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Te dí por kimee_de_capricornio

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Notas del fanfic:

 

  • Tema: Te dí. 
  • Intérprete: Mariana Vega.

1- Saint seiya le pertenece a Masami Kurumada y a la toei-animation... yo solo tomo prestados sus personajes (*0*... goldies) para mis loqueras.

2- Personajes OOC (Out Of Character... no es raro en mis relatos xD)

Notas del capitulo:  

¡Hola! Esta servidora yaoista con nuevo relato... la canción venía sonando repetidamente desde hace días en mi mente y esta incoherente idea de mi retorcida cabecita fue lo que escribí como resultado de la... "particular" interpretación que le dí a este lindo tema mientras lo escuchaba. El relato está en primera persona, y la pareja... bueno, se me ocurrió. ¡Espero sea de su agrado!

 

Me llamo Mu Bélier-Vierge, tengo veinticinco años y mi profesión más reciente es ser un "esposo trofeo" cuya mayor ocupación es ver pasar los días en el lujoso dúplex ubicado en una prestigiosa zona donde vivo, y en donde duerme mi pareja esas raras veces que recuerda tener un lugar confortable para dormir, cuando no asisto a un evento de sociedad o exprimo al máximo las tarjetas de crédito en las tiendas cuando me siento deprimido, cosa que pasa muchas veces. Anteriormente fui un estudiante universitario del segundo año de idiomas modernos en otra época más despreocupada de mi vida que no tiene caso recordar. Esta es mi existencia actual. Monótona, aburrida, continua... mi existencia junto a él...

 

Él... mi primer amor, y hasta ahora, el único. Si, el único. Mi amante... esposo, Shaka Vierge.

 

Nos conocimos hace seis años, en los que después del año sabático que me regalé a mí mismo recorriendo toda Europa en automóvil con mis amigos, finalmente decidí presentar una prueba para ser admitido en una prestigiosa universidad, en donde me iba muy bien. Shaka y yo coincidimos por primera vez en la fiesta de cumpleaños de un amigo común, en un prestigioso club de la ciudad. Debo confesar que me quedé prendado a primera vista de ese joven y apuesto abogado que era nueve años mayor que yo, y que por supuesto, ni me prestaba la menor atención.

 

Ese era mi pensamiento de muchacho recién salido de la adolescencia, como el impresionable que era, me las arreglé para que se fijara en que existo, cosa que era bastante difícil por aquella muralla entremezclada de arrogancia y frialdad que se empeñaba en mostrar a todo el mundo, la que lo hacía inalcanzable, hasta que parecí lograrlo aquella noche, cuando noté un destello parecido al interés en sus frías orbes celestes. Le dejé mi número de móvil, elevando mis plegarias a los dioses para que me tomara en cuenta.

 

La respuesta a mis súplicas fue una llamada que pensé, nunca llegaría... una breve llamada que me convirtió en la persona más feliz sobre la faz de la tierra cuando me pidió una cita, para la cual me esmeré especialmente en mi apariencia personal, yo, que apenas reparo en esas cosas. Fuimos a un elegante restaurante, ¡Vaya que aún recuerdo lo selecto y refinado que era ese lugar! Confieso que temí equivocarme con los cubiertos durante la cena a causa del repentino ataque de nervios que me hacía parecer un chico torpe... Tonto, ¿Verdad que sí? Si se dio cuenta de mi estado aquella vez, no lo demostró. La pasamos muy bien, era todo un caballero: atento, correcto, considerado, esa noche compartimos unos cuantos besos pero no pasamos de eso... él mantenía cierta reserva, lo admito. Aún así, yo estaba enamorado y luego de ello, salimos unas cuantas veces, eso fue una sorpresa porque pensé en que sólo tendría esa única cita con él.

 

 

Te dí mi mejor momento, ese que no pasa lento,

El que ya se terminó.

