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El regalo perfecto, en busca de tu perdón. por Lady Sess

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Notas del fanfic:

Este fic esta dedicado a mi querido Shuichi, porque  hoy cummplio añitos

Notas del capitulo:

Lady: Lalihooo!!! Si, si tarde pero aquí estoy…^^ ¡FELIZ CUMPLE MI QUERIDO SHU-CHAN!*O*!

Shu: Snif, snif…pensé que me dejabas solito tu también T.T

Lady: O.o Bebe no llores ya llegue perdóname el retrasó Onegai…Y-Y

Yuki: luego me critican…¬¬

Lady: Tú te callas…¬¬

Kokoro: además aun no es su cumple…^^

Lady: es cierto aun faltan unos minutos en Venezuela ^^

Shu: O.O?

Yuki: patrañas…¬¬

Lady: cállate malagradecido…¬¬

Tat: nee el comentario

Ryu: si queremos leer No na nee Kumu-chan?

Lady: Ok, tiene razón aquí va el saludo muy especial, a mi querida musa, y beta Rigia, que sinceramente me hubiera dado por vencida mucho ante sin su apoyo, Gracias mi peque^^!

También quiero saludar a mis otras amigochis, esas que están allí esperando que actualice armadas de paciencia infinita. GRACIAS DE TODO CORAZÓN!! ESTE FIC ES PARA USTEDES GENTE LINDA!!!

Dicho eso, espero que me dejen su sincera opinión. Y cabe agregar que los personajes de Gravitatión no me pertenecen (sino Yuki sufriría en le averno y mi chibi rosa seria súper feliz XD)

Sin más a la lectura que lo disfruten.

El regalo perfecto en busca de tu perdón

By Angie

Colaboración especial y Beta: Rigia

Capitulo 1

-Aerolíneas All Nippon Aiways anuncian la próxima partida del Boing 567 rumbo a Tokio, pasajeros presentarse en puerta de embarqué numero 36 - anuncio el alta voz.

Shuichi estaba que se comía las uñas, desde hacía más de dos horas esperaba en aquel inmenso aeropuerto llamado Newark, a unos kilómetros del centro de New York.

Su trabajo había concluido en un tiempo literalmente forzado, dada la fecha cercana, Shuichi le había hecho prometer a su manager que le conseguiría un vuelo para estar el 16 de abril en Tokio, junto a su amado escritor. A cambio el rubio manipulador y aprovechado llamado Claude Winchester lo hizo trabajar tiempo sobre exigido, en la promoción de su último disco. De una manera exagerada debía agregar, haciendo aparecer al grupo en cuanto programa televisivo, radio y/o presentación podía. Obviamente Shu no se quejó, si K le prometió que cumpliría su capricho de pasar ese día especial con Yuki.

Shindou Shuichi se forzaría al máximo por obtener lo que quería, siempre había sido así y no iba a aflojar en este momento, sino dejaría de ser él mismo.

Bien ese día había acabado la última presentación en vivo. Bad Luck había terminado su extensa gira promocional por EE UU. Era de madrugada en una elegante camioneta y el grupo en silencio se dirigía de vuelta al punto base, el gran hotel Imperial.

El más ansioso por llegar era el pequeño cantante, tenía planes muy buenos planes; Pero bueno nada salió como Shuichi quería, ya que al llegar al hotel, le anunciaron que su vuelo había sido cancelado, por ende no podría llegar a la fecha marcada. Teniendo en cuenta que son entre 15 y 23 horas de vuelo según lo directo que sea el vuelo.

Pero el peli rosa le gritó a la cara del rubio manager que era un mentiroso y que no iba creerle nunca en él.

Luego de esa explosión emocional se encerró en su habitación a llorar en paz. No pensaba salir de allí hasta irse en un vuelo que se tomarían el 17 de abril. Seguchi los llamó para anunciarles que había consiguió primera clase para todo el grupo, pero eso no le importaba nada a el pequeño amatista él quería estar el 16 con su amor y ahora no podía… estaba frustrado y cansado pero aun así no pudo dormir.

Un golpe en la puerta lo puso alerta, se negó a contestar, otro golpe y la voz de un preocupado Hiro se escuchó, y nada, el rosadito no se movió de su cama, no señor no se iba a mover de ahí aunque el estúpido K viniera con una bazuca.

Ni que el rubio hubiera leído su mente, porque lo siguiente que escuchó fue una explosión, sin salir aun de el estupor fue jalado al exterior del cuarto, intentó resistirse pero la mano de alguien lo jalaba, hasta sentarlo en el vehículo, su cinturón fue ajustado y el motor se puso en marcha, cuando pudo articular palabra le grito al mercenario novio de su amigo, quien por cierto estaba sentado a su lado.

Winchester ladro en un tono enojadísimo, y en inglés por supuesto, que nadie lo llamaba embustero, claro que lo habían llamado asesino, sexo pata, si, no lo negaba, pero nadie lo acusaba de no cumplir con su palabra que como hombre de honor cumpliría con lo prometido.

Peli rojo y amatista se quedaron callados, en menos de 2 horas estaban en el aeropuerto internacional de Newark, estacionaron la camioneta en la que iban y se sumergieron en ese mundo irreal que era el inmenso aeropuerto.

Shindou exigió saber que hacían ahí y K contestó que buscando un avión, de inmediato saco su Magnum y salió corriendo, Hiroshi le pidió que esperara en ese lugar que el iría a controlar a su koi.

Y ahí era donde Shuichi se encontraba, sentado en aquella silla dura, esperó y esperó, se preguntó entonces ¿Por qué demonios le hacía caso a esos dos? Los vuelos estaban llenos quien sabe porque, el suyo que tendría que haber partido hacia un hora estaba cancelado.

-Kami-sama hazme el milagrito- suplico el pequeño justo en ese instante el pelirrojo apareció en su campo visual.

-Shu!!!- gritó el pelirrojo mientras movía las manos como una copia de Shindou híper activo.

-¿Hiro qué pasó? – Cuestionó preocupado al no ver a su rubia pareja- ¿dónde está K?

-Ven antes de que K mate al pobre hombre – pidió el guitarrista mientras tomaba la pequeña mochila del cantante.

-¿Nani? – sin entender se dejo arrastrar por su mejor amigo.

-Luego te cuento vamos que debes subir a un avión.

-¿De verdad? – el corazón de el peli rosa dio un vuelco.

-Si baka muévete – insistió.

-Kya!!!!!- exclamó el pequeñín mientras tomaba su pequeña maleta de las manos de su tomodachi, que Hiroshi había traído para él.

