.

 

 

- Te desmayaste - explicó sin apartar la vista de su libro - Sakura te golpeó esta mañana - señaló el reloj de pared que marcaban ya las tres y media de tarde. 

 

 

- No puede ser - aún con un intenso tamborileo golpeando sus sienes, Naruto se incorporó de la cama quedando sentado sobre esta. Su mirada azulada se tornó vidriosa, recordando los desagradables sucesos.

 

 

- Seguro es por el viernes trece - susurró adquiriendo nuevamente su radiante sonrisa - mala suerte - dijo ampliando la mueca en su rostro.

 

 

- Pero no, no y ¡No¡, Uzumaki Naruto jamás se da por vencido dattebayo - así con una risa rayando a lo maniática, el rubio empezó a darse ánimos gesticulando graciosos movimientos mientras debatía internamente su siguiente plan.

 

 

Kakashi seguía con la mirada a Naruto, escudándose detrás su usual lectura. No pudiendo evitar que su mascarilla reflejaba una sonrisa de satisfacción. Simplemente ese pequeño revoltoso era muy especial.

 

 

- Ne sensei me estás escuchando - las manos canelas pasaron frente a su rostro moviéndose incesantes.

 

 

- Lo siento que decías - habló una vez que salido de su letargo. 

 

 

- Te pregunté si me ayudarías - suspiró - tu debes haber tenido muchas citas, además siempre lees ese libro que escribe Ero sennin ttebayo  - ver esa carita suplicante, los ojitos brillantes y el sugerente sonrojo de sus mejillas hizo que las pervertidas ideas de Kakashi empezaran a revolucionar como un bólido, una oportunidad demasiado tentadora para dejarla escapar.  

 

 

- Con gusto te explicaré  Naruto lo que quieres saber, o mejor aún, te lo mostraré - la mirada del Hatake se tornó turbia y penetrante, Naruto retrocedió algunos pasos, podía jurar que la atmósfera se había vuelto peligrosa de repente.

 

 

- Lo primero que debes hacer es bañarte - sentenció indicando la puerta blanca al lado del estante - estas muy sucio tu ropa esta llena de tierra - explicó ocultando sus segundas intenciones. Sin rechistar, Naruto entró cerrando con llave la puerta tras de sí.

 

 

- Desconfiado - murmuró el Hatake mientras escuchaba el sonido del la ducha.

 

 

El agua pareció enjuagar sus problemas llevándolos consigo, relajándolo perceptiblemente y con sus fuerzas renovadas estaba más que dispuesto a conquistar a Sakura y de paso darle una buena golpiza al teme.  

 

 

- Que bien se siente ttebayo - el Uzumaki buscó por todo el aseo algo con que vestirse, encontrando apenas un diminuta toalla blanca que enredó a su cintura, cubriendo estratégicamente su virilidad y parte de sus morenos muslos. Avergonzado salió del pequeño cuarto, pero que mas daba estaban entre hombres ¿no?.

 

 

Kakashi asintió aprobatoriamente ante la insinuante visión que contemplaba. El cuerpo de Naruto se podía definir con una sola palabra, espectacular, piel canela, visiblemente suave y tersa, músculos definidos y fibrosos sin exagerar, largas y torneadas piernas, maravillosamente acompañados por las traviesas gotitas que se perdían en el horizonte del molesto paño. 

 

 

- Estoy listo - exclamó sonriente.

 

 

- Y yo más que dispuesto - pensó fulminando con la mirada la pequeña toallita que cubría esa parte tan íntima del rubio, con la esperanza que se esfumara.

 

 

- Primero quiero vestirme - habló nervioso sintiendo nuevamente el ambiente pesado.

 

 

- Bueno ya tu ropa esta sucia y no te puedes quedar desnudo - aunque a mi no me molesta  - toma.

 

 

El Uzumaki inspeccionó el traje, a simple vista parecía un mandil de laboratorio pero al revisarlo más detenidamente se dio cuenta que...

 

 

- Un uni... forme de enfer... mera - tartamudeó sonrojándose hasta la coronilla, y para colmo la falda era sumamente reveladora.

 

 

- Es lo único que hay - expuso escondiendo perfectamente su creciente excitación. 