 

 

Nos gustábamos, aunque después de esas salidas nunca pasamos del límite. ¡Por supuesto que quería estar con él!... ¡Confiaba en Shaka! Aunque yo no podía evitar tener un poco de miedo porque jamás había estado con alguien y él nunca me presionó para cambiar esa situación. Para mí era algo más que la simple y fugaz atracción entre dos personas... sonará cursi, pero para mí era el más puro y sincero amor, aunque sabía que Shaka no sentía lo mismo, había algo en él que le impedía soltarse por completo. Por eso me sorprendí cuando me propuso matrimonio... y yo acepté, confiado en que las cosas cambiarían, que me dejara alguna vez traspasar esa fría y altiva reserva típica de abogado que tanto me desesperaba... ¡Qué idealismo el mío!

 

Nos casamos dos meses después en un juzgado civil, a pesar de que mis allegados consideraban que era muy joven para dar ese paso... no los escuché, y aún me preguntó como serían las cosas de haberlo hecho. En nuestra primera noche juntos fue gentil, tierno y cuidadoso conmigo... se preocupó porque yo disfrutara por completo el momento... aún recuerdo como aquella vez me acunó entre sus brazos y me preguntó con dulzura como me encontraba. Más tarde pude percatarme con satisfacción que en la cama era el único lugar en donde Shaka parecía dejar de lado el autocontrol que lo caracterizaba.

 

 Me permití tener esperanzas.

 

Nuestro matrimonio iba relativamente bien, éramos compatibles íntimamente, de eso no tengo ninguna queja y nos llevábamos bastante bien en los demás aspectos, a pesar de que aún mantenía esa barrera que le caracterizaba, pero todavía tenía fé en que tarde o temprano comenzara a corresponderme. Consideraba que esas eran bases para fomentar un matrimonio. Todo iba normal, hasta que lo hicieron socio del bufete en donde trabajaba. Supongo que fue donde comenzó toda mi odisea.

 

Por supuesto, estaba alegre por Shaka, porque sé lo mucho que trabajó, desvelándose noche tras noche para obtener tal distinción a su esfuerzo, la de convertirse en uno de los socios más jóvenes de la prestigiosa firma. Como ya era alguien ambicioso e importante, era lógico que empezara a tener una vida social, asistiendo a numerosos eventos para entablar contactos que lo hicieran progresar en la carrera. Era la oportunidad que necesitaba para acercarme más a él, por lo que no dudé ni un segundo en dejar mis estudios para dedicarme por tiempo completo a su vida, ya habría tiempo para seguir con ellos, después de todo, era joven y tenía tiempo de sobra... Lo único que puedo decir en mi defensa es que yo aún veía al mundo con lentes de color rosa, como cualquier joven ingenuo e impresionable, una de las pocas rarezas hoy en día.

 

 

Te dí todo de mi tiempo,

Yo me quedé con los restos del minuto que sobró.

 

 

Si... a partir de ese momento mi profesión a tiempo completo era la de amante y solicito esposo que apoyaba a su pareja en sus proyectos. Casi seis años pasé tratando de convertirme en el tipo de compañero que Shaka necesitaba a su lado, un compañero sofisticado... un objeto decorativo. Ese tiempo en el que no me di cuenta (o no quise hacerlo) de que había perdido mi esencia.

 

Tiempo en el que mi único propósito era complacerlo, buscar desesperadamente su aprobación. Tiempo en el que me convertí en un maniquí andante al que tenían que darle cuerda para darle un poco de vida... sin voz ni voto. Tiempo que nunca podré recuperar. Momentos en los que buscaba aunque sea una pizca de su atención en otro aspecto que no fuera el físico. Juro que pensé en renunciar a esto muchas veces pero desistía.

 

Tiempo... el factor clave... va corriendo lentamente, haciendo aflorar en mi un pensamiento tan retorcido que cada vez tomaba más fuerza en mi cabeza, ese pensamiento que crecía día tras día, comenzando a envenenar mi mente. Ese propósito que ya no me parecía tan lejano e impensable... una idea tan descabellada, tanto así que nunca creí tener esa clase de raciocinio, pero era así.

 

Era más fuerte que yo.

 

Se alejaba cada vez más de mí, y eso no me gustaba. Simulé que estaba satisfecho por lo que tenía, porque no quería que se diera cuenta de lo que pienso realmente.