Corrieron cual poseídos hasta la puerta de embarqué numero 36 donde el rubio de coleta mantenía acorralado a un pobre hombre de menuda contextura que sudaba a mares ante aquella imponente arma que se apoyaba en su frente.

-K déjalo ya habíamos hablado con él…- regañó Hiro

-Solo era por seguridad pretty boy – afirmó mientras sonreía a su koi.

-Discúlpelo señor ve aquí esta le pasaje, tomo el ticket de la bolsa de un desconcertado Shu – Ve es primera clase para el 17, solo debe cambiarle su nombre- entrego el boleto de avión.

-De acuerdo siempre quise viajar en primera clase. – de inmediato el sujeto se marchó.

-Toma Shu aquí tienes no es primera clase pero algo es algo nee? – Hiro sonrió triunfante, disfrutando al máximo ver aquel semblante de su amigo, había pasado de la pena total a una brillante sonrisa.

Shuichi tomó el ticket con asombro, no podía ser posible, ¿o sí? Si el papel decía vuelo de ida de New York a Tokio y tenía la fecha de hoy.

Irremediablemente la felicidad volvió a él convirtiéndolo en un proyectil rosa que impacto entre los brazos de su mejor amigo y luego al manager repitiendo gracias gracia gracias.

-Aerolíneas All Nippon Airways hace la última llamada para los pasajeros del vuelo 567 destino Tokio, próximo a partir. Repito última llamada, para los pasajeros del vuelo 567 destino Tokio.

-Kya! - gritaron Hiro y Shuichi al separase.

-Corre te llamo luego y hablamos- dijo Nakano.

-¡Hai gracias de nuevo a los dos!- volvió a gritar mientras desaparecía en el corredor de embarque.

Luego de hacer los trámites pertinentes y con 10 minutos de retraso el avión partió rumbo al famoso aeropuerto de Narita.

Shuichi se relajó un poco, al no ser tan conocido podía relajarse más, sería otra cosa al llegar a Tokio , pero por ahora lo único que tenía pensado era descansar lo más que podía ya que a su regreso seguro Yuki le tendría la sorpresa que le prometió el año pasado.

Apunto estaba de dormirse cuando su celular comenzó a vibrar en su pantalón, algo extrañado abrió la llamada, era de Hiro.

-Hola Hiro!

-Hola ¿cómo esta todo?

-Ya estamos volando y rumbo a Yuki!- afirmo feliz.

-Bueno cuídate, apenas llegues me llamas ¿vale?

-Si...- respondió de inmediato -Oye ¿cómo le hicieron para convencer al sujeto? –cuestionó de repente.

-Bueno ya sabes lo sutil que puede ser K – Shu elevó una de sus cejas sin contestar – je jeje…ya de enserio… La verdad estuvo amenazando a medio aeropuerto pero el único que le hizo caso fue ese hombre, el pobre casi sufre un infarto, por suerte le comente de tu problema familiar – uso un tono irónico- y decidió cambiar de vuelo contigo.

-¡Eres lo máximo amigo!

-Gracias, gracias... Ahora debo dejarte – se escucho a K decir cosas subidas de tono que hizo que Shu se coloreada de arco iris- Ejem… Shu te dejo, no olvides avisarme como llegaste.

-Hai… gracias a los dos…

El peli rosa se acomodó en su asiento y durmió un par de horas, luego vino la combinación y de ahí otras 14 horas más.

El vuelo fue razonablemente bueno, aunque era clase turista, estuvo bien atendido y las azafatas lo consintieron con un pedazo de pastel extra y todo; Demás está decir que finalmente lo reconocieron, pero él amablemente pidió discreción, ellas aceptaron cuando les firmo autógrafos a todas...

Volvió a pensar en su amado escritor mientras una melodía se formaba en su mente, pero antes de darle forma se volvió a dormir…

Balbuceó apenas una frase incoherente que decía así…

Yo, yo no me doy por vencido

Yo quiero un mundo contigo

La mano en el hombro lo despertó, estaba confundido algo adolorido, tardo en enfocar el semblante amable que le sonreía para luego anunciarle que estaban próximos a arribar al aeropuerto de Narita. Shu agradeció a la joven y guardó sus cosas en la pequeña maleta de mano. Ajustó su cinturón y esperó el procedimiento de aterrizaje, una vez que la nave se detuvo se metió en el baño mientras todos los pasajeros bajaron ordenadamente.

El último en descender fue el cantante, quien iba de lo más camuflado con gorro y gafas. Se despidió de las jóvenes asistentes de abordo y sonrío al ver lo temprano que era, ya estaba en esa fecha especial. Solo esperaba que todo ese traqueteo y espera, volar sin descansar para estar con su amor valiera la pena.

Sonriendo se dijo que todo valía la pena por su amado Eiri, así pues se mezcló con la gente y tomo el tren bala rumbo a su hogar.

Eran las 8 de la mañana de aquel primaveral día, un joven chico corría por las ya bastante ajetreadas calles. Su entusiasmo era tal que no se paró a observar los hermosos árboles que se teñían de rosa al igual que sus cabellos.

Su mente solo estaba puesta en un solo objetivo, aquellos hermosos ojos ámbar. Ya quería llegar para poder recibir un abrazo, un beso y tal vez su primer regalo.

-Porque por si ustedes no sabían hoy 16 de abril, yo Shindou Shuichi cumple 21 años. Siii un suceso único y memorable que planeo festejar a los grande con mi adorado amor, el renombrado novelista Yuki Eiri, el es mi Koibito y prometió que me daría el mejor regalo del mundo.

Yo creo que se puso celoso el año pasado, cuando los demás invadieron nuestro departamento y armaron parranda, creo sinceramente que Yuki ni se había acordado de mi cumpleaños de no haber sido por que todos entraron cantando con pastel, licor y toda la cosa. Pero bueno al irse mis amigos, Yuki me prometió que el próximo cumpleaños lo festejaríamos los dos solos y a lo grande. Ya saben con velada romántica y esas cosas que me agradan, obviamente que después de un año de convivir juntos creo más que nunca en cada palabra que sale de su sensual boca. Y no hago caso a las bromas y advertencias que hace Hiroshi porque en verdad amo a ese sujeto arrogante como no tiene idea.

Con el aliento agitado, subió las escaleras no estaba para esperar el aparato del demonio, léase ascensor, que tardaba una eternidad en llegar abrir la puerta y luego volver a cerrarla…No estaba para esperar quería a ver a Yuki ¡Ya!