 

 

- Bien ttebayo - refunfuñó caminando hasta el biombo para vestirse, afirmando mentalmente que era el peor día de su vida. 

 

 

Naruto miró por última ves la prenda y se la puso, aunque no hizo gran diferencia, la tela era sumamente delgada y se pegaba como una segunda piel, para colmo había olvidado sus boxers en el baño, se sentía completamente expuesto e indefenso.

 

 

- Kakashi sensei - clamó asomando su cabeza por la mampara, titubeando por un instante de su idea pero los vívidos recuerdos lo volvieron a atormentar - empecemos dattebayo -  habló decidido.

 

 

- Bien Naru chan - exclamó meloso extendiendo su mano.

 

 

Guiado por el apuesto doctor, el Uzumaki caminó con parsimonia hasta la última de las camillas, la más amplia y alejada de todas, solo por si aún quedara algún ojo curioso en la escuela. El mayor tomó asiento indicándole al rubio que se sentara en su regazo y sin saber bien el porqué Naruto obedeció dócilmente.  

 

 

- Primero - habló con voz profunda y grave, tan sensual que Naruto volteó inmediatamente dándose con la sorpresa que su sensei ya no traía su acostumbrada mascarilla.

 

 

El rubio quedó embobado con el magnífico ejemplar de hombre, y aunque era cien por ciento hetereo sabía reconocer la belleza. Los cabellos platinados caían sugestivamente  sobre su frente resaltando las viriles facciones y los oscuros ojos parecían hipnotizarlo.

 

 

- Debes captar su atención - explicó mientras delineaba con la punta de su nariz el acanelado cuello del menor, aspirando su adictivo y enloquecedor aroma.

 

 

- Luego has que se interese en ti, sedúcelo, que se muera por besarte - ahora su voz sonaba  increíblemente tenue y aterciopelada, y Naruto tan solo miraba los movimientos de aquella boca, tan voluptuosa y sugestiva, tan provocativa.

 

 

Kakashi se relamió los labios, acortando la ínfima distancia entre ellos. Naruto se echó para atrás acomodándose en el firme pecho del doctor, mientras pasaba uno de sus brazos por el níveo cuello profundizando el contacto.

 

 

En un suave roce, unieron sus labios, ambos sintieron una ligera y placentera descarga eléctrica recorrer sus cuerpos mientras un torrente de emociones surgían en su interior.

 

 

La boca de Naruto se abrió, invitando a Kakashi a probar esa cavidad que tanto había deseado y enseguida recorrió su interior con su ávida y febril lengua sintiendo esa maravillosa y adictiva calidez. Aquel primer beso fue largo y exploratorio, dulce y lujurioso, apasionado y calmo al final. Cuando el beso acabó, se miraron a los ojos mientras recuperaban el aliento, topando sus frentes y sonriendo felices.

 

 

- Enséñame mas sensei onegai - suplicó extasiado en un leve susurró, sus azuladas orbes estaban entrecerradas y su respiración agitada, las mejillas fuertemente coloreadas y sus labios húmedos y entreabiertos rogando silenciosamente por más.

 

 

- Como quieras mi pícara enfermera - Kakashi empezó a desabrochar lentamente el blanco uniforme, admirando embelesado su tostada piel, a medida que esta era expuesta, deteniendo su mirada en sus rosados botoncitos de carne que aclamaban por ser probados, acercó su boca al pezón derecho y empezó a lamerlo suavemente, chupando, besando y succionando apasionadamente esa sensible zona, siguiendo así por un largo rato.

 

 

- Ah mas sensei enséñame mas - pidió con voz desesperada, sintiendo como el miembro de su sensei cobraba dureza entre sus nalgas. 

 

 

- Recuéstate - ordenó mientras que su manos seguían explorando con toda libertad de la bronceada piel.

 

 

Kakashi se incorporó permitiendo que Naruto se acostase, aprovechando el momento  para desnudarse cadenciosamente ante la atenta y lasciva mirada del de ojos cielo. 

 

 

- Que te parece un sesenta y nueve - Sin el menor reparo el Hatake comenzó a lamer muy suavemente la entrepierna del menor. Siguió chupando y probando todo con el tacto de sus labios. Bajó hasta los testículos duros y suaves, subiendo tortuosamente por aquel enhiesto tronco, saboreando golosamente cada milímetro de esa tersa y sensible piel.

