Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Aside por chibiichigo

[Reviews - 5]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Disclaimer: Los personajes de Naruto son propiedad intelectial  de Masashi Kishimoto. Yo simplemente los utilizo sin fines de lucro para su entretenimiento. 

 

Disclaimer 2: La canción en la cual me inspiré para hacer el fic tampoco me pertenece, es propiedad de la banda de indie canadiense "Weakerthans". 

Notas del capitulo:

Hola a todos. Bueno, aquí les traigo esta pequeña historia que aunque realmente no es muy elaborada, está hecha con mucho cariño para ustedes. Además, les confieso que no planeaba subirla pero hace mucho que no subía un drabble (creo que una semana xDDDD). Para la elaboración de este fic me basé en una canción que amo, se llama Asiee y aunque no les pongo la canción dentro de la historia se las anexo al final.

NOTA: estoy emocionada porque el lunes es mi primer aniversario de llenar la página de yaoi xDDD y porque estamos de vacaciones de smeaa santa.

 

 

Estaba ahí, sintiéndose un extraño en el lugar que hasta hacía unos años había reconocido como su hogar. ¡Cómo había cambiado Konoha desde que él se había marchado! Le costaba trabajo creer que tan sólo cuatro años después de que se marchase a la universidad, su ciudad natal hubiera dado un giro tan drástico; casi onírico.

Llegó a su casa acompañado de su pareja, un pelirrojo a quien había conocido en su primer año de economía, todavía impactado frente a los cambios que habían ocurrido en tan poco tiempo. En tan solo un vistazo su infancia y sus recuerdos parecían haber sido nada más que un sueño, quedándole como único recuerdo las cicatrices de los accidentes que había tenido. Suspiró profundamente; depositando las maletas en el suelo.

-¿Qué te ocurre?- preguntó extrañado Gaara, aunque indiferente a la respuesta.

-Nada, es sólo como si todo lo que conocí de niño se hubiera desvanecido ya- contestó el moreno, restándole importancia a la situación-.

Generalmente, el hijo menor de la adinerada familia Uchiha, no demostraba sentimientos como la nostalgia o el apego. Se consideraba pragmático y hasta cierto grado maquiavélico, pero no sentimentalista. Era simplemente el hecho de que no esperaba ver las cosas así de cambiadas. Gaara lo miró fijamente, como si le estuviese practicando un estudio de rayos-x a sus palabras y sentimientos; finalmente comenzó a hablar en una voz tan baja que al azabache le costó trabajo descifrarla al principio.

-Deberías comenzar a preocuparte por el hoy y no por el ayer Sasuke.

-Lo sé- contestó una vez que había registrado toda la frase de su novio-, sólo que es demasiado raro. Dejé este sitio hace cuatro años y ahora que vuelvo me doy cuenta de lo terriblemente diferente que es.

Se acercó a besar al menor, que todavía lo miraba con un discreto reproche. Sasuke entendía el punto de Gaara en lo referente a que no valía la pena hundirse en sus recuerdos y pensar en los años de su infancia, pero de alguna manera no lograba evitarlo.  Rozó con suavidad los labios del de ojos claros, zanjando la discusión.

Registró la casa, notando que el polvo y las cosas arrumbadas parecían haberse multiplicado a pesar de que la encargada de la limpieza asistía dos veces por semana. Miró que todo estuviera en orden en la cocina y la planta de abajo. Se tomó su tiempo en eso porque tenía una extraña sensación de que al entrar a la que había sido, y volvía a ser, su habitación los recuerdos lo invadirían y le harían todavía más imposible creer que lo que había vivido de pequeño se había ido por completo de las calles y los parques de la, ahora industrializada, ciudad.

El pelirrojo lo había dejado para ir a comprar los víveres que necesitarían para su estancia en Konoha, por tiempo indefinido. Sasuke había conseguido un importante empleo en la compañía trasnacional Sannin, aunque implicaba ser transferido con regularidad.

En ese momento, se encontraba totalmente solo en la casa, impregnándose de los recuerdos que había intentado suprimir desde que se había marchado. Muchos de ellos, no le resultaban desagradables pero no quería mantenerse aferrado a su familia y amigos al estar tan lejos de su hogar; muchos otros le dejaban un mal sabor de boca sólo de recapacitar.

