Donhae miró a su alrededor temeroso. Los hospitales le ponian nervioso, sobre todo el olor a desinfectante. Giró la cabeza en busca de la enfermera que le hizo pasar a aquella sala pero solo vio la puerta cerrada. Mientras respiraba hondo se decia una y otra vez que solo era una consulta de rutina, no tenia que atemorizarse solo por eso. Vio una silla y se sentó a esperar a su nuevo médico de cabezera, el anterior se había jubilado y le habian comentado que este nuevo era mucho mas joven. Pensar que era mas joven le debia tranquilizar, al menos asi cogeria confianza enseguida y no pasaria tanto miedo y tanta verguenza.
Donghae se miró las manos, las cuales retorcia en su regazo sin poder evitarlo. Había escuchado unos pasos al otro lado de la puerta y supuso que seria el nuevo doctor, pero parecia que nadie estaba dispuesto a entrar.
La puerta se abrió de pronto dejando pasar al alto y joven doctor, quien se presento al instante.
-Buenos dias, me llamo Choi Siwon, a partir de ahora seré su nuevo medico-dijo cerrando la puerta sin apartar la vista de las carpetas que tenia en la mano, lo que le dio tiempo a Donghae a examinar al joven. Era alto y de hombros anchos, se notaba que hacia algun tipo de ejercicio, pues los musculos de los brazos tensaban la blanca bata. Llevaba el pelo negro callendole desordenadamente en la cara, confiriendole un aire infantil a sus marcados rasgos. Las gafas de pasta negras no hacian más que resaltar sus ojos rasgados, los que al fin le miraron tras examinar bien los papeles. Una brillante sonrisa se dibujó en su rostro acentuando los hoyuelos que tenía a cada lado de la comisura de los labios-Usted debe ser Lee Donghae ¿cierto?-preguntó dejando las carpetas sobre la camilla. Timidamente Donghae asintió poniendose en pie-Muy bien. Digame ¿qué es lo que le ocurre?
Donghae se ruborizó bajando la vista y centrandola en los pies. Una pequeña risita se escapó de sus labios pero intentó ocultarla. Le explicó brevemente sus problemas para orinar y sus molestias en la zona baja. El doctor contestó con preguntas que Donghae se esforzó en contestar. Sin perder la sonrisa en ningún momento el doctor le dio un bote de plástico.
-Necesito que orines en este bote y después vuelva. Mientras las enfermeras lo analizan le haré un pequeño exámen para asegurarme de que no es nada más serio-le explicó sin perder esa sonrisa que debia enamorar a todas sus pacientes.
Donghae obedeció al doctor y salió en busca de un baño donde poder orinar tranquilo. Lo encontró rápidamente y destapo el bote mirandolo con un poco de recelo. Era la primera vez que hacia eso y temia no ser capaz de acertar en el bote, siempre habia tenido muy mala punteria para todo y suponia que para eso tambien. Suspiro resignado y se desabrocho el pantalón, descubriendo, para su verguenza que aquella mañana habia olvidado ponerse ropa interior. Sujetando su miembro con una mano acercó el bote y descubrió, para su sorpresa, que no era capaz de soltar ni una gota. Comenzaba a ponerse nervioso, el doctor debia estar espernadole en su consulta y él no era capaz de mear. Probo a abrir el grifo del agua, pensar en cascadas y rios, beberse el agua que seguia saliendo del grifo, pero no habia manera. Sin darse cuenta, y debido a los nervios, comenzó a reirse solo. Fue entonces cuando al fin, fue capaz de llenar el trasero del bote. Supuso que eso seria suficiente para hacer la prueba.
Regresó a la consulta con cara de superioridad al haber sido capaz de superar esa prueba. Le entregó el bote al doctor que puso una mueca de asco.
-No hacia falta que me lo trajeras, con entregarselo a la enfermera que esta ahí fuera era suficiente-protestó debilmente el doctor sujentando el bote con dos dedos.
Donghae sonrió alegremente sin darse cuenta de la que le venia encima.
-Bajate los pantalones y apoyate en la camilla, voy a examinarte la prostata.
El color desapareció del rostro de Donghae. Eso era lo que había temido todo el tiempo. Su imaginación le había hecho una mala pasado al pensar que con la prueba de orina aquello no seria suficiente y la realidad le caia como un jarro de agua helada sobre la cabeza. El doctor Choi le miraba seriamente esperando a que le obedeciera y no le quedo más remedio. Refunfuñando por su estupidez se dio la vuelta y se bajó los pantalones inclinandose sobre la camilla, dejando su trasero en un angulo nada tranquilizador.
Sintio la cálida mano del doctor posarse con suavidad sobre su nalga y se sintió aun más nervioso. El médico se acercó susurrandole al oido.
-Relajate, si te pones tenso te dolera.
