Recomendación: Se debe leer este fic mientras se escucha Solid Gold de la banda sonora de Tokio Babilón. Este fics solo fue inspirado en la canción y no en su traducción, por esto no la incluí.
Disclaimer: Los personajes de X/1999 no me pertenece, son exclusivamente propiedad de las CLAMP (a mi más completo pesar) yo solo hago esto por entretención mía y de los que lo leen.
Advertencia: Este fics es de temática shonen- ai, o sea, amor entre chicos
Solid gold
POV Subaru
Un hombre alto de gabardina gris, estaba recostado sobre un banco con los ojos cerrados, su pelo color negro se hallaba despeinado por la brisa que recién se levantaba; mientras que su cuerpo parecía cansado, como si llevara un gran peso invisible a los ojos. Había pasado largo rato desde que él llegara a ese lugar y se adueñara de ese banco en ese parque, pero luego de un rato, el hombre abrió pesadamente sus templados ojos grises, de los cuales, uno no poseía visión; aun así, estos reflejaban una tristeza y una culpa difíciles de ocultar, hasta para el que no le conociera.
El pelinegro se sentó y apoyo sus brazos en sus piernas dejando su vista en el suelo quedando, nuevamente, inmóvil. En esa postura se mantuvo por unos instantes más, para luego decidir levantarse y empezar a caminar por el parque donde se encontraba, mientras tanto en la poblada ciudad de Tokio la noche caía inexorablemente. La persona en cuestión, comenzó a deambular lentamente por los alrededores; esta persona en cuestión respondía al nombre de Subaru.
“Donna mono yori tsuyoku
kimi o mise tsuzuketai
boku igai no dare ni mo
chikazuitari shinai de...”
“Siempre te quise, eso no puedo negarlo. Siempre te querré, a pesar del pasado y del presente. Tal vez sea por eso, que a pesar de todo lo que ocurrió, no me resigno a tu partida, más a aun cuando yo fui el causante de ella. ¿Por que es tan difícil el amar?, ¿Por qué, a pesar de todo lo que me hiciste, a mí y a Hokuto, el amor por ti sigue constante y persistente en mi?” meditaba el ojigris, mientras recorría lentamente y con parsimonia los caminos de ese lugar.
“... kimi ga te ni ireru mono
kasuka na yo kibou no koe
soba ni iruto sore dake
JERASHII ni obereru.”
“Me siento vacío, lo que antes me ayudaba a continuar, ya no existe, se desvaneció sin remedio, sin aviso, junto contigo… “seguía pensando el hombre, mientras meneaba la cabeza “Odio y Amor, representabas las dos cosas que daban sentido a mi existencia, mi querido Seichiro… Ambas desaparecieron, junto con una parte de mi alma.”
“ Kimi dake wa tokubetsusa
donna toki mo wasurenai
Shizuka na yoru no mukoe de
Kimi o te ni irenai.”
El joven camino por una hermosa alameda, aunque no podía apreciarla por que no se percataba de nada a su alrededor, estaba demasiado sumido en sus penas y culpas. Esta alameda estaba bordeada por distintos tipos de arboles, que exhibían hermosas flores de distintos colores, pero ya que era tarde, por lo que esta estaba casi desierta y las pocas personas que transitaban iban en el sentido contrario al del muchacho abatido.
Como broma cruel del destino, las pocas personas que él pelinegro pudo observar, por el rabillo del ojo, eran parejas de enamorados tomados de las manos, conversando en tonos bajos, tiernos y cariñosos, haciendo que su dolor se hiciera cada vez más grande; por no poder hacer lo mismo con la persona que tanto amaba y que había muerto hace algún tiempo de forma tan trágica, bajo su propia mano.
“Koboreru houseki da ne
marude kimi no hitomi wa
anna ni hageshii kokoro
mune ni kakushita mama de...”
“Como quisiera tener a mi lado, la soledad me esta aplastando y siento que nada podría volver a hacerme sonreír; aunque las sonrisas desaparecieron hace mucho tiempo de mi cara” pensaba Subaru, mientras una amago de sonrisa algo retorcida se le forma en su rostro ceñudo. “Si... Cuando mataste a mi querida hermana Hokuto...”
“... moeagaru honoo sae
tsumetaku kanjiru hodo no
samishisa o ima nara
tsuzunde agarareru.”
“Creo que es una de las cosas que mas me duele, es la manera en que ambos me dejaron solo, me hubiese gustado que no pensaran tanto en mi y me dejaran cumplir mi destino, de una o de otra manera. Lo más probable es que hubiese estado más tranquilo y en paz; no solo conmigo mismo, sino también con ustedes” el joven soltó un suspiro resignado, mientras pensaba en esto “Ahora soy yo el que tiene que esperar, por que los hubiera no existen... Si, esperar y lamentar en esta vacía vida que ustedes han preparado para mí... Como desearía odiarlos...”
“Kimi dake wa wakaranai
tashika ni soba ni iru no ni
Dakishimeraba sore dake
Hanarete yuku you de.”
Mientras Subaru se iba adentrando cada vez mas en el laberinto de sus pensamientos y sus remordimientos, llego al final de la alameda que había recorrido, sin siquiera percatarse del tiempo.
Allí había una hermosa plaza con muchos más bancos que en la periferia del parque, pero lo que más atraía a la vista era una fuente que tenía en el centro una gran estatua de un ángel sosteniendo una paloma, como símbolo de tranquilidad y paz, sentimientos que el joven ojigris, estaba lejos de sentir. Se detuvo un momento, para observarla mejor la imagen de la fuente e introdujo su mano en el agua, mientras miraba con concentración sus largos dedos a través de ella.
“Yawarakana kami o kaki age
Sotto, Sotto kuchizukeru
Nigerarenai yoru o sei ni shita kimi wa
Donna yume miteru no”
“Es cierto lo que dicen que del amor al odio solo hay un paso, te odie tanto como lo que te ame... y te ame casi tanto como a Hokuto.... Si, mi querida hermana gemela, por ella me obligue a odiarte, pero la verdad es que nunca lo logre por completo, una parte de mi no podía, aunque debo decir que me esforcé..., pero siempre fuiste alguien especial para mi” el joven cerró los ojos, miles de imágenes surcaron su mente, recordando cuando tenía una vida feliz y despreocupada.
“Kimi dake wa tokubetsu sa
donna toki mo fushigi na hito
Shizuka na yoru no mukoe de
Subete te ni iretai...”
“Después de todo, antes de que el destino nos separara, siempre confié en ti, desahogaba mis penas en tus brazos, mis alegrías eran mas grandes cuando las compartía contigo y mis temores se volvían nulos cuando me confortabas. Siempre, siempre recurría a ti... eras el hombro en el que me apoyaba... la mano amiga que siempre estaba presente, la persona que siempre ame” se dijo resignado Subaru. “Pero tú nunca confiaste en mi, nunca pude adentrarme en esos ojos enigmáticos que hacían ver tu rostro hermoso; nunca pude adentrarme en el laberinto de tu corazón, siempre fuiste para mi el misterio más grande y el que nunca pude resolver”
“Kimi dake ni okuritai
kazari no nai kono kokoro
tatoe sure chigau dake no
deai da to shitemo.
Kimi dake wa tokubetsu sa...”
Subaru se quedo inmóvil frente a la hermosa fuente durante un tiempo, con la mirada perdía en la infinidad de sus meditaciones, luego de unos instantes miro hacia el cielo de la noche, que se veía estrellada.
“Seichiro” pensó, y como para espantar la tristeza sacudió su cabeza fuertemente. Miro hacia al lado contrario del que venia, y observo en un banco cercano, un joven de cabellos oscuros, que le era conocido y que, al igual que él, se veía abatido. “Kamui” pensó “sufrimos una perdida parecida, ver morir a nuestra persona amada, pero no dejare que te derrumbes, todavía eres importante.”
Así, con rostro decidido, se acerco al muchacho de la banca, se sentó a su lado y comenzó a hablar... para alentarlo a seguir su verdadero destino, tratando de olvidar sus propias penas.
FIN