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Buenos días por AvengerWalker

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Notas del capitulo:

Un fic que escribí en la escuela xD quise escribir algo de Aiacos y Rada y tal xD y aquí salió *o*

espero que les guste, es mi primer fic de la pareja x3

 

besos!

 

 

- Aiacos. -habló fríamente una voz.

 

El joven entreabrió sus carmines ojos. Pensó que quizás aún estaba soñando, por lo cual ignoró su voz.

Pero continuó.

Cada vez más grave e imponente.

 

- Garuda. -llamó, no obstante esta vez.

 

El peliazul sintió cómo un cálido aroma acariciaba su rostro hasta despejarse.

Hizo una mueca de molestia, la cual no pasó por alto el espectante.

 

- Aiacos Garuda. -se oyó fríamente.

 

 Odiaba (o eso decía él) tener que hacer lo que pensaba hacer, pero era lo extrictamente necesario.

 

- Levántate o te levanto. -amenazó, dándole una última oportunidad.

 

Pero tampoco reaccionó.

Pronto, las manos del rubio se apoyaron en el pecho del peliazul.

Carcajeó al sentir su pausada respiración.

Apartó las sábanas, descubriendo su cuerpo.

Le sorprendió vistiendo unos shorts que hacían resaltar sus piernas, y una musculosa que le hacía ver deseable.

Ensima, hacía un puchero entre sueños que resultaba tan tierno...

 

- Ai... -susurró el rubio posándose lentamente sobre el otro.

 

 Acarició sus piernas con fuerza, haciéndole moverse un poco.

No contento con las pocas reacciones, metió las manos bajo los pantaloncillos.

Apretó sus glúteos con firmeza y esperó.

 

- Ahh... Rada... -gimió abriendo sus ojitos el menor.

 

Se talló el ojo diestro y miró a Rada con expresión de sufrimiento.

 

- Me duele... -susurró en voz bajita.

 

 

Radamanthys le observó tan sólo unos momentos.

Tironeó de sus shorts y los lanzó lejos, viendo por fín su víctima.

 

- Rada... ayúdame... me duele... -lloriqueó con falsa inocencia Aiacos.

 

 

Les encantaba.

 

A Rada, verlo tan pequeño y vulnerable, y sobretodo poner esas caritas de uke.

 

Aiacos lo sabía. Sobretodo que era el más pequeño y vulnerable, y utilizaba sus estrategmas para excitar a su compañero.

 

 - Yo también te ayudaré. -ronroneó Aiacos enrollándose en el cuerpo del otro.

 

 

Apoyo sus brazos alrededor de su cuella y de ésta manera se sostuvo.

 

Rada tomó su miembro y lo masajeó con cuidado durante un tiempo, esforzándose por agrandar su erección.

 

Sintió su glande hinchado, mientras que el suyo propio se humedecía conforme escuchaba los gemidos encantadores del menor.

 

 

- Ahhh... Así... Rada...

 

 

 Tomó la punta de su pene y jugueteó con ella.

Acercó los labios y la besó, mordiéndola poco después. Repartió fuertes chupones a lo largo y muchas mordidas en las zonas cercanas.

Lo estiró lentamente y con suavidad, pero se detenía cuando sentía que su cuerpo temblaba como una hoja al aire.

 

¡Cómo fascinaba el torturarle así!

 

- Mmm... Rada... ¡No hagas eso! ¡Aaahh!

 

 

Enredó las manos en su cabello y tironeó un poco.

 

 

- ¡Ahhh, Rada, Radaa!

 

 

- Sí, sí... me encanta cuando me pides más... -admitió con un tono pervertido.

 

 

Succionó con fuerza, logrando que por fín soltara el esperado líquido blanco.

Sin embargo, en ningún momento se apartó Aiacos de él, y era porque sabía que un favor conllevaba otro.

Se besaron rápidamente, quedando unídos por un hilillo de saliva.

 

 

- Págame... -ordenó Rada con aquella sonrisa diabólica que a Aiacos tanto le gustaba.

 

 

Como aún yacía sin shorts, le bastó abrir las piernas y arrimarse a la entrepierna del otro.

Tanteó la hebilla de su cinturón y se lo quitó majestuosamente, dejando evidente sus apretados bóxers y un bulto en el.

 

Parecía que aquel grande músculo saldría por allí de tanta presión que hacía contra la tela.

Gracias a dios, Aiacos le liberó de su prisión, dejándole libre al fin.

Rápido, muy rápido, alzó a Aiacos y le embarró profundamente su virilidad, la cual se abría poco a poco entre las estrechas paredes.

 

 

- Cielos Ai... estás tan estrechito aquí... -susurró maravillado, y se movió duramente para demostrarle que sus palabras eran ciertas.

 

 

- Y a mi me gusta tu hombría, Rada. -contestó el otro entre una mueca de placer, apretando los bíceps del hombre.- La tienes tan grande... ahhh... -estiró el cuello, echándo la cabeza hacia atrás.

 

 

Rada aprovechó la posición para atacar su cuello con besos húmedos.

 

 

- Mmmm... Rada... qué macho... -admiró el oji vino cuando su cuerpo saltó debido a una embestida del rubio.- Que fuerza admirable...

 

 

Rada se sentía en el cielo. Le encantaba que Aiacos le admirase cuando enrealidad era él quien más le admiraba.

Aiacos se echó las caderas hacia adentro, haciendo que el miembro de Rada llegue al punto máximo dentro de él.

 

 

- Ahhh sí Ai... muévete conmigo... -pidió el mayor.

 

 

Tomó sus manos y entrelazó los dedos, mientras ambos llevaban a cabo su danza pasional.

Iban lentamente, disfrutando de los espasmos de placer que se les venía ensima.

 

 

- Rada... -susurró Aiacos-, la tienes muy caliente...

 

 

- Tú me pones así... -sonrió lascivo el otro.

 

 

Un par de embestidas luego, y Radamanthys despidió su semilla dentro del menor.

Aiacos cayó hacia atrás, mientras que Rada fué hacia adelante, cayendo sobre el.

 

Por la diferencia de peso y musculatura, Rada colocó a Aiacos sobre el, para que su cabeza descansara en el pecho del rubio.

 

- Buenos días, Rada. -susurró el peliazul.

 

- Buenos días, Ai. -sonrió el rubio.

 

 

Dios, ¡cuánto lo amaba!

 Le gustaba despertarle de la misma manera siempre, ver su rostro pasando por diversas muecas de placer y ver su cuerpo temblar por el orgasmo próximo.

 

- Te amo, Rada. -dijo con sinceridad el peliazul acariciando su cabello.

 

 

- Yo también te amo, Ai.

 

 

Sí. Continuaría despertándole de la misma manera siempre.

 

Y es que lo amaba con todo el corazón... que valía la pena.
Notas finales:

espero que les haya gustado xD me entró en 4 hojas tamaño rivadavia xD

 

en fin, saludos n.n

 

Aw


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