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Spieluhr por Lady_Sakuma

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Notas del capitulo: He vuelto con mi segundo Lemon.shot, los que leyeron el primero ya saben por qué no es un one.shot jajajajaja...
¿Y por qué escribo sobre Ark?
Porque también es un personaje de Gravitation y porque me da la regalada gana XDDDD
Gravitation no me pertenece, ni sus personajes, sólo los pido prestados y después los devuelvo un poquito más usados jajajajajajajaja.

Diviértanse n_~
Spieluhr


- ¡¡Gracias!!, ¡¡Los amo!!

Agitó enérgicamente una de sus manos y nuevamente una reverencia hizo para los miles de asistentes a uno de sus conciertos. La noche había transcurrido en completo orden, parecía que todo el mundo había quedado satisfecho con la actuación del cantante. …ste, respiraba cansado, alzó el cuerpo y quedó mirando las miles de cabezas y luces que los fanáticos habían encendido, los flashes y luces de cámaras de video. Sonrió ampliamente y sacudió la cabeza mientras destapaba una botella de agua mineral para rociársela en la cabeza. Así recorrió el líquido su cuerpo, dejando que la tela de su camiseta se adhiriera a la piel. Más gritos y alborotos por parte de algunas fanáticas, las más cercanas se pudo apreciar.

Fue entonces cuando sintió desde un costado del escenario el grito de alguien, supuso que le gritaron, puesto que con el ruido producido por tanta gente era imposible escuchar algo, siquiera sus pensamientos eran difíciles de dilucidar en esa situación tan… caótica. Giró rápido la cabeza, el cabello golpeó su rostro dejando rosácea las mejillas. Alzó una ceja al verlo llamarle con la mano, era hora de partir, pero… sonrió y se alzó de hombros mientras cerraba uno de sus ojos y sacaba coquetamente la lengua como disculpándose por lo que haría.

Corrió hasta el mismo borde del escenario y tomó unas cuantas botellas de agua para abrir una a una y rociar el chorro de agua a los que se encontraban en primera fila. Sonreía entretenido apuntando a algunos de sus seguidores, mientras otros le tomaban fotografías.

*-*-*
Respiró cansado y acomodó los lentes, luego sus dedos se desviaron hasta la corta cabellera negra de manera cansada, tal vez fastidiado, definitivamente… fastidiado.
Lo quedó mirando. ¿Era necesario que se expusiera de aquella manera? Se cruzó de brazos, ese hombre era un inconsciente, tal vez por ello Claude se había vuelto loco, no hacía caso a los procedimientos que tenían en mente para cuando salieran del estadio. No… no sabía para qué se molestaba en contratar a tantos guardias de seguridad, ni para qué el gran despliegue policial en las calles si el mayor interesado en su seguridad… no hacía caso.

Y bueno, le echó un ojo a su costoso reloj, habían pasado cinco minutos y él… aún estaba parado esperando a que el vocalista saliera de escena. Caminó hacia un costado y se apoyó en una de las estructuras, que por cierto, los tramoya, comenzaban a desarmar con cuidado de que no hubiese ningún accidentado.

Por fin… se acercaba a él, era cosa de que alcanzara a tomar su brazo para que desapareciera de ese lugar, no era seguro permanecer por mucho tiempo luego de que el espectáculo terminara. De hecho, los tecladistas ya habían partido en sus respectivas van, con sus guardaespaldas, sólo restaba él… el más “simpático” de los tres. Así podía definirse en parte la actitud extraña del hombre de treinta y un años, puesto que en ocasiones era un pan de dios, al minuto siguiente un bastardo con cualquiera que osara mirarle de reojo. Pero, digamos que ya estaba acostumbrado a sus cambios de humor.

Finalmente, lo cogió de la muñeca y lo arrastró hasta lo oscuro de la parte trasera.
*-*-*

- ¡Ten cuidado! – Arrugó la nariz y se separó del moreno alto. Tan grande y macizo, parecía una torre humana en frente suyo. Torció los labios - ¿Pretendes pasarte de listo? – No recibió respuesta verbal, sólo una mirada seca y rígida, al estilo militar, la que dejaba en claro que debía callar y seguir el “protocolo”. Muy poco tiempo tenían para salir antes de que las calles se vieran inundadas del mar de personas ávidas de una mirada, de una fotografía, una caricia y algo más… íntimo por parte del vocalista.

