-¿Qué?... ¿no quieres ser de la familia?-sollozo el niño poniendo cara de perrito regañado con ganas de ponerse a llorar
-no, no, no, no llores- le suplico el rubio
-genial tendre que soportar al mocoso así todo el día- dijo el azabache apareciendo en el comedor- ¿Por qué saliste de la cama si la estábamos pasando tan bien?
-¡cállate!
-¿entonces?- pregunto el niño sin quitar su carita
-si naruto, no quieres quedarte a ser la mamá- dijo el azabache en tono de burla
-yo…- el rubio no podía soportar esa mirada enternecedora a punto de llorar con un lindo puchero- yo… yo… yo… ¡bien solo quita esa cara!- grito el rubio
-bien- dijo con una sonrisa- oye no estas adolorido?
-¿adolorido?
-si de tu parte trasera, después de hacerlo 7 veces seguidas debe doler- comento el niño
-eh?!
-ya se acostumbro- dijo el azabache rodeando del cuello al rubio con una de sus manos- debiste verlo en su primera vez, grito bastante los vecinos se fueron a quejar, no dejaba de llorar cada vez que meta…-
-¡CALLTE IMBECIL!- grito el rubio sonrojado y alterado moviendo los brazos sin parar- ¡no puedes hablar de eso frente a un niño lo vas a pervertir, eso es demasiado para tu edad!
-baka tengo 6 años, suficiente para saber como funciona la vida… además quiero saber si duele por si me llega a pasar.
-a claro que no, tu tienes que tener hijos, no te di mis rasgos sanguinos para que te volvieras gay.-grito el azabache
-yo no soy homosexual- grito el niño-tu eres el rarito pervertido aquí
- no soy rarito
- y naruto ¿que es entonces?
-que el me guste no significa que me guste cualquier tipo como a tu madre muerta.
-pervertido
-mocoso
-rarito
-virgen
-no te burles algún día no lo seré- el niño le saco la lengua y siguieron peleando, mientras se dedicaba a verlos.
Era su primer día como madre y se dedico a limpiar la casa, y preparar la comida mientras el pequeño estaba en la escuela y el azabache estaba en misión. En cuanto el niño llego lo ayudo con su tarea y después jugo con el.
Unas horas después llego el peligro que solo observo como el rubio y el azabache menor jugaban realmente como madre e hijo. Ya en la noche el ojiazul se fue a acostar seguido del azabache. En cuanto entraron el azabache empezó a desvestirlo.
-sa…suke- susurro el rubio, l pelinegro gimió en señal de que lo escuchaba sin dejar de besar su cuello- tenchu -(recuerden así se llama el hijo de Sasuke) el azabache lo ignoro y lo recostó suavemente para iniciar por desvestirse también.
De repente la puerta se abrió de un azoton y Tenchu corrió hacia los brazos del rubio interrumpiendo algo importante.
-mami- grito mientras corría hacia el rubio
-¿Qué haces aquí mocoso?- refunfuño el ojinegro -
¿Qué pasa tenchu?
-tengo miedo mami- dijo simulando llorar- “muajaja hora de la venganza”
-¿miedo?- pregunto el azabache no tragándose del completo lo del miedo
-¿puedo dormir contigo esta noche?... por favor- sollozo con lagrimas en los ojos
-deja la luz prendida y lárgate
-claro que puedes dormir conmigo…pero deja de decirme mamá- dijo dulcemente el rubio
-si mamá
-como le crees esta mintiendo, lo único que quiere es fastidiar
-no seas tonto tiene 6 años es normal que este asustado, el dormirá aquí - no hay espacio en la cama
-vete al sofá- sugirió el niño
-buena idea Tenchu… ¿puedes irte al sofá esta noche?
-debes de estar bromeando claro que no por que no se va el mocoso al sofá-por favor- suplico dulcemente haciendo que el azabache callera con esa carita, le lanzo una almohada y una sabana
-bien- dijo entre dientes mientas miraba con desprecio al niño
-mami voy a darle las buenas noches a papá
-si… pero deja de decirme mamá, ¿Por qué no me dices papá?
-no, por que papá es papá y como ya tengo papá no puedes ser papá solo te queda ser mamá- dijo saliendo del cuarto y dirigiéndose a donde estaba el azabache
-te detesto maldito mocoso
-¿Por qué? no hice nada- dijo con una amplia sonrisa
-no te hagas idiota maldito mocoso, ¿Qué pretendes?
-nada, si yo no puedo dormir feliz, tu tampoco
-si es así la próxima ves are mas ruido
-sí hay una próxima vez… ah y que te vaya bien el sofá.-dijo sacándole su lengua y entrando al cuarto donde estaba el rubio.
Y así paso una semana, noche tras noche el pequeño interrumpía todo lo que hacían para dormir con el rubio y dejar a su padre en el sofá con una semana de cruel abstinencia ya que entraba al cuarto cuando el azabache estaba mas caliente.