Entró en su habitación, esperando bobamente encontrarse con algo que le hiciera ver que su pasado no era más que una alucinación. No sabía cómo debía sentirse de estar sumergido entre la añoranza de su pasado – en el cual ahora se veía involuntariamente inmerso – y la expectativa de su futuro. Era como si estuviera en la mitad de algo incomprensible y místico; en una brecha auto-fabricada entre lo que había sido y lo que sería.

Se quedó un rato recorriendo con la mirada el cuarto; permitiéndose por tan solo un instante romper con la pantalla defensiva de la indiferencia y dando espacio para el brillo casi imperceptible de su nostalgia. Se sentía demasiado extraño parado en un lugar que había intentado evitar y borrar de su mente.

Comenzó a sumirse en un mar de recuerdos, algunos dolorosos y otros simplemente indiferentes, entrando en un letargo que le impedía pensar con claridad en solamente una cosa. Recién se daba cuenta de que cuatro años no alcanzaban para borrar todo lo que necesitaba desapareciera; tristemente los edificios y los rasgos de la ciudad habían eliminado los resquicios de su infancia que la habían hecho valer la pena.

El teléfono comenzó a sonar, asustándolo ligeramente. Se apresuró a contestar, sorteando pocas las cajas que había llevado la mudanza, cargando en ellas ropa y uno que otro artilugio personal, un par de días antes. A su parecer, eso había sido innecesario pues la casa se encontraba todavía amueblada, pero en fin…

Tenía que guiarse por el sonido del aparato ya que no estaba seguro de dónde estaba. Maldecía por lo bajo mientras seguía la incansable búsqueda.

Finalmente, al sexto timbrazo alcanzó a vislumbrarlo sobre una mesa cerca de la estancia; apuró el paso para tomarlo antes de que la llamada se perdiera.

-Hola- dijo casi con un jadeo-,

-Vaya, pensé que habías muerto y por eso no contestabas- el sarcasmo de Gaara era evidente. Sasuke sonrió a la bocina con cierta incomodidad. Estaba consciente de que el único motivo para que el menor hubiera decidido estar en Konoha era él; evidentemente tanto la ciudad como el clima, e incluso las pocas personas que conocía, le desagradaban,

-Si no hubieras puesto el teléfono entre las cajas posiblemente te hubiera contestado antes- respondió con su característica mordacidad.

-Bobo…- Gaara se escuchaba resignado y harto al mismo tiempo. Sasuke intentó controlarse para no armar un lío todavía más grande y molestar a Gaara. Cerró los ojos y mentalmente contó hasta cinco antes de preguntar:

-¿Para qué llamaste? ¿Ocurre algo?

-Sólo quería preguntarte si quieres que prepare algo para la cena o pedimos algo. Para saber qué llevar a la casa- el tono de ambos ahora era sereno.

-No gracias, no quiero que trabajes de más. El viaje fue cansado… Pediremos algo de cenar- contestó rápidamente-.

-De acuerdo, te veré en la casa.

-Sí, te quiero.

-Igual- el pelirrojo no había dejado de sorprenderse por la intempestiva muestra de afecto de su novio. El Uchiha no era propenso a eso.

 

Colgó y regresó a su habitación; había algo en ella que le impedía dejar de pensar en todos los episodios de su juventud. Comenzó a rebuscar entre los cajones de su escritorio y descubrió unos boletos de un concierto al que había asistido con unos amigos a los catorce años.

Mirándolo en retrospectiva, los años de su adolescencia habían estado marcados por el alcohol y la ironía existencial que implicaba su vida. Se había enamorado y había descubierto lo doloroso de un corazón roto –así como lo entretenido y despiadado que era romperlos –  también había tenido sus primeros acercamientos con la homosexualidad abierta y con muchas otras experiencias que hasta ese día lo marcaban decididamente. Se preguntó qué hubiese sido de él si no tuviera todas esas experiencias.

De nuevo se sentía casi como un Humpty Dumpty*, mirando desde una pared el pasado de su vida y con la expectativa de un futuro mejor y cargado de cosas más interesantes al lado de su pareja. Sintió que de no haber tenido todas esas experiencias, no se habría encontrado con Gaara, el sádico psicópata que amaba.  Finalmente, se daba cuenta de que había jugado todos esos extraños juegos del destino de los cuales, aunque nadie estaba exento, había jurado no ser parte…

Y de algún extraño modo se sentía casi correcto.