Soltó la mano del cantante y acomodó su impecable traje – ¡Vamos! – dijo colocando sobre los hombros de la estrella un grueso y pesado abrigo de piel oscura que cubriría bien esa delgada anatomía de cualquier mirada. No, no tenía muchas ganas de ponerse a charlar, no era bueno para esas cosas, prefería el silencio y la perfecta ejecución de sus misiones. El día laboral estaba a punto de terminar, sólo debía llevarlo hasta su casa y luego podría ir a la cama a descansar.

Caminaron en silencio por los pasadizos oscuros, el más bajo adelante, ya sabía por dónde debían pasar, así que sólo se dedicaba a apurar el paso. El más alto vigilaba con disimulo los alrededores acariciando su arma por si necesitaba utilizarla.

Más adelante encontraron el vehículo que los transportaría hasta las oficinas centrales de NG Records, sí… muy conocido era por todos que allí se dirigirían, por eso, había preferido dejar hacer al peliverde, con el fin de que para cuando arribaran no hubiese tanto revuelo. Subieron al vehículo y se fueron directo hacia allí.

- ¿Los demás?
- Ya están en la productora.

Toda la charla que tuvieron. Sakuma observaba por la ventana, algo aburrido parecía. El acompañante le miraba de reojo, sus facciones, las mejillas coloreadas y el cabello humedecido a causa del sudor de tanto movimiento. Tragó saliva y se acomodó los lentes una vez más. Cerró los ojos y se puso a sacarle brillo a su arma con un pañuelo.

- Llegamos – la fría voz del peliverde aparecía de entre sus labios mientras lo hacía a un lado con fuerza – A un lado! – hasta pareció ladrar.

El pelinegro alzó una ceja, esos cambios de humor le estaban comenzando a molestar. Era buena la paga, pero a veces la personalidad de las estrellitas de TV eran demasiado quisquillosas, en especial cuando estos hombres se creían verdaderos dioses y que todo el resto debía rendirles pleitesía por el solo hecho de existir. Prefirió sonreír para que sus subordinados no se burlaran de él más tarde.

No alcanzaba a descender del carro cuando sintió disparos y al peliverde cayendo al suelo. Sin pensarlo, ya había saltado hasta quedar sobre éste. Deslizó uno de sus brazos por el vientre del más bajo y lo arrastró con él, corriendo hasta el edificio mientras tanto sentía las balas silbar a sus costados. De pronto retrocedió dos pasos y sus ojos se abrieron, su corazón se detuvo y cuando reaccionó pudo ver a un hombre frente a ellos con una pistola apuntando. Alzó el brazo girando un poco su cuerpo para que no le llegara ni una bala al cuerpo que tanto cuidaba, ese hombre no podía ser rozado por nada más que el agua o lo que él escogiera. Las balas comenzaron a escapar, como si el arma las escupiera con fuerza y desafiantes.

Siguió corriendo, su hombro sangraba, manaba el rojo manantial, lento y oscuro, mojando el traje caro que había escogido para esa velada. Frunció el ceño, no soltaría al cantante, tenía que llevarlo a “puerto seguro”.

- ¡Ah!, Suéltame… puedo caminar por mí mis… - se quedó callado porque el otro no le permitió seguir con sus demostraciones de valentía, le había asido más a su cuerpo y ahora se perdían por los pasillos de la productora. Entraron a uno de los tantos ascensores.

- Ahhh… ahhh… - el cuerpo menor resbaló de los gruesos dedos mientras el pelinegro trataba de revisarlo, para ver si estaba bien el “cliente”. Apoyó su hombro izquierdo en una de las esquinas del receptáculo y se deslizó cayendo al suelo mientras su mano izquierda la llevaba hasta el hombro contrario y palpaba la sangre – Mierda! – entrecerró los ojos - ¿Estás bien Ryuichi? - Eso era lo que importaba después de todo, que el cliente llegara bien al final del día.

