"El tren..."
Esperaba ansioso la llegada del nuevo mayordomo, que lo conduciría de vuelta a casa. En los últimos años, se había quejado de tener que estar con sus padres, ya que solo se preocupaban por sus necesidades económicas y le resultaban unos completos desconocidos con quienes apenas hablaba.
Sin embargo, la estancia en casa de sus tíos, resultó bastante insoportable, pues ellos eran personas muchos más frías de lo que sus propios padres podían llegar a ser.
Llevaba tres meses castigado en esa mansión, su actitud "rebelde" le ocasionaba problemas al buen nombre de la familia Walker, por lo que sus padres decidieron enviarlo lejos durante una temporada para que recapacitara. Las únicas personas que le habían dado cariño desde pequeño, su nana y el antiguo mayordomo, no habían estado de acuerdo, pues solo podían ver en Allen un chico dulce y amable.
Cuando recordó al viejo mayordomo no pudo evitar entristecerse, había regresado a su natal Londres debido a que por su avanzada edad, su salud se había vuelto inestable. Esto había sucedido un mes atrás, y para Allen era doloroso no haber tenido la oportunidad de despedirse de él.
También pensaba en como seria el nuevo mayordomo que sus padres contrataron para sustituir a Tiedoll; cuando hablo con su nana* no le había dado detalles sobre el nuevo mayordomo, así que tenía una enorme curiosidad.
Después de largas horas de espera, por fin lo mando llamar su tía con una de las sirvientas... el hombre que lo llevaría de regreso a casa, acababa de llegar...
----- Joven, han llegado a recogerlo, su tía ya ha ordenado que suban sus maletas al carruaje, así que todo está listo ---- a penas murmuro la joven
Allen suspiro y finalmente se levanto del cómodo sillón en el que se encontraba ----- En verdad lleva prisa de que me vaya de aquí----
------ Disculpe??? -----
------ ehm nada, no hagamos esperar a mi tía; odia que la hagan esperar ----- acto seguido, le dirigió una amable sonrisa a la chica y salió de la biblioteca.
Cuando entro al enorme recibidor pudo ver de espaldas a un joven alto, con el cabello largo, recogido en una coleta alta. Su tía se encontraba a la derecha del que suponía era el nuevo mayordomo. Al pararse junto a ellos aquel hombre se dio la vuelta, pero a pesar de que quedaron de frente, a penas y le dirigió la mirada, mucho menos se presento o intento saludarlo.
----- Bien Allen, este muchacho es a quien han enviado tus padres para recogerte, será mejor que se vayan pronto, o no alcanzaran a tomar el tren ----
---- lo se tía, gracias por haberme hospedado estos tres meses ----- dijo esto mientras hacia una leve reverencia---- por favor, también agrácesele a mi tío de mi parte, hasta la vista -----
Después de esa despedida tan parca, Allen y su "acompañante" salieron de la mansión y subieron en el carruaje que los esperaba fuera de ella.
------ Y bien - dijo Allen- ¿cuál es tu nombre?-----
----- vaya, veo que el "joven" se ha olvidado de mi ----- contesto el mayordomo de un modo bastante descortés y sarcástico.
Allen no podía creer que el tipo fuera tan insolente, quien podía creerse para tratarlo de un modo tan descortés.
---- Soy Kanda, --- continuó ---- veo que no has cambiado en nada moyashi, sigues siendo tan estúpido como siempre ---- dijo con el mismo modo cortante.
------ "¿Kanda había dicho?, ¿el insolente sobrino de Tiedoll?" -----
Bueno realmente no sabía si era o no su sobrino, pero definitivamente estaba a su cargo, pero eso no importaba ahora.... En varias ocasiones había ido a pasar las vacaciones a su hogar y siempre que estaban cerca, se ponía a discutir o pelear.
Habían pasado ya varios años desde la última vez que lo había visto, y si bien no lo había reconocido, si podía notar que su mal carácter no había cambiado en nada. Por fin después de pensar un poco, Allen volvió a hablar....
---- Por lo visto no te gusta este trabajo, ¿Por qué lo aceptaste? -----
----- no es de tu incumbencia moyashi---
----- no me llames de ese modo!!!!!..... Mi nombre es Allen, si no puedes recordarlo, en definitiva el estúpido es otro -----
------ Che, no tengo por qué soportarte, más te vale quedarte callado y mantenerte alejado de mi o la pasaras muy mal -----
Definitivamente fue un incomodo viaje camino a la estación, y considerando que el camino en tren era bastante largo a Paris, sería horrible tener que pasarlo juntos; o por lo menos así se sentía el ambiente.
Mientras esperaban a que el tren abandonara la estación, Allen trataba de imaginar por qué Kanda habría aceptado el trabajo, después de todo el también estudiaba.... Finalmente llego a la conclusión de que el paso de Kanda como el mayordomo de su familia debía ser temporal.