 

 

Sí me han bajado del cielo, no te puedo culpar a ti.

Y sí ya no tengo nada, fue porque todo te dí.

Ya no tengo nada que decir.

 

Y quiero tener mis alas de nuevo

¡Quiero todo lo que dí!

Y quiero despegar mis pies de este suelo.

¡Quiero volver a vivir!

 

 

¿Acaso es tan malo enamorarse?... Aunque yo me enamoré locamente sin ser correspondido. Pero tenía que hacer de tripas corazón y simular frente a él que no me sentía afectado, cuando estaba destrozado en el fondo. El amor es un sentimiento excelso que puede causar la mayor alegría posible, como también puede ocasionar la mayor de las tristezas, de las locuras. Muchos han cometido locuras por amor, eso es bien conocido. El amor es cruel como también es hermoso. Pero los seres humanos lo necesitamos para sentirnos vivos, para que nuestra existencia no fuera monótona y sin chispa. Amor... ¡Esa palabra encierra tantas cosas!

 

Su indiferencia me estaba consumiendo poco a poco por dentro, mucho más que de costumbre. Comenzó a pasar más tiempo lejos de casa, a evitarme como si no soportara mi presencia, aduciendo que tenía mucho trabajo, y ese no podía esperar. ¿Y yo si podía esperar...? Siempre esperé. No tenía caso quejarme, debería estar acostumbrado a sus actitudes que eran tan predecibles. ¿Hablar?... ¡Por supuesto que estaba dispuesto a hacerlo! A saber qué era lo que realmente pasaba por su mente, a saber como podría comprenderte por completo... que desnudara su alma ante mí.

 

Pero tú nunca tenías tiempo. Nunca estuviste para mí como yo lo estuve para ti.

 

¡No sabes cuánto daría porque las cosas fueran diferentes de la realidad en la que estamos! Atrapados en la rutina de un matrimonio vacío que estaba tratando de salvar con todas mis fuerzas... al que no le ponías ningún empeño.

 

Los votos matrimoniales eran muy claros: "En la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad..." permanecer juntos, sostener la relación que nos une, eso es por lo que vivo... por un poco de tu amor.

 

 

Te dí mi mejor sonrisa, aunque doliera fingirla

Para verte sonreír

 

 

Fingía ante él que todo iba correctamente cuando para mí no era así... yo lo amaba... aún lo amo, y por eso me convertí en una extensión de su vida, olvidando lo que fui, mi personalidad cándida y alegre, claro que hace mucho tiempo deje de estarlo, pero quise mostrar una fachada diferente para él... mi sonrisa perenne, la máscara de anfitrión perfecto, esa que escondía mis verdaderos sentimientos. Se cerraba conmigo, y no tenía porque hacerlo... ¿A dónde se fue el significado de la palabra confiar?

 

Nuestra relación se estaba volviendo rutinaria... ¿O ya lo era desde hace años y no lo quise ver porque estaba demasiado ocupado viviendo en función de ti, mi amor?... Ya ni siquiera tenemos sexo, y cuando lo hacemos en una de esas raras ocasiones, no puedo evitar quedarme con una sensación de vacío, de insatisfacción.

 

Sin embargo, algo me decía que esta actitud tuya que a simple vista era normal escondía otra cosa. No quería pensar en ello, pero mis sospechas se acrecentaban más y más por lo que me vi obligado a contratar con suma discreción a un investigador privado para que descubriera lo que ocultabas afanosamente.

 

Eso es algo que siempre lamentaré haber hecho.

 

Dos meses después, no quería creer los resultados que arrojaba el informe del investigador que me mostraba en la oficina de este. Pero aquellas fotografías se reían por completo de mí, haciéndome chocar de bruces contra la realidad, destruyendo mis anhelos, mis ilusiones... mis ambiciones estaban hechas pedazos. El detective me miraba con algo parecido a la pena y yo devolví mi mejor mirada de altivez mientras pagaba sus servicios. No quería causar lástima. No más.

 

¡Me terminaste de arruinar la vida, Shaka Vierge!... Eso fue lo que me hicieron comprender esas malditas imágenes.