El peliverde asintió mirándolo preocupado y se le acercó - ¿Cómo te sientes? – iba a tocar su hombro pero sintieron un gran estruendo y las luces se fueron. El movimiento brusco que hizo el elevador al momento de que se cortara la luz llevó al de azules ojos caer al costado de su guardaespaldas – Ah… - en cuatro patas quedó con los ojos muy abiertos, sintiendo la respiración fuerte de su compañero - ¿Ark? –

El hombre sonrió – No me digas que le tienes miedo a la oscuridad – soltó una risa a pesar de cómo se encontraba.

Arrugó el entrecejo – Idiota! - cómo se atrevía a molestarlo cuando él sólo se preocupaba de su estado – Estoy asustado de estar con un viejo pervertido como tú! – dijo sentándose a un costado, pegando la espalda a una de las paredes del ascensor.

- Que recuerde… no eres tan joven ya… - picó molestando al que lo sacaba de quicio muchas veces al día.

La luz regresó, sólo era la de emergencia. Ryuichi lo miraba enojado, pero se levantó y comenzó a presionar los botones nerviosamente – Alguieeeeen!! – nadie respondía – Habla Ryuichi Sakumaaaaaa… Estoy en el ascensor… - nadie parecía estar atento a los llamados de auxilio – HAY UN HOMBRE HERIDO ACÁ ADENTRO!!! – no, definitivamente, nadie prestaba atención.

- Déjalo… tal vez aún sigue la balacera – dijo ya más calmado el hombre de negros ojos, quizás sólo buscaba calmar al otro. Vio como el japonés se sentaba frente a él pensativo y sólo llevó su mirada hasta su hombro para revisar un poco la herida. Jaló su saco y observó el agujero del cuál aún salía sangre. Sonrió negando en silencio.

- ¿Por qué te ríes ahora? -
- No te importa
- Idiota…

Así pasaron quince minutos, en silencio mientras tanto el mayor se cubría la herida con un pañuelo ensangrentado, intentando detener la hemorragia, el brazo lo tenía apoyado en su regazo, la manga estaba en parte empapada. Respiró hondo.

- Estoy aburrido – musitó el hiperquinético cantante, no soportaba estar tanto rato sentado sin hacer nada.

- ¿Qué quieres que le haga? – Lo quedó mirando a los ojos mientras el otro se le acercaba gateando lentamente – ¿Uhm? -

- No sé… - lo miró con ojos adormilados y se acomodó a su lado apoyando la cabeza en su hombro sano.

El moreno entrecerró los ojos mientras pasaba el brazo por la cintura del contrario de modo que podía rozar su cuerpo por sobre la ropa, siempre le había llamado la atención su aroma. Extrañas las veces que lograba estar tan cerca de él como para percibirlo, pero… de lo bueno, poco. Así pensaba, así le gustaba.

Sin saber por qué se le acercó al oído – Me debes la vida… - sonrió y abrió los ojos para girar el rostro, ¿por qué había dicho algo como eso? Ya lo había dicho, no había como borrar las palabras. Sólo sintió como el cuerpo contrario se movía, hasta pudo pensar que se había puesto nervioso. Sonrió al pensar en ello.

No lo miraba - ¡Para eso te pago! – Simples palabras que aumentaban la distancia entre ambos de manera considerable, dejaba en claro quién era él y quién era el otro – pero… me pregunto… ¿cómo querrías que te pagara por mi vida? – sonrió, no era un santo, además… siempre había tenido curiosidad por saber si el pelinegro se interesaba algo en él, o si sólo era el dinero lo que buscaba obtener.

Tragó saliva y retrocedió pegando la cabeza en la muralla de metal sonriendo nervioso. A ver si le resultaba lo que estaba pensando… después de todo, estaban a solas y parecía que hasta se habían olvidado de que existían. Habían pasado cuarenta y cinco minutos y nadie había ido a ver si estaban vivos o… si habían muertos desangrados – Tó… tócate para mi… - el leve sonrojo apareció en el rostro del ex militar, cielos, si Claude lo escuchara, le diría que era gay. Hizo el rostro hacia un costado – No… no soy gay… es sólo… - no supo qué argumentar, prefirió no decir nada más y volver a mirar furtivamente al cantante.