 

 

El Uzumaki instintivamente se abrió más, distanciando sus muslos, para que su amante pudiera avanzar su bucal exploración. Kakashi profundizó el placentero contacto  y succionó devorando cada parte, sintiendo cada vez más dura la palpitante virilidad de su pequeño. 

 

 

Girándose sobre sí mismo se preparó para degustar la nuevamente el falo de su amante a la vez que éste mamaba la suya. Así estuvieron unidos en un erótico y suculento sesenta y nueve, dándose un placer jamás inimaginable ni en sus más ocultas fantasías. Mientras se saboreaban mutuamente, los dedos del doctor exploraban dulcemente, la virginal estrechez del menor, causándole ahogados gemidos, pues tenía la boca ocupada, muy ocupada, con el exquisito miembro de su amado.

 

 

- Enseñame más dattebayo - murmuró agitado  sumergido  en una especie de limbo de puro placer, dejándose llevar por la experta lengua de su sensei, sintiendo próximo el inminente clímax, ante esto el mayor aceleró el embriagante ritmo, ocasionando el deseado desenlace.  Ambos se deleitaron, probando la esencia del contrario, degustando su sabor vehementemente.  

 

 

Con toda la suavidad del mundo, el de cabello plateado levantó las piernas del menor, colocándolas sobre sus hombros, ubicando su enhiesto miembro próximo a la entrada del Uzumaki, el Hatake sonrió amorosamente a su amante y este asintió esperando la ansiada estocada.

 

 

Lentamente la hombría del doctor fue introduciéndose en la caliente y estrecha cavidad. Naruto solo mordía sus labios para sofocar sus gemidos producto del dolor, una vez acostumbrando a ese maravilloso invasor dentro de él, se relajó, propiciando el inicio del  delicioso vaivén.

 

 

Los movimientos empezaron a darse y ambos lucharon por llevar la delantera en sus oscilaciones pélvicas. Era un placer constante, una fricción que los dejaba sin aliento y nublaba sus sentidos, sintiendo el próximo orgasmo en cada nueva embestida. Naruto abrazaba a Kakashi obnubilado de tanto goce, sintiendo por primera vez el verdadero amor.

 

 

El cadencioso ritmo se tonó frenético y en medio de un largo gemido, aplacado por la boca cerrada y los labios fuertemente entrelazados, Kakashi se derramó por completo dentro del interior de su bello ángel y este hizo lo propio sobre sus abdómenes.

 

 

Se besaron finalmente, mientras sus respiraciones se acompasaban y se abrazaban cariñosamente, acomodándose en la cama para tomar un merecido descanso.

 

 

- Este hommei choco*  es para mí - declaró sacando de la cajita uno de los pequeños chocolates en forma de corazón.

 

 

Con sumo cuidado se lo llevó a la boca, compartiéndolo con su flamante novio en un fogoso y apasionado beso mientras delineaba las gráciles marquitas en sus mejillas.

 

 

- El día blanco será mi turno Naru chan - el Uzumaki tan solo asintió tratando de normalizar su respiración nuevamente, entendiendo a la perfección lo que significaba.

 

 

****

 

 

Como cada catorce de febrero la ciudad de Konoha hacía un festival para celebrar aquel romántico día y Sasuke no tuvo mejor idea que llevar a su "linda" novia, prefería soportar mil veces una escandalosa muchedumbre que estar completamente solo con la melosa muchacha y pudiera suscitarse algo más íntimo.

 

 

Sin embargo jamás pensó que su mejor amigo se encontraría precisamente en aquel lugar donde solo iban parejas.

 

 

- Sakura chan - llamó - teme - dijo acercándose a ellos.

 

 

- Que quieres ahora Naruto - siseó la Haruno despectiva.

 

 

- Solo quería decirles que los felicito ttebayo - extrañamente su voz salió sincera y feliz, todo rencor hacia la nueva pareja había desaparecido.

 

 

- Que dices dobe, estas feliz porque Sakura es mi novia - retó arrogante logrando que el rubio frunciera el ceño.