Se encontraba frente a la puerta, tomó aire para calmarse, tampoco era que estaba desesperado... bueno si lo estaba, pero bueno hay que tenerse un poco de respeto ¿no? Se rió internamente ante ese pensamiento, giró la llave y abrió la puerta, siendo tan temprano no quería molestar a su koibito y arruinar así el memorable rencuentro.

Por lo que apenas susurre un – “¡Ya llegué Yuki!” y entré. Como sospechaba no hubo respuesta.

Fue derecho a la habitación, pero para su sorpresa no encontró a su amante durmiendo, frunció el ceño y lo buscó en el baño, el desorden denotaba que se había bañado, ideas no muy sanas se agolparon en el cerebro del cantante.

-Mi Eiri está listo para darme mi regalito… - murmuró mientras se presionaba la nariz para evitar que la hemorragia saliera a raudales.

Se tomó su tiempo para tranquilizarse cuando estuvo listo fue por su amante. Segundo lugar la cocina, café preparado y servido pero no consumido. Extraño…

Fue hasta el único lugar donde no había registrado, el sagrado estudio de su amor. Bien estaba a punto de llegar a la puerta cuando esta se abrió.

Shuichi sonrío complacido ahí estaba su mejor regalo de cumpleaños, su rubio amor vestía un elegante traje cortado a medida, su cabello estaba aun húmedo, sus anteojos puestos y en su sensual boca tenía apretado su cigarrillo preferido.

-¡Eiri!- susurró el pelirrosa dando un paso hacia atrás- Ya llegué – anunció lo evidente mientras sonreía sinceramente.

-Ya estás aquí mocoso- murmuró el rubio, mientras observaba unos papeles dirigiéndose a la sala.

Al sentirse ignorado, Shu no pudo reprimir su curiosidad innata y lo siguió, pero al notar que su koi además de esos papeles tenía una pequeña maleta se sintió agitado y no pudo contener la pregunta.

-Nee Eiri ¿a dónde vas?

-Que te importa – contestó distante.

-Pero yo solo pensé…

-Ya deja de hablar- ordenó el escritor- intenta no destruir nada en mi ausencia – dijo mientras caminaba hasta la puerta, guardando en el proceso los papeles en maleta.

-Pero Eiri yo creí...

-Me importa un comino lo que pasa por tu hueca cabeza – corto el escritor - algunos trabajamos - ya se tenía los zapatos puestos y sujetaba el pomo.

-Eiri ¿volverás temprano? – cuestionó esperanzado.

-…- El Rubio solo observó aquellos preciosos ojos amatistas, tan lindos y tiernos. No fue su intención gritarle pero su editor organizó esa presentación a último momento. Estaba molesto furioso y no sabía porque pero tenía que disculparse por algo con su niño pero no sabía que era, además no era el momento de eso, a su regreso tal vez le comprara algunos dulces o algo, observó su reloj pulsera ya iba tarde. – nos vemos – dijo sin más saliendo del departamento.

Los ojos amatistas, se abrieron hasta más no poder, el silencio de aquel ambiente lo inundó todo. Aún no lo creía, Yuki se había olvidado que ese día era su cumpleaños.

¡No, Imposible! él no podía haberse olvidado, seguramente era una broma que él había preparado. Si, tal vez el trabajo salió de repente pero volvería rapidito y lo sorprendería, si eso era solo tendría que ser paciente y esperarlo como buen niño.

Como autómata, se dirigió a la habitación y se dejó caer en al mullida cama, bloqueó todo razonamiento y se durmió. Tal vez todo eso era una maldita pesadilla y cuando despertara Yuki le tendría preparado el cumpleaños perfecto.

El sonido persistente del teléfono irrumpió en su cabeza, primero lejano luego más fuerte, y más fuerte se obligó a abrir los ojos. Aún cansado y confundido trato de reconocer dónde estaba. Le tomó un segundo tal vez dos comprender que se encontraba en el departamento de su koibito, el teléfono volvió a sonar corrió hasta el aparato pero para su desgracia entro la contestadora.

-Hola Shu-chan No na! Aquí Ryu-chan reportándose en un día tan importante Kumu-chan también te saluda no na – se escuchó el saludo conocido de su ídolo y amigo – ESPERO QUE TENGAS UN FELIZ CUMPLEAÑOS NO NA!

-Honey déjame saludarlo – se escuchó decir a través de la línea – Hola cuñadín espero que la pases bien, dile a mi Aniki que no abuse de ese cuerpo precioso que te cargas Auch…- se escucho una pequeña discusión entre los dos– OK, perdona Shu, Aquí mi Honey celoso me obliga a decir esto…-carraspeó un poco y volvió a hablar – ejem… espero que la pases bien como nosotros que estamos pasando unos días en corea del sur, prometo llevarte un lindo obsequio saluda a mi hermano de mi parte.

-Adiósin No na!!!

Se cortó el mensaje, casi de inmediato y aún sonriendo con el saludo volvió al cinta de la maquina y escucho los demás mensajes que no había escuchado.

Mensaje 1:

-Hola amor aquí mamá, sospecho que debes estar festejando de lo lindo, solo queríamos saludarte, papá y yo aún tardaremos de regresar de la casa de Tía Rima, todos aquí te mandan saludos, pásalo bien, te cuidas apenas regrese te llamo y te haré el mejor pastel para festejar no olvides que te quiero un montón.

Mensaje2:

-¡¡Hola Feliz Cumpleaños Nii-san!! Aquí tu linda hermana menor y su sexy novio te saludan

-Hola cuñado saludos pásala muy bien que ya nos veremos a nuestro regreso de Okinawa

-Esto es hermoso de verdad Shu, debes venir aquí con Yuki-san. Qué suerte tengo que el colegio nos trajo.

-El saludo amor – se escuchó decir al joven llamado Syusuke.

-Ho si, Feliz cumple hermanito pásala bien con tu amor, que a nuestro regreso nos juntamos a festejar en grande ¿Vale?

-Saludos cuñados nos vemos.

Mensaje 3:

-Hola Shuichi-kun llamaba para saludarte por tu cumpleaños, al parecer no se encuentran en su departamento – la voz del presidente de NG sonaba decepcionada - espero que tengan un agradable día, Mika y yo les deseamos lo mejor.

Luego estaba el de Ryuichi y Tatsuha que lo volvió a oír. Sonrío tenía buenos amigos, de seguro no tardaban en saludarlo Hiro y los demás, la diferencia horaria era grande y aún no deberían estar despiertos dejaría la llamada para más tarde.

Decidió meterse a bañar, debía despejarse un poco. Se tomó todo el tiempo del mundo, lavó cada sección de su cuerpo para luego sumergirse en la tina donde había echado su ya conocido baño de espuma con aroma a fresa.