Ryuichi giró su rostro hacia el hombre y lo fulminó con la mirada - Sólo si prometes no moverte de donde estás... te mueves un solo milímetro y te pateo la herida.... – el otro asintió sin emitir sonido. El peliverde se alejó de él para que no lo alcanzara. Quedando al otro costado del ascensor - Recuerda... te mueves y te reviendo el hombro... - sonrió entretenido y se puso de lado, con el fin de que su frente se apoyara en la pared del pequeño receptáculo en el que se hallaban encerrados.

De pronto sus mejillas se colorearon furiosamente, no estaba acostumbrado a hacer esas cosas, no era puto, sólo un cantante. Algunas veces lo había hecho en el escenario para calentar a sus fans pero nunca con una persona… tan cerca… a solas. Comenzó a mover lentamente las caderas, los delgados dedos acariciaron su torso con cuidado en forma descendente para llegar hasta el cinturón y bordearlo lentamente, respiraba calmadamente, como aburrido, le parecía tedioso hacerlo sin música, sin más gente que pudiese aplaudirlo, sólo estaba allí el aburrido de Ark, el frío de Ark… el que nunca decía nada y sólo le preocupaba trabajar.

Desprendió con cuidado la hebilla del otro extremo del cinturón. Movió en círculos la pelvis sin mirar al contrario y poco a poco el cierre fue bajando. Dejó caer el pantalón, quedando en su pequeña ropa interior que a penas y le cubría su humanidad. Cerró los ojos y se lamió los labios nervioso tratando de relajarse, a estas alturas comenzaba a sentir pudor por estar con él. Movió el cuello hacia un costado haciendo crujir sus vértebras moviendo los dedos alrededor de su cuello, cogiendo la corbata para desatar el nudo y luego se deshizo de ella lanzándola a los pies del que sangraba al otro costado del ascensor. Aún seguía adherido a la pared de frente para no mirar al ex marine.

Alzó los brazos y los pegó a la fría muralla mientras deslizaba descaradamente su lengua por una de las mangas de su camisa, la mordía como si con ello se calentara más y más - ahhhh... - trémulos sus labios separados buscaban un poco de aire y su mano contigua, la que no estaba pegada a la pared, acariciaba el vientre plano, colando los dedos bajo la camisa, la cremosa piel parecía erizarse con cada movimiento. Delicioso, caliente - ahhh.... - separó las piernas - Mmhh..... - sí.... ya estaba caliente, pensando en que Ark a sus espaldas deslizaba sus manos lentamente, reptando por sus piernas con la lengua y que ascendía en busca de su calzoncillo, eso lo ponía nervioso y deseoso de continuar.

Las nalgas contrajo al pensar en ello y alzó su cola levantándose en puntillas mientras su camisa ya abierta se deslizaba lentamente por los brazos que colgaban a los costados del cuerpo azaroso, los pequeños pezones erizados rozaban el frío metal del que estaba hecho la pared - uhm... - entreabrió un ojo y lo quedó mirando, con esa mirada encendida, como si lo llamara a actuar como debía - Arky... - la lengua rodeó el labio superior y la delgada tela se deslizó por sus hombros, resbalando lentamente por los brazos y espalda. Antes de que cayera al suelo la movió lentamente por sus nalgas aún cubiertas por el calzoncillo y la dejó ir para que se posara silenciosa en el piso. Volvió a mirarlo, pero ahora con ambos ojos, directo, clavando sus orbes en las contrarias, tenía el cabello revuelto mientras frotaba la frente contra la muralla y respiraba irregularmente, caliente.