 

 

Regalé mi nombre al viento para ser parte del tuyo

Y olvidarme que existí.

 

 

Si... Una imagen vale más que mil palabras, así dice una expresión conocida.

 

Pero no quería aceptarlo. ¡Esto tenía que ser una broma de mal gusto... una equivocación! Sin embargo, en el fondo sabía que no podía seguir engañándome, escudándome tras esa burbuja utópica que me empeñe en desear durante mucho tiempo, esa que sólo veía en sueños. Las imágenes eran dolorosamente claras. Me mostraban a un Shaka completamente diferente al que estoy acostumbrado... su semblante era más relajado, en sus orbes del color del cielo se leía una expresión de adoración... Esa mirada que siempre esperé provocar, comprendí, dejando que la rabia y los celos se apoderaran de mi persona... ¡Esa mirada no estaba dirigida a mí, que era su esposo!

 

Soy un completo masoquista y tal vez esté loco, lo reconozco, y es por ello que sigo torturándome con aquellas fotografías que miraba una y otra vez: Mi esposo junto a un atractivo y fornido joven castaño en una posada, vestidos de ropa casual. Este le pasaba un brazo por la cintura en gesto de afecto. De seguro fue en uno de esos fines de semana en los que él me decía que se ausentaba por "trabajo". Me dan envidia porque se ven tan felices juntos. Miré las demás: estaban en un café, en una zona residencial, en la que de seguro vivía su amante... uno de los sitios en donde se revolcaban, entrando a un hotel mientras se besaban con descaro, y otras fotos de las que no me voy a molestar en revelar su particular y gráfico contenido porque con sólo verlas ya me siento enfermo. Sólo puedo decir que no tienen reparos en demostrarse su amor.

 

Para acrecentar mi malsana curiosidad, quise leer el informe para conocer el nombre de la persona que me está robando a mi marido: Aioria Lion, el jodido griego con que mi rubio mantiene una aventura. Un abogado que había entrado desde hacía un año a trabajar para el bufete del que Shaka es socio. Según el escrito, tenían siete meses de relación. Siete meses... la misma época en la cual él comenzaba a poner toda clase de pretextos para evitar mantener relaciones conmigo, y cuando finalmente cedía, era porque no le quedaba de otra, pensé con sarcasmo. Debía agradecer que por lo menos Shaka no me llegara con un perfume desconocido impregnado en la camisa, fue muy discreto en ese particular... ¿Qué tenía ese tipo para que se ganara su amor, cosa que hice sin éxito durante todos esos años?

 

Si no fuera por el amor que ambos se profesaban, si no supiera ese detalle tan importante, yo estaría dispuesto a hacerme de la vista gorda ante la "canita al aire" de Shaka. Estaba muy herido, muy lastimado... yo nunca le hice algo parecido a pesar de la indiferencia que mostraba ante mis esfuerzos, mis sacrificios. A pesar de que tuve varias oportunidades en las propuestas que me hacían algunos solteros de la jet-set... consciente de que Shaka no se daría cuenta si accedía a una de las propuestas, pues nunca ve nada más allá de su propia nariz. Pero siempre me negué con firmeza, pensando en lo que quería realmente: a ese frío y arrogante rubio del que me enamoré a primera vista.

 

 

Sí me han bajado del cielo, no te puedo culpar a ti.

Y si ya no tengo nada, fue porque todo te di

Ya no tengo nada que decir.

 

Y quiero tener mis alas de nuevo

¡Quiero todo lo que dí!

Y quiero despegar mis pies de este suelo

¡Quiero volver a vivir!

 

 

 

Lo amaba a pesar de todo. Le entregué mi vida. Lo quería sólo para mí, no estaba dispuesto a compartirlo con ese aparecido que quiere acabar con el matrimonio que siempre me empeñé en mantener... ¡No iba a permitírselo al tal Aioria de ningún modo!

 

Nadie conocía como reaccionaba Mu Bélier-Vierge cuando se metían con algo que era suyo por derecho.