Si estomago rugió y fue la señal para salir de la bañera e ir a preparar algo para comer. Pero la heladera no tenía nada decente.

-Kami si llego a faltar más de un mes ¿qué pasaría con Yuki? si solo estuve fuera por 2 semanas y esto es un desastre - Se preguntó, la respuesta en su mente fue inmediata – Seguramente no pasaría nada, él contrataría a alguien para que limpiara y ya… que tonto soy…

Cabizbajo se fue a sentar al sillón, sin prestarle mucha atención al ruido de su estomago, vio su mochila y la tomó, de ella extrajo su libreta y su bolígrafo favorito.

Era su favorito porque Yuki se lo había dado hacia más o menos 6 meses, un día cualquiera el escritor se lo obsequió alegando que tal vez con eso escribiera mejores letras.

Shu sabía que toda es palabrería era para ocultar el hecho de que el novelista, se había tomado el tiempo para buscar un regalo adecuado. Por esos detalles ínfimos es que el amaba a su Koibito, pero si tenía tan claro que lo amaba aún así no se explicaba el porqué de su falta. Porque eso era lo que pasaba, Eiri había faltado a su promesa.

Sin pensarlo mucho se puso de pie y se metió en territorio prohibido, el estudio, inhaló profundo y se llenó de aquel aroma tan particular, a tabaco, cerveza y colonia cara que usaba si Koi.

Sus ojos se anegaron de lágrimas que no quería derramar, con frustración se limpió la cara con el dorso de la mano. Tomó asiento en su banca y observó la portátil y el cómodo sillón ahora vacío.

La inspiración que tuvo en el vuelo reapareció y las estrofas de aquella canción y la melodía golpearon su cerebro de una forma abrumadora. El bolígrafo se movía con rapidez sobre aquel block de notas.

Una vez terminada la leyó y hasta se animó a cantarla, era hermosa, y su corazón estaba puesto allí. Cada palabra era verdad y el no podía negar aquel sentimiento, lo amaba con cada fibra de su inmenso corazón. Pero no creía que ese idiota de Yuki fuese capaz de faltar a su promesa.

Este hecho alteró la ya perturbada mente del pequeño pelirrosa, se sentía totalmente defraudado. No entendía como el señor Uesugi no podía cumplir con algo tan simple como recordar la fecha del cumpleaños de su pareja. Se puso de pie de un salto, tomó sus cosas las puso en la mochila y salió del departamento. Estaba frustrado, su necesidad de cambiar de aire era mucha, porque estar ahí encerrado esperando algo que no pasaría lo ponía más y más triste a cada segundo.

Además no podía pasar su cumpleaños encerrado en la casa, esperando que ese ingrato escritor lo llamara. No señor el pasaría el mejor cumpleaños de su vida a como diera lugar, con o sin el señor gruño mentiroso.

Caminó y caminó sin un rumbo fijo, su pancita volvió a reclamar comida y recapituló, parado en una calle muy transitada, no había desayunado, ni almorzado, en realidad no tenía nada en su estomago. ¿Qué clase de cumpleaños estaba por pasar?

Solo, sin familia, ni amigos y sin ese hombre que el amaba tanto…

Más que triste buscó un lugar donde entrar, nada le llamaba la atención, volvió a reanudar la marcha. Ya habían llegado al final del distrito comercial. Cuando de repente en el lugar más apartado divisó un precioso lugar era pequeño pero denotaba que era muy acogedor, tal vez era las cortinas o el color pastel bien combinado, o le nombre del lugar ¿quien sabe?

Al entrar volvió a leer en la puerta, Kagami no Tamashï / Espejo del alma/

Como esperaba el lugar era mucho mejor por dentro, el aroma a café inundó sus sentidos además de eso un extraño como aroma a canela, vainilla y otra especias lo recibió cual abrazo delicioso que acrecentó su apetito.

Tomó asiento en un lugar apartado y al instante una vocecilla dulce llamo su atención.

-Buenas tardes

-Buenas tardes- respondió el amatista, observando a la joven de cabello rubio y largo sujeto en una coleta alta, varios mechones escapaban dándole un enmarque perfecto al rostro infantil y agradable.

-¿Desea ordenar?- cuestionó la joven de ojos claros.

-Pues no se que ordenar- observó la carta que hacia un instante la jovencita le había dado - ¿qué me recomiendas?

-Creo que sería muy bueno que pruebe el especial de la casa – sugirió ella.

-¿Y cómo sería?

-Se llama Merienda Cerezo – Ella marcó en la carta y leyó – Contiene el capuchino especial de la casa, Un pedazo de pastel a su elección, y jugo de naranja recién exprimido.

-Me agrada- Shuichi sonrió mientras afirmaba con la cabeza.

-Entonces una merienda cerezo para usted de inmediato – sin más se volteó y se fue tras el mostrador.

Mientras esperaba su orden Shuichi no pudo evitar el pensar en qué demonios estaba haciendo su Koibito, suspiró pesadamente, nuevamente se había dejado llevar por su inocencia, y ahora en vez de estar pasando un momento agradable con sus amigos en New York, estaba allí solo como un perro abandonado. ¿Todo porqué? Porque su inmenso amor volvió a hacerle creer que Eiri hablaba enserio al prometer una fiesta sólo para él.

-Baka, Baka, Baka – murmuró una y otra vez.

-¿Está usted Bien?- cuestionó la mesera con preocupación mientras colocaba toda la orden.

-Ho si no se preocupe – afirmó fingiendo una sonrisa.

-¿Un día difícil? – cuestionó ella.

-Digamos que si- afirmó el amatista mientras cortaba un pedazo de pastel y lo degustaba –Mmm... ¡Rico! felicitaciones al chef.

-A mi One-san le gustará saber que es de su agrado – afirmó al blonda para luego agregar - No se preocupe todo saldrá muy bien ya verá Shindou- san – aseveró ella.

-¿He? - Shu se sorprendió mucho al saberse descubierto antes de poder decir algo la voz de otra persona intervino.

-Kokoro-chan ven aquí por favor- se escuchó desde la cocina.

-¡Ya voy One-chan!- sonriendo giró su cara nuevamente para observar a su cliente- No se preocupe al rato vuelvo a hacerle compañía.

El amatista solo asintió, sin saber porque aceptaba con tanta confianza a esa muchacha, de hecho ni siquiera debería prestarle atención, a ver si era una fan loca o algo, pero que va no estaba de ánimo para pensar en eso, tenía mejores cosas que hacer, como sumirse en su pantano de miseria.