Giró para quedar con la espalda apoyada en la pared y la acarició con las muñecas, los brazos extendidos a los costados mientras con una de las manos jalaba un poco la minúscula prenda - ¿Así? - susurró observándolo, mientras golpeteaba sus nalguitas contra la muralla, una pierna doblada y la otra apoyada en el suelo para no perder el equilibrio. Aún como serpiente se movía sin acercársele ni un solo milímetro. Parecía estarlo haciendo bien, puesto que el otro permanecía atento a sus movimientos y no había hablado una vez, sin embargo, el sonrojo era evidente, tal vez ambos estaban de la misma forma.

Ark no pudo más que girar el rostro hacia un costado, no se daba cuenta pero estaba enterrando los dedos en la misma yaga, en vez de detener la hemorragia esa escena le hacía perder control de su cuerpo y puesto que el corazón comenzó a palpitar con más intensidad, así mismo la sangre manó más rápido. Mas, no podía dejar de verle, volvió sus negras bochas hacia el cuerpo que se movía por petición de él.

Sakuma respiraba agitado, sintiendo calor, sintiendo calor de la nada, del mismo aire que lo acariciaba, de sentir miedo de que los pillaran ahí, a él haciendo el ridículo. Cerró los ojos y estiró el cuello dejando que la luz hiciera juego con él, que lo bañara deslizándose por su tostada piel. Las nalguitas volvieron a azotarse contra la muralla mientras él se proponía respirar, para poderse calmar. Poco a poco el mismo movimiento hizo que la prenda íntima fuera resbalando. Se giró una vez más y comenzó a frotar su miembro bajo la prenda íntima contra la muralla a la vez que la redonda curva de su parte trasera se desbordaba de la tela - Nhhh... - tragó saliva, sentía que se estaba mojando de sólo pensar lo que el otro estaba mirando, gimió bajito y lamió su mano como un gatito, el cálido aliento podía notarse brotar de su cuerpo. y de la nada, sus piernas se movieron, la pequeña vestimenta se desprendía de sus caderitas para deslizarse camino abajo por las formadas piernas.

El pelinegro se desencajó al ver aquello, sus ojos se abrieron como platos y su mano ensangrentada llegó hasta su boca para cubrir el asombro, se había ruborizado. Acomodó los lentes pero en ello pasó a mancharlos con algo de sangre. Cuándo iba a pensar que el gran Sakuma Ryuichi iba a quitarse la ropa en frente de él – Mierda.. ¿qué … qué hace? – por qué estaba nervioso, si él no era gay, aclaró la voz y tragó saliva, de pronto como que estaba haciendo calor ahí adentro, ¿el aire se les estaba acabando o… se estaba reduciendo el espacio?

El glande chocó con la muralla y un nuevo gemido brotó de los hinchados labios que mordía con nerviosismo, observando al otro a los ojos como deseando tenerlo encima - Ah! - lento, muy lento movió su colita, ahora apuntando hacia el más alto y se la cubrió con una mano, masajeándola repetidas veces para colar el dígito medio por entre las nalgas. - Nhhh.... - el mentón se pegó a la pared mientras rozaba su entrada con su dedo.

Volteó rápidamente para golpetear su cola contra la pared, su vientre subía y bajaba nervioso, excitado, con su miembro osadamente erecto mientras él lo acariciaba lentamente mirando al pelinegro - ahh... estoy caliente.... – frotaba su cara contra uno de sus antebrazos, jadeaba con las mejillas más rojas, hasta las mismas orbes con matices en carmín. Siguió masajeando y resbaló por la pared para quedar de rodillas en el suelo, las extremidades en cuestión, separadas.

Se acomodó de tal manera que le dio la espalda a Ark, desde aquella perspectiva el otro podía ver por entre sus piernas el miembro que jalaba el cantante y lo acariciaba para jadear caliente. Separó un poco más las piernas y con la mano libre jaló una de sus nalgas para que su guardaespaldas viera su entrada. Lo miró mientras el dedo del corazón rozaba lo que el otro nunca había visitado - ahhh.... ¿cómo voy? - ronroneó moviendo las caderas de atrás hacia adelante, rozando su pene con la pared y su entrada con su dígito lentamente.