---- Kanda, ¿Cómo está Tiedoll?----
---- Te dije que te quedaras callado ---- contesto sin tomarse la molestia siquiera de voltear a verlo
----- si sigues con esa actitud, el viaje será muy incomodo ----- trato de mediar Allen, poniendo al tiempo que decía esto, una de sus características sonrisas, las cuales por cierto, parecía que molestaban al pelinegro
------ che, ¿es que no te cansas de tener ese modo tan amable con las personas?... vaya que eres molesto ------
Allen no podía entender a Kanda, aun recordaba las muecas de odio que le dirigió cuando se le acercaba, las últimas vacaciones en que lo vio. De pronto sus pensamientos fueron interrumpidos, cuando alguien llamo a la puerta, sin embargo resulto ser una joven despistada que se había equivocado de camarote, cuando Allen se disponía a regresar a su lugar, realizó un movimiento algo torpe, lo que provoco que accidentalmente cayera encima de Kanda.
---- D... disculpa ----- dijo un sonrojado Allen, debido a lo cerca que había quedado del rostro de Kanda
Kanda sonrió de medio lado y lo tomo por los hombros ----- creo haberte dicho, moyashi, que te mantuvieras alejado de mi ---- mencionó mientras se acercaba un poco más al peliblanco
----- no exageres bakanda, fue un accidente, n... no lo hice a propósito----
En un rápido movimiento Kanda recargo a Allen en el asiento y se colocó sobre él ejerciendo una fuerte presión para impedirle levantarse
----- No me importa si fue a propósito o no, el punto es que te acercaste; y la verdad es que además de que estoy muy aburrido, ahora se me antoja hacer algo que he querido desde la última vez que nos vimos ----
Allen estaba completamente sorprendido y asustado; lo último que Kanda había dicho era probablemente el comentario más largo que le había dirigido desde que se conocieron; sin embargo, no era muy alentador, al contrario, sus palabras y la sádica sonrisa es su rostro llenaban a Allen de desconfianza.
---- Kanda por favor, esto.... Esto no es gracioso, déjame pararme, qu... quítate de encima ------
----- no iras a ningún lado moyashi.... Demonios, te has vuelto condenadamente lindo, pareces una niña asustada debajo de mi ----- dijo esto acompañado de una enorme sonrisa socarrona
----- estúpido Kanda!!!! Quítate ahora mismo!!!! ---- y empujo a Kanda para tratar de tirarlo al suelo.
Ese comentario había logrado que Allen olvidara un poco su miedo, debido al enojo que le provocó y tratara con más fuerza de zafarse de esa situación. Sin embargo no logro nada, aunque había logrado hacer retroceder un poco a Kanda, a penas el pelinegro recupero el equilibrio se volvió a situar sobre Allen.
----- che, estúpido moyashi, si crees que te libraras tan fácil de mi te equivocas.... Como sea, basta de plática, empecemos a divertirnos ----- dicho esto, se inclino sobre Allen y comenzó a besarle el cuello lentamente.
Allen estaba petrificado, no podía creer lo que estaba pasando; por momentos se retorcía y continuaba tratando de librarse del agarre de Kanda, pero le resultaba muy difícil, ya que lo superaba en fuerza y tamaño.
El pelinegro se fastidio de que Allen no se quedara quieto y se quito el corbatín que llevaba para atar las manos del más pequeño a las espaldas del mismo. Después de eso, se dio a la tarea de deshacerse de su saco y camisa, ante la atónita mirada del peliblanco.
Al acercarse de nuevo el menor este trato de patearlo, pero los reflejos de Kanda resultaron muy buenos y detuvo la pierna, acto seguido buscó los labios de Allen, pero este se negó a responder al beso
----- che, no seas obstinado.... ------ Kanda comenzó a lamer lentamente el cuello del peliblanco, mientras le desabotonaba la camisa y descubría su torso y brazos lo más que se lo permitían las manos atadas.
Allen se sentía demasiado confundido, lo que estaba sucediendo no creía que estuviera bien, sin embargo, una parte de su ser no quería que las cosas se detuvieran. No pudo continuar enfrascado en sus pensamientos, se estremeció completamente cuando sintió la mano del mayor acariciar su entrepierna sobre el pantalón.
Kanda volvió a buscar los labios del menor, pero esta vez mordió su labio inferior para obligarlo a dejarlo entrar e iniciar a explorar con su lengua el interior de su boca. A pesar de las quejas de Allen, por fin Kanda había conseguido probar esos labios que tanto lo provocaban, aunque claro, hubiera preferido que el peliblanco respondiera al beso de una forma más abierta.