La luz de la tarde se fue apagando y el seguía allí sin probar bocado, su mente vagaba en todas y cada una de las veces que Yuki lo había tratado mal, y luego había prometido mejorar su carácter, y él en su estúpida credulidad, estupidez o lo que sea, le creía sin meditar mucho y dispensaba mucho antes de que lo pidiera.

Siempre lo perdonaba de una u otra forma… pero esto si que era inaudito; No solo rompió su palabra, que eso de por si es malo, sino que OLVIDÓ SU CUMPLEAÑOS. ¿Qué clase de pareja era esa? ¿Acaso estaba dispuesto a soportar eso de por vida?

La respuesta era un SI tan grande como la torre de Tokio… Sintió ganas de llorar por esa entupida vida que le esperaba siempre llena de reproches a su torpeza y a su enérgico carácter.

Suspiró mientras se quitaba las gafas para observar el pasar de la gente, parecía tan lejana a él, la agradable melodía atenuaba un poco su pena cerró los ojos y se dejó trasportar aún mundo sin límites.

Mientras tanto en la cocina…

-¿No me estas mintiendo verdad Koko-chan?

-Que no, lo reconocí casi de inmediato – afirmó la rubia- Es Shindou Shuichi, el cantante de Bad Luck.

-Pero si él tendría que estar en su gira promocional en New York- comentó la de ojos ámbar.

-Parece que regreso antes.

-¡Hay no puede ser!- exclamó la chica de cabello de fuego haciendo que la mas baja diera un brinco- ¡Hoy es su cumpleaños!

-¿Nani?

-¿Dime es 16 verdad?

-Si...

-¡Hoy es el cumpleaños de Shu-chan! – Exclamó la mujer, de pronto arrinconó a su hermana - ¿qué pastel pidió?

-Bueno no pidió ninguno le lleve el de chocolate – comentó casual ignorando la reacción tan arrebatada de su hermana mayor.

-¡Hay no! – Exclamó de repente - ese no quedó muy bien – se tomó al cara teñida de carmín- ve con él entretenlo un rato mientras le llevo un especial de fresas.

-Bueno no enloquezcas Tenshi-One-chan – bromeó la menor de las Kagami mientras volvía a sus quehaceres.

Cuando llegó hasta la mesa más retirada observó el semblante del cantante, quien se veía muy en su mundo, tenía los ojos cerrados y aun así una lágrima logró escapar de aquellos parpados, corriendo libre hasta su mentón.

-¿Shindou-san está usted bien?- preguntó ella con un dejo de preocupación que no pudo reprimir.

-¿He? - el cantante apenas pudo controlar las lagrimas que emanaban sin control.- si, si no te preocupes estoy bien- aseguró mientras intentaba controlarse, sin lograrlo.

-Pues no lo parece – afirmó la muchacha mientras le daba un pañuelo- porque no se lava la cara en el baño y luego charlamos - sugirió

-¿No tienes que atender a nadie?

-Como ve hay poca gente hoy – afirmó ella sonriendo con dulzura.

-Está bien- accedió por fin y se fue a al servicio.

Mientras Shuichi se observaba en el espejo, notó aquellos ojos hinchados y rojos, nada agradable a la vista, suspirando se volvió a mojar al cara, tenía que aprender a superar estas cosas. Pero resultaba difícil para él asimilar lo que había pasado.

Siempre pensó que era importante para el escritor, o sea uno no es tonto sabe cuando a uno lo quieren, detalles, caricias, palabras mientras te hacen el amor…Joder que no podía ser tan estúpido como para no saber aquello.

En fin ahora estaba solo y se sentía pésimo, pero bueno tenía que poner algo de él para superar todo ese mal trago, tal vez Yuki vuelva más tarde y puedan festejar como es debido.

Con renovada fuerza, manteniendo siempre aquella esperanza, salió del baño para terminar con aquel pastel. El no consumir alimentos era malo de verdad ya comenzaba a ver puntitos brillantes, claro signo de su falta de alimentación.

Caminó despacio, hasta la puerta y salió del servicio esperando ver mesas y tal vez algún cliente. Pero para su sorpresa estaba todo oscuro las cortinas bajas, por un momento pensó que lo estaban por secuestrar, y ahora si estaba en verdaderos problemas. Pero el miedo duro hasta que el feliz cumpleaños comenzó a sonar por todo el lugar.

De la cocina salió una exuberante mujer con los ojos muy parecidos a los de Yuki tal vez era su imaginación, o las ganas de que él estuviera ahí pero la mirada se parecía mucho.

La mujer cargaba un pastel con unas 21 velitas, se fue acercando cuando llegó el momento bajó la torta hasta la altura del cantante.

Sin poder evitar la emoción el pelirrosa sopló sus velitas, no sin antes pedir su deseo especial, apenas terminó las luces se encendieron y una lluvia de papelitos de colores calló de repente.

-¡Feliz Cumpleaños Shindou-san! – dijeron ambas a la vez mientras aplaudían.

Las orbes amatistas se enfocaron en el par de mujeres que le sonreían, la más baja la conocía era la camarera que gentilmente lo había consolado. Aunque ahora no tenía ese delantal con volados, sino ropa más de entre casa, un Jeans ajustado y una remera escotada que dejaban ver sus atributos.

La mujer más alta, llevaba un vestido oriental muy fino, lo que más llamo la atención de Shu a un principio fueron sus ojos apero ahora también notó ese cabello largo que enmarcaba su rostro muy fino. Y debía agregar que ambas jóvenes estarían perfectas para cualquier concurso de belleza, pero más que nada jamás traería a Yuki allí porque se quedaría babeando viéndolas y no lo miraría a él. NO SEÑOR NUNCA LO TRAERÍA.

-Shindou-san – lo llamó la rubia.

-¡Ho! – El pelirrosa sacudió la cabeza y prestó atención a las jóvenes - Disculpen muchas gracias – dijo mientras se rascaba la cabeza.

-No se preocupe tanto –afirmó Kokoro – esto fue idea de mi hermana mayor – señaló a la chica de cabello de fuego- Ella es Fan suya

-Un gusto conocerlo Shindou –san – hizo una reverencia respetuosa – siempre soñé poder conocerlo y decirle lo mucho que me gusta su música.

-Muchas gracias – las mejillas de Shu se tiñeron de carmín.

-Tome asiento por favor Shindou-san

-Podría pedirles un favor – dijo de repente el cantante, ellas asintieron - ¿Me podrían decir sus nombres?

-Pero que descortesía de nuestra parte perdónenos por favor - comentó al más alta- Discúlpenos Shindou-san mi nombre es Kagami Tenshi, ella es mi hermana Menor Kokoro, ambas somos dueñas de este local.