 

Por supuesto, me encargué discretamente del sabueso al que contraté porque no quería dejar ningún cabo suelto en mi plan. Como en un juego de ajedrez, los peones deben sacrificarse por el bien de la reina. Era inocente, pero no me convenía que supiera demasiado.

 

Pasaron los días, yo fingí ser tan ignorante de la situación, tanto que casi... pero casi me lo creía, hasta que recordaba esas malditas fotos con aquel informe y la rabia se me formaba por dentro, me hacía dispuesto a reclamarle pero me contenía. ¡Me cansé de cerrar los ojos! Aún no era el momento para ello... todo a su tiempo... ya tenía formados mis planes.

 

Llegó el fin de semana, dijo que tenía que pasarlo fuera por "asuntos de trabajo". Yo insistí en que tuviéramos sexo antes de que se marchara... sentí un poco de nostalgia, lo reconozco. Fui especialmente insistente este día que era tan importante para mi... y para él, aunque en ese momento no lo supiera. Quizás inconscientemente se empezaba a dar cuenta de lo que pretendía porque al final cedió a mis intenciones. Esta última vez la sentí diferente a las anteriores en las que se acostaba conmigo sólo por compromiso. Era como los viejos tiempos... la mejor experiencia de mi vida.

 

--- Te amo --- murmuré después de que todo terminó y quedara satisfecho por completo.

 

Por supuesto, no me dio una respuesta. Claro que tampoco la esperaba.

 

Esperé a que se fuera para entrar a su despacho y buscar algo que sabía, me sería útil: una Beretta que sabía, guardaba en un cajón de su escritorio y que no sabía porque se empeñaba en conservar si nunca la utilizó. Para mí era perfecta, pensé tomando el arma con las manos enguantadas y revisando a ver si estaba cargada. No lo estaba, aunque eso era un detalle insignificante. Yo tengo balas guardadas, aunque no las voy a necesitar todas.

 

Conduje cuidadosamente hasta el lugar donde sabía, se encontraría con su amante: Una cabaña a las afueras de la ciudad a la que sabía, de acuerdo al tan cacareado informe, que se reunían una vez al mes... ¡Son tan predecibles que me dan risa! Detuve el auto a una distancia lo suficientemente prudencial como para que no lo notaran y caminé unos metros hasta mi destino.

 

La puerta estaba abierta. Pobres ilusos, se creían tan solitos y aislados del mundo... entré con sigilo a la cabaña. La sala de estar estaba vacía, apreté los labios en un claro gesto de enfado y dí algunos pasos hasta estar frente a una puerta que estaba entreabierta a través de la cual pude escuchar claramente sus voces.

 

--- ¿Ya le dijiste lo de la demanda de divorcio?

--- Después de este fin de semana le informaré a Mu de la manera más sutil posible, lo prometo. Yo te amo y quiero estar contigo --- murmuró su esposo con firmeza.

 

Presté especial atención a las últimas palabras... ¡Tantas veces deseé escucharlas dirigidas a mí!

 

--- Lástima que no te vaya a dar ese gusto, cariño --- dije al esbozar una cruel sonrisa.

 

¡Qué desilusionados se sentirán ambos! El Mu crédulo fue muriendo lentamente por causa del desamor de Shaka, expiró al enterarse de su aventura. Ese Mu comprendió de la peor manera que nunca sería amado por aquel con el que sacrificó los mejores años de su vida, el que estuvo ahí para él, siendo una extensión de él. El sumiso y apacible Musito quiere que le devuelvan todo aquello que dio incondicionalmente, quiere tener una vida más allá de lo que conoce, aún no es demasiado tarde. Él no hubiese tenido la capacidad para hacer lo que estoy a punto de hacer: Poner en práctica las ideas retorcidas que han estado en mi cabeza por mucho tiempo.

 

Porque si no eres completamente mío, no dejaré que seas de nadie más...

 

Prefiero verte muerto en lugar de que estés en brazos de otro. Eso escríbelo, amor mío, me dije, sacando el arma del estuche de mi pantalón, quitándole el seguro y abriendo la puerta por completo para mirar con suma frialdad en el rostro a la pareja que estaba en ropa interior. Les apunté con la Beretta repetidamente. Pude ver sus expresiones, mezcla de temor y desconcierto. Descubrí que eso me encantaba y lo estaba disfrutando enormemente.