 

 

La verdad es que Sasuke odiaba a muerte a Sakura, casi tanto como amaba secretamente a su adorado rubio, por ello cuando Naruto le confesó que finalmente se le declararía a la de Haruno decidió intervenir. Y ante el peligro que alguien volviera a interponerse dejaría de lado su orgullo y le confesaría sus sentimientos al día siguiente.

 

 

- La verdad es que primero lo tomé muy mal - reveló - pero ahora que lo he pensado mejor no dejaré que esto arruine nuestra amistad teme - Sasuke iba a contradecir pero una figura conocida lo evitó.

 

 

- Kakashi sensei - inquirió curioso al ver al doctor que se aproximaba con numerosos paquetes entre sus manos.

 

 

- Que es eso - preguntó Sakura.

 

 

- Bueno es que me faltaban la diadema y los zapatos - comentó con su típico ojito feliz, claro que solo Naruto pudo entenderlo.

 

 

- También te compré uno de colegiala Naru chan - la cara del susodicho empezó a hervir de vergüenza ante la revelación de su pervertido novio, que no había perdido el tiempo para llevar a cabo su proyecto de "Icha Icha Kitsune".

 

 

- Kashi... - gruñó - sensei - se corrigió incrementando su sonrojo.

 

 

- Nos vemos en la escuela dattebayo - dijo alejándose rápidamente, seguido de cerca por un sonriente Kakashi.

 

 

- Eso si que fue extraño - por única vez en su vida el Uchiha estuvo totalmente de acuerdo, pero algo le daba un mal presentimiento.   

 

 

****

 

 

- Naruto - aclamó un joven castaño con sorna - lo siento tanto - se mofó Kiba apoyándose en el hombro de su compañero.  

 

 

Era lunes en la mañana y el bochornoso incidente estaba en boca de toda la escuela. A pesar de las bromas el rubio no le dio importancia, si no hubiera ocurrido ahora no estaría con su sexy novio. 

 

 

- No importa estoy feliz por ellos dattebayo - manifestó viendo disimuladamente por la ventana hacia la enfermería.

 

 

- Ya veo - dijo malintencionado al notar ciertas marcas rojizas en el cuello moreno - conseguiste novia, bien hecho - gritó para que toda el aula pudiera escuchar.

 

 

Inmediatamente todos se acercaron para saber el último chisme, todos excepto un azabache que apretaba los puños de coraje, evitando así destrozar su pupitre. Parecía que la vena en su frente estallaría en cualquier segundo y sus refulgentes celos lo llevarían a cometer una locura.

 

 

- Vamos dobe - y jalándolo del brazo lo sacó del salón, lanzando una gélida mirada de advertencia de quién se atreviera a seguirlos moriría en el acto.

 

 

- Suéltame teme - replicó una vez afuera - que te pasa.

 

 

- Quién es - espetó cruzándose de brazos.

 

 

- Quién es qué - respondió de mal humor, sabiendo a lo que se refería.

 

 

- Deja de hacerte el tonto usuratonkachi - bramó cogiendo el cuello de su camisa.

 

 

- Esta bien te lo diré pero ante gracias Sasuke - el mencionado lo miró extrañado   - gracias a ti me di cuenta que Sakura solo era una ilusión infantil y no mi verdadero amor -  reveló con una de sus hermosas sonrisas.

 

 

- Estoy muy enamorado de Kakashi sensei y somos novios dattebayo - justo en aquel instante el timbre de la campana sonó y Naruto se apresuró hacia el salón.

 

 

Sasuke se quedó allí petrificado viendo con impotencia como se alejaba la persona que más amaba de su lado, llevándose consigo todas las esperanzas de un futuro juntos y su corazón echo pedazos, sintiéndose un completo estúpido de ser el único responsable que eso ocurriera.

 

 

****

 

 

Así fue como terminó un día de San Valentín que ninguno de los cuatro involucrados jamás olvidaría, especialmente Sasuke, quién tuvo que soportar a Sakura por el resto de su vida.

 

Notas finales:

* Es el chocolate que se regala a la persona amada.

Bueno por ser día de San Valentín el lemon es algo romántico, pero escribiré algo pervertidillo próximamente. 


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