-Encantado de conocerlas señoritas Kagami, por favor podrían llamarme por mi nombre- pidió el muchacho

-KYA!- exclamó la pelirroja mientras abrazaba fuertemente a una bolita rosa- Gracias Shu-chan muchas gracias ¡eres tan Kawaii!

La rubia suspiró mientras meneaba al cabeza – ¡Ha! Me estaba preguntando cuanto aguantarías sin hacer eso. – Murmuró para luego acercarse y tocar el hombro de su hermana – Tenshi-Onee-chan no dejas respirar a Shuichi-kun – automáticamente la mujer soltó al pobre muchacho.

-¡Ho! Perdóname por favor Shuichi es que me emocioné – se separó e hizo una reverencia- ¡Sumimasen! Voy a la cocina por un momento- desapareció.

-..- Shu no dijo nada sólo se quedo ahí intentando comprender las diferentes reacciones de la joven llamada Tenshi.

-Debes disculparla Shuichi-kun ella ha soñado con conocerte desde hace mucho- Kokoro tomó asiento justo enfrente de el pelirrosa - como ambas trabajamos en este negocio, no tenemos tiempo de ir a tus conciertos y esos eventos donde tu banda aparece.

-Ya veo…

-¿ya estas mejor?

-Si gracias

-Traje un te delicioso que el va muy bien con el pastel que prepare especialmente para ti Shuichi-kun- dijo la pelirroja.

-Muchas gracias –inhaló aquel aroma y definitivamente su estomago gruño.

-Creo que no has comido nada en todo el día ese ruido no es normal – comentó la oji ámbar

-¿Cómo sabes eso?

-Porque Koko-chan suele hacer esos ruidos cuando tiene mucha hambre

-¡One-chan!- exclamó la rubia

-¿Es mentira?

-No

-¿Entonces?

-Pero porque debes publicar mis intimidades

-Porque soy tu hermana mayor

-¿Y eso te da derecho a ponerme en ridículo?

-Si claro además es la verdad…

-Ja ya quisieras

-Pruébame y verás- ambas se enfrentaron en una guerra de miradas, pero un suspiro las volvió a la realidad.

-¡Ha! Este pastel esta buenísimo- comentó el chibi mientras se masajeaba al pancita. Las chicas se quedaron absolutamente perdidas en esa carita infantil, llena de crema rosa. – ¿Ustedes no comen?

-Si Claro- respondieron las dos.

Luego de un rato de degustar otro trozo de pastel el ánimo de Shu había vuelto, y con él su ya característica forma de ser, se deleitó contando todo lo que paso en la gira promocional, lugares, personajes, anécdotas varias, nada muy personal ya que sabía que estaba con fans pero ese par de chicas le daban al confianza necesaria como para hablar.

-Y dinos Shuichi-kun ¿porqué estas solo en tu cumpleaños? – cuestiono a quemarropa la rubia.

-Bueno yo…

-Seguramente viniste a pasarla con Yuki Eiri ¿verdad?

-Hai...

-Pero si la tenía una presentación en Hokkaido, se estuvo comentado ese evento en el foro toda la semana- comentó la menor de las Kagami.

-Como te habrás dado cuanta mi Imouto-chan es fans de Yuki – comentó con cierto enfado la pelirroja- pero tranquilo no es peligrosa.

-Mira quién habla…- se quejó la blonda mientras se sonrojaba.

-Así que está en Hokkaido- murmuró el pequeño.

-¿No lo sabías?

-No… se suponía que él… - se detuvo porque sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas.

-¿Quieres quedarte comer? – Cuestionó la muchacha de ojos ámbar- por lo que se tu familia no está y todos tus amigos aun no regresan, no creo que sea bueno que pases tu cumpleaños solo - pico el ojo agregando- prometo prepararte algo delicioso.

-Anda acepta Shuichi-kun mi One-chan es buena cocinera además podremos ver un par de recitales de Nittle Grasper y se Sakuma Ryuchi que acabamos de comprar.

-¿De veras?

-Hai anda acepta por favor

-¡Esta bien!

-Bien suban al rato los sigo necesito limpiar esto

-¿No quieres que te ayude Onee-chan?

-Si mejor te ayudamos así podremos ver pronto los recitales- comentó el pelirrosa mientras comenzaba a juntar las cosas de la mesa. Ambas jóvenes observaron al muchacho llevar las cosas a la cocina, sonrieron felices.

-Es más lindo de lo que me había imaginado además es muy bueno – comentó la oji ámbar- no sé cómo ese escritorcillo lo hace sufrir tanto

-En verdad no sé qué decirte

-NADA a la defensa de ese ya sabes que me choca

-Sí, si lo se

-Shuichi se merece que lo quieran

-Hai…

-Tenshi-chan ¿dónde pongo esto?- llamó sede al cocina el cantante.

-A ver deja te ayudo con eso- afirmó la cocinera mientras intentaba que el pequeño no cayera con todo y pastel.

Las horas pasaron y la cena se convirtió en una de las mejores que había probado el cantante, luego un excelente café colombiano fue servido acompañado de un pastel de limón que combinaba muy bien. Entre bocado y bocado la confianza del joven cantante se había acrecentado y sintiéndose mejor comenzó a narrar lo sucedido. Cuando concluyó se sentía triste pero no solo.

-Me disculparas la sinceridad, pero creo que deberías hacer algo con ese Koibito tuyo no puedes dejar que te trate así.

-Lo sé- respondió el chibi

-Pero arriba el ánimo, yo se que el Yuki-sensei te ama, de verdad lo creo- afirmó Kokoro con énfasis. Mientras que las orbes ámbar la taladraban con enfado, ella no podía asegurar tal cosa como su hermana menor.

-Yo siempre creí eso pero… - las dudas estaban en cada frase no dicha.

-Bueno porque no te quedas a dormir es tarde- comentó la pelirroja intentando cambiar el tema

-No gracias… quizás Yuki regresó y este preocupado.

-Bueno sacaré el auto no voy a dejar que una cosita como tu ande sola por las calle.

-No te preocupes tomare un taxi.

-No faltaba más- respondió la mujer mayor – Nosotras te llevamos- salió en busca de una chaqueta y las llaves de su auto.

-No discutas con mi hermana es peor que Yuki-sensei cuando se lo propone je jeje – aconsejo la menor.

-¿De verdad? – Cuestionó asombrado - no lo parece.