 

--- Mu... suelta el arma. Podemos conversar civilizadamente... ---- Escuché que tú me decías con el miedo pintado en el rostro.

 

--- "Ahora soy yo el que no quiere conversar, rubio" --- pensé con la rabia que no iba a darles el gusto de demostrar.

 

 

Te dí mi mejor momento,

Yo me quedé con los restos del minuto que sobró.

 

 

Sin que me temblara el pulso apunté hacia Shaka, disparándole. Un sonido seco, leve, certero, la trayectoria recta de la bala dirigida a su corazón... Sin embargo, hubo algo que no estaba en mis planes: Aioria se había interpuesto entre mi esposo y la bala para recibir el disparo. Borbotones de sangre caían desde su corazón, donde irónicamente se alojó el proyectil.

 

Perfecto, aún tenía buena puntería. Practiqué tiro al blanco en la adolescencia. ¡Quién iba a pensar que algún día me iba a servir para algo! Pensé al ver caer al griego, sostenido por Shaka, quién lo depositó con gentileza en la cama de sábanas blancas, tiñéndola de sangre, emulando a una de esas películas de bajo presupuesto.

 

Shaka me miró horrorizado por un momento, y sin importarle que tuviera un arma en mano, se acercó más hacia el ahora difunto, tomando su cuerpo en sus brazos. Lloraba...su lamento era desgarrador. Era la primera vez que veía que afloraban tantas emociones en él. Y eso me provocaba celos... porque yo quería que me amara como evidentemente lo amaba a él. No puedo obligarle a amarme... pero si podía truncar su felicidad tal y como hundió la mía durante todos estos años. Me regocijaba internamente.

 

--- ¿¡Satisfecho por lo que hiciste...!? --- me gritó con el odio latente en sus ojos celestes henchidos de tanto llorar. Vi sus manos manchadas de sangre.

 

--- "Después de todo, si pude provocar una emoción en ti... Desprecio" --- pensé, con ese amargo consuelo --- No... no lo estoy --- contesté con tristeza --- Yo sólo quería una cosa: que correspondieras mi amor... hice todo para lograrlo, y tú apenas te fijabas en que existo, en que era poco más que uno de los objetos de la casa. Créeme que no deseaba estar en esta situación ¡Pero no es así, y eso ya se acabo!

 

--- Ya no me importa nada... --- murmuró sin escucharme, cosa que no debería sorprenderme --- ¡Vamos... acaba con esto de una vez por todas! ¡Aprieta el gatillo si es que tienes tantas ganas de hacerlo!

 

No las tenía, pero él me llevó a esto. Con precisión apunté la Beretta hacia su persona, dispuesto a cumplirle un último deseo. Porque eso es lo que he hecho desde nuestro matrimonio, no podía negarme por última vez. Disparé hacia su corazón... aunque hubiese sido mejor un balazo en la frente, que traspasara el cerebro, pero no quería arruinar su hermoso rostro. Sólo un disparo era suficiente para acabar con su vida... Era el fin de nuestra despedida... la despedida que tuvimos cuando hicimos el amor. Lo que yo no sabía era que él se estaba despidiendo de mí en ese momento porque pensaba pedirme el divorcio para estar con su amante.

 

Vi como su vida se extinguía en cuestión de minutos, los dos cuerpos cerca uno del otro, la sangre de ambos entremezclada. Un espectáculo convenientemente dantesco... Parpadeé para evitar derramar algunas lágrimas (porque no quería dejar mi ADN en la escena del crimen, ni tonto que fuera) al estar consciente de que partió a otro lugar con aquel al que amaba. Irónico, al final van a estar tan juntos como querían.

 

--- "Adiós, mi amor" --- fue lo último que pensé antes de colocar el arma en sus manos, para que cuando la policía encontrara sus cuerpos dedujera que se trató de un crimen pasional consecuencia de una aventura extramarital.