 

Siguiendo el hilo de sus pensamientos, se encontró pensando en el futuro, inevitable y fatalmente unido al pasado que había tenido. Posiblemente descubriría cosas nuevas que, aunque era calculador, no podría predecir jamás. Era casi como entrar en un sitio donde la incertidumbre y la esperanza regirían su vida. No estaba seguro si eso le gustaría… Pero era la única manera en la que podía pensar en los tiempos venideros.

Rascó un poco su cabeza mientras se preguntaba lo que le diría Gaara si le planteaba todas esas cuestiones existencialistas que lo acosaban desde que había puesto los pies de nuevo en Konoha. Seguramente lo reprendería con la mirada y guardaría sus comentarios, haciendo del silencio su mejor aliado para expresar su reprobación.

No comprendía siquiera qué era lo que le ocurría. Siempre se había considerado práctico y con más aptitudes para el tecnicismo que para las cuestiones filosóficas que lo involucraran a él. Era inclusive molesto estar haciendo relaciones entre su pasado y su futuro; la primera por ser la cosa que más deseaba olvidar y la segunda por estar eternamente concentrado en el siguiente movimiento de su vida. Su propósito y meta.

Se imaginó el número de veces que fallaría para lograr sus objetivos. Frunció el ceño con molestia; no le gustaba saber de antemano que cometería errores, pero era algo catalogado como inevitable incluso en su diccionario personal. Tomó una hoja de papel del cajón y rebuscó entre los bolsillos de sus pantalones un lapicero. Tenía que escribir todo eso que pensaba y que se negaba a desprenderse de su mente.

Se sentó en el suelo de madera y las ideas empezaron a fluir. Plasmó, por primera vez en su vida, su pasado y las esperanzas que tenía en el futuro. Estas últimas incluían por supuesto, mantener a Gaara a su lado y de ser posible adoptar a un pequeño.

Terminado esto, se incorporó y releyó su auto-proclamada “carta de buenos deseos”. Le parecía boba e insulsa. La hizo una pequeña bolita y la metió en su pantalón para tirarla después. Lo que había hecho le resultaba tan ajeno a él mismo que no le encontraba el sentido.

Escuchó en la planta baja la puerta cerrándose y un golpe sordo. Seguramente Gaara habría tropezado con alguna de las cajas que él mismo se había empeñado en dejar en la entrada. Se apresuró a salir de su habitación para auxiliar al de ojos claros, dando un último vistazo antes de cerrar la puerta.

Posiblemente volvería a abrir esa habitación en poco tiempo, pero por el momento había tomado una decisión que zanjaba todas las cosas que había pensado. Ya no le interesaba que las cosas que quedaban como testigos de su pasado desaparecieran, ni que el futuro lo tuviera metido en uno de los estúpidos juegos que le daban por aplicar en las personas.

Tomaría las cosas como se dieran, siempre luchando por su meta y recordando que los errores no podrían destruirlo si se veía lo suficientemente hábil como para definirlos bien. Finalmente, era Sasuke Uchiha… y se esforzaría por ser el mejor, incluso ofreciendo algo tan perfectamente imperfecto y cargado de ironía como lo era la vida.

 




Notas finales:

Espero que les haya gustado. Apreciaría sus reviews xDDDD

 

Nota de último momento: como puse arriba, el lunes cumplo un año de escritora. Para ese día tengo preparada una sorpresita para ustedes xDDDD en fin, estén pendientes. xDDD

Kissus

c.

 

 

 

Lyrics:

 




Measure me in metered lines
And one decisive stare
The time it takes to get from here to there
My ribs that show through t-shirts
And these shoes I got for free
I'm unconsoled
I'm lonely
I am so much better than I used to be
Terrified of telephones
And shopping malls and knives
Drowning in the pools of other lives
Rely a bit too heavily
On alcohol and irony
Get clobbered on by courtesy
In love with love and lousy poetry
And I'm leaning on this broken fence
Between past and present tense
And I'm losing all those stupid games
That I swore I'd never play
But it almost feels okay
Circumnavigate this body
Of wonder and uncertainty
Armed with every precious failure
And amature cartography
I'm breathing deep before
I spread those maps out on my bedroom floor
And I'm leaning on this broken fence
Between past and present tense
And I'm losing all those stupid games
That I swore I'd never play
But it feels okay
And I'm leaving with goodbye
And I'm losing but I'll try
With the last ways left
To remember sing
My imperfect offering 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).