-Se comporta si de buena solo contigo y con un niño que adopto hace un tiempo, cada vez que viene lo llena de regalos y mimos como lo hizo contigo, su novio no lo deja venir muy seguido, de hecho creo que cada vez que se encuentran él y mi Onee-chan echan chispas por los ojos.

-¿Tanto así?

-Si ese chico y mi hermana se odian a muerte.

-¡Ho!.. ¿Y cómo se llama el chico que tu hermana quiere tanto?

-Se llama Na…

-¿Que tanto murmuran?- cuestionó Tenshi de repente haciendo que ambos jóvenes saltaran del susto.

-De nada – respondieron lo dos a la vez.

-Mmmm…- los inquisidores ojos los observaron por un segundo, luego el semblante cambió –Shuichi-kun al ir a mi cuarto encontré el regalo perfecto para ti.

-¿Para mí?- las orbes amatistas se abrieron por al sorpresa.

-Sí, es tu cumpleaños ¿no es así?- el chibi asintió – entonces ven – pidió la mujer mayor – puedes elegir el que quieras – señaló un cuarto al final de un pasillo.

Shuichi entróo con cierto temor sin saber que podía encontrar en aquel lugar. La habitación era amplía y tenía un sector dónde se encontraba una cama bien tendida, junto a ella un pequeño buró un armario empotrado. Con unos ángeles de pintados en la puerta, que extrañamente a Shuichi le parecieron conocidos.

Al observar el otro sector pudo ver una serie de cuadros apilados junto a la pared cubiertos con una tela blanca; otros en diferentes atriles también cubiertos, cuadros y más cuadros a un lado en una repisa un sin fin de pinturas, pinceles. Junto a un ventanal que daba a la calle un cuadro bastante grande cubierto que llamo mucho la intención de peque.

-Puedo? - señaló el cuadro.

-Si míralo pero te aviso que no está terminado – advirtió la pelirroja.

La tela cayó y un paisaje cálido quedo expuesta, ante los ojos de las tres personas que se encontraban en el cuarto.

-Es hermoso- balbuceó ante aquel espectáculo increíblemente bello con colores ocre y naranja había una figura en el fondo, algo así como una pareja besándose pero no se distinguían muy bien.

-Así que te gusto ¿he?

-Si definitivamente este es el que quiero.

-Ves te lo dije Tenshi

-Es que aun no ha visto los demás – sonrío complacida al ver la fascinación que demostraba el cantante.

-Es cierto Shuichi-kun deberías ver los otros trabajos de mi hermana – comentó la rubia señalando la pila de la derecha.

-Si mira esos están terminados – afirmó la pintora.

Shuichi comenzó a verlos uno a uno, con cada cuadro sus ojos se abrían más y más, era increíble notar lo simple de los dibujos y el trabajo lleno de espiritualidad que expresaban en muchas de ellas, lo tenía todo bien definido, amor, tristeza, calma, furia, hubo una serie de pequeños cuadros que en verdad fascinaron al cantante eran parejas de enamorados en diferentes circunstancias y la meticuloso de la luz y la oscuridad en ellos demostrando así sus estados de ánimo eran indescriptible. También había retratos, era increíble la expresión de aquellas miradas, en especial una de un chico de unos ojos celeste cielo y sonrisa extraordinario.

-Eres muy buena- comentó el chico saltando de cuadro en cuadro.

-Y no te ha mostrado lo mejor que tiene - comenzó a decir la blonda, muy orgullosa.

-Kokoro - advirtió la mayor- no te metas donde no te llaman.

-¿Vamos si no es hoy cuando?

-¿De qué hablan? – quiso saber Shindou.

-Es que Tenshi-onee-chan pintó una serie de retratos tuyos y se suponía debía dártelos cuando te viera y ahora no quiere.

-No es eso… es que ahora que lo conozco me parece que no le hacen justicia- murmuró la pelirroja.

-¿Puedo ver los cuadros Tenshi-chan?- pidió tímidamente el artista.

-Claro - se acercó al armario empotrado, fue en ese momento en el que Shu se dio cuenta del que uno de los ángeles se parecía a él no en su totalidad pero tenía una aire muy familiar- puedes verlos pero prometo hacer uno mejor luego que acabe el que tengo en el caballete ¿vale?

-Hermana date algo de crédito y espera la opinión de Shuichi-kun

-Jejeje no soy muy experto en arte - aseguró el apenado cantante - pero sé lo que me gusta y lo que no.

-Yo creo que eso es lo mejor manera de ver un cuadro, una obra te puede gustar o no, uno la interpreta como se lo dicta el corazón, no con tecnicismo - afirmó la pelirroja.

-Bien entonces las veré y luego te diré si me gustan o no. – el pelirrosa sonrió mientras comenzaba su observación mientras la joven afirmo y espero que el oji violeta terminará de revisar uno a uno los cuadros, dónde ella plasmo su fanatismo y cariño por aquel pequeño ángel rosa, también había muchas de su otro pequeño.

Kokoro, que era más impaciente que su hermana mayor no aguanto el silencio del cantante y cuestionó – ¿Y Bien qué opinas Shuichi-kun?

El cuestionado se sentó en el piso y se cubrió la cara, ese acto preocupo a las dos hermanas quiénes de inmediato se arrodillaron frente a él.

-Vamos Shu-chan no te preocupes tanto solo son obras sin importancia haré algo mas lindo para ti la próxima vez… -afirmó mientras ponía una mano sobre la cabecita y acariciaba los suaves hebras del cabellos.

-Si perdona Shu-chan no debimos presionarte – secundó la rubia, acariciando con suavidad el hombro del cantante.

De repente y sin que ninguna de las dos atinara a hace algo, el pequeño abrazo a las dos y lloró silenciosamente. Las chicas se observaron por encima de aquella suave mata de cabello rosa sin comprender nada, pero devolvieron el abrazo del muchacho.

-Gracias son los cuadros más bonitos que he visto en mi vida – murmuró entre hipidos, el pequeño cuando pudo controlarse un poco - Es el mejor cumpleaños que he pasado gracias – volvió a repetir.

-Vamos Shu se supone que debes está feliz no llorando como Magdalena – bromeó la chica de coleta.

-jejeje... lo sé pero a veces no sé cómo controlarme

-Bien ¿Estas más tranquilo? – cuestionó Tenshi.

-Hai

-Bien vamos a tu casa que seguramente Yuki-sensei te está esperando – afirmó Kokoro

-Si quizás…

-Bueno si quieres llevarte los cuadros puedes hacerlo mañana hoy no porque ya es tarde y debemos envolverlos, pero el del caballete no podrás llevarlo aun - comentó la pelirroja mientras se levantaba y ayudaba a incorporarse al pequeño. Bajaron las escaleras y se dirigieron al garaje.