Después de un beso bastante demandante, que Allen aunque hubiera querido, no pudo corresponder al mismo ritmo, el pelinegro comenzó a bajar por el cuello del menor, hasta detenerse en su pezón izquierdo y comenzó a jugar con su lengua sobre él.
Aunque aparentemente Kanda llevaba las cosas con calma, realmente se encontraba impaciente y así se lo hizo sentir al menor cuando le separo las piernas y se acerco más a él, haciéndole sentir su miembro despierto.
----- Ya.... Ya basta Kanda, detente por favor... -----
----- ¿realmente quieres que me detenga?... la verdad es que lo dudo, por lo menos tu cuerpo no parece desear que pare ----- y continuo con su labor, esta vez en el pezón derecho.
----- p... pero, alguien ¡podría descubrirnos! -----
----- si eso es lo que te preocupa... entonces trata de no gritar mucho ----- dijo esto mientras le sonreía de un modo un tanto burlón.
En un rápido movimiento el pelinegro libero a Allen de sus pantalones y la ropa interior. El más pequeño emitió un gemido de protesta y su sonrojo se intensifico notoriamente. Aunque el peliblanco no dejaba de quejarse, lo cierto es que su miembro también se encontraba despierto, para satisfacción del mayor.
Acto seguido Kanda se puso de rodillas y sostuvo a Allen de las caderas, mientras el menor lo miraba lleno de duda. A penas se disponía a preguntarle que planeaba, cuando tuvo que morderse los labios, para no dejar escapar el gemido que le provoco esa sensación tan nueva. Al mirar hacia abajo, vio que Kanda había tomado su miembro con la boca.
------ Kan... kanda, no, ha... detente -------
Sin embargo el pelinegro ignoro las protestas de Allen y continúo con la felación; cuando creyó que el menor estaba cerca de correrse, se detuvo y se puso de pie. El menor tenia lo ojos entrecerrados y se mordía los labios, pero al sentir a Kanda alejarse, abrió completamente los ojos para poder verlo. Se encontraba parado frente a él, observándolo detenidamente, lo que provocaba que Allen se sintiera más nervioso y apenado; de pronto Kanda llevo las manos a su pantalón y libero su miembro, el más pequeño apenas tuvo tiempo de reaccionar, el pelinegro se le volvió a acercar y le dio la vuelta, haciendo que Allen quedara de frente al respaldo del asiento. Después de eso, le desato las manos.
----- Será mejor que te sostengas ------
Allen trato de entender a que se refería, pero de pronto tuvo que llevarse las manos a la boca para obligarse a no gritar... kanda acababa de introducir uno de sus dedos en su interior.
----- Que... haa.... ¿Qué haces?... p... para ----- sin embargo, no obtuvo respuesta, Kanda continuó con su labor. De pronto le extendió al corbatín con el que antes le había atado las manos.
----- si tanto te preocupa que nos descubran, utilízalo en la boca -----. Aunque no estaba del todo seguro, Allen obedeció a la orden de Kanda.
La situación le parecía muy desagradable y algo dolorosa, tuvo que sostenerse al respaldo, como antes se lo había sugerido Kanda, para no caer. Sin embargo el dolor que en ese momento sentía, no fue nada comparado al que sintió cuando finalmente el mayor decidió introducir su miembro en él, con una estocada rápida y fuerte. Allen presiono fuertemente sus labios y aunque no lo quería, comenzó a derramar lágrimas que reflejaban su dolor.
Kanda espero muy poco tiempo a que el peliblanco se acostumbrara a tenerlo en su interior y comenzó a moverse, al principio un tanto lento, pero no paso mucho tiempo, para que las embestidas se volvieran mucho más rápidas.
Sus respiraciones se volvieron completamente agitadas y aunque Kanda hubiera deseado escuchar a Allen gemir, ambos tenían que ahogar sus gemidos para evitar ser descubiertos. El primero en correrse fue el pelinegro, en el interior del menor, el cual se corrió casi enseguida.
Kanda salió del interior del más pequeño y después de subirse la cremallera del pantalón, se sentó frente a él. Allen aun se encontraba completamente rojo, no sabía qué hacer o que decir; finalmente reacciono un poco y comenzó a vestirse, casi de inmediato Kanda hizo lo propio con su camisa y su saco.
Pasaron algunos minutos antes de que Allen se decidiera a hablar ----- Kanda, ehm, ¿solo aceptaste el trabajo por esto?-----
El pelinegro sonrió de medio lado y se levanto de su asiento sin decir palabra alguna, pero mirando directamente a Allen. Se acerco a él y le dio un dulce beso en la boca; después se sentó a su lado y se puso a mirar por la ventana.
Allen aun se encontraba confundido, pero bueno, quizá después de todo Kanda no lo odiaba, quizá el resto del viaje en el tren no sería tan malo como imagino....