 

 

***

 

 

Estoy en su funeral, en un rincón apartado, con nuestras amistades dándome sus condolencias... Algunos me miraban con algo parecido a la lástima, y cuchicheaban... ¡Vaya hipócritas! Después de todo, fui el último en enterarme de las correrías de mi difunto esposo con su amante. Mi actuación como un inconsolable y abnegado esposo que hace frente al escándalo (que inevitablemente explotó casi al instante de que la policía encontrara los cuerpos putrefactos, los cuales encontró tres días después del hecho, el dueño de la cabaña mientras realizaba una inspección), es muy convincente. Un precio muy pequeño para pasar aquella página que hace tiempo debí arrancar del libro de mi destino. Pude matarme después de ellos, es cierto, pero si hubo algo que aprendí en casi seis años de infeliz matrimonio es a ser egoísta. No iba a sacrificarme más por él. Pensándolo bien, no era del todo fingido... de verdad lo amaba, y lamento profundamente que todo haya terminado de la forma en que terminó.

 

--- Mi sentido pésame --- escuche a una profunda y bien modulada voz decirme.

 

Miré a quien me hablaba. Era un apuesto hombre de larga melena azul y jades cristalinas. Vestía un traje negro que acentuaba su bronceado. No estaba nada mal, pensé en ese momento. Tenía algo que llamaba la atención, y no es nada más por su aspecto físico, ese algo que hacía que fuera incapaz de dejar de mirarlo.

 

--- Gracias... es muy amable de su parte --- contesté.

--- Sé que no es la ocasión más idónea para decirlo... pero me gustaría conocerlo mejor.

--- ¿Es su costumbre ligarse al viudo en el funeral de su esposo? --- pregunté un poco divertido ante su atrevimiento al flirtear conmigo en semejante momento.

--- No es habitual en mi, usted se me hace... interesante --- me dijo en un susurro y yo simplemente... ¡Babeaba tal cual adolescente!  --- ¡Vamos, dele el derecho a réplica a este amable y tímido sujeto!

 

A mi pesar, sonreí. Ese hombre no tiene un pelo de tímido, eso puedo asegurarlo.

 

--- No tiene que responder ahora. Piénselo, Mu... ¿Puedo llamarle de esa forma? --- asentí ---- Le dejo mi tarjeta por si acaso. Esperaré su respuesta. Hasta pronto.

 

Lo vi alejarse de mí. No sabía quién era ese misterioso hombre ¡En mi vida lo había visto! Y eso que conocía a todas las personas que estaban concurridas en este evento... al menos a la mayoría. Miré la elegante tarjeta para leer su contenido, tenía curiosidad por saber, lo reconozco.

 

"Dr. Saga Gemini, Especialista en Cirugía"

 

 

 

Observé que estaba su dirección, e-mail y número de teléfono. Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro al considerar la idea. Llegó la hora de pensar completamente en mí, en empezar a reconstruir mi vida... mi vida sin él. Recuperar poco a poco lo que fui, aunque sé que después de lo que hice eso me va a costar enormemente porque siempre lo tendré almacenado en el recoveco más profundo de mi mente... Llegó la hora de volver a vivir, y ¿Qué mejor oportunidad que esta, la cual llega de improviso?

 

 

Y quiero tener mis alas de nuevo

¡Quiero todo lo que dí!

Y quiero despegar mis pies de este suelo

¡Quiero volver a vivir!

 

***Fin***

 

Notas finales:  

El final es... raro, no muy feliz, (típico en mí cuando insisto en escribir un Songfic u_u, aunque si prestaron atención a la letra, comprenderán que no estaba acorde para ello...) Pobres Shaki y leoncito T.T... el carnerito si que quedó medio psicópata (o psicópata y medio según el punto de vista... cambié un montón el argumento del fic porque Mu me estaba quedando muy soso, la verdad... hasta me atrevo a asegurar que exageré con él) u_uUU (¡No me maten, fans de Mu!:S) 

 

¿Les pareció muy confuso? Comentarios, sugerencias, quejas, tomatazos y lo que se les apetezca son recibidos de buen grado.

 

¡Muchos Saludos y gracias por leer!

 

Atte. Kimee_de_capricornio.


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