El elegante Audi azul marino se detuvo frente al edificio, del vehículo bajaron las dos mujeres y el pelirrosa.

-Bueno ya sabes si quieres venir a comer pues estas cordialmente invitado- afirmó la rubia.

-Muchas gracias Koko-chan – le dio una sonrisa dulce. La rubia no pudo contenerse y lo abrazo antes de meterse al auto.

-Shuichi...- llamó la mayor, le pelirrosa la observó con atención- Si algo te pasa no dudes en venir a verme, se que tal vez suene extraño pero si necesitas hablar búscame siempre tendré tiempo para ti, además debes venir por tu cuadro nee? – picó uno de sus lindos ojos.

-Gracias Ten-chan – la abrazó para luego separarse y correr dentro del edificio.

La Mujer se quedó un momento parada observando la nada, pero un par de toques en al bocina la hicieron introducirse en el vehículo.

-No debes preocuparte tanto por él- afirmó la menor – Seguramente Yuki

-Sabes que eso no es cierto el estará solo ahí- cortó la chica de cabello de fuego – Por mucho que quieras defender a ese escritor, sabes que él no volverá hasta mañana por la noche, y Shuichi estará solo todo el día.- ya puso el motor en marcha y avanzó por las calles sin ver a su hermana.

-Se que lo que dices es cierto pero no quería deprimirlo más… pobrecillo…

-No te preocupes, pero me pareció bueno que lo invitaras a comer tal vez así pueda pasar el día sin deprimirse.

-Si…

Dentro del edificio…

Las puertas del ascensor se abrieron y como si estuviera impulsado por un resorte, Shuichi salio disparado hacia el departamento. Al abrir la puerta gritó su saludo de siempre, pero como respuesta recibió el silencio absoluto, cerró la puerta se quitó los zapatos y fue a buscar a su Koi.

15 minutos después se dio cuenta que sus ilusiones de terminar la noche con Eiri volvieron a hacerse añicos. Haciéndose el fuerte se metió al baño tomo una ducha y se puso el pijama, se acostó y esperó que el sueño llegara, no hubo suerte, frustrado se puso de pie y salió de la habitación, tomó su mochila y de ella el block de notas.

De repente recordó que no había llamado a Hiro así que fue hasta el teléfono y se percató que había un mensaje, rebobinó y esperaba que fuese de Yuki, pero no la inconfundible voz de Hiro se hizo escuchar.

-Hola Shu, como no llamaste y no contestas a mis llamadas pienso que debes estar pasándola muy bien con Yuki-san, pues déjame decirte que te perdiste un fiestón aquí, no sé cómo pero terminamos en una Discoteca todos y a que no sabes al final Sakano se le declaro a Suguru, tendrías que haber visto eso… jajajaja creo que al pobre de Sugu-chan nunca le vi ponerse de tantos colores, buenos, también hay que decir que las copas que nos tomamos pones valiente a cualquiera…

-Hiro ya ven aquí...- ordeno el manager.

-Buenos Shu que la pases lindo en tu cumple…creo que si debe ser, luego me das detalles escabrosos nee?... quiero toda la data… jejejeje

-Hiro dame eso- se escucho una pequeña discusión- Hello, Pink boy Happy Brirday nos vemos Tomorrow – la comunicación se cortó.

Shuichi apretó su libreta, mientras intentaba no romper a llorar, no él no podía volver a hacer eso, estaba muy enojado como demonios había podido creerle a ese mentiroso de Yuki, a bueno pero más le valía tener una buena excusa para ni siquiera llamarlo, porque hasta Seguchi-san se dio el tiempo para saludarlo, como era posible que su pareja no lo hubiera dejado un saludo, una nota, NADA.

¿Acaso eso era lo que realmente significaba para Yuki?… ¿solo era nada con la que a veces se satisfacía?

No quería creer eso, porque sería demasiado difícil de sobre llevar, ahora que tenía 21 años debía dejar de tener sueños locos, pero acaso Yuki Eiri ¿era uno de sus sueños locos que debía dejar?

Aletargado en esos pensamientos, llegó hasta el estudio tomó asiento en el sillón de su Koibito, elevó las rodillas y se hizo un ovillito mientras abrazaba su libreta como si su vida dependiera de aquel cuaderno. En cierto modo así era, la última letra que había escrito decía mucho de lo que sentía por ese hombre arrogante y frío.

Elevó su rostro mirando aquel pulcro cielo raso, y comenzó a cantar nuevamente mientras de sus ojos escapaban sin restricciones aquellas lágrimas que estuvo conteniendo desde que se dio cuenta que no significaba nada para Uesugi Eiri.

Me quedo callado

Soy como un niño dormido

Que puede despertarse

Con apenas sólo un ruido

Cuando menos te lo esperas

Cuando menos lo imagino

Sé que un día no me aguanto y voy y te miro

Y te lo digo a los gritos

Y te ríes y me tomas por un loco atrevido

Pues no sabes cuánto tiempo en mis sueños has vivido

Ni sospechas cuando te nombré

Yo, yo no me doy por vencido

Yo quiero un mundo contigo

No pudo seguir la voz se le quebró y comenzó a llorar desconsoladamente sin importar nada más que el propio dolor que el causaba aquella falta del amor de su vida. En un arrebato de ira arrancó al hoja del cuaderno al arrugó y la aventó contra la apagada Vaio, testigo silenciosa de muchas cosas en la vida de esa pareja.

Luego de llorar por tanto tiempo, las fuerzas del pelirrosa eran nulas y se quedó allí recostado en el sillón sin conciliar el sueño, esperando a que amaneciera, para largarse de ese departamento porque no pensaba quedarse a esperarlo no señor Yuki Eiri sabría quien era Shindou Shuichi…

-Esta vez no te perdono- murmuró el amatista mientras se levantaba de aquel sillón, dejando también la libreta y el bolígrafo abandonado sobre el escritorio, se metió al cuarto y buscaba la ropa para cambiarse. Era temprano pero ya no podía esperar más tiempo necesitaba irise de inmediato o se volvería loco.

Una vez en la calle, observó el poco movimiento, dada la hora era predecible que eso pasara. Hiroshi no estaba así que no le quedaba otro lugar que su casa. Pero se detuvo al recordar que tenía otro lugar dónde ir, se puso en marcha...

Continuara…

Notas finales:

Nota de autor:

Angie: no me maten por cortarlo ahí sigue, sigue hay segundo capítulo… nos vemos ahí ^^

PD: verdad que ese Yuki es un maldito…¬¬


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