El ex marine lentamente comenzó a morder su labio inferior mientras veía impotente aquella escena que le causaba más dolor que la propia herida. Lentamente siguió con sus oscuras orbes cada movimiento otorgado de forma descarada por el que en frente se presentaba cadenciosamente. Decidió subir el rostro a la vez que entrecerraba los ojos, acariciando de forma suave sus labios con una expresión pensativa – Me las pagarás… -

Y sin que Ark estuviese preparado para lo que venía, el peliverde se sentó sobre su regazo dándole la espalda. El herido se mordió la lengua – Mierda.. que no soy gay! – pensó nuevamente, pero… parecía ser que su cuerpo no lo había escuchado puesto que reaccionaba a las atenciones del cantante. Miró fijamente la espalda del más bajo para estirar su mano. Ya no pensaría, no… no podía, luego diría que estaba alucinando por la sangre perdida, o alguna otra cosa se le ocurriría. Lo atrajo fuerte contra su cuerpo poniendo una expresión que casi hacía adivinar dolor, dolor al sentir como rozaban cruelmente su miembro tan duro, ya no daba más, simplemente estaba excitado. Aquel hombre de corta melena en verdosa pigmentación le provocaba una erección a pesar de que no le llamaban la atención los hombres. Pero el otro parecía no saberlo, se mecía como víbora sobre su regazo, enredándose en sus brazos, reptaba en su torso. Siendo incapaz de mantener el control de sus impulsos, comenzó a lamer aquella piel de forma lasciva y susurrábale al oído - Me dijiste que no tocara... pero no me dijiste con que parte de mi cuerpo no lo hiciera - sonrió como lobo con la presa entre los dientes.

Sakuma sólo gimoteó con los ojos cristalinos, las gotitas de lágrimas se agolpaban en sus orbes como pidiéndole por favor que hiciera algo - Ittae... na no da.... ittae.... - movió su colita sobre el otro lentamente mientras él, como gato se dejaba caer sobre las piernas del hombre, quedando el trasero elevado a la altura del rostro de su guardaespaldas - Ittae.... - lamió el pantalón a la altura de una pierna de aquel herido, mordió la tela para ronronear y mojarla de saliva.

Rozaba su glande mojado contra el bulto bajo el pantalón del pelinegro. Sus bracitos temblaban mientras él se movía como serpiente, siseando y mecía el trasero, alejándose del rostro de Ark, acercándolo a la vez que se masajeaba la entrada con los dedos. Se apretaba los testículos y gemía soltando saliva, las mejillas seguían afiebradas y se deslizó por el suelo quedando sobre las piernas del moreno, allí, giró su cuerpo y mirándolo a los ojos separó las piernas para frotar con insistencia su nalgas contra las largas piernas de Ark - Ahhhh................... - arqueó la espalda y alzó la pelvis para volver a caer sobre sus piernas, contrayendo sus nalgas con el único fin de que no adivinara la ubicación exacta de su ínfima entrada.

Se le acercó al regazo otra vez, caliente y sudoroso, con los labios temblando extendió los brazos y cogió el rostro del más alto - Ittae... na no da.... - pestañeó y las lágrimas rodaron por sus mejillas caldeadas mientras él hacía que su vientre chocara contra el del contrario y sus nalgas aprisionaran el bulto que estaba aún preso bajo la tela del pantalón del moreno. Rozó su nariz con la ajena y se separó hasta sentarse en las rodillas del hombre y allí se dio vuelta para volver a mostrarle las redondas nalgas mientras él se encargaba de humedecer la oscura tela del pantalón del otro con su glande que poco a poco goteaba líquido preseminal - ¿Me vas a coger? –

El ascensor de pronto se inundó de melódicas notas, deliciosa sinfonía, las voces de ambos hombres en cortejo, como una pequeña caja musical.

Notas finales: El título del one.shot significa “caja musical”
Espero que hayan disfrutado de esta pequeña historia, la cual no habría podido nacer sin la persona que la inspiró: Mookyul Eun, Gracias Mookyul, por todas las calentonas escenas en las que me haces pensar, gracias a ti soy una persona más pervertida cada día que pasa.

XD Ese fue el momento Emotivo XD

Tal vez la pareja no les guste, pero a mi sí ojojo… ¿Comentarios?

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