Aquella frase le hizo formar unas ideas muy pervertidas en su mente. Al menos esperaba que al doctor Choi no pensase lo mismo, porque aquella frase habia sonado muy mal, y más siendo la primera vez que le iban a examinar la prostata. Respiro hondo para relajarse y sintió como un dedo del doctor se adentraba por aquel reducto inexplorado hasta aquel día. Aunque un poco incomodo no le dolia.
De pronto Donghae abrió los ojos como platos sintiendo un fuerte escalofrío recorrer su columna. Algo habia tocado ahí dentro para que sintiese aquello.
-¿Sabes lo que es el punto g, señor Lee?-preguntó el doctor con voz inocente.
-Si-respondió tímidamente sin saber a donde pretendia ir a parar.
-Supongo que sabe donde se encuentra el de la mujer ¿cierto?-asintió aturdido y el doctor Choi continuo hablando-y ¿por casualidad sabe dónde se encuentra el de los hombre? ¿No? pues se lo muestro en un momento.
-¿Mi prostata se encuentra bien?-preguntó rápidamente nervioso por el nuevo tono que adoptaba aquella conversación.
-No del todo bien. Habra que ponerle una inyección- comentó apartandose de su paciente-no te muevas que voy a por las cosas que necesito.
Donghae se quedó en aquella humillante posición mientras el doctor rebuscaba entre los armarios. Al fin volvió con las cosas necesarias. Al joven paciente le dio la risa floja y sujetó sus pantalones con fuerza para que no se le cayesen del todo. El doctor Choi le regañó e intentó relajarse.
-Habra que preparar la zona para la inyección-comentó con voz ronca mientras le hacia dios sabe que en el trasero.
Un chillido se escapó de los labios de Donghae al sentir al doctor, pues este ni le habia clavado una aguja ni habia sido en una nalga, sino, más bien, entre ellas.
-Seras animal-gritó Donghae apoyando ambos codos en la camilla dejando que los pantalones resbalasen solos hasta el suelo-esto se puede considerar violacion¿lo sabias?
-venga, que no ha sido para tanto-susurró el doctor Choi buscando el miembro del más joven para proporcionarle caricias-lo siento, pero olvide las agujas y tenia que clavarte algo.
Donghae comenzo a reir como un poseso apoyando la cabeza en la camilla. Aquellas respuestas del doctor Choi le estaban gustando mucho, aunque más le gustaban las caricias en su ya despierta entrepierna. El médico comenzo a mover las caderas haciendolas chocar contra las duras nalgas del pequeño.
-Te dije...que te enseñaria...el punto g...verdad?-preguntó el doctor entre jadeos mientras embestia con mas fuerza.
Donghae no estaba muy seguro de como habian llegado a aquella situacion pero le encantaba, apoyado en la camilla solo se dedicaba a disfrutar, tanto de las caricias en su parte más baja como de las brutales acometidas. Cuando sentia que el orgasmo estaba cerca arrugó la manta de lino blanco con los puños cerrados y la mordió intentando reprimirlo un poco más. Pero no pudo y manchó la grande mano del doctor sintiendose exahusto y con la respiración muy agitada. Dos embestidas más y el médico tambien terminó dejandose caer agotado sobre el cuerpo de su paciente pero sin salir de su interior.
-Me parece...que esto te ha gustado tanto como a mi-murmuro Choi Siwon acariciando el cabello de Donghae.
Donghae miró a su alrededor con una sonrisa, observo la habitación de Siwon intentando imitar una sala de hospital, con sus sabanas de hilo blanco sobre la mesa fingiendo ser una camilla, las carpetas marrones que no contenian informes médicos sino partituras de leeteuk, un poster del corazón humano por dentro que su amante habia puesto para esconder las fotografias de su viaje a japón, un esqueleto que dios sabria de donde lo habia sacado. pero, lo mejor de todo, era la bata que Siwon vestia. Le extrañaba que su timido amante fuese capaz de pedirle hacer realidad aquella fantasia que tenia desde hace tanto tiempo pero que le había ocultado y le excitó ver a Siwon tan desinibido y tan metido en el papel que representaba.
-Te voy a matar-dijo Siwon con la respiración normalizada y saliendo al fin de Donghae-con tus risitas tontas casi echas a perder la fantasía.
Donghae se ruborizó pensando en las veces que se habia reido. Sin lugar a dudas una de aquellas risitas habia sido al comprobar que Siwon no vestía nada bajo la bata. El mayor le extendió una toalla que cogió al instante y comenzó a limpiarse.
-Te has tomado muy enserio lo de la fantasía-comentó Donhgae alegremente-pero vale, lo admitó, me ha gustado.¿cuál será la siguiente?
-Ya se me ocurrira algo-dijo Siwon besando levemente los labios de su amante-pero a la próxima hazme un favor.
-¿cuál?-sonrió con coqueteria abrochandose el pantalón.
-Esta bien que te metas en el papel de paciente, y que obedezcas al doctor, pero no vuelvas a mear en el vaso